w10: ¿Lanzando los dados?

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Cuando un entrenador manda una jugada que no está en los cánones ya puede rezar para que salga bien, ya que en caso contrario le van a pitar los oídos durante toda la semana. En este caso es a Mike Smith a quien le van a pitar los oídos pero a base de bien. Como le pitaron a Bill Belichick hace un par de temporadas en una decisión similar contra los Colts. La NFL Network ya tiene media programación resuelta esta semana hasta que les llegue el partido del jueves.

 

Smith «se jugó» un «4ª y pulgadas» en su propia yarda 29 en la prórroga. Michael Turner fue frenado y cuatro jugadas después John Kasay convirtió un cómodo FG para la victoria.

 

Desde Onside kick no puedo sino aplaudir la decisión de Smith. Aunque no funcionara. También aplaudiría la decisión de chutar un punt. No quiero decir que haya que «jugarse» todas las situaciones de 4º down, lo que digo es que «jugarse» el 4º down es una opción totalmente válida, y en contra de lo que mucha gente pueda pensar, muchas veces menos arriesgada que chutar un punt.

 

He entrecomillado el verbo «jugarse» porque parece que un head coch sólo arriesga cuando juega un 4º down. Como si lanzara los dados. Pero también es «jugársela» el devolver el balón al contraro, también puede considerarse lanzar los dados. Y en este caso, si le hubiera devuleto el balón a Drew Brees, las posibilidades de victoria eran menores a las de jugar el 4º down y retener el balón.

 

Pero para hacer lo que hizo Smith hace falta valor. Si hubiera chutado y los New Orleans Saints (7-3) hubieran llegado al FG range, la culpa sería de la defensa, que no pudo parar a Brees (30/43, 322 yardas, 2 TD). Habiendo optado por jugar el 4º down la culpa ahora es suya.

 

La derrota de los Atlanta Falcons (5-4) los deja a partido y medio del líder divisional. No hicieron un mal partido en el lado ofensivo del balón, y anularon una desventaja de 10 puntos en los últimos 5 minutos del partido, pero deben defender mejor si quieren optar a algo en enero.

 

Los que se desculegan en la NFC Sur son los Tampa Bay Buccaneers (4-5), no sólo por su 3ª derrota consecutiva, sino por la paliza que les dieron en su Raymond James Stadium los Houston Texans (7-3). El partido no tuvo más historia que el dominio de los tejanos en todas las fases del partido, desde la 1ª jugada del partido (recepción de 80 yardas para TD de Jacoby Jones). Matt Schaub completó 11 de los apenas 15 pases que lanzó, para 242 yardas y 2 TD (aunque se libró por los pelos de un pick en un mal lanzamiento a la endzone). Arian Foster y Ben Tate sumaron otras 147 yardas de carrera en sus 30 acarreos, con sendas anotaciones. Foster añadió otra recepción de 78 yardas para TD.

 

Pero los tejanos también defienden, aunque les falte su líder Mario Williams. Frente a los Bucs sumaron 4 sacks, recuperaron un fumble e interceptaron en tres ocasiones a Josh Freeman. Con una actuación completa, obtienen plaza en el Lombardímetro®. Sin embargo, Schaub ha resultado lesionado en el partido y va a ser baja por un periodo sin determinar. Matt Leinart va a ser el titular el próximo domingo. Toda una incógnita, aunque con el juego de carrera que tienen los tejanos la vida es más fácil para un QB.

 

Por si acaso, los Tennessee Titans (5-4) aguantaron el tirón apalizando también a domicilio a un rival de la NFC Sur. Los Carolina Panthers (2-7) completaron el peor partido de la temporada a pesar de llegar descansados del bye. Cam Newton sufrió 5 sacks y tuvo una actuación muy mediocre. Los Panthers subieron sólo 3 puntos al luminoso y el líder en yardas de recepción de la liga, Steve Smith, fue un espectador más.

