w4: La Vie en Rose

2041

La NFL monta desde hace dos temporadas una especie de «Vie en Rose» que recuerda la inolvidable canción de Édith Piaf. Lo que en 2009 era una jornada, se ha convertido en un mes de octubre en el que jugadores, entrenadores, aficionados, webs, televisiones, comentaristas y hasta árbitros se colocan un lazo, unos guantes, unas botas, una gorra o lo que sea, de color rosa.

 

La iniciativa de recaudar fondos para la investigación del cáncer de mama y para la promoción de los reconocimientos preventivos me parece muy loable. Pero también me parece una acción demasiado políticamente correcta y posiblemente una estrategia comercial para atraer al mundo femenino, un gran mercado, a la NFL.

 

Y es que… ¿por qué sólo el de mama? ¿Por qué no el de páncreas? ¿o el de próstata? ¿o el de colon? ¿o el de pulmón? ¿o todos los cánceres? Creo que hay mucha pose de.. ¡qué guay somos que nos ponemos un lazo rosa! O juego con una zapatilla rosas o con unos guantes y soy muy solidario, muy majo y muy moderno. Suena demasiado falso y políticamente correcto.

 

Porque estéticamente, desde luego no queda muy «footballistico». Un nose tackle de 150 kilos no intimida lo mismo con unas botas rosas. Y está mal que yo lo diga, porque mi trainera favorita (Pasajes de S. Juan) lleva el color rosa como emblema, pero en la NFL queda peor.

 

Lo que sí podemos hablar de un equipo que lo está viendo todo de color de rosa esta temporada, y no es otro que el de los Detroit Lions (4-0).

 

Los Lions no sólo van invictos, como los vigentes campeones, sino que están haciendo olvidar a sus aficionados los años y años de penurias, de derrotas, de fracasos y de bolsas de papel en la cabeza. Hace 30 años que los Lions no arrancan una temporada con un póker de victorias. ¡30 años!

 

Pero además están ganando partidos de manera increible, como si estuvieran tocados por el dedo de los dioses. Si en Minneapolis remontaron un 20-0 al descanso, en Arlington levantaron un 27-3 entrado el 3º cuarto. Lo único que se les podría decir a los  de Jim Schwartz es que podían empezar el partido un poco más concentrados. Hasta diciembre pasado los Lions firmaron la peor racha de derrotas consecutivas a domicilio (26), ahora llevan 5 victorias seguidas lejos de Detroit, récord de la franquicia.

 

Los Lions tienen un gran equipo a ambos lados del balón. En defensa tienen una DL, liderada por Ndamukong Suh muy intimidante, y en ataque a un Matt Stafford que se está manteniendo sano y que en cuanto tiene un problema le manda un melonazo a Calvin Johnson (7 recepciones, 108 yardas, 2 TD) y Megatron soluciona el problema. Contra los Dallas Cowboys (2-2) contaron además con la inestimable colaboración de Tony Romo.

 

No me voy a extender en el análisis sobre Antonio Ramiro Romo. Ya lo glorifiqué en la 2ª jornada y ya lo ha «deconstruído»  mi «vecino» José Villelabeitia. Pero no se puede hablar de la victoria de los Lions sin hablar de Romo. Con un 27-3 en el marcador gracias las buenas conexiones con Dez Bryant, por partida doble, y Jason Witten, a 25 minutos del final, con un juego de carrera digno y una gran defensa, sólo a Romo se le puede ocurrir lanzar dos «pick six» en 5 minutos.

 

Los Lions creyeron que los dioses hablaban y les decían que el partido era suyo. Con todo, Romo aún tenía un balón a falta de menos de 5 minutos para el final, tres puntos arriba aún. Tiempo para correr el balón e ir agotando el reloj. Pero Romo lanzó un absurdo pase profundo y volvió a ser interceptado. Are you kidding me?

 

Stafford no tuvo más que mandar otro balón a Megatron para seguir invictos tras cuatro jornadas. [Nota acerca de los planteamientos defensivos de Rob Ryan: Los hermanos Ryan me parecen muy divertidos y sus enfrentamientos muy espectaculares, pero probablemente hay más pompa que sustancia en sus esquemas. En el TD de la victoria no es que no frenara a C.J. con 12 hombres en el campo, es que estaba defendido en cobertura individual. Claro, Megatron sólo ha anotado 2 TD en todos y cada uno de los partidos de esta temporada, para qué voy a doblar la cobertura. Puede que fuera porque las pilla hasta con triple cobertura, como en el TD anterior. O puede que él mismo se creyera la bufonada que soltó acerca de que sus WR eran mejores que C.J.]

