Div. P.O.: Los tapados eran los Jets

1268

Pero quedaba el último encuentro. En la ronda de Wild Cards también era el que dio más juego. Y por fin nos encontramos con un partido de playoffs de verdad, precisamente de la mano del invitado sospechoso a jugar en enero. Un partido de esos en que la defensa del underdog primero capea el temporal del favorito, luego lo controla mejor, luego se va imponiendo hasta que al final lo desmantela. Eso fue precisamente lo que tuvimos en San Diego.

Es curiosa la trayectoria de los Jets en esta liga. Con un tándem de Head Coah-QB rookies (al que se le puede unir un RB rookie como primer espada en playoffs), sorprendieron a todos en su espectacular arranque liguero (4-0) con la defensa asfixiante de Rex Ryan, ex-coordinador defensivo de los Ravens. Luego pasaron una especie de travesía del desierto, con 5 derrotas en 6 partidos, marcada por la lesión del NT Kris Jenkins, el mejor efectivo del equipo contra el juego de carrera, y por el juego errático de Mark Sanchez (20 intercepciones en la temporada).

Pero Ryan volvió a enderezar el rumbo de su equipo y cerró la temporada regular con 5 victorias en la última media docena de partidos, de la mano del mejor juego de carrera (172,3 yardas por partido) y de la mejor defensa de la liga (en yardas y puntos permitidos, además de ser la 1ª contra el pase) como credenciales.

Claro que hay que señalar que las dos últimas victorias fueron contra unos “poco combativos” Colts y Bengals. Esto, y la cantidad de partidos pésimos jugados en el tramo central de la temporada regular, hizo que no demasiada gente apostara por ellos. Y no es censurable, si pensamos en que el propio Ryan manifestó textualmente en rueda de prensa, tras la derrota en casa frente a los Falcons en la jornada 15 , que “obviamente estamos fuera de los playoffs” (sic).

Y es que Ryan, al igual que sus Jets, es uno de los personajes de estos playoffs. Es corpulento, capaz de estar con un chaleco en la banda en un partido bajo cero. Es locuaz y arrogante, pero con gracia. Ha tenido lagunas en la gestión de los partidos, pero ha planteado magníficamente los playoffs. Para compensar su anterior profecía, una vez clasificados anunció que iban a ganar el anillo, y de predicciones temerarias los Jets saben mucho. Que se lo digan a Joe Namath.

Si los Jets avanzan hasta la XLIV, nadie les podrá llamar “sospechosos”, porque habrán derrotado en playoffs a los dos equipos que “no pusieron toda la carne en el asador” en la temporada regular. ¿Un capricho del destino?

Pero para ello habrá que esperar al próximo domingo. Vamos ahora a repasar cronológicamente lo que nos deparó el fin de semana de los Playoff Divisionales.

LA RESURRECCIÓN DE LOS SANTOS

Los New Orleans Saints (14-3) empezaron la temporada regular de manera espectacular. Invictos, anotando 37 puntos por partido, moviendo el balón por el aire, corriéndolo por tierra, con una defensa productiva y anotadora. Su arrolladora victoria sobre los Pats, en el MNF de la 12ª jornada fue el cénit de su juego. Se hablaba de playoffs, de Super Bowl, de buscar la temporada perfecta. Pero en diciembre llegaron un par de victorias afortunadas contra equipos malos y, lo que es peor, tres derrotas consecutivas para finalizar la temporada regular.

Así llegaban los locales a los playoffs. Un mes después de su última victoria y un mes y medio después de su último buen partido. Con demasiadas incógnitas sobre su potencial. Y encima les visitaban un equipo que podría ser considerado como el paradigma de equipo caliente en playoffs. Los Arizona Cardinals (11-7) se parecían mucho a los de la pasada postemporada, después de haber derrotado a los Packers en el mayor shootout de la historia de los playoffs. Y como los Ravens en Wild Cards, anotaron en la 1ª jugada del scrimmage con una carrera de Tim Hightower de 70 yardas. Pero se ve que el descanso les ha venido muy bien a los Saints, aunque enfrentarse a un equipo en el que la defensa ha desaparecido como por arte de magia, también ayuda mucho. A los Cards les volvía a faltar Anquan Boldin, su 2º receptor, pero eso no es problema teniendo a Steve Breaston (4 recepciones, 52 yardas) y a Early Doucet (8, 68) en el roster. Peor fue que perdieran enseguida a Dominique Rodgers-Cromartie y a Antrel Rolle en una secundaria que había permitido anotar a los Packers en todos los drives de la 2ª mitad el domingo pasado. Drew Brees se puso a los mandos de la ofensiva y dirigió tres magníficos drives culminados en TD para comenzar el partido.

