w5: Footballterapia

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En un mes en el que la NFL está encantada de haberse conocido, vistiéndose de color rosa por todos los lados para recaudar fondos políticamente correctos para la lucha frente al cáncer de mama, Chuck Pagano, head coach de los Indianapolis Colts (2-2). lucha contra la leucemia, una enfermendad con mucho menos marketing, en el Simon Medical Center de la Universidad de Indiana. Chuck va a recibir quimioterapia a lo largo de su hospitalización durante 6 semanas, y confiemos en que el tratamiento sea efectivo, pero de momento su equipo le ofreció una fuerte dosis de tratamiento coadyuvante, en forma de «footballterapia», con la inspiradora victoria sobre los Green Bay Packers (2-3).

 

En el football hay muchas «X» y «O», pero el corazón también juega, y mucho, como uno de esos elementos intangibles. Los Colts pusieron mucho corazón en el partido, sobre todo en la 2ª mitad y remontaron un 21-3 al descanso.

 

Los Packers mantuvieron su nivel de juego en la 1ª mitad. Si el año pasado Aaron Rodgers culminaba con éxito la mayoría de los drives, este año se conforma con la mitad de ellos y así anotaron 3 TD en los 6 drives que dispusieron. De momento parecía suficiente, ya que los Colts no andaban finos y apenas subieron 3 puntos al marcador.

 

Andrew Luck no había estado acertado en la 1ª mitad, sobre todo en situaciones de 3º down cuando se le viene encima toda la defensa de los Packers con Clay Matthews a la cabeza, pero el #1 es todo un #1, sobre todo a la hora del liderazgo en el campo. Rodgers fue interceptado en el 1º drive de la 2ª mitad, y en menos de 4 minutos los Colts ya habían recortado 7 puntos. Dos incompletos y un saclk a Rodgers y los Colts pusieron 3 puntos más en el marcador. Así los Packers se fueron empequeñeciendo, a medida que arreciaba el pass rush de Dwight Freeney y Cory Redding, y surgió la conexión Luck – Reggie Wayne que alcanzó los 13 pases completados para 212 yardas y un TD, récord personal para el veterano receptor.

 

Los Colts se pusieron por delante por 1ª vez a 8 minutos del final. El estadio se venía abajo, pero poco después una escapada de Alex Green para 41 yardas, la mejor de la temporada para los suyos, rematada con un pase de TD de Rodgers a James Jones supuso todo un jarro de agua fría. Quedaban 4:30 para el final y Luck protagonizó un drive para la posteridad. Fueron 8/11 pases completados, 5 de ellos a Wayne, incluído el del TD a 39 segundos, y un valiente scramble de 7 yardas en busca de un 1º down en el que dos aguerridos defensores de los Packers parecieron de mantequilla. Un gran drive, de los que de vez en cuando fiiman los graduados en Stanford. Mason Crosby tuvo una oportunidad de forzar la prórroga con un FG de 51 yardas, pero no era un día para que ganaran los Packers.

 

Fue una victoria para Pagano, a quien un emocionado Jim Irsay ofreció el balón del partido, y una victoria para el recuerdo, con la camiseta de «Chuckstrong» bajo la equipación de muchos jugadores, incluidos algunos Packers. Bruce Arians, tras toda una vida entrenando en 14 equipos distintos, a lo largo de 37 años, consigue su 1ª victoria y su 1ª ducha como head coach, interino, pero head coach.

 

ESCRIBIENDO EN EL LIBRO DE LOS RECORDS

Drew Brees ya tiene sus anotaciones notorias en el Record & Fact Book de la NFL, como por supuesto el récord de yardas de pase en una temporada, pero el domingo reescribió una página importante del mismo. Hacía nada más que 52 años desde que Johnny Unitas había hecho 47 muescas en el apartado de partidos consecutivos lanzando algún pase de TD. El domingo Brees firmó el 48º consecutivo, con un pase de 40 yardas a Devery Henderson.

 

Para celebrar la ocasión, Brees pidió una dispensa papal al pontífice Roger Goodell para que Sean Payton y Mickey Loomis, junto con Joe Vitt, pudieran presenciar el partido en un palco. Ellos fueron los que confiaron en él cuando salia de una grave lesión de hombro en 2006. Brees les devolvió el favor resucitando la franquicia hasta ganar una Super Bowl y además con el detalle del domingo.

