w1: La 1ª Ley de Newton

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«Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas ejercidas sobre él

 

Cam Newton, haciendo honor a la 1ª ley de su tocayo, no acusó el paso del College Football a la NFL. Terminó su carrera colegial ganando el Heisman Trophy y el National Championship y ha comenzado su carrera en la NFL convirtiéndose en el 1º rookie que lanza por encima de las 400 yardas en su debut, precisamente en el mismo estadio donde finalizó su carrera colegial. Una aplicación perfecta de la Ley de la Inercia.

 

Las malas lenguas tienen una explicación para esa transición tan suave de la NCAA a la NFL. Podrían decir que es debida a que en realidad Cam no tuvo una «carrera colegial» sino «profesional» en Auburn. Una carrera tasada entre los 100.000-180.000 dólares. Claro que no hay pruebas de ello, bastante trabajo tiene la NCAA averiguando si los reclutas de Boise State van en autobús a los entrenamientos o les lleva un compañero del equipo, o si comen gratis en el comedor de la Universidad.

 

De todos modos, olvidemos el pasado y centrémonos en la NFL, donde Newton está limpio de polvo y paja y ha protagonizado una de las campanadas de la primera jornada.

 

Lo único que le faltó a Cam fue dar el triunfo a sus Carolina Panthers (0-1). A pesar de mantener la delantera en el marcador durante buena parte del partido, los Arizona Cardinals (1-0), de la mano de su fichaje estelar Kevin Kolb (por encima de las 300 yardas, 2 TD), dieron la vuelta al partido en el 4º cuarto gracias al retorno de punt de 89 yardas para TD del rookie Patrick Peterson. Newton tuvo un último balón para empatar el partido tras el two minutes warning, pero su pase en 4º down se quedó a 2 yardas de la endzone y a una de un nuevo 1º down. Steve Smith fue el más beneficiado de la actuación del #1 del pasado draft, atrapando 8 balones para 178 yardas y 2 TD.

 

La nota negativa para los norcarolinos fue la lesión de Jon Beason, el líder de su defensa, que se perderá el resto de la temporada.

 

No fue un buen día para la loca NFC Sur, la mejor división de la conferencia la pasada campaña. Al igual que los Saints en el Season Opener, los otros dos miembros perdieron en sus enfrentamientos con equipos de la Black’n’Blue.

 

Los Atlanta Falcons (0-1) se dieron un gran batacazo en la Ciudad del Viento. Los Chicago Bears (1-0) dominaron todos los aspectos del juego frente a los favoritos sureños. En ataque Jay Cutler estuvo preciso y pasó de las 300 yardas de pase, con dos TD. Sú único lunar fue un tardío «pick six». Matt Forte (158 yardas desde el scrimmage, TD) lideró a su equipo tanto en el juego aéreo como en el terrestre. En defensa Brian Urlacher interceptó a Matt Ryan y retornó para TD un fumble del QB, mientras que Julius Peppers sumó dos sacks, provocó el fumble de Ryan y recuperó otro de Michael Turner. Fue una actuación completa. Ryan y Turner fueron incapaces de anotar un TD en ataque àra los Falcons. Habrá que dar un margen de confianza a los de Mike Smith, pero lo que se vio en el Soldier Field fue muy feo.

 

Tampoco estuvieron mucho mejor los Tampa Bay Buccaneers (0-1), que no pudieron con los antaño cómodos visitantes Detroit Lions (1-0). Los Lions están preparados para dar el salto con un buen QB y una DL intimidante. Matt Stafford estuvo estelar, completando 24/33 pases para 305 yardas, 3 TD y un «pick six» para Aqib Talib, con Megatron Calvin Johnson como principal socio (6 recepciones, 88 yardas, 2 TD). Lo que tiene que conseguir el joven QB es mantenerse sano, porque ya anduvo renqueante desde el primer día. En defensa, los de Ndamukong Suh frenaron la carrera de los Bucs y mantuvieron controlado a Josh Freeman, quien no estuvo lejos de hacer honor a su apodo de «Captain Comeback». 14 puntos abajo en el marcador cuando sonó el aviso de los dos últimos minutos, le faltó tiempo para empatar el partido con su último drive.

 

PEYTON PLACE

Pocos conocerán la vetusta serie Peyton Place. Era un culebrón muy popular en la televisión norteamericana en los años 60, el precursor del género, y alcanzó los 514 capítulos.