 

El mayor problema que tienen los Lions es que comparten división con los vigentes campeones, que siguen en un plan intratable. El mayor problema para los Green Bay Packers (4-0) es que están demasiado en forma, demasiado temprano en la temporada. Aaron Rogers tuvo un día más en la oficina frente a unos Denver Broncos (1-3) sin Champ Bailey pero con un espectacular rookie Von Miller [parece un noble alemán al que le falta el nombre], muy peligroso en el pass rush (2 sacks). Rodgers completó más del 75% de sus pases, para más de 400 yardas y 4 TD. Por si fuera poco corrió para dos más. Se fue a la ducha y pensó, ya me he ganado el sueldo de hoy.

 

Por si no fuera suficiente con la exhibición del #12, la defensa interceptó en tres ocasiones a Kyle Orton (una de ellas reotrnada para TD, y recuperó un fumble. En las Montañas Rocosas hasta Big Foot está aullando por las cumbres: «Teeeeeeebow…«


También tendrán que echar un ojo los Lions a los Chicago Bears (2-2). El próximo MNF entre ambos puede marcar el curso de la Black&Blue. Jay Cutler sigue en estado miserable (sólo 9 pases completados de 17, para 102 yardas y un pick, con un sacks), pero los Bears tienen más armas. Matt Forte corrió en 25 ocasiones para 205 yardas y 2 TD, y Devin Hester batió el récord de Eric Metcalf con su 11º TD de retorno de punt (y también el de TD de retorno totales). Se están mostrando demasiado irregulares, pero su visita a la Motown del próxmo MNF les puede servir de revulsivo.

 

Los Carolina Panthers (1-3) no estuvieron lejos de dar la vuelta al partido. Cam Newton y Steve Smith (8 recepciones, 181 yardas) volvieron a establecer una productiva sociedad, y el juego de carrera comenzó tímidamente a aparecer. El #1 del pasado draft se volvió a acercar a las 400 yardas de aéreas, con un TD y un pick, más otro par de anotaciones en scrambles. Le faltó un poco de tiempo para la remontada, pero el equipo se ve en buena progresión.

 

NO ERAN TAN BUENOS UNOS, O NO ERAN TAN MALOS OTROS

Lo dicho. O el Dream Team no era tan bueno, o los de la NFC Worst no son tan malos. Tal vez probablemente sea lo primero, porque aunque los San Francisco 49ers (3-1) hicieron un gran partido, bueno una gran 2ª parte, lo cierto es que los Philadelphia Eagles (1-3) hicieron muchos méritos para perder el partido.

 

Hay una especie de maldición en la NFL hacia los equipos que tiran demasiado de la Agencia Libre y los Eagles puede que estén sucumbiendo a ella. El domingo los Eagles perpetraron un fumble en la yarda 1 [Ronnie Brown tiró el balón de manera absurda en una jugada diseñada para un RB pass, pero que resultó rota] y fallaron FG de 33 y 39 yardas en el 4º cuarto. Pifias suficientes para malograr una ventaja de 23-3 entrado el 3º cuarto.

 

A Michael Vick no le dieron demasiada cera y superó las 400 yardas de pase, 171 de ellas para DeShean Jackson, y corrió para otras 75. Pero la defensa californiana hizo lo de «bend but no break«, frenaron a LeSean McCoy, y no le perdieron la cara al partido.

 

La defensa de los locales perdió a Trent Cole y empezó a hacer aguas. Los Niners, con un game plan muy disciplinado de Jim Harbaugh empezaron a mover el balón y entre un eficiente Alex Smith (21/33, 291 yardas, 2 TD, quién lo diría) y un cojo Frank Gore (15 acarreos, 127 yardas, TD) le dieron la vuelta al partido. A lo tonto, los 49ers lideran su división con dos partidos de ventaja y con más victorias que el resto de sus rivales juntos.

 

Muchos aficionados sonreirían cuando David Akers falló un FG de 44 yardas y le bloquearon otro de 45, pero el rookie Alex Henery falló sendos FG consecutivos en el 4º cuarto que habrían puesto a los Eagles a dos anotaciones. Quien ríe el último…

 

Al final Vick tuvo 3 minutos para buscar el FG range pero la oportunista defensa de los Niners forzó y recuperó un fumble de Jeremy Maclin. Fuel el final del partido y el comienzo de una semana de agonía para Andy Reid. Precismente la próxima visita de los Eagles será a unos Buffalo Bills (3-1) que no fueron tan buenos como se pensaba en la Queen City.