 

Por lo demás, Brees tuvo suerte de que los New Orleans Saints (1-4) evitaran el 0-5 que empañara la gesta. No es que no hiciera un buen partido (29/45, 370 yardas, 4 TD, pick), lo que ocurre es que tal vez los San Diego Chargers (3-2) tiraran el partido en una sola jugada.

 

Corrían los minutos finales del 3º cuarto, con los Chargers 10 puntos arriba en el marcador cuando Demorrio Williams interceptó a Brees y anotó en el retorno. 17 puntos de ventaja iban a ser muchos entrando el 4º cuarto, pero la jugada resultó anulada por un roughing de passer del rookie Melvin Ingram. Cinco jugadas después, el 2º de los tres pases de TD a Marques Colston ponía un apretado 24-21 en el marcador. Si a Ingram le hubieran enseñado a golpear en los números en lugar de en la cabeza del QB, el partido habría tomado otro rumbo. A partir de esa jugada los Chargers firmaron un punt, una intercepción a Phillip Rivers y un sack y fumble final, y se volvieron de vacío a San Diego.

 

LA MEJOR DIVISIÓN DE LA LIGA

Podía sonar a broma hace sólo un par de temporadas. Los Seahawks ganaron la dívisión y el billete para los playoffs con un récord de 7-9 en 2010. Pero hoy por hoy la NFC Oeste es la mejor división de la liga.

 

Es la única en la que todos sus miembros tienen récord positivo. Es la que más victorias tiene, con diferencia, y sus defensas son de las más peligrosas de la liga. Cómo ha cambiado el panorama en apenas dos campañas.

 

Empezando por los San Francisco 49ers (4-1), a nadie le sorpendería que volviera a ensalzar su magnífica defensa. Por 2º partido consecutivo matuvieron al rival lejos de la endzone. Que cada uno ponga los adjetivos. Pero además esta semana el ataque de Greg Norman hizo algo que no ha hecho ningún equipo, nadie, en toda la historia de la NFL. Los 49ers superaron las 300 yardas de pase y las 300 yardas de carrera en su enfrentamiento con los Buffalo Bills (2-3). ¡310 yardas de pase y 311 de carrera! No está nada mal para un equipo preferentemente defensivo.

 

Tuvimos el habitual festival del juego de carrera con Frank Gore y Kendall Hunter, la cada vez más habitual aportación de Colin Kaepernick (TD en un a carrera de 16 yardas), y el mejor partido en la carrera de Alex Smith (18/24, 303 yardas, 3 TD, 46 yardas de carrera). Claro que mirándolo desde el otro punto de vista, son cifras que no ponen en muy buen lugar a la defensa de los Bills, que se gastó sus dineros en traer refuerzos como Mario Williams o a Mark Anderson. Tampoco merece la pena hablar demasiado de su ataque, fue absolutamente nulo.

 

Es curioso pero entre las temporadas de 1988 y 1994, la Super Bowl contó siempre con alguno de estos dos equipos, aunque nunca coincidieron. Ambos han pasado una larga travesía del desierto desde entonces, con la diferencia de que los 49ers han encontrdo la salida, mientras que los Bills siguen vagando por él.

 

Los Seattle Seahawks (3-2) también sumaron lejos de casa, a costa de unos Carolina Panthers (1-4) que siguen sin despegar. Como en el caso de los Bills, el ataque de los Panthers se podía haber quedado en casa. La defensa de los Seahawks, como la de los 49ers, permitió sólo tres puntos e incluso menos de 200 yardas ofensivas a los locales. No me extraña que Cam Newton se sienta vergonzado.

 

Lo demás se lo guisaron y comieron los Seahawks. Iban por delante en el marcador a base de carreras de Marshawn Lynch (21 acarreos, 85 yardas) y FG de Steven Hauschka, cuando a Russell Wilson decidió dar gasolina al anémico ataque rival, al ser interceptado en dos drives consecutvos, después de que Leon Washington perdiera el balón en el retorno del kickoff de la 2ª mitad. Captain Munnerlyn adelantó a los Panthers retornando 33 yardas para TD el 1º de los picks. Luego los norcarolinos devolvieron el favor con un fumble de DeAngelo Williams que, esta vez sí, Wilson aprovechó para conectar con Golden Tate en la endzone al final del 3º cuarto.