 

Para la mayoría se los seguidores de nuestra web, la NFL era nuestro particular «Peyton Place». Eran ya 13 temporadas viendo cada jornada a Peyton Manning cantando las jugadas de los de la herradura. No han sido 514 capítulos, pero sí 227 partidos consecutivos, siempre titular. Le hemos visto ganando diez o más partidos en las últimas 9 temporadas, todas ellas alcanzando los playoffs, donde precisamente su eficacia casi mecánica de la temporada regular se diluía, casi inexorablemente, salvo en la temporada de 2006.

 

Si ya el largo lockout nos había descolocado bastante, la ausencia del #18 enfundado en el uniforme de los Indianapolis Colts (0-1) ha sido desestabilizadora. Es chocante conectarse al Game Pass y ver que los Houston Texans (1-0) están vapuleando a sus rivales divisionales por 34-0 en el descanso.

 

El Plan B de Jim Caldwell fue llamar al jubilado de 38 años Kerry Collins, viejo conocido de Bill Pollian. No parece que fuera una buena idea. Apenas completó la mitad de los pases que lanzó, cometió 3 fumbles, de los cuales perdió dos, y sólo evitó el rosco en un certero pase de TD a un acrobático Reggie Wayne, su mejor receptor (106 yardas).

 

La defensa interceptó en dos ocasiones a Matt Schaub y recuperó un fumble, pero no pudo frenar a Andre Johnson (93 yardas, TD) y al juego de carrera tejano (167 yardas, 2 TD), que en ausencia del lesionado Arian Foster, fue liderado por el joven Ben Tate.

 

No sabemos si veremos a Manning de corto esta temporada. Yo pienso que no. Y habrá que ver las temporadas que le quedan en la manga al 4 veces MVP. El inexpresivo Caldwell tiene mucho trabajo por hacer si no quiere que veamos a los Colts de hace 20 años.

 

En el eterno debade de quién es el mejor QB de la liga, se ha hablado mucho de la influencia del «supporting cast» de Manning y Brady. Los Pats sin Brady en 2008 lograron un récord de 11-5. Creo que va a quedar demostrado que la importancia de Manning dentro de su equipo es mucho mayor que la del californiano en el suyo. Como dice Peter King, Manning podría ganar el MVP de esta temporada sin jugar un solo snap.

 

De la noche a la mañana los Texans se presentan como favoritos al título de la AFC Sur y a conseguir el 1º billete para playoffs de su historia. Sus otros dos rivales divisionales tampoco parecen estar en un buen momento. Ambos se enfrentaron también el domingo con nuevos signalcallers al mando.

 

Los Jacksonville Jaguars (1-0) y los Tennessee Titans (0-1) protagonizaron un partido, en el mejor de los casos, discreto. El veterano superviviente Jack Del Rio, después de despedir a David Garrard, se ha encomendado a los brazos, o al brazo, del jornalero Luke McCown. El asendido, Mike Munchack, ha hecho lo propio con un veteranísmo Matt Hasselbeck. Ambos QB tuvieron actuaciones grises, pero por lo menos Maurice Jones-Drew se mostró recuperado de su cirugía de rodilla, sumando casi un centenar de yardas terrestres y un TD. Fue suficiente para que los Jaguars dominaran prácticamente todo el partido. Hasselbeck apretó el marcador con sendos pases de TD al díscolo Kenny Britt (136 yardas en 5 recepciones), pero fue interceptado por Dwight Lowery cuando buscaba el FG range para dar la vuelta al partido tras el two minutes warning.

 

Chris Johnson, a quien su equipo ha hecho el RB más rico de la liga, se mostró fuera de forma tras su holdout y recompensó a su pagador con 9 carreras para 24 yardas y 6 recepciones para 25. Insuficiente.

 

BACK TO FOOTBALL

El jueves, en el Season Opener, tuvimos fuegos artificiales tanto fuera como dentro del campo. La NFL supo escoger un partido para saciar el hambre de football de la afición después del largo y frustrante lockout de la offseason.