Así eran ya 9 TD permitidos por la defensa de Arizona en los últimos 12 drives. Para el final del 1º cuarto el partido ya estaba encarrilado para los locales. Para el descanso, con 35-14 en el luminoso, el partido estaba resuelto, después de anotar 5 TD en 6 drives. Los 35 puntos ya eran la mejor marca de la franquicia en playoffs. Los 31 de ventaja final también suponen un nuevo récord. Brees movió el balón sin mucha oposición (23/32, 247 yardas, 3 TD, 0 picks, 0 fumbles, 0 sacks encajados). Repartió TD para Marques Colston (6 recepciones, 83 yardas), Devery Henderson (4, 80) en un flea-flicker y Jeremy Shockey (3, 36), manejando el partido como quiso. Pero el ataque no fue unidimensional, la emergencia de Reggie Bush fue otra de las claves del partido. Bush corrió (5 acarreos, 84 yardas), con un TD de 46 yardas en el que recordó al eléctrico RB de USC, recibió (4 balones para 24 yardas) y retornó 3 punts, uno de ellos 83 yardas para TD, el 3º más largo de la historia en playoffs. Tuvo una tarde espectacular, no sólo por su producción, sino por la fuerza y pasión con la que jugó. En el otro sentido del juego no vimos nada parecido. La defensa cajún no permitió ninguna alegría al veterano Kurt Warner. No sólo le atosigó con un pass rush liderado por Sedrick Ellis desde el interior, permitiéndole completar apenas 17 pases de los 26 que lanzó, para 205 yardas, sin anotaciones. Y no sólo le interceptó en dos ocasiones (aunque el espectacular pick de Darren Sharper fue anulado por una falta), sino que además casi lo manda para el hospital, después de un demoledor (totalmente legal) bloqueo de Bobby McCray en el retorno de su intercepción. Matt Leinart (7/10, 61 yardas) dirigió el último drive de la 1ª mitad mientras su mentor se recuperaba en la banda. Warner volvió a salir en la 2ª mitad, con su mujer mostrando una cara de espanto. Es bastante probable que hayamos visto sus últimos pases como profesional. Y no sólo fue el juego aéreo, la defensa de los Saints cerró los huecos a la carrera rival después del despiste inicial, permitiendo sólo 31 yardas terrestres más en el resto del partido (en 14 acarreos), además de forzar y recuperar un fumble a Jerheme Urban en la primera jugada del 2º drive de los Cards. Sólo permitieron una conversión en 8 situaciones de 3º down.

El equipo de Sean Payton avanza a su 2ª final de conferencia. En la 1ª perdieron en un frío Chicago. Esta vez recibirán a otro equipo del norte, pero en su cálido Superdome. Este ha sido escenario de 6 Super Bowls y de 3 Campeonatos Nacionales, pero será el 1º Campeonato de la NFC que acoge. Los Cards, después encajar 90 puntos en dos partidos de playoff (récord de la liga, por supuesto) se van de vacaciones con la incógnita de la más que probable retirada de Warner. Desde luego, el Superdome no es su mejor escenario (0-3 en playoffs, 8-1 en cualquier otro estadio). ¿Será el momento de Leinart? Ken Whisenhunt ya tiene con qué entretenerse esta offseason, además de seguir trabajando con la defensa, claro. ESTA VEZ NO SE OXIDARON Las tres últimas ocasiones en que los Indianapolis Colts (15-2) habían descansado al final de la temporada regular habían perdido el Playoff Divisional. Pero esta vez estaban muy motivados para no dejar mal a su presidente Bill Pollian, después de la que se montó al renunciar a la lucha por la temporada perfecta. Y además recibían a los Baltimore Ravens (9-8), a quienes les tienen tomada la medida desde hace tiempo. Con la del sábado son ya 8 las victorias consecutivas del antiguo equipo de Baltimore sobre el actual. Sin un efectivo juego de carrera (44 yardas terrestres en 23 acarreos totales del trío de corredores, menos de dos yardas por acarreo), Peyton Manning hizo, como nos tiene acostumbrados, el partido de un MVP.