 

A los Titans les bastó con un solo argumento ofensivo para hacerse con la victoria. Chris Johnson se paerció por fin a aquel RB llamado CJ2K y sumó 130 yardas de carrera en sus 27 acarreos, con un TD y 44 yardas más de recepción. Los Titans no necesitaron más que el juego de carrera y una gran defensa, y menos mal, porque Matt Hasselbeck no está fino y empieza a aparentar la edad que tiene.

 

DURMIENDO CON SU ENEMIGO

Podía ser la Cheerleader de la semana, y en sentido estricto lo ha sido, pero ya puse a una compañera de Kelsi Reich la semana pasada, y este es un buen día para saludar a las celebradas cheerleaders de los Dolphins, que no sé si voy a tener más oportunidades esta temporada.

 

Kelsi ha sido la «cheerleader de la semana» después de protagonizar la escena más romántica entre jugador y cheerleader desde la petición de matrimonio de Ian Johnson a Chrissy Popadics segundos después de ganar la inolvidble Fiesta Bowl de 2007 con la jugada de la Estatua de la Libertad en la prórroga.

 

Aunque lo más curioso de la acción de David Nelson, quien recorrió todo el campo para abrazar y regalar el balón a su novia cheerleader tras anotar un TD, es que era un jugador ¡del equipo rival!

 

Probablemente la «traición» de Kelsi fue perdonada por el respetable del Cowboys Stadium porque la acción de Nelson fue el único highlight de unos tristes Buffalo Bills (5-4) que fueron totalmente desmantelados por los Dallas Cowboys (5-4). Los aficionados vaqueros incluso aplaudieron a Nelson por su acción, a fin de cuentas es natural de Dallas.

 

Del partido en sí hay que destacar la «cuasi perfección» de Tony Romo, quien sólo lanzó al suelo 3 de sus 26 pases, con los que sumó 270 yardas y 3 TD. Un partido más que perfecto, plus-quam-perfecto. Romo ya tenía el trabajo liquidado a los 18 minutos de partido, con tres pases de TD en sus tres primeros drives, sin haber fallado ningún pase aún. El resto del trabajo fue de DeMarco Murray (20 acarreos, 135 yardas, TD), del kicker Dan Bailey (3/3 FG) y de la defensa (un fumble recuperado y 3 picks a Ryan Fitzpatrick, uno de ellos retornado 43 yardas para TD por Terence Newman para cerrar el marcador).

 

Los Cowboys tuvieron una jornada redonda, no sólo por su rotunda victoria frente a una de las revelaciones de la temporada, sino porque sus tres rivales divisionales perdieron. Se quedan a un partido de los Giants y se alejan de Eagles y Redskins.

 

Los Bills, en cambio, bajan a la tierra después de su fugurante inicio liguero (4-1) y ven cómo los New England Patriots (6-3) toman el comando de la división después de derrotar por 2ª vez en la temporada a los New York Jets (5-4).

 

Los Pats tienen a Tom Brady. Los Jets a Mark Sanchez. Es una gran diferencia. La defensa de los Jets mantuvo a su equipo en el partido, conteniendo el ataque de los Pats, permitiendo sólo FG en lugar de TD en el 1º cuarto y anotando un safety en el 2º. Brady no estuvo cómodo en la 1ª mitad, con 12/22 pases completados, sin llegar hasta la endzone hasta segundos antes del descanso. Pero la defensa «no name» de los Pats también jugó un gran partido, y eso que jugaron algunos jugadores que no tenían ni imagen para la presentación para la NBC. Andre Carter fue el más resolutivo, con 4,5 sacks, récord de la franquicia, y la pobre actuación de Sanchez hizo el resto.

 

En la 2ª mitad Brady fue mas preciso (14/17 pases, dos TD más) y Sanchez fue interceptado en dos ocasiones por Rob Ninkovich. La 2ª, desde su yarda 10 y retornada para TD por el OLB, puso el clavo en el ataúd de los Jets. Con la victoria, el tándem Bill Belichick – Tom Brady alcanza la 117ª victoria, superando el récord de Don ShulaDan Marino.