 

Es cierto que el partido fue muy del gusto de la NFL actual: ataques explosivos, defensas de guante blanco, espectáculo y puntos en el marcador. Esta jornada los QB han batidos muchos récords de la NFL: 7.842 yardas de pase (245 de media por equipo), 14 QB por encima de las 300, 5 partidos con ambos QB por encima de las 300. Pero no busquéis dogmatismo en esta columna, yo soy un ecléctico. A mí me gusta el football en todas sus formas. Me gusta un Steelers-Ravens a cara de perro en playoffs. Me gusta un partido bajo la nieve. Me gusta un duelo de punters por ganar la batalla posicional cuando los ataques se estrellan en la defensa. Pero también me gusta un duelo de QB perforando las secundarias como un emmental. Incluso los partidos en Dome. Creo que en una temporada de la NFL hay sitio para distintos tipos de partidos y que los equipos deben saber enfrentarse a todos ellos.

 

Los dos últimos campeones de la Super Bowl rivalizaron en ataque aéreo. Los Green Bay Packers (1-0) salieron enchufados, con Aaron Rogers retomando la acción donde la había dejado el pasado febrero. Para el descanso ya había lanzado 3 pases de TD. Greg Jennings, Jordy Nelson y un prometedor rookie, Randall Cobb, quien en la 2ª parte vovlería a anotar en un retorno de kickoff de ¡108 yardas! (igualando el récord de la liga), fueron los anotadores.

 

Pero los New Orleans Saints (0-1) no se quedaron atrás. Drew Brees se lo tomó con más calma, pero acabó superando las 400 yardas de pase, repartiendo también 3 TD, a Devery Henderson, Robert Meachem y al TE Jimmy Graham. El recién llegado Darren Sproles anotó en un retorno de punt de 72 yardas (además de sumar otras 75 en 7 recepciones) y estuvo a punto de replicar al retorno de Cobb con otro TD de retorno del consiguiente kickoff. No está mal si se tiene en cuenta que se había anunciado la muerte de los retornos de kickoff con las patadas desde la yarda 35 (hubo tres para TD en la jornada).

 

Los Packers parecía que tenían el partido controlado, pero los Saints llegaron a tener la última oportunidad de empatar el partido desde la yarda uno con el reloj a cero, después de un pass interference en la endzone. Sean Payton cantó el número de Mark Ingram, pero el atlético rookie fue frenado por Clay Matthews y Morgan Burnett cuando saltó por encima de la montonera.

 

THE RYAN’S SHOW

La familia Ryan es un referente del espectáculo en la NFL actual. Cada enfrentamiento entre los hermanos gemelos concita un interés más propio de una «sit com» que de un partido de football. El domingo tuvimos otro episodio de The Ryan’s Show, en el que Rob se ha mudado a Dallas, y en el que apareció hasta su padre Buddy como «guest star».

 

Rex, head coach de los New York Jets (1-0) y Rob, coordinador defensivo de los Dallas Cowboys (0-1) llevan toda la vida compitiendo. Los gemelos deben pelearse hasta en las partidas de tute después de una cena de Acción de Gracias y el partido del domingo no defraudó a nadie. Se vio un gran espectáculo en el campo y en las bandas, con sus aciertos y sus fallos, pero con mucha pasión.

 

Los Cowboys tuvieron el partido en su mano después de dominarlo desde el drive inicial. Tony Romo movió el balón con soltura frente a la peligrosa defensa de los Jets, alcanzando las 342 yardas de pase, con 2 TD. Pero en los últimos minutos del partido apareció la peor versión del QB y los Jets capitalizaron como nadie los turnovers.

 

Los Cowboys iniciaron el 4º cuarto poniéndose 14 puntos arriba. Mark Sanchez tuvo sus momentos estelares y sus momentos bajos, pero acertó a acortar distancias con su 2º pase de TD, esta vez al redimido Plaxico Burress. Pero con un gran pase de Romo de 64 yardas a Jason Witten los Cowboys se plantaron en la yarda 3. Faltaban menos de 10 minutos y tal y como iba el partido probablemente bastaría con un FG para asegurar la victoria. Pero Romo volvió a disfrazarse de «Butterfinger» y perdió un balón que debió asegurar.

 

Aunque Sanchez le devolvió el favor en el siguiente drive, los Jets acertaron a empatar el partido bloqueando un punt, retornado para TD por Isaiah Trufant. Romo tuvo la oportunidad de desequilibrar el marcador en el último minuto paro se le ocurrió regalar a Darrelle Reves (que pasó de cubrir a Miles Austin a hacerlo con Dez Bryant) una cómoda intercepción, lo que dio la oportunidad a Nick Folk de dar la vuelta al partido con un complicado FG de 50 yardas ante su ex equipo. Los Cowboys no habían perdido nunca en las 247 veces que lideraban el marcador por 14 puntos en el 4º cuarto, sólo habían concedido un empate.

 

Rob estuvo mejor que Rex, pero la victoria fue para este último, aunque las gracias se las debe dar a Romo. Sanchez estrenó su nuevo cuerpo de receptores, con Burress, Derrick Mason y Santonio Holmes, pero el líder del juego aéreo fue LaDainian Tomlinson con 73 yardas en 6 recepciones.

 

Fue una buena manera de conmemorar el 11 de Septiembre en Nueva York. El otro equipo de la Gran Manzana sucumbió en la capital, que también tuvo lo suyo hace justo diez años. Los Washington Redskins (1-0) dieron una buena imagen en el opener de la 2ª temporada de Mike Shanahan a los mandos del equipo. Las nuevas incorporaciones en posiciones claves dieron sus frutos. Rex Grossman hizo un gran partido, superando las 300 yardas de pase, con dos TD, mientras que Tim Hightower lideró el juego de carrera con 72 yardas y un TD en 25 acarreos, a las que añadió 25 de recepción. Habrá que ver si este buen juego tiene continuidad o sólo fue el «hype» del momento.

 

Los New York Giants (0-1), en cambio, no funcionaron bien en ningún lado del balón. Eli Manning tuvo su día subpar, completando poco más que la mitad de sus pases para 258 yardas y encajando 4 sacks. Su único envío a la enzone fue el «pick six» del LB rookie Ryan Kerrigan, aunque anotó uno en un rollout. Por su parte, Brandon Jacobs y Ahmad Bradshaw apenas sumaron 73 yardas de carrera. La defensa también estuvo floja, pero hay que tener en cuenta que faltaban hombres como Justin Tuck, Osi Umenyiora y Jonathan Goff, además del pick de 1ª ronda Prince Amukamara. Así no se puede.

 

AFC NORTE: FRENTE A FRENTE

Esta jornada tocaba doble enfrentamiento en la AFC Norte. Grandes rivalidades en la mismísima primera jornada. Sonaba bien, pero tal vez haya sido demasiado pronto, porque es una lástima que uno de los partidos del año se resuelva de una manera tan expeditiva, casi por incomparecencia de uno de los rivales.

 

No obstante, seguro que a los Baltimore Ravens (1-0) no les habrá parecido mal, ya que se vengaron de su eliminación en el último playoff divisional, propinando a los Pittsburgh Steelers (0-1) una de las derrotas más severas de los últimos tiempos.

 

Los Ravens no tuvieron piedad. Forzaron 7 turnovers (récord de la franquicia), 5 de ellos a Ben Roethlisberger (3 picks, 2 fumbles), quien sufrió además 4 sacks. Terrell Suggs fue el catalizados de la defensa de Baltimore sumando 3 sacks y forzando dos fumbles. Ed Reed también se anotó las intercepciones por pares. Haloti Ngata fue otro monstruo en la DL. Por si fuera poco también anularon el juego de carrera de los Steelers (57 yardas). Para completar la magnífica actuación, Joe Flacco estuvo sembrado, preciso, sin errores, y lanzó 3 pases de TD. Anquan Boldin fue su mejor receptor, con 74 yardas y un TD en 4 recepciones, pero Ray Rice volvió a ser el MVP del ataque, sumando 149 yardas y 2 TD desde el scrimmage. Es el único RB que ha corrido más de 100 yardas contra los Steelers en los últimos 51 partidos, y lo ha hecho en dos ocasiones.

 

Los Steelers parecían aún de pretemporada, o de resaca post-Super Bowl. Big Ben sólo consiguió evitar el rosco conectando con Emmanuel Sanders en la endzone. Habra que ver algún partido más para evaluar la realidad de Pittsburgh esta temporada.

 

En cuanto a la Batalla de Ohio, los Cincinnati Bengals (1-0) sorprendieron a propios y extraños ganando con relativa facilidad un derby en el que los renovados Cleveland Browns (0-1) partían como favoritos.

 

Carson Palmer vería desde el sillón de su casa cómo los Bengals volvieron a una especie de «back to basics» y jugaron como hace dos campañas, apoyados en un potente juego de carrera de Cedric Benson (25 acarreos, 121 yardas, TD) que facilitó el debut de Andy Dalton a los mandos del ataque. Dalton estuvo preciso en un juego de pase corto, lanzando su 1º pase de TD en el 1º cuarto. Sustituído por lesión, Bruce Gradkowski no mantuvo el nivel, pero dio la vuelta al partido con un pase de TD de 41 yardas al rookie A.J. Green, a quien la defensa de los Browns dejó sin marca en un absurdo full blitz. En defensa también recordaron a los Bengals de 2009, controlando el juego de carrera de Peyton Hillis (57 yardas en 17 acarreos) y complicando la tarde a Colt McCoy, quien no alcanzó a completar la mitad de sus 40 pases y que fue interceptado en los últimos instantes del partido.

 

El tándem Pat ShurmurMike Holmgren tiene trabajo por delante para reconducir a unos aún despistados Browns.

 

Las Cheerleaders de los San Diego Chargers (1-0) además de conmemorar el 11 de Septiembre, pudieron disfrutar de una victoria de su equipo en un opener, algo a lo que no están demasiado acostumbradas, ya que los Bolts suelen tener un arranque liguero más lento que el del viejo Peugeot 404 familiar diessel de mi padre.

 

Con todo, la victoria no está exenta de puntos negros. Después de ser el año pasado estadísticamente el mejor ataque y la mejor defensa de la liga y a pesar de todo quedarse fuera de los playoffs, en gran medida por su patética cobertura en los equipos especiales, los Chargers empezaron 2011 encajando un TD en el retorno del kickoff inicial (Percy Harvin, 103 yardas en 15 segundos). Sé que hemos tenido un lockout pero, ¿no ha habido un poco de tiempo para entrenar esto?

 

Otros puntos negros fueron la lesión para el resto de la temporada del DE Luis Castillo y de uno de los mejores kickers de la liga, Nate Keading. El punter Mike Scifres tuvo que hacer frente a un crucial FG de 40 yardas para empatar el partido en el 4º cuarto. Como suele ser el holder de Keading, Eric Weddle tuvo que hacer de holder, pero el experimento funcionó.

 

Los Chargers sufrieron para ganar un partido en el que los Minnesota Vikings (0-1) fueron liderados por un Donovan McNabb que sólo sumó unas bochornosas 39 yardas de pase. Adrian Peterson se quedó corto del centenar de yardas de carrera un día después de firmar una extensión de su contrato. Phillip Rivers fue interceptado en dos ocasiones, pero cuando espabiló se hizo dueño del partido.

 

El playmaker para los Chargers no fue ni Antonio Gates (8 recepciones, 74 yardas), ni Vincent Jackson (2, 31), ni el RB Ryan Mathews, aunque sumó 73 yardas de recpeción a sus 45 de carrera. El killer fue Mike Tolbert, quien sumó 93 yardas desde el scrimmage y anotó un TD de carrera y otros dos de recepción.

 

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

Los Philadelphia Eagles (1-0) ganaron en St. Louis aunque no con la comodidad que refleja el marcador. Michael Vick lanzó dos pases de TD, pero no erstuvo demasiado preciso. La defensa estuvo muy presionante y forzó 5 sacks, un fumble y se llevó por delante a Sam Bradford, pero el fichaje estrella Nnamdi Asomugha fue batido con más facilidad de la esperada. Donde no hay «peros» es en el juego de carrera, donde LeSean McCoy sumó 122 yardas, con un TD (anotó otro de recepción), a las que hay que añadir las 97 del propio Vick. DeSean Jackson tampoco tuvo «peros», con 6 recepciones para 103 yardas y un TD.

 

Fue un duro día para los St. Louis Rams (0-1), que vieron cómo caían lesionados Steven Jackson, el WR Danny Amendola y el propio Bradford. Habrá que estar atentos al parte de enfermería esta semana.

 

Sus rivales divisionales, San Francisco 49ers (1-0) y Seattle Seahawks (0-1) se midieron en un encuentro que renovó la riivalidad Stanford – USC, donde entrenaron Jim Harbaugh y Pete Carroll, respectivamente. El nivel del juego tampoco mejoró lo que es un partido de College Football medio. Los Niners se llevaron el encuentro con una sólida defensa y sobre todo gracias a los retornos de Tedd Ginn Jr., que anotó sendos TD en retornos de kickoff y punt en menos de un minuto en el 4º cuarto. Por lo demás, Harbaugh tuvo un gameplan más conservador que el Tea Party. David Akers se hartó de chutar FG (4/4, dentro de las 30 yardas) ante la imposibilidiad de Alex Smith de lanzar un pase de TD, pero por lo menos se evitaron los turnovers. Los Seahawks naufragaron bajo el mando de Tarvaris Jackson. Lo más destacado fue el TD de 55 yardas del rookie Doug Baldwin, quien hasta enero jugaba para… Harbaugh en Stanford.

 

La sorpresa de la jornada la protagonizaron los Buffalo Bills (1-0), que endosaron a los Kansas City Chiefs (0-1) la peor derrota en el Arrowhead Stadium en los últimos 35 años. Chang Gailey saboreó un sorbo de fría venganza al poner en evidencia al causante de su despido de coordinador ofensivo en Kansas City, Todd Haley.

 

Ryan Fitzpatrick dio un master de gestión del ataque. El de Harvard completó 17 pases de 25 para 208 yardas y 4 TD, sin errores. Todo ello con una nómina de receptores sospechosos. El más destacado fue el TE Scott Chandler, que anotó 2 TD cuando en sus 3 anteriores temporadas de jornalero había atrapado sólo un balón. Los Chiefs estuvieron horribles, empezando por Matt Cassel (119 yardas de pase, TD, pick) y acabando por Jamaal Charles (56 yardas de carrera, fumble). Para colmo, perdieron al safety Eric Berry para el resto de la temporada.

 

El lunes tuvimos una ración doble de partidos y récords. Tom Brady batió el récord de yardas de pase de la franquicia y del MNF. Sus 519 yardas, en una serie de 32/48 pases completados, con 4 TD tuvieron highlights como el pase de TD de 99 yardas a Wes Welker, cortesía de las pocas ganas de placar del CB Benny Sapp. Todo ello sin mancharse, perfectamente protegido por su OL. Su único lunar fue una intercepción de rebote, algo que a Brady no le ocurría desde octubre pasado.

 

El caso es que los New England Patriots (1-0) se pasearon en el Sun Life Stadium frente a unos Miami Dolphins (0-1) que tuvieron un par de arreones, motivados por el ambiente, con un Chad Henne mucho más productivo de lo esperado (30/49, 416 yardas, 2 TD, pick), pero con una defensa absolutamente infame. La pareja de TE de los Pats, Aaron Hernandez y Rob Gronkowski sumaron 189 yardas de recepcion y 2 TD, lo que se dice una buena tarde (o noche). Curiosamente, en este festival aéreo Chad Ochocinco se quedó con una recpeción para 14 yardas.

 

Por último, también tuvimos récord en el Mile High. Porpiciado por la altura, Sebastian Janikowski igualó el récord de la NFL con su FG de ¡63! yardas al filo del descanso. No fue el único que brilló en los Oakland Raiders (1-0) de Hue Jackson. Darren McFadden (22 acarreos, 150 yardas) fue otro de los artífices del 8º triunfo intradivisional consecutivo de los suyos, que estuvieron sólidamente dirgidos por Jason Campbell.

 

No se puede decir lo mismo de los Denver Broncos (0-1) de John Fox. No puedes ganar un partido con 12 carreras para 25 yardas, y menos si Kyle Orton está en versión escopeta de feria. Para rematar la faena se lesionaron sus dos mejores defensores, el DE Elvis Dumervil, que se perdió la temporada pasada entera y no se le ve muy sano, y Champ Bailey. Los Broncos van directos a la cabeza del Luckómetro.

 

 

He alargado una semana mi «lockout» particular y publico ahora mis pronósticos para la presente campaña. Con la huelga la temporada pasada me parecía más lejos aún, y he necesitado de una jornada para recordar cuál era el nivel de los equipos.

 

ESTE NORTE SUR OESTE
14-2 12-4 11-5 11-5
11-5 10-6 11-5 10-6
7-9 5-11 5-11 6-10
3-13 3-13 4-12 3-13

 

ESTE NORTE SUR OESTE
12-4 11-5 10-6 9-7
9-7 11-5 10-6 6-10
9-7 9-7 8-8 6-10
8-8 4-12 4-12 4-12

 

El Lombardímetro® quedaría entonces así:

Algún año toca ser el del Cuervo. Consultaré el calendario chino, o el tibetano, o el Birmano.
Son los más fuertes de la NFC, pero tienen tendencia a perder las finales. Perderían la SB contra los Ravens.
Pueden ganar perfectamente este año, pero siempre se encuentran con algún hueso en playoffs.

 

El equipo tiene muy mala pinta.
Son serios candidatos a hacerse con Andrew Luck.
Siguiendo el artículo de mi vecino… ¿entran los Colts en la pelea?

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