Con paciencia, viendo cómo su defensa podía con el ataque de los Ravens, supo mover el balón con pases cortos frente a la peligrosa secundaria rival, escaparse del pass rush y meter la puntilla en cuanto vio ocasión. Esta se produjo justo antes del descanso, anotando sendos TD en los dos últimos minutos, con una soberbia gestión del reloj. El pase de TD al rookie Austin Collie (4 recepciones, 52 yardas) llegó al filo del “two minutes warning”. Después de un drive pésimamente gestionado por los de John Harbaugh, Manning volvió a tener el balón con casi minuto y medio. A 7 segundos del final, en la yarda 3, cuando la mayoría de los head coaches se juegan el FG, Manning pidió a Jim Caldwell una jugada más, que convirtió en el 2º TD, esta vez para Reggie Wayne (8 recepciones, 63 yardas). Dallas Clark (7 recepciones, 59 yardas) y el joven jugador de origen haitiano Pierre Garcon (5, 34), fueron sus otras referencias en el juego aéreo, además de los corredores saliendo del backfield de manera ocasional. Pero si la actuación de Manning era esperable, el balón del partido debe ser para la defensa de Larry Coyer en su conjunto. La “undersized” pero rápida defensa liderada por el MLB Gary Brackett logró algo que pocos “front seven” no han podido, frenar a Ray Rice. El eléctrico corredor sumó 67 yardas en 13 acarreos y otras 60 en 9 recepciones, pero no hizo daño.

El resto de corredores ni apareció. Cam Cameron quiso sorprender al “front eight” de los Colts dando más protagonismo a Joe Flacco (20/35, 189 yardas), pero a pesar de que Dwight Freeney y Robert Mathis fueron magníficamente contenidos por los tackles de Baltimore (Jared Gaither y el rookie Michael Oher), el juego aéreo tampoco dio sus frutos, más allá de 4 recepciones para 64 yardas de Derrick Mason, en el que probablemente sea su último partido como profesional. Los Colts sólo permitieron pisar la redzone a los Ravens en el 1º y último drive, interceptaron en dos ocasiones a Flacco y forzaron y recuperaron un par de fumbles. Un dominio total. Los Ravens tuvieron una oportunidad de engancharse al partido. Ed Reed, otro de los que medita su retirada, aquejado de una radiculopatía cervical, llegó a interceptar en dos ocasiones a Manning en el espacio de 6 jugadas en el 3º cuarto. Pero en la 1ª ocasión un bravo Garcon persiguió sin tregua al safety y consiguió robarle el balón en el retorno. El 2º fue anulado por una clara interferencia de pase. Los Ravens sólo anotaron tres puntos. Matt Stover, el líder de anotación en la franquicia de Baltimore, anotó 8… para los Colts.

LA FORTALEZA VIKINGA

En el Metrodome se celebró el que tenía pinta de ser el partido de la jornada. Por un lado, los Dallas Cowboys (12-6), el equipo más caliente de la conferencia. Por otro, los Minnesota Vikings (13-4), invictos en su fortaleza a lo largo de toda la temporada. Podía pasar cualquier cosa. Pero seguro que casi nadie esperaba que fuera la 2ª peor derrota de los Cowboys en la historia de los playoffs. No es que Tony Romo (22/35, 198 yardas, pick, 2 fumbles perdidos) hiciera un mal partido, es que el front four de los vikingos lo martirizó toda la tarde. Parecían una especie de “Caníbales Púrpuras versión 2.0”. No le dieron ni un segundo de respiro. Los “Williams” por el interior y Jared Allen (sack, fumble forzado) y un inspirado Ray Edwards (5 placajes, todos para pérdida de yardas, 3 sacks, fumble forzado) por los flancos, se pasaron todo el partido en el backfield rival, sumando 6 sacks y forzando 3 turnovers de Romo. El partido enseguida se puso cuesta arriba, con dos fumbles y un FG fallado por Shaun Suisham en el 1º cuarto. Romo no pudo en ningún momento organizar algo parecido a un juego sostenido, ni el eléctrico backfield de los vaqueros pudo hacer ningún daño (69 yardas en 14 acarreos de Felix Jones, 14 en 8 de Marion Barber). Si ya tuvieron problemas los Boys desde el principio, cuando perdieron al LT Flozell Adams, la sangría fue total. En cambio, en el otro sentido del juego, Brett Favre volvió a estar magistral.

Con un Adrian Peterson invisible (63 yardas en 26 acarreos), el #4 llevó el peso del ataque sin cometer ni un solo error, sabiendo zafarse del pass rush rival (3 sacks) y lanzando por 1ª vez en su carrera 4 pases de TD en un partido de playoffs, en una serie de 15 pases completados de 24, para 234 yardas. También podrían agotarse los adjetivos para describir el partido de Sidney Rice, que atrapó 6 balones, la mitad de ellos para TD, para 141 yardas totales. El joven receptor se entiende a la perfección con el veterano QB. No sólo tiene buenas manos sino que es capaz de bloquear en el scrimmage, luego desmarcarse, pedir el balón a Favre y anotar un TD como hizo en el 2º de su cuenta particular del domingo. La única objeción que se le puede hacer a Brad Childress es que los titulares siguieran en el campo en el último drive. Favre no fue nada elegante lanzando su 4º pase de TD en un play action en 4º down a falta de 2 minutos para el final. Favre, el primer QB cuarentón en ganar un partido de playoffs, venció por 1º vez a los Cowboys en playoffs, después de tres derrotas. Para éstos es el 6º partido a domicilio en playoffs que pierden de manera consecutiva. La continuidad de Wade Phillips puede estar en cuestión, porque seguro que a Jerry Jones no le ha gustado nada esta humillación. Seguro que se veía levantando el 6º Lombardi Trophy este año, para que no se les escaparan sus rivales de la Ciudad del Acero.