 

NFC NO TAN WORST

En ocasiones los astros del cielo se alinean y los equipos de la NFC Oeste logran un poker de victorias en un domingo determinado. Es un día de orgullo para la peor división de la liga porque los cuatro miembros de la misma derrotaron a sendos representantes de dos divisiones mucho más glamourosas, la NFC Este y la AFC Norte.

 

Los San Francisco 49ers (8-1) derrotaron a un equipo en alza, los New York Giants (6-3), en un duelo con sabor a partido de playoffs. Fue un gran partido entre dos equipos en forma, con buenas defensas (Patrick Willis jugó en modo «MVP Defensivo on»), juego sólido de carrera, juego inteligente de pase y buena dirección desde la banda.

 

Ambos equipos se pasaron más de medio partido intercambiando FG. David Akers convirtió 4/4, el más largo de 52 yardas. Lawrence Tynes se conformó con la mitad. Las defensas fueron feroces en la redzone. La defensa de los Niners es la mejor defensa terrestre de la liga. No ha permitido ningún TD de carrera esta temporada ni más de 108 yardas de carrera en un partido. Brandon Jacobs no hizo daño. Pero también tuvieron problemas los locales en el juego de carrera con Frank Gore resultando lesionado en el tobillo.

 

Entrado el 3º cuarto el partido se abrió y Eli Manning disparó primero, conectando con Mario Manningham en la endzone. Pero Alex Smith mantuvo el embite en uno de sus mejores partidos del año (19/30, 242 yardas, TD, pick desafortunado debido a las malas manos de Tedd Ginn Jr.).

 

Un partido tan igualado se decidió en el intervalo de 4 jugadas en un minuto. Primero Smith volvió a adelantar a los suyos con un pase de TD de 31 yardas para Vernon Davis, con conversión de 2 de Michael Crabtree. Dos jugadas después vino el mayor error del pequeño de los Manning, que fue interceptado por 2ª vez por Carlos Rodgers. En la siguente jugada, el rookie Kendall Hunter puso 14 puntos arriba a los 49ers con una carrera de 17 yardas. Manning acortó distancias con un pase de TD de 32 yardas a Hakeem Nicks, pero su agónico drive para empatar el partido, después de dos conversiones de 4º down, fue frenado por un palmeo de Justin Smith en su yarda 10, en el último minuto del partido. Los Niners están 8-1 por 1ª vez desde 1997.

 

Más sorprendente fue la victoria de los Arizona Cardinals (3-6) en la Ciudad del Amor Fraterno, pero no por ello menos merecida. Los Cards han encadenado dos victorias con su «QB de andar por casa», John Skelton, cuando su flamante fichaje, Kevin Kolb, dejó al equipo 1-6 cuando se lesionó. Ahora habrá que ver a quién pone Ken Whisenhunt frente a los Niners el domingo que viene.

 

Los Philadelphia Eagles (3-6) perpetraron un partido lamentable, que les iguala en el marcador a sus flojos rivales. Michael Vick sigue cuesta abajo, con menos de la mitad de sus 34 pases completados, para sólo 124 yardas y 2 picks. Un desastre total, aunque tuviera a DeSean Jackson en la banda castigado por saltarse una reunión y Jeremy Maclin se lesionara. Vick sumó 79 yardas de carrera y LeSean McCoy 81, con un TD, pero no eso no deja de ser pobre. En realidad el mejor QB para los Eagles fue Skelton, quien lanzó dos balones a la defensa rival, uno de ellos retornado para TD por Asante Samuel.

 

Pero Skelton fue mejor aún para su equipo, combinando con Larry Fitzgerald en 7 ocasiones para 154 yardas y dos TD. Tres puntos abajo firmó un magnífico drive para la victoria, con una acrobática recepción de Fitzgerald de 37 yardas que dejó sentado el 3º pase de TD de Skelton, esta vez a Early Doucet. Vick culminó su desastrosa actuación con un pick en un lanzamiento totalmente errado.