 

No hubo mucho más, gracias al goaline stand de los Seahawks en los minutos finales. A 59 segundos del final y 6 puntos arriba en el marcador, los de Pete Carroll se autoanotaron un safety para poder chutar más cómodos y alejar a los Panthers. Tampoco hacía mucha falta, un incompleto y un fumble de Newton impidió que los suyos avnzaran una sola yarda.

 

Por último, el jueves tuvimos un «casi derby» entre el anterior equipo de la ciudad del Gateway Arch y el actual. Como ya es norma en la NFC Oeste, el partido fue dominado por las defensas. Los Arizona Cardinals (4-1) enseñaron sus garras defensivas. Sam Bradford en un momento del partido enlazó 10 pases incompletos para terminar con una intercepción. Pero también supo dirigir un buen drive inicial y sorprender a la secundaria de los Cards con un pase de TD de 51 yardas al rookie Chris Givens. También contó con la colaboración del juego de carrera de Stephen Jackson (18 acarreos, 76 yardas). Es más de lo que tuvo Kevin Kolb, quien se vio solo ante el peligro, es decir, ante la defensa de los St. Louis Rams (3-2), que superó por completo a la OL de los Cards y anotaron 9 sacks (3 del joven Robert Quinn), después de que los Dolphins sumaran otros 8, cuatro días atrás.

 

El problema de Kolb no es que no fuera protegido, sino que los Cards siguieron con su game plan sin cambiar una coma, ordenando 59 dropbacks en los 76 snaps realizados, sin buscar apenas jugadas alternativas. La última vez que los Rams ganaron a los Cards en el Earl James Dome corría el balón un tal Marshall Faulk, pero esta vez los Cards perdieron su imbatibilidad y los Rams tienen un récord positivo por primera vez desde un 4-3 en 2006, 93 partidos después. Siguiendo con lo positivo, Greg Zuerlein siguió perfecto, anotando otro largo FG, de 53 yardas. Lo negativo fue la lesión del «go-to guy» Danny Amendola, quien estará 6 semanas de baja al luxarse un hombro. Y por lo menos se evitó lo peor, porque luego se ha sabido que la clavícula de éste se desplazó hacia adentro en lugar de hacia afuera y estuvo a punto de seccionarle la aorta.

 

DE DERBIES Y OTROS DUELOS

Pittsburgh Steelers (2-2) y Philadelphia Eagles (3-2) protagonizaron el Derby de Pennsylavania. Los duelos intraestatales en USA no alcanzan la rivalidad de los derbies europeos, pero lo cierto es que ambos equipos se tienen ganas. Ambos tienen más similitudes que diferencias y protagonizaron un duelo duro e igualado. En ambos sentidos del juego, las defensas se impusieron a los ataques.

 

Pero claro, si en un partido que se presume igualado, tu QB comete dos fumbles, uno de ellos a 3 yardas de la endzone, eso pesa. Por lo demás, Michael Vick (20/30, 175 yardas, 2 TD) no estuvo mal, y LeSean McCoy (80 yardas desde el scrimmage, TD) estuvo cada vez más implicado en el juego. A 6:30 para el final del partido un pase de TD a Brent Celek los ponía delante en el marcador, pero no pudieron frenar a los Steelers en su última posesión. El especialista en remontadas Ben Roethlisberger (21/37, 207 yardas), el reaparecido Rashard Mendenhall (14 acarreos, 81 yardas, TD) y Isaac Redman (13, 41), dejaron lo mejor para el final y firmaron un drive de 64 yardas en 16 jugadas que agotó el reloj y permitió a Shaun Suisham dar la vuelta al partido sobre la bocina con su 3º FG de la tarde.

 

La peor noticia para los locales fue que perdieron de nuevo a Troy Polamalu., que reaparecía junto con James Harrison, y también a LaMarr Woodley. Es peor aún porque los Steelers juegan el jueves, aunque sea en Tennessee.

 

Y si tuvimos «derby», también tuvimos «clásico», porque así podemos llamar al ya 13º duelo entre los QB que han marcado la 1ª década del siglo XXI, Tom Brady Peyton Manning, aunque esta vez éste viniera con los Denver Broncos (2-3) y no los tradicionales Colts. Tal vez por eso, el clásico perdió algo de glamour.