 

O los Cincinnati Bengals (2-2) no eran tan malos. Y es que el partido fue similar al de la Ciudad del Amor Fraterno. Los Bills parecían encaminados a un 4-0, con una ventaja de 17-3 al descanso. Pero esta vez no hubo fuegos artificiales entre Ryan Fitzpatrick (20/34, 129 yardas) y Fred Jackson (66 yardas de carrera, TD).  Fue Andy Dalton el que después de una penosa primera mitad empezó a mover las cadenas con ayuda de la carrera de Cedric Benson (19 acarreos, 104 yardas.

 

Los Bills sufrieron el vértigo de su récord o se les encogió el brazo en los momentos determinantes del partido. Con los Bengals a una anotación se quedaron estancados en medio campo sin poder avanzar una yarda en dos intentos y una vez que empató Dalton en un scramble, los Bills devolvieron el balón tras apenas 5 snaps. Dalton tuvo 1:48 para llevar el balón hasta FG range donde Mike Nugent liquidó el partido con un FG de 43 yardas. Los Bills se llevan una derrota que no hace daño, pero que escuece.

 

SILENCIO, DEFENSA TRABAJANDO

En los estadios de la NFL piden silencio cuando el equipo local tiene a su ataque en el campo. En Baltimore van a poner carteles de «silencio, defensa trabajando«, para que los gritos de los aficionados no molesten a los que ponen los puntos en el tablero.

 

Era previsible un duelo defensivo entre la «D» creada por Rex Ryan y la que entrena ahora. Y el enfrentamiento (defensivo) no defraudó.

 

Entre Baltimore Ravens (3-1) y New York Jets (2-2) vimos 5 TD, de los cuales sólo uno lo anotó un ataque. Entre los ineptos Joe Flacco y Mark Sanchez completaron 21 pases de 66, con 0 TD y 2 intercepciones. Todo un festival ofensivo. Por lo menos los Ravens corrieron un poco y Ray Rice anotó un TD.

 

La defensa de los Jets anotó con un pick six de David Harris y además Joe McKnight firmó la jugada más larga de la franquicia con un retorno de kickoff para TD de 107 yardas. Pero esto no es nada comparado con el festival defensivo de los Ravens. La defensa de Chuck Pagano martirizó a Sanchez, al que le forzaron 3 fumbles y un pick. Jameel McClain y Jarret Johnson retornaron para TD dos de los fumbles, mientras que Lardarius Webb también retornó 73 yardas para TD la intercepción. 3 TD de la defensa, récord de la franquicia, no está mal. Se ganaron el sueldo. Para qué queremos ataque con una defensa así.

 

LA NFC SUR VA COGIENDO EL TONO

Los cuatro miembros de la división más loca de la liga iniciaron su andadura en 2011 con derrotas, pero poco a poco van cogiendo el tono competitivo habitual. Saints y Bucs no han vuelto a perder. Los Falcons mejoran pero aún están «templaditos», mientras que los Panthers no están dando una mala imagen, a pesar del récord negativo.

 

Los New Orleans Saints (3-1) ganaron su partido a pesar de que  Drew Brees (31/44, 351 yardas, TD, 2 picks) no jugó a su nivel habitual, aunque lo de completar 31/44 y lo de los dos pick lo ha repetido en semanas consecutivas. Pero como enfrente estaban los Jacksonville Jaguars (1-3), tampoco hizo falta más que un soberbio partido de Darren Sproles (¡qué le han dado a este chico!), que sumó 131 yardas desde el scrimmage y 33 en retornos, y del TE Jimmy Graham, quien completó uno de sus mejores partidos como profesional con sus 10 recepciones para 132 yardas y un TD.

 

Por los Jaguars Blaine Gabbert (16/42, 196 yardas, TD, pick) estuvo apagado y a Maurice Jones-Drew no le dieron demasiada cancha, a pesar de sus 84 yardas de carrera en sólo 11 acarreos. ¿A qué estamos jugado, Jack Del Rio?

 

Los que sí estuvieron solventes fueron los Tampa Bay Buccaneers (3-1), que tuvieron un partido más complicado de lo que la afición esperaba en el MNF frente a los Indianapolis Colts (0-4). Bajo la mirada de Peyton Manning, más coordinador ofensivo que nunca, los Colts jugaron con orgullo en primetime, bien liderados por Curtis Painter en su debut en la titularidad.

 

Los de la herradura mantuvieron la iniciativa en el partido, los Bucs, como siempre, fueron a remolque, con la esperanza justificada de dar la vuelta al partido en los instantes finales. Pierre Garçon en sendos «catch & run» de 87 y 59 yardas, fue el arma más peligrosa de Painter, pero a medida que fue perdiendo piezas en la OL por lesión, el pass rush bucanero, liderado por Michael Bennett (2 sacks, fumble forzado), se fue imponiendo.