 

La continuidad del muy cuestionado Andy Reid en el banquillo de los Eagles se tambalea. Y también la de su coordinador defensivo Juan Castillo, incapaz de frenar a Fitzgerald con la mejor secundaria del país, lo cual no es de extrañar cuando en la jugada decisiva está defendido uno a uno por un safety rookie, Jaiquann Jarrett, mientras los CB de campanillas observan la jugada.

 

Los Seattle Seahawks (3-6) se encargaron de Baltimore Ravens (6-3), quienes podrían adoptar el nombre de petardazos, porque es increíble cómo un equipo que ha ganado por dos veces a los Steelers, y tambien a equipos punteros como Texans o Jets, pueden perder luego contra Titans, Jaguars y ahora Seahawks.

 

Tampoco es que los Seahawks, un equipo sin juego aéreo, hicieran un gran partido. Los dos fumbles del retornador David Reed fueron muy costosos para los Ravens y fueron los que marcaron la diferencia. Luego les bastó con que Marshawn Lynch moviera las cadenas y se comiera el reloj con sus 32 acarreos para 109 yardas y un TD (también fue el receptor más productivo con 5 pases atrapados para 58 yardas), y que Steven Hauschka igualara el récord de la franquicia con sus 5/5 FG convertidos.

 

Los Ravens resultaron muy pobres en ataque, en defensa, en equipos especiales y en la dirección en la banda. Lo más destacado fue el pase de TD que dio Ray Rice al TE Ed Dickson. Joe Flacco, con una actuación gris, puso a su equipo a una anotación con otro pase de TD al mismo Dickson a 5 minutos del final. Pero que alguien me explique esto: Tras una falta por conducta antideportiva, los Ravens chutaban el kickoff desde la yarda 50. Independientemente del resultado (aunque además iban perdiendo), John Harbaugh, ¿por qué no chutas un onside kick desde la 50? Si lo ganas estás casi en FG range y si lo pierdes, les das el balón más o menos hacia la yarda 35 en lugar de en la 20 con el touchback. Son 15 yardas de diferencia por la posibilidad de hacerse con el balón. Son decisiones que no me explico. Su hermano se jugó un onside kick sorpresa y lo ganó. Le va a tener que dar unas lecciones al mayor el día de Acción de Gracias, en el que se van a ver no para cenar, sino para jugar uno enfrente del otro.

 

Por último los St. Louis Rams (3-6) ganaron un triste partido en Cleveland gracias a un fumble de Josh Cribbs en un retorno de punt en el 4º cuarto y a un ridículo fallo de un FG de 22 yardas a dos minutos del final por parte del veterano Phil Dawson, quien llevaba ya 4 anotados en el partido. Una increible forma de perder un partido para los Cleveland Browns (3-6). No merece la pena comentar más del esperpento.

 

LA AFC OESTE FRENTE A FRENTE

La división que parece que nadie quiere ganar sufre un nuevo vuelco con la victoria los Oakland Raiders (5-4) frente a los San Diego Chargers (4-5) en el debut de los partidos de los jueves.

 

Los Raiders tuvieron la versión que esperaban de Carson Palmer. Apoyado en el impresionante juego de carrera de Michael Bush (30 acarreos, 154 yardas, TD), Palmer pasó poco, pero pasó bien (14/20, 299 yardas), con un demoledor juego de pase vertical rubricado con dos magníficos pases de TD de 33 y 26 yardas a Denarius Moore. El pick y el fumble se le pueden perdonar.

 

Los Chargers, en cambio, están siendo uno de los equipos más decepcionantes del año. Phillip Rivers (23/47, 274 yardas, 2 TD, pick) sigue sin encontrar su ritmo y el equipo parece totalmente extraviado. Perdieron además en el partido al LT Marcus McNeill y al guard derecho Louis Vasquez y los Raiders dominaron las trincheras a ambos lados del balón. Con Darren McFadden este equipo puede ser el favorito para hacerse con el título divisional, tras muchos años de sequía. Sú último título divisional data de 2002, el año en que perdieron la Super Bowl XXXVII contra los Bucs.

 

El otro rival de los Raiders no van a ser los Kansas City Chiefs (4-5) sino los Denver Broncos (4-5), aunque todos están en un pañuelo.

 

Dios escribe recto con renglones torcidos, y su discípulo Tim Tebow va a hacer lo propio con la posición de QB. Que los Broncos ganen en el Arrowhead con sólo dos pases completados por su QB es de otra época o de otra liga. Eso lo podemos ver en algún partido universitario con Navy o Air Force, o con Georgia Tech, pero es muy difícil verlo en la NFL del «pass happy». Pero no es un hecho insólito en la NFL. Joe Ferguson ganó para los Bills un partido con un sólo pase completado en 1973 y fue más allá al año siguiente, ganando otro sin competar ningún pase. Otros tres QB, han ganado un partido completando menos pases de Tebow (uno), el último fue Ken Stabler, de los Houston Oilers, en 1981.

 

No podremos considerar el partido como un clínic en la posición de QB (Tebow no completó un pase hasta finales del 3º cuarto), pero está claro que el #15 sabe motivar a su equipo y conseguir victorias, aunque sean con renglones torcidos. Así los Broncos se forraron a correr, con 55 carreras (244 yardas totales) frente a 8 jugadas de pase. Ese esfuerzo fue muy meritorio, porque a pesar de que fueron cayendo Willis McGahee y Knowshon Moreno, sigueron corriendo con Lance Ball. Tebow sumó 43 yardas de carrera y 68 de pase, con un TD de cada modalidad.

 

Los Chiefs acabaron con sólo 258 yardas ofensivas totales, 2/11 en conversiones de 3º down, 0/2 en conversiones de 4º down y con Mat Cassel lesionado. ¡Vaya panorama!

 

LA NFC NORTE FRENTE A FRENTE

Qué más se puede decir de los Green Bay Packers (9-0). Están dominando la liga como lo los Pats de hace cuatro temporadas. No hay quien les tosa. Este lunes cerraban la jornada con una especie de entrenamiento contra los Minnesota Vikings (2-7), con los números habituales de Aaron Rodgers (23/30, 250 yardas, 4 TD), además de con una sólida actuación defensiva. Los Vikings sólo anotaron gracias a un «muff» de Randall Cobb en el retorno de un punt. Con todo el WR ya había retornado para TD el 1º punt recibido, o sea que se le puede perdonar.

 

Viendo los datos de la imagen de la tele, aunque los números puedan decrecer en la 2ª mitad de la temporada, me veo en la obligación de iniciar la próxima semana un Recordímetro para el #12, que lleva un QB rating superior a 100 en los 9 partidos disputados, igualando un récord de Peyton Manning. Es la 15ª victoria consecutiva de los Packers.

 

Más interesante fue el partido del Soldier Field, donde se cruzaron unos Chicago Bears (6-3) en racha ascendente con unos Detroit Lions (6-3) en trayectoria inversa.

 

Mike Martz ha templado mucho su ofensiva y Jay Cutler se limita a ser eficiente (9/19, 123 yardas), mientras Matt Forte mueve las cadenas (18 acarreos, 64 yardas, TD). El domingo la defensa de los Lions frenó bien el ataque de los Bears, pero estos no necesitaban el ataque para derrotar a los Lions, les bastaba con su feroz actuación defensiva, que sumó dos sacks, interceptó en cuatro ocasiones a Matt Stafford y recuperó dos fumbles. La «D» local superó en anotación al ataque de sus rivales. Por si fuera poco los Bears anotaron hasta con los equipos especiales, con el 12º TD de retorno de punt de Devin Hester. [Aviso a los punters de la liga. ¿Qué parte de «¡NO chutéis punts a Hester!» no habéis entendido?]

 

La Black & Blue tiene un ganador incuestionable, por lo que Bears y Lions están condenados a pelear por una plaza de Wild Cards. Los de Lovie Smith van en la dirección correcta, pero los de Jim Schwartz deben corregir un rumbo que se está torciendo demasiado después del magnífico inicio liguero.

 

 

Como decía arriba, puede que no tenga muchas opciones de colar una cheerleader de los Miami Dolphins (2-7), es apenas la 2ª victoria en casa en las dos últimas temporadas, por lo que perder la oportunidad sería imperdonable.

 

Las que también han perdido su oportunidad, en este caso de animar a Andrew Luck la temporada que viene, son las cheerleaders, porque la 2ª victoria consecutiva de los de Tony Sparano los aleja definitivamente de la cabeza del Luckómetro®. Han sido dos rivales en descomposición y un poco de vergüenza torera que diría mi vecino Jose Villelabeitia, los que han propiciado este cambio de panorama.

 

Dos carreras de Reggie Bush para TD marcaron la diferencia en el partido, porque los Washington Redskins (3-6) no pisaron la endzone en todo el partido. Su producción ofensiva se limitó a 3 FG de Graham Gano (aunque falló otros dos) en otro penoso partido de Rex Grossman (21/32, 215 yardas, 2 picks), de nuevo a los mandos del equipo.

 

Es la 5ª derrota consecutiva de los de Mike Shanahan. A este paso son capaces de alcanzar el Luckómetro®. Los Dolphins, en cambio, pueden abandonarlo. Han roto su racha de 7 derrotas en casa consecutivas, la peor de la historia de su franquicia.

 

Donde no queda vergüenza, ni coraje, ni casta es en casa de los anfitriones de la próxima Super Bowl. Los Indianapolis Colts (0-10) se van al bye con otra penosa derrota, algo que más de uno se podía esperar cuando el relevo de un flojo Curtis Painter (13/19, 94 yardas, 2 picks) no es otro que Dan Orlovsky. 3 puntos y 212 yardas ofensivas totales fueron todo su bagaje. Los Jacksonville Jaguars (3-6) maquillaron su récord con un poco de Maurice Jones-Drew (25 acarreos, 114 yardas, TD), un poco de Blaine Gabbert (14/21, 118 yardas, TD, pick), y un poco de defensa: 5 sacks, tres turnovers. Sin más, tampoco se podía esperar gran cosa entre dos dos peores ataques de la liga.

 

El pick #1 del próximo draft está adjudicado antes de Acción de Gracias. Lo único por desvelar es si Bill Polian y Jim Irsay se van a quedar con Luck y con Peyton Manning, si van a vender caro su pick #1, o si van a vender al que ha sido su estandarte en la última década.

 

 

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

Me queda para el final la gran victoria de los Pittsburgh Steelers (7-3) en la Queen City, con la que los de Mike Tomlin se van al bye dejando los deberes hechos, al mando de la AFC Norte e igualados con los Texans en la cabeza de la conferencia.

 

Los Steelers le tienen tomada la medida a los Cincinnati Bengals (6-3), y volvieron a ganar un partido al más puro «estilo Steeler. Primero dominaron el partido, con un TD de Rashard Mendenhall y otro «marca de la casa» de Ben Roethlisberger, ganando tiempo en el pocket, amagando la carrera y lanzando cuando su receptor, en este caso Jerricho Cotchery, se queda libre de marca. Pero Andy Dalton también hizo un buen partido, lanzando pases de TD al rookie A.J. Green (que se lesionó en el esfuerzo de superar a los safeties Troy Polamalu y Ryan Clark), y a Jermaine Gresham.

 

Los Bengals llegaron a empatar el partido en el 3º cuarto, pero Mendenhall volvió a adelantar a los suyos. En el 4º cuarto llegó el «momento Steeler», con los big plays defensivos y un par de picks a Dalton, que evitaron la remontada de los locales.

 

 

¿Hay que justificarlo?

En 10 partidos han anotado 107 puntos más que sus rivales. Cuando vuelva Andre Johnson este equipo va a dar miedo hasta con Leinart a los mandos.

Superado el «test de stress» con los Giants. Este es oficialmente un equipo serio.

 

Se pueden permitir hasta ganar un partido.

Sólo dos victorias y una muy fea derrota en casa el domingo.

Han ganado a Chiefs y Redskins, pero no quedan más indios en la liga.

 

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