 

Manning siguió siendo Manning, llevando casi en exclusiva el peso de su ataque y completando 31/44 pases para 345 yardas y 3 TD. Brady, en cambio, no necesitó hacer de Brady, ya que está mucho más arropado por sus New England Patriots (3-2). Le bastó con completar 23/31 pases para 223 yardas, TD, más TD de carrera) para doblegar con relativa facilidad a su némesis, ya que sus corredores sumaron más de 250 yardas de carrera y 2 TD, manteniendo la posesión del balón 10 minutos más que sus rivales. Un fumble de Stevan Ridley permitió que Manning pusiera algo de miedo en el cuerpo de los aficionados de Foxboro, pero Willis McGahee cometió otro fumble a su vez, cortando el intento de remontada de los Broncos.

 

Brady domina el «clásico» por 9-4 sobre Manning.

 

VISITA COMPLICADA. STOP. SEGUIMOS INVICTOS. STOP. SALUDOS

Los invictos tenían salidas más complicadas de lo que parece. Por un lado, el FedEx Field impresiona, por otro, los Jets eran una fiera herida con ganas de demostrar algo a su afición. Pero ambos resolvieron sus encuentros con profesionalidad y efectividad.

 

El domingo los Atlanta Falcons (5-0) sumaron la manita de victorias, con cero derrotas, por 1ª vez en la historia de la franquicia. Es para felicitarlos.

 

Lo más noticiable del partido fue la Crónica de una Conmoción Cerebral Anunciada en la persona de Robert Griffin III. El rookie no es que estuviera teniendo una actuación memorable, pero sus Washington Redskins (2-3) dominaban el marcador, en gran medida gracias al pick six de Matt Ryan, quien también había cometido un fumble para entonces.

 

El también rookie Kirk Cousins se hizo cargo del equipo y en un momento pareció que el espartano podía dar la victoria a los suyos, volviendo a adenlatarlos con un largo pase de TD de 77 yardas a Santana Moss, pero sus dos últimos drives buscando forzar la prórroga fueron interceptados por la secundaria de los Falcons.

 

Ryan contó con el veterano y siempre fiable Tony Gonzalez para romper la defensa rival, nada menos que con 13 pases para 123 yardas y un TD. En defensa, el buen juego de Dunta Robinson está haciendo olvidar la lesión de Brent Grimes.

 

Los Houston Texans (5-0) comenzaron arrollando el lunes por la noche, con un TD en su 1º drive y un «tres y fuera» a continuación, pero luego el partido se trabó, con un Matt Schaub (14/28, 209 yardas, TD, pick) algo más espeso de lo acostumbrado. Sin embargo, los Jets tampoco dieron sensación excesiva de peligro, a pesar del marcador estrecho, y bastó con que Arian Foster (29 acarreos, 152 yardas, TD) llevara el tempo del partido para volverse a Texas con la victoria.

 

Los New York Jets (2-3) lo intentaron con Mark Sanchez (14/31, 230 yardas, TD, 2 picks), lo intentaron con Tim Tebow (0/1 pases, 19 yardas en 5 scrambles), pero lo único que consiguieron fue mantener el interés del partido, con jugadas  como el retorno de kickoff de 100 yardas para TD de Joe McKnight, hasta la última intercepción de Sanchez. No jugaron mal, simplemente, son un equipo muy mediocre.

 

Las cheerleaders de los Minnesota Vikings (4-1) pueden estar contentas porque su equipo se ha convertido en la revelación del primer tercio de la temporada. No sólo es su récord, sino que su juego a ambos lados del balón está sorprendiendo a todos.

 

Christian Ponder está moviendo las cadenas, y Adrian Peterson está saliendo fortalecido de su lesión, pero el verdadero motor de estos vikingos es el eléctrico receptor Percy Harvin. Cuando no es retornando, el caimán anota recibiendo o corriendo, como fue el caso el domingo frente a los Tennessee Titans (1-4). Harvin sumó 8 recepciones para 108 yardas con un TD y un par de carreras, una de ellas para otro TD.

 

Con Jake Locker lesionado, los Titans siguieron tirando de Matt Hasselbeck, que sólo pudo mover algo el balón en los minutos de la basura, evitando por lo menos el rosco. Chris Johnson, después de superar las 100 yardas de carrera la semana pasada, volvió a sus números habituales de 2012: 24 yardas en 15 acarreos. Un desastre.

 

Con los Lions en muy mal momento de juego, y los Packers muy por debajo de lo esperado, los Vikings lideran la Black&Blue junto con los Chicago Bears (4-1). Los de la Windy City, prestaron su estadio a Notre Dame para que vapuleara a Miami (tenía que decirlo), y se fueron a disfrutar de un fin de semana de relax a Florida, que es lo que significa en estos momentos enfrentarse a los Jacksonville Jaguars (1-4).