 

Josh Freeman (25/39, 287 yardas, TD, 27 yardas de carrera, otro TD) hizo un gran partido, y grabó una muesca más en su contador de remontadas. Pero tantos o más méritos en la victoria les corresponden a otros dos hombres. El 1º LeGarrette Blount, quien no sólo anotó el TD de la victoria en una carrera de 35 yardas, sino que dominó todo el 4º cuarto percutiendo contra la defensa de los Colts. El otro, el entrenador más joven de la liga, Raheem Morris, quien a falta de 1:14 sentenció el partido con un «4ª y pulgadas» en medio campo, en lugar de dar el último balón a los Colts, y eso que no estaba Manning. Ya al final del 3º cuarto se jugó otro «4ª y 1», resultado del drive, el TD del empate. Un head coach que sabe liquidar los partidos sin miedo.

 

Los Atlanta Falcons (2-2) también ganaron pero acabaron pidiendo la hora en Seattle, eso no parece nada bueno. Entrado el 3º cuarto, los Falcons dominaban el marcador por 27-7 gracias a los dos TD de carrera de Michael Turner y a la conexión habitual en la endzone entre  Matt Ryan y Tony Gonzalez. Parecía que los georgianos iban cogiendo el ritmo, pero inexplicablemente se fueron diluyendo a medida que Tarvaris Jackson iba moviendo el balón. Al final el de Alabama superó las 300 yardas de pase, con 3 TD y 2 picks. Fue lo suficiente para que los Seattle Seahawks (1-3) tuvieran un balón de partido en los pies de Steven Hauschka, pero el kicker falló un FG de 61 yardas sobre la bocina.

 

 

A las que les queda mejor el rosa es a las cheerleaders. No es un prejucio, salta a la vista. Tal vez no sea tan mala idea lo de la «Vie en Rose».

 

Los Houston Texans (3-1) confirmaron que este año van en serio venciendo a unos siempre difíciles Pittsburgh Steelers (2-2), aunque estos se encuentren en plena resaca «post Super Bowl».

 

Los tejanos ya empezarin sentando el tono del partido con un sensacional drive de 95 yardas en 19 jugadas en 11 minutos, culminado con un pase de TD de Matt Schaub al TE Owen Daniels. El resto del partido no fue tan fácil, sobre todo tras la lesión de Andre Johnson, que será baja para unas tres semanas. Pero Arian Foster volvió con ganas y sus 155 yardas y un TD en 30 acarreos marcaron la diferencia.

 

Los Steelers arrastraron los mismos problemas: una OL, en la que faltaban dos titulares, que no protege a Ben Roethlisberger (5 sacks) ni que bloquea eficazmente para la carrera y una defensa que no es lo expeditiva que acostumbraba. Big Ben fue de nuevo maltratado por la defensa rival, sólo completó la mitad de sus pases, fue interceptado en una ocasión (y se libró de otra por una falta) y no pudo dar a Mike Wallace su ración semanal de más 100 yardas, rompiendo la racha de éste. Además, las lesiones se fueron cebando con el equipo: Rashard Mendenhall, James Harrison, Aaron Smith

 

Roethlisberger también acabó con su pie derecho policontusionado y es duda para el próximo domingo. Si sale vivo de su carrera en la NFL tiene el futuro asegurado como Inspector Técnico de Field Turfs, no hay en la NFL un QB que haya visto el turf tan de cerca y tantas veces en las últimas temporadas.

 

Con unos Jaguars flojitos y unos Colts en el Luckómetro®, los únicos que están aguantando el tirón de los tejanos son los sorprendentes Tennessee Titans (3-1), que aprovecharon la visita a unos paupérrimos Cleveland Browns (2-2). El veterano Matt Hasselbeck sentenció el partido en la 1ª mitad con sus tres TD, así podía descansar en la 2ª mitad. Parece que no echó en falta a Kenny Britt y repartió sus pases de TD entre una cohorte de receptores (TE y WR) jóvenes y desconocidos, por lo menos para mí. Para aguantar el resto del partido bastó con que Chris Johnson (101 yardas de carrera en 23 acarreos) moviera por fin un poco el balón y que Jordan Babineaux retornara 97 yardas para TD un pick a Colt McCoy ante la indiferencia de los jugadores de los Browns.

 

 

El tiempo apremia. Ya me he enrollado bastante. Toca resumir el resto de la jornada en un «Two Minutes Drill».

 

Redskins y Giants volvieron a casa con una victoria bajo el brazo después de visitar a equipos de la NFC Worst. Pero tampoco es que anduvieran sobrados, la NFC Este tampoco está en su mejor momento.

 

La defensa de los Washington Redskins (3-1) mantuvo a los St. Louis Rams (0-4) fuera de la endzone durante 50 minutos, pero poco le faltó a Sam Bradford para empatar el partido en los últimos 10 minutos. El ataque de los Redskins no es de alto octanaje y la ventaja no era mucha (17 puntos). El balón del partido es para el rookie Ryan Kerrigan, autor de un sack con fumble, y que se complementa a la perfección con Brian Orapko en el pass rush.

 

Pero peor lo pasaron aún los New York Giants (3-1) en el desierto. De hecho se deberían haber vuelto a casa con una «L». Los Arizona Cardinals (1-3) dominaron muchas fases del partido de la mano del mejor Beanie Wells (27 acarreos, 138 yardas, 3 TD) que se ha visto en Glendale. Pero aunque Eli Manning (27/40, 31 yardas, 2 TD) estuvo mucho más efectivo que Kevin Kolb en el tramo final del partido, el partido se decidió en una jugada más que polémica.

 

Tres puntos abajo en el marcador, Manning conectó con el rookie Victor Cruz, quien se trastabilló y cayó al suelo sin que lo tocara ningún defensor. En un error clásico de rookie (en el college football estás «down» cuando caes al suelo, independientemente de si te toca un defensor o no). El WR soltó el balón, que enseguida fue recuperado por los Cards. Era el final del partido. Pero los árbitros interpretaron que el jugador había hecho un «kneel», parar la jugada tirándose al suelo (algo que el propio receptor desmintió, dijo que creía que le habían tocado). Como por regla esa jugada no es revisable, el balón lo mantuvieron los Giants y Manning en la siguiente jugada conectó con Hakeem Nicks para el TD de la victoria, en un gran pase de 29 yardas.

 

Los New England Patriots (3-1) volvieron a «su» normalidad tras la derrota en Buffalo. Bill Belichick no acostumbra a perder dos partidos seguidos. La vida sigue igual: Tom Brady lanzó un par de pases de TD, Wes Welker volvió a acumular recepciones (9, 158 yardas, TD), los Pats subieron más de 30 puntos al marcador (están a punto de batir el récord de los Rams) y Vince Wilfork interceptó un pase y lo retornó cual gacela saltarina, lo normal.  La única novedad fue el gran día del RB rookie Stevan Ridley (10 acarreos, 97 yardas, TD).

 

Lo cierto es que la vida es más fácil cuando tienes enfrente a unos Oakland Raiders (2-2) dirigidos por Jason Campbell, capaz de lanzar un perfecto pase en la endzone a un safety rival, sin ningún receptor a millas a la redonda. Darren McFadden estuvo más controlado pero también infrautilizado. Campbell intentó aprovecharse de la peor defensa aérea de la liga y lanzó en 39 ocasiones, pero sin demasiado éxito. Como curiosidad, Brady nunca había lanzado un pase de TD en su Bahía natal, y con los dos del domingo supera en dicho apartado a su ídolo de la infancia, Joe Montana.

 

Los San Diego Chargers (3-1) aprovecharon la visita del peor equipo de la liga (7 derrotas consecutivas) para sumar un cómodo aunque no holgado triunfo. Phillip Rivers sigue echando de menos a Antonio Gates y tiene más intercepciones que pases de TD en la temporada. Los Miami Dolphins (0-4) sufrieron (o tuvieron la suerte de) la lesión de Chad Henne (4 pases, un pick), pero Matt Moore tampoco mejoró mucho más el ataque. Su mejor jugador volvió a ser el kicker Dan Carpenter (3/3 FG, el más largo de 51 yardas).

 

Por último tenemos la Infra Bowl de la semana. Los Kansas City Chiefs (1-3) vecieron a los Minnesota Vikings (0-4) porque alguien tenía que ganar. Donovan McNabb estuvo algo más fino, pero no supo rematar en su último drive. Los Chiefs aportaron un gran pase de TD de 52 yardas de Matt Cassel a Dwayne Bowe y 5/5 FG anotados por Ryan Succop, el más largo de 54 yardas.

 

 

Aaron Rodgers está «on fire».

No tienen el ataque más anotador precisamente, pero esa defensa puede dar mucho miedo en enero.

Han ganado sus últimos 8 partidos (12 si contamos los de pretemporada).

 

Hoy por hoy, sigue siendo el peor equipo de la liga.

Desplazan a los Chiefs, como es normal después de perder en el Arrowhead Stadium.

Han mejorado con Painter, pero no lo suficiente.

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