LOS RAYOS SIN CHISPA DE NUEVO

Ya he repasado lo que ha supuesto el triunfo de los New York Jets (11-7) en San Diego. Es el momento de entrar en el meollo del partido. Los San Diego Chargers (13-4) llegaban al mismo tras 11 victorias consecutivas y un bye, anotando más de 20 puntos en todos los partidos de la temporada regular. Parecía una empresa difícil para la mejor defensa de la liga. Pero los Chargers también tienen un largo historial de decepciones en playoffs. Son un equipo espectacular pero blando, y en la postemporada hace falta tener mala leche, bajar la cabeza y embestir más. Phillip Rivers, LaDainian Tomlinson y Nate Kaeding representan lo que es arrugarse en el momento de la verdad. L.T. apenas sumó 24 yardas en 12 acarreos. Rivers no generó un big play en toda la noche y lo del kicker… es para hablarlo más despacio. La defensa de los Jets fue de menos a más y acabó merendándose por completo a los Bolts. Su fuerte no es la defensa contra la carrera, pero no permitieron más de 51 yardas. La clave de la batalla estaba en frenar a Rivers, y los hombres de Ryan cumplieron su objetivo con creces. Constantemente amagaron masivos blitzes, pero luego presionaban sólo con el front four, con los LB en cobertura. Rivers, presionado, no pudo repetir su habitual juego de pase vertical. Completó 27 de 40 pases para 298 yardas y un TD, siendo interceptado en dos ocasiones. Darrelle Revis no defendió al hombre a Vincent Jackson (7 recepciones, 111 yardas), sino que cubrió al receptor que le llegaba por su lado, mientras el resto de la defensa sobrecargaba el otro. Rivers lo “provocó” en 4 ocasiones. Dos de los pases que lanzó a su área fueron incompletos, otro fue recibido por L.T., que fue placado para pérdida de yardas por el CB y el último fue interceptado de una manera malabarística. ¡Un crack!

El ataque de los Jets se fue yendo para arriba a la par que los Chargers se iban poniendo cada vez más nerviosos y frustrados. Las dos intercepciones a Rivers en dos pases consecutivos al final del 3º cuarto dieron pie a que los Jets los remataran en el 4º. Primero con un pase de Mark Sanchez (13/23, 100 yardas, TD, pick) al TE Dustin Keller, después de ganar tiempo en el backfield, y luego con una escapada de Shonn Greene de 53 yardas para TD. Los Chargers eran historia. Greene acabó con 128 yardas de carrera, a las que hay que sumar las 41 de Tomas Jones. Ryan acabó a lo grande, jugándose un “4ª y 1” para rematar el partido en lugar de devolver el balón a un QB tan peligroso como Rivers con más de un minuto en el marcador. En algún lugar, frente al televisor, un hombre que atiende por Marty Schottenheimer celebraría el triunfo de su hijo Brian, coordinador ofensivo de los Jets, sobre el equipo que le mandó al paro después de acabar la temporada regular con un récord de 14-2 y perder el playoff divisional contra los Pats hace tres años.

Los Jets repiten la historia de 2004, cuando ganaron en San Diego en la prórroga en Wild Cards, después de que Kaeding fallara un FG al final del tiempo reglamentario. Kaeding remató unos playoffs demoledores para los kickers. Primero fue Shayne Graham, luego Rackers, luego Suisham, pero Kaeding les ganó a todos fallando los 3 FG que chutó (de 36, 57 y 40 yardas), uno por la derecha, otro por la izquierda y otro corto. Peor no se puede hacer. Kaeding había fallado sólo tres FG en toda la temporada regular, que había acabado con un 91,4% de aciertos. El kicker más fiable de la historia de la liga, llevaba 59 consecutivos convertidos por debajo de las 40 yardas. Pero no es lo mismo chutar en playoffs. En un partido tan apretado, sus fallos fueron mortales.

PRONÓSTICO PARA FINALES DE CONFERENCIA

… Lo publicaré en el foro. Me lo tengo que pensar.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.