 

Los que sí que podrían estar de vacaciones son el ataque de los Bears, y eso que Jay Cutler ya conectó en 12 ocasiones con Brandon Marshall para 144 yardas y un TD, porque la defensa se bastaba sola para superar a la paupérrima producción ofensiva de los Jaguars (un FG, con 17/33 para 142 yardas y 2 picks de Blaine Gabbert y 56 yardas de carrera de Maurice Jones-Drew). La defensa  no sólo dejó a sus rivales por debajo de las 200 yardas ofensivas totales, sino que además Lance Briggs y Charles Tillman se anotaron sendos pick six, ¡por 2º semana consecutiva ambos!

 

En relación a los Jaguars, su dueño Shaid Khan ha visitado Europa en el marco de la posible afiliación del equipo a Londres, bien de manera definitiva, o bien para jugar una serie de partidos. Esto me sugiere una pregunta, ¿Quiere Goodell acabar con la afición europea a la NFL?

 

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

A los campeones parece que les gustan los retos y les gusta dar ventaja a sus rivales para luego remontar. Los Cleveland Browns (0-5) se adelantaron 14-0 en el 1º cuarto, con su dúo de rookies Brandon Weeden (22/35, 291 yardas, 2 TD, 2 picks) & Trent Richardson (128 yardas desde el scrimmage, TD), pero está claro que en estos momentos son incapaces de mantener un pulso anotador con los New York Giants (3-2), y más cuamdo el bailongo Victor Cruz firma el día más anotador de su carrera con tres recepciones para TD, y Ahmad Bradshaw vuelve de su conmoción cerebral con ganas y suma 200 yardas y un TD en sus 30 acarreos.

 

Si en Nueva York vimos muchos puntos, no se puede decir lo mismo de lo visto en el Arrowhead. Los Baltimore Ravens (4-1) son el equipo que más bajón pega cuando juega fuera de casa, y  los Kansas City Chiefs (1-4), sencillamente, son muy malos. Matt Cassel está siendo el peor QB del 1º tercio de la liga, con 5 TD, 9 intercepciones, 13 sacks encajados y 4 fumbles perdidos, con un QB rating de 66,2. Pero eso no puede dar pie a que el público celebre el que salga del campo en camilla conmocionado y lo abuchee, como valientemente ha denunciado su OT Eric Wisnton. Su sustituto Brady Quinn completó los tres pases que lanzó en el último drive de los suyos, pero en 4ª y 9, a 4 minutos del final, optaron por chutar un FG en lugar de ir por el TD que podía darles la victoria. Los Ravens no hiceron gran cosa ofensivamente en todo el partido, pero por lo menos aguantaron la posesión del balón hasta el final, para ganar un partido por tres FG a dos. Bastante pobre.

 

Por último, los Miami Dolphins (2-3) consiguieron por fin rematar un partido y evitar verse remontados al final. Y no fue porque no les dieron opciones a los Cincinnati Bengals (3-2), porque los de Joe Philbin no pudieron respirar hasta que Reshad Jones interceptó a Andy Dalton a 1:30 del final del partido.

 

Ryan Tannehill (17/26, 223 yardas) tuvo un partido apañado, y contó con los RB Reggie Bush y Daniel Thomas como anotadores, pero lo mejor fue el que la defensa funcionara en el momento en que tioene que funcionar. Los Bengals rompen una racha de buen juego y tres victorias consecutivas. Ambos quedan como outsiders en sus respectivas divisiones.

 

BYES DE LA SEMANA: Oakland Raiders (1-3)Detroit Lions (1-3)Tampa Bay Buccaneers (1-3)Dallas Cowboys (2-2), cuatro equipos con problemas a los qie les va a venir bien una semana extra de descanso para reconducir su trayectoria.

 

No dieron su mejor imagen el lunes y se fueron con la imprtante pérdida para el resto de la temporada de Brian Cushing, pero mientras ganen…
79-3 en los dos últimos partidos, a la espera de la revancha contra los
Giants
Sólida victoria en la Capital y récord para la franquicia.

 

Llevan muchos años en el furgón de cola, pero es la 1ª que arrancan con un 0-5 desde su regreso a la NFL en 1999.
Es el 2º peor equipo de la liga.
Podrían ir también los Chiefs, u otros, pero mantengo a los Titans.

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