El final de un ciclo

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Si uno lee el título se pensara que voy a escribir sobre Ray Lewis, pero intentaré no extenderme mas de lo necesario. Ya escribí hace cerca de un mes lo que tenía qué decir sobre el LB y cómo había llegado a Baltimore para convertirse en el santo y seña de una nueva franquicia.

Para fortuna de la NFL y el football Ray Lewis tuvo un protagonismo nulo en la Superbowl y se llegó al final con un marcador apretado, no me quiero ni imaginar lo que hubiera podido pasar de haber llegado Baltimore al final del partido con una amplia ventaja en el marcador: bailes, homenajes y no me hubiera extrañado ver a Lewis en alguna formación ofensiva intentando anotar un TD, afortunadamente no pasó. La actuación del LB puede considerarse siendo generosos de discreta, cuando no pésima. Tan discreto estuvo Ray Lewis que aún estoy intentando recordar una jugada en la qué fuera clave, las cámaras solo repararon en él para que nos diésemos cuenta que los Ravens jugaron en defensa con 10 jugadores en defensa durante todo el partido.

Al final se jugó un muy buen partido de football, para eso algunos nos hemos quedado toda la noche en vela gracias a la inestimable colaboración de los electricistas del Superdome. No asistimos a la despedida de soltero o de lo que fuera de Lewis cuyo inmenso ego le lleva a decir entre otras tonterías que Dios está con él. En San Francisco os puedo asegurar que hay una iglesia igualita a la de Notre Dame de Paris, por no mencionar la pequeña iglesia de Mission Dolores, uno de los puntos imprescindibles que uno debe visitar en la ciudad de la Bahía, y creo que Dios también debe andar por allí y no solo por Baltimore, ciudad de la que no recuerdo precisamente haber pisado ninguna iglesia.

Sinceramente prefiero que un jugador se retire como lo hizo John Elway en su día, ganar una Superbowl y seguido anunciar que te retiras. Como pueda que haga en un futuro próximo el safety Ed Reed, sinceramente con su edad y con el dinero que ha ganado, pese a las cuantiosas multas del comisionado Roger Goodell, no tiene ninguna necesidad de seguir jugando ni de demostrar nada, salvo claro está que quiera ganar mas dinero aún.

Finalmente la retirada de Lewis ha terminado siendo como la saga de películas de Rocky, la primera película era una gran película, ganó 3 Oscar, entre ellos el de mejor peplícula, pero las sucesivas secuelas acabaron convirtiendo al sonado boxeador de Philadelphia Rocky Balboa en una caricatura de si mismo. Algo que también le sucedería a Sylvester Stallone con otra saga que protagonizó, la de John Rambo (la primera película ni tan siquiera se llamaba Rambo), en la última entrega era una caricatura grotesca de aquel atormentado soldado que regresaba de una guerra y era rechazado por una sociedad que lo adoró cuando partió al frente de Vietnam.

El histrionismo de Lewis lo ha acabado convirtiendo en una caricatura. Es innegable que es un grande de la NFL y solo es cuestión de que pasen 5 años antes de que su busto pase a formar parte del Hall of Fame, pero lo que nunca podrá Ray Lewis ser, ni con la ayuda de Dios,  es el mejor LB o defensa de la historia como ha pretendido que alguno tragase. Igual que cuando declaraba que la defensa que ganó la Superbowl del 2001 era la mejor defensa de la historia, no, ese premio corresponde a los Chicago Bears de Mike Ditka de 1985. Si ya hablamos de jugadores individuales Ray Lewis está aún muy por detrás de Lawrence Taylor (derecha), e incluso de otros jugadores defensivos como fueron Reggie White o Dick Butkus. Al final no tragamos, al menos yo nunca me lo tragué, y esta última aventura, “ last ride” según Ray Lewis, empezó siendo algo gracioso y anecdótico para acabar convirtiéndose en una auténtica payasada, yo solo vi a Ray Lewis cuando fue a compartir su parte de protagonismo con el Vince Lombardi en el podio.

Pero dejemos a Lewis, del que seguro vamos a tener muchas noticias, declaraciones y actuaciones histriónicas en los próximos años cuando se