Tim Tebow, D’Artagnan y los Tres Mosqueteros

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Uno de los mayores placeres que quedan en la vida es la lectura. Al menos los que somos de mi generación nos enseñaron a leer desde muy pequeños y hemos aprendido con libros, trabajábamos con libros y sobre todo estudiábamos con libros. Lo de la informática y más tarde internet nos pilló trabajando, yo al menos nunca había visto un ordenador hasta que empecé a trabajar, en toda mi etapa de estudiante nunca jamás utilicé un ordenador, los trabajos los entregábamos escritos a mano.

 

Ahora apenas tengo libros, hace tiempo que doné todos los libros de lectura que tenía y me he pasado al e-book, alguno aún lo guardo. Pero aunque no tengo libros físicos sí hay libros que uno nunca se olvida pasen los años que pasen, uno de mis preferidos es “Los Tres Mosqueteros” de Alejandro Dumas, como casi toda la obra del prolífico escritor francés. En la actualidad ya no se leen tanto a estos clásicos, el personal prefiere los actuales “techno thrillers” de consumo masivo y mas fácil lectura del tipo de Dan Brown, John Grisham o el último fenómeno literario, el fallecido Stieg Larsson con su trilogía “Millenium”. Los Tres Mosqueteros han pasado más a ser personajes de cine o series, casi todos habrán oído y/o visto películas o series donde aparecían, recientemente se ha estrenado otra versión, 3D como no, con los habituales nuevos efectos especiales digitales y donde se utilizan las técnicas de espadachines mas orientales que occidentales, todo a favor del espectáculo y con la clara intención de romper las taquillas de medio mundo.

 

Lo que no sé si muchos saben es que el personaje principal de “Los Tres Mosqueteros” no es siquiera un mosquetero, sino que es D’Artagnan, un aspirante a mosquetero, los cuerpos de élite del ejercito del rey de Francia. La novela narra las venturas, amoríos y desventuras de D’Artagnan y de la amistad que alcanza con los que sí eran los mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis, amistad que acaba en profunda camaradería y donde finalmente D’Artagnan es reconocido como un mosquetero, pero eso no ocurre hasta bien avanzada la novela. Las leyendas urbanas, el cine y la literatura popular siempre identifican a D’Artagnan con uno de los mosqueteros, cuando en realidad no lo es en un principio, sino que tiene que ganarse el favor de aquellos tres mosqueteros mediante luchas, intrigas, estancias en la cárcel, muertes, pérdidas por igual de amigos y enemigos, amoríos frustrados, innumerables duelos a espada, etc… Todo el mundo sabe quién es D¡Artagnan, pero si preguntas quiénes son Athos, Porthos y Aramis no todos lo sabrán, de hecho quienes hayan visto la magnífica película india “Slumdog Millonaire” tienen que recordar la última pregunta relacionado con los mosqueteros y la respuesta es muy sencilla para todo aquel que haya leído el libro, pero no tanto en la literatura popular.

 

Tim Tebow, el hombre de moda ahora mismo en USA es el D’Artagnan de la NFL. Es con toda seguridad el jugador más popular y que más pasiones levanta en todo el deporte americano. La NFL está en su momento cumbre de la temporada y acapara horas y horas de televisión, su historia se engrandece cada semana y cada domingo escribe una nueva gesta. Y decimos que es el D’Artagnan de la NFL porque Tebow quiere ingresar en ese exclusivo club de los mosqueteros, el club de los QB donde los tres miembros más destacados son Aaron Rodgers, Drew Brees y Tom Brady. Este exclusivo club cuenta con este año con la baja de Peyton Manning, y quien sabe si volverá a ser parte del mismo, pero nadie puede dudar que los tres mosqueteros de la actual NFL son los 3 QB antes mencionados y que todos luchan por batir el único record que aún le queda a Dan Marino, el de más yardas de pase en una sola temporada. Los 3 los tienen a tiro, y lo único que está por ver quién será el primero que lo sobrepase y quién lo lleva más lejos. Y si decimos que Tebow es como D’Artagnan es porque al igual que el personaje de la novela de Alejandro Dumas se tiene que ganar el derecho a formar parte de ese club, tendrá al igual que aquél luchar, romper intrigas palaciegas y tramas que le pondrán por el camino, y sólo si consigue llegar al objetivo, meter a su equipo en playoffs, es posible que le dejen formar parte de ese exclusivo club.

 

Tebow está a millones de kilómetros de tener la precisión en los pases que tiene Brees, está igualmente a años luz de tener la potencia de lanzamiento que tiene Rodgers, y finalmente ni se aproxima en presencia en el pocket a Brady, pero en algo sí es igual a todos ellos, en su determinación por ganar, aunque para ello tenga que luchar contra todos los obstáculos que le pongan en el camino. Tebow no tiene precisión en sus pases, a pesar de ser un gran atleta, sus lanzamientos no son nada potentes y la pelota fluctúa demasiado, y por último su presencia en el pocket es puramente testimonial, como mejor se maneja es fuera del mismo y en medio del caos, cuando todo parece que se rompe aparece él. Tampoco es como aquellos QB que son jugadores que acostumbran a ir a ritmo, cuando pillan la directa son imparables, Tebow es totalmente arrítmico, al igual que lo era Belén Esteban en aquel lamentable programa de baile hecho a su medida, pero eso sí, cuando explota es como un huracán, se lleva todo por delante y resulta imparable. Al menos nadie ha sabido encontrar la fórmula para detener a un QB tan atípico que hace parecer a Ben Roethlisberger un pocket passer clásico, cuando Big Ben era hasta la fecha el QB más heterodoxo de toda la liga. Antes siempre decíamos, Big Ben es así, ahora lo tenemos que decir de Tim Tebow, es así, hasta el punto que ha desatado la Tebowmanía y ha acuñado un nuevo verbo, “to tebow”, que es como ya se denomina a la acción de arrodillarse y rezar en el transcurso de un partido.

 

Nadie puede saber cómo acabará la aventura de Tebow, pero hay un hecho innegable en su historia, a cada batalla que se enfrenta gana, por los pelos, por una extraña constelación de las estrellas y concatenación de hechos, por fenómenos para anormales, o incluso por una simple cuestión de fe, pero la realidad es la que Tebow es un ganador, en ocho partidos que ha empezado este año sus Broncos han ganado 7 y sólo han perdido uno ante el equipo mas ciclotímico de toda la liga, los Detroit Lions, que dependiendo de la versión que aparezca son capaces de cualquier cosa, de momento son los únicos que han podido con Tim Tebow. Lo que ahora todos nos preguntamos es que dónde podrían estar estos Broncos si Tebow hubiera sido el QB titular desde el primer día y no el pusilánime y pasota de Kyle Orton. Los Broncos lideran en solitario la AFC West y dependen sólo de ellos mismos para entrar en los playoffs, algo con lo que nadie soñaba siquiera en Denver cuando la temporada echó a andar, entonces se estaba mas cerca de lo que se conoce como “Andrew Luck sweepstakes” que de jugar un partido de playoffs en Mile High Stadium, algo que ni los más veteranos del lugar recuerdan. Y con Tim Tebow en el campo y en un partido de playoffs todo es posible, incluso ganar un partido y avanzar una ronda.

 

Si Tebow es capaz de llevar a su equipo a los playoffs, desde luego habrá hecho méritos mas que suficientes para ingresar en el exclusivo club de los mosqueteros y pese a no contar ni con la mitad de talento que aquellos los supera en coraje, ganas y determinación para ganar un partido. Si no fuera por las temporadas de Aaron Rodgers, Drew Brees o Tom Brady, el MVP de la liga sería sin ninguna duda Tim Tebow, y de haber empezado la temporada desde el primer día y con los mismos resultado que hasta la fecha, continuaría sin ganarla por lo anormal de la temporada de Aaron Rodgers, pero teniendo en cuenta que tanto Brees como Brady se mueven en lo que son sus parámetros mas o menos normales, quizás algo mejores que el año anterior, sí podría disputar a estos últimos el premio.

 

Esta temporada será recordada por las actuaciones de Tebow, aunque lo mas probable que el Vince Lombardi lo acaben alzando Aaron Rodgers o Drew Brees y finalmente la temporada sea recordada por “Title Town” o “Who Dat”, pero aquellos que llevamos siguiéndola sabemos que el auténtico protagonista es de momento Tim Tebow, y al igual que en la novela de Alejandro Dumas, D’Artagnan era el protagonista, pero no aparecía en el título del libro.

 

 

  • El Black Monday es el primer lunes finalizada la temporada regular, ese día los Head Coach que han fallado a las expectativas suelen recibir lo que se conoce como “The pink slip”, la carta de despido de toda la vida. Pero desde hace un tiempo que los equipos no tienen tanta paciencia, o más que los equipos, los propietarios de los equipos que reciben a su vez la presión del aficionado, en cuanto ven que su entrenador no funciona lo echan sin más miramientos. El primero al que abrieron la puerta fue a Jack del Rio en Jacksonville, aunque en ello mucho ha tenido que ver la venta del equipo más que los malos resultados, la plantilla de la que disponía Del Rio no daba para mas y lleva años siendo así, Jacksonville no es un destino atractivo y se marcha con el mismo récord que Tom Coughlin. El siguiente en la lista ha sido Todd Haley, los Kansas City Chiefs no han aguantado un minuto más y le han largado tras haber ganado la AFC West el año anterior y sin tener en cuenta que las lesiones han roto por completo al equipo, aunque en el caso de Haley lo que ha pesado más es la penosa impresión que el equipo está causando últimamente. El último de momento es Tony Sparano, que seguramente tenía que haber sido el primero tras empezar la temporada 0-7 y en la cuerda floja antes siquiera de empezar la temporada, sólo era cuestión de tiempo que Sparano cayera. Otros pueden seguir el mismo camino que los tres mencionados en breve y entre otros ven peligrar sus puestos Steve Spagnuolo en St. Louis, Raheem Morris en Tampa Bay, Norv Turner en San Diego, Jim Caldwell en Indianapolis y quién sabe si Jason Garrett no será también víctima de la ira de Jerry Jones si los Cowboys vuelven a fracasar este año cuando lo han tenido todo a favor para entrar en los playoffs con pasmosa facilidad.

 

  • El caso de los Dallas Cowboys debería ser objeto de estudio pormenorizado, al menos la plantilla de esta temporada, inexplicable para el común de los mortales. Desde que Jason Garrett tomó el mando de este equipo el año pasado ha perdido 9 encuentros, en uno perdió por un diferencial de 28 puntos, en los restantes 8 derrotas el diferencial total de puntos suma 28, y en esos 8 partidos los Cowboys han estado por delante en el marcador. Desde que los Cowboys llegaran a la NFL en 1960 sólo han perdido dos encuentros en los cuales su ventaja en el último cuarto era de más de 12 puntos, en esta sola temporada llevan perdidos 3 partidos, o dicho de otra manera, en una sola temporada han superado lo alcanzado en los 50 años anteriores. Como para no hacérselo mirar, al menos la defensa, y eso que ficharon al que se supone es uno de los gurus defensivos de la liga como es Rob Ryan, el hermano gemelo del excéntrico Rex Ryan, hijos del legendario Buddy Ryan. A medida que la temporada avanza Rob parece más un producto de marketing, tiene el pelo muy largo a diferencia de su hermano, vende humo, habla casi tanto como su hermano, hace aspavientos y por momentos le roba absolutamente todo el protagonismo a Garrett con resultados más bien pobres. Eli Manning les hizo un auténtico traje el domingo pasado en el último cuarto. Tampoco Garrett se libra, su playcalling con Tony Romo ha sido de lo más sospechoso y uno al final no sabe si el culpable de los errores del QB son fruto de él mismo o de las consignas que le manda Garrett, que ejerce a su vez de coordinador ofensivo. El caso es que los Cowboys por unos o por otros siempre encuentran maneras originales de perder, se parecen y mucho a los San Diego Chargers en ese aspecto, eso tarde o temprano acabará por provocar la ira de Jerry Jones y todos sabemos como acaban las cosas cuando Jerry se enfada.

 

  • Miami se empieza a parecer cada vez más a los equipos de fútbol europeo donde un entrenador no termina su contrato nunca. Tras más de dos décadas con un solo entrenador, Don Shula, y apenas 2 QB, Bob Griese y Dan Marino. Sentarse en el banquillo de Miami comienza a ser el destino mas caliente de toda la liga, y no porque en Miami sea siempre verano, sino porque nadie dura demasiado en el puesto de Head Coach. El sustituto de Don Shula, Jimmy Johnson, no terminó su contrato y acabó cediendo su puesto a su asistente, Dave Wannstedt, que acabaría presentando la dimisión antes de terminar la temporada y su contrato. Su reemplazo Nick Saban terminaría haciendo las maletas tras un año para volver a la universidad y Cam Cameron no llegó siquiera a durar una temporada completa, fue fulminantemente cesado antes de acabar la temporada. Tony Sparano firmó por 4 años y vio como se le ampliaba un año más tras el fiasco de Jim Harbaugh, pero no ha llegado ni a completar su primer contrato, a falta de tres jornadas para acabar la temporada ha sido despedido. En los mentideros de la NFL se dice que Miami no es un destino interesante, se apunta por una parte al General Manager, Jeff Ireland, y por otra al propietario, más obsesionado con la fama y los titulares que con poner talento en el campo. Miami ahora empezará con la enésima búsqueda de un nuevo entrenador, que se supone vendrá con un nuevo QB bajo el brazo, y vuelta a empezar.

 

  • Los New Orleans Saints saben que la post temporada no pasará por su estadio cerrado aunque aún tiene posibilidades de terminar con el segundo mejor record de la conferencia, pero no dependen de si mismos sino de un error de los San Francisco 49ers. En todo caso los Saints si quieren volver a la Superbowl saben que tendrán que salir de su refugio del Superdome donde son intratables, y no sólo una vez, sino que es posible que incluso hasta 2 veces, con viajes a San Francisco y Green Bay, donde en enero es costumbre que llueva, haga frío y hasta pueda nevar, algo a lo que los Saints no están precisamente acostumbrados. También el tipo de césped juega en su contra, los Saints son un ataque de muy alto octanaje y que hace de la velocidad su mejor arma, pero los césped naturales son más lentos para aquellos equipos no acostumbrados a ellos. Los Saints ya no volverán a jugar en campo abierto y de césped al menos hasta los playoffs, lo que les queda de temporada regular lo harán en campos cerrados y todos pudimos ver lo que los Saints sufren en un estadio al aire libre. Los Titans no ganaron por la inexperiencia de su QB en el último drive, en defensa hicieron los deberes conteniendo al ataque y Drew Brees estuvo a punto de ver rota su racha de partidos consecutivos anotando al menos un TD, ya está tan solo a 8 partidos del record de Johhny Unitas, pero los equipos con los que se encontrarán los Saints en playoffs seguro que serán más duros que Tennessee, especialmente San Francisco, una de las pocas defensas que podrían desarbolar por completo a los Saints en un campo como Candlestick Park, donde a nada que haga el tiempo que suele hacer por San Francisco en enero es muy complicado practicar el estilo de juego que practican los de Brees.

 

  • Los Green Bay Packers sólo necesitan ganar un encuentro más para asegurarse el factor campo en los playoffs, y si ganan el próximo domingo en Kansas City ante los flojos Chiefs los Packers se van a encontrar con una tesitura, ir a por la temporada regular perfecta o hacer lo mismo que en su momento hicieron los Indianapolis Colts, renunciar voluntariamente a ello y salvaguardar de posibles lesiones a sus mejores jugadores. En todo caso no parece que ello vaya a ser un problema muy grave, el pasado domingo los de Aaron Rodgers jugaron un entrenamiento ante los Oakland Raiders con un solo pero, la lesión de Greg Jennings, que parece que podrá volver para los playoffs. En todo caso los Packers tienen tantísimas armas ofensivas que pueden permitirse el lujo de no usar a Jennings hasta enero y seguir sus entrenamientos, el calendario les es más que propicio, juegan sus dos últimos partidos en su propio estadio ante unos Chicago Bears sin QB ni RB y unos Detroit Lions que cuando juegan al aire libre son una versión pobre de los New Orleans Saints.

 

  • Los Chicago Bears se las prometían felices cuando por un capricho del calendario afrontaban el tramo medio de su temporada, 4 partidos contra los rivales de la devaluada AFC West, con un récord de 6-3 y un equipo muy en forma con un Jay Cutler muy serio y Matt Forte dominando el juego terrestre. El resultado del viaje por el oeste no ha podido ser más desastroso para los intereses de los de Chicago, contra San Diego perdían para toda la temporada regular a Cutler que se lesionó de la manera mas absurda, intentando parar un retorno tras una intercepción. En el siguiente partido, visita a Oakland, con un QB de emergencia, Caleb Hanie y sin experiencia, se lo pusieron muy difícil a los Raiders, estuvieron siempre pegados en el marcador en un duelo de kickers y punters solamente roto al final cuando ambos equipos se animaron. Hanie se soltó en el último cuarto y empezó a vislumbrarse la posibilidad de remontar el partido, pero Hanie acabó cometiendo un error de novato y Chicago se quedo sin posibilidades. El siguiente partido, contra los Chiefs, que esa misma semana se habían hecho en waivers con los servicios de Kyle Orton, el ex de Chicago y del que habían prescindido en Denver, jugaron un partido infumable y que se decidió por una sola acción, un Hail Mary imposible de Tyler Palko y que acabó de manera inexplicable en TD, fue más que suficiente dada la inoperancia ofensiva de los Bears. Para rematar la faena los Bears han sido la enésima víctima del fenómeno Tim Tebow, aunque mas que las acciones de Tebow la culpa es mas achacable al lamentable final de partido de Marion Barber regalando primero tiempo a los Broncos saliendo fuera del campo, más tarde no logrando un primer down y finalmente cometiendo un fumble cuando los Bears estaban en FG range en la prórroga. Los Bears están fuera de los playoffs y no dependen de si mismos, su calendario no es nada sencillo puesto que tienen por delante a Seattle, un equipo muy caliente ahora mismo y después irán a Lambeau Field.

 

  • Seattle y Arizona empezaron la temporada de forma muy fría, incluso por momentos se dudaban que pudieran ganar siquiera media docena de partidos, pero a falta de tres jornadas ambos tienen 6 victorias y uno de ellos puede acabar incluso con record positivo, son dos de los equipos más calientes y en forma de la liga, de los que nadie quiere ahora mismo encontrarse por el camino. En el caso de Seattle su reacción ha empezado por la defensa a la que se ha sumado el gran estado de forma de Marshawn Lynch, The Beast, que es como es conocido el RB que es el jugador más en forma de su posición. Corre como un poseso, es imparable y corre con defensas colgándoles de todas partes del cuerpo y se ha vuelto una autentica máquina de dominar los partidos desde las trincheras, aunque no parece casualidad que la explosión del talentoso RB llegue con el último año de su contrato y cuando pueda afrontar la post temporada como agente libre. También en Arizona la reacción ha empezado con la defensa pero el ataque ha empezado a funcionar con el desconocido QB John Skelton y no con el gran fichaje de la temporada, Kevin Kolb, lo que puede garantizar una pretemporada muy caliente en Arizona, mas aún, con el posible duelo para hacerse con el puesto de QB para la temporada que viene.

 

  • Ben Roethlisberger cada día me recuerda más al tristemente fallecido Steve McNair, no por su estilo de juego ni prestaciones, sino porque ambos son QB que parece que mejor funcionan a medida que se les acumulan los golpes y las lesiones. Para aquellos que no pudieron disfrutar de la carrera de McNair, nos referimos a su etapa en Tennessee, recordar que el QB aprovechaba la larga postemporada para recuperarse de las tropecientas lesiones que acumulaba cada temporada. McNair mejoraba a medida que avanzaba la temporada, pero esa mejoría iba siempre unida a las lesiones, cuando no se rompía una costilla sufría un esquince o un golpe en la cabeza, su esposa llegó a decir que no dormía con él en temporada por la cantidad de dolores que sufría el QB y que hacían imposible compartir con el cama, además de la cantidad de calmantes que tomaba para soportar el castigo. Roethlisberger ha demostrado con los años que es capaz de superar a McNair, al igual que aquél parece que el dolor y las lesiones hacen de él un mejor QB, ya tuvo al principio de temporada un esquince de tobillo, más adelante su rodilla se dobló de una manera que no debería doblarse una rodilla, por no hablar de todos los golpes que se lleva en cada partido por su querencia a aguantar los pases. Desde hace un tiempo juega con un dedo semi roto y el jueves pasado terminó literalmente cojo, y conociendo a Big Ben el lunes que viene estará en San Francisco salvo que se lo impidan, no sería la primera vez que vemos a Big Ben entrar en el estadio con una bota y salir al campo.

 

  • De los 32 equipos que componen la actual NFL sólo había uno que no sabía lo que era la post temporada, nos referimos evidentemente a los Houston Texans, que en enero próximo van a saber lo que es jugar lps playoffs, y por primera vez en Houston desde 1993 verán un partido de post temporada. Seguramente ni Gary Kubiak ni Bob McNair lo habían planeado de esta forma, sin Matt Schaub, Mario Williams y sin casi Andre Johnson, las 3 caras mas conocidas del equipo, pero el demoledor juego terrestre de los Texans y una defensa magistralmente dirigida por Wade Phillips es de momento suficiente para llegar a El Dorado. Lo que nadie puede preveer es que pasará a partir de ahora, si los Texans ganan todos los partidos que les quedan serán el número 1 de la AFC y jugando en su estadio el primer partido en la ronda de divisionales todo sería posible, incluso una final de conferencia, soñar es gratis, incluso para un QB rookie como T.G.Yates, que tuvo un partido de ensueño el pasado domingo ante una de las defensas más duras de la AFC como es Cincinnati. El Ex Tar Heel está aprovechando su oportunidad para darse a conocer y si para los playoffs regresa Andre Johnson junto al demoledor juego terrestre de los Texans podrían acabar siendo una de las sorpresas de la temporada.

 

  • Y no quiero terminar sin hablar de los cebras, dos acciones puntuales les han vuelto a poner en el centro de la diana, una de ellas incluso puede tener graves consecuencias de cara a la post temporada. Empecemos por partes, una cosa es querer proteger a los QB, pero una muy diferente es pitar una falta cuando lo único que hay es peligro de falta, que yo sepa el peligro de falta aún no es falta en el nuevo reglamento godelliano. La falta que le pitaron a London Fletcher el pasado domingo en Washington por tocar a Tom Brady es digna de figurar en la galería de los horrores en un puesto de honor. Brady es un jugador en campo abierto y ni tan siquiera ha tocado el suelo, sin embargo el árbitro de turno debió ver peligro y es lo que pitó, quizás sea un adelanto del nuevo reglamento que nos espera, uno que dirá que al QB no se le toca. La otra acción es cuando menos infumable, he visto pitar facemask por bastante menos que lo de Detroit, he visto pitar facemask inexistentes, pero lo que nunca había visto es no pitar un facemask donde el defensa casi arranca de cuajo la cabeza al QB. El árbitro no lo vio, o más bien no quiso verlo y con esa acción se acabó el partido, de haberlo visto los Vikings hubieran dispuesto de al menos una oportunidad para anotar un TD desde la misma yarda uno y llevarse el partido. Al final Detroit ganó y sigue por delante en una de las plazas de wildcard de la NFC, algo que seguro no ha gustado al resto de equipos aún con opciones en la conferencia, que no son precisamente ni uno ni dos, de haber salido derrotado habría hasta media docena de equipos implicados por una de las plazas de wildcard separados por un solo partido.

 

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