Los Buffalo Bills han tenido un tormentoso final de año, si el lunes era su QB titular Kyle Orton el que se esfumaba anunciado su retiro, el día de nochevieja nos sorprendió con la espantada de su Entrenador Principal Doug Marrone.
Orton ya se había retirado la temporada pasada mientras estaba con los Dallas Cowboys. Los Bills le convencieron para volver de su retiro justo al inicio de la temporada, Orton se incorporó en septiembre sin haber pertenecido a los Bills ni un solo minuto de la pretemporada.
En la quinta jornada fue nombrado QB titular tras las pobres actuaciones de E.J. Manuel en los primeros partidos de la temporada. Se hizo con el equipo y sus inicios fueron esperanzadores pero todo se vino abajo en los últimos encuentros en los que su regresión fue más que evidente. Ahora que se sabe que su decisión de retirarse estaba tomada hace semanas se pueden explicar actuaciones que de otra manera serían inexplicables en un QB NFL.
Orton estaba siendo conocido como el maestro del “Turtle Sack” aquel en el que el QB se desentiende del juego vuelve la espalda hacia su ataque se dobla sobre si mismo a la espera de que lleguen a placarle, o aquella vez en la que estando en 3ª y 1 inicia un scramble y hace el slide antes de llegar a primer down cuando la defensa estaba llegando pero a unas 4 yardas de distancia por detrás de la línea de primer down; por no citar otras. Resumiendo, Orton anunció su retirada este pasado lunes pero mentalmente llevaba retirado ya unos cinco partidos por lo menos.
Nada nuevo bajo el sol de Buffalo; falta de un QB franquicia e inicio de la enésima búsqueda de otro. La diferencia sobre los últimos 15 años es que esta vez el resto del equipo sí que acompaña. Los Bills tienen una de las defensas más dominantes de la liga y en ataque cuentan con jugadores muy cualificados en las skill positions. La única carencia clara está en la posición de QB y de los dos guardas de la línea de ataque.
MARRONE Y SU ESPANTADA
Lo de Marrone es otra cuestión. Vamos a situar y contextualizar la situación. Cuando fue fichado de la vecina universidad de Syracuse, Marrone incluyó en su contrato una cláusula en la que tenía 3 días, una vez finalizada la temporada de los Bills, para dejar el equipo y cobrar los 4 millones de contrato del siguiente año si había un cambio en la propiedad del equipo. Además esos 4 millones serán íntegros puesto que no sufrirán descuento aunque Marrone fiche este mismo año por otra franquicia. Cuando fue fichado Ralph Wilson, con sus noventa y pico años, todavía era el propietario de los Bills y ya se sabía que sus herederos iban a vender el equipo en caso de fallecimiento, como así fue.
El matrimonio Pegula compró los Bills y con ello salvó al equipo del perenne peligro de mudar la franquicia a otra ciudad. Además siendo como son unos de los propietarios más ricos de la NFL no hay peligro alguno en cuanto a su capacidad económica para apoyar al equipo, algo que ya habían demostrado pocos años atrás tras haber adquirido la otra franquicia profesional de la ciudad, los Buffalo Sabres de la NHL.
Doug Marrone aprovechó el día de nochevieja para dar la espantada, era el día en el que se cerraba la ventana abierta en su contrato para optar por el abandono remunerado. La relación de Marrone con los Bills no había sido buena ya desde el verano cuando tuvo desavenencias con Doug Whaley (General Manager). También fue famoso su desplante al nuevo propietario, Terry Pegula, cuando le fue presentado; a los cinco minutos de la conversación le dejó con la palabra en la boca diciendo “lo siento pero tengo cosas que hacer” y se fue.
A Marrone le quedaban dos años de contrato y seguramente ha pensado que estaba más fuera que dentro y por eso ha optado por irse antes de que le echen y además embolsarse el sueldo limpio de la próxima temporada. Él cree que se lleva el haber dado la vuelta a un equipo perdedor, tal y como ya hizo en Syracuse y seguramente, tras la marcha de Orton, creyó que era el momento de ir a probar pastos mas verdes ¿los Jets?
Una cosa está clara, por Buffalo no le echarán mucho de menos, aunque Marrone está muy pagado de si mismo no son de la misma opinión ni la crítica, ni la afición del Western New York. Sus decisiones como game manager han sido siempre criticadas y su conocimiento sobre lo que está pasando con su equipo sobre el campo quedó en entredicho esta misma temporada.
En una rueda de prensa al final de uno de los partidos Marrone fue interrogado sobre los motivos por los que Jerry Huges no había jugado casi toda la segunda parte y por qué Mario Williams no había jugado los dos últimos drives defensivos de su equipo. La respuesta dejó boquiabiertos a todos, ¡el Head Coach de los Bills no se había dado cuenta de que eso había ocurrido!
Lo que ha salvado la temporada de los Bills ha sido su defensa, una faceta del juego en la que está claro que Marrone no estaba profundamente implicado cuando es incapaz de caer en la cuenta de que dos de sus jugadores estrellas no están participando en el juego. Su especialidad supuestamente es el ataque, una faceta del juego de los Bills que ha batido récords negativos, algo difícil de conseguir en una franquicia con el paupérrimo bagaje que ha tenido en los últimos años. Su pedigrí como jugador y coach se fundamenta en la OL siendo esta la peor de todas las unidades del equipo, su incapacidad para construir una línea medianamente decente ha quedado de manifiesto.
Pese a todo esto Marrone parece tener buena prensa fuera de Buffalo, lo que es posible que le sirva para poder hacerse con el puesto de entrenador en cualquiera de las franquicias que hoy en día presentan vacantes. Por su parte en Buffalo piensan que tanta paz lleve como descanso deja.
Otra cosa es en qué situación quedan los Bills, nada diferente realmente a la que han quedado durante los últimos 15 años. Sin proyecto de QB a la vista y en fase reconstrucción nuevamente. Sin embargo este año quizás la cosa sea diferente, el equipo mas allá del QB y un par de guardas está a la altura de cualquiera en la NFL, tienen un nuevo propietario que da continuidad a la franquicia en Buffalo a largo plazo (esto sí que es una novedad este año) y sus bolsillos son “profundos” algo importante para afrontar el cambio de Head Coach porque no hemos de olvidar que el límite salarial solo afecta a los jugadores, en el caso del staff técnico se tira con pólvora del rey, y en este caso el rey tiene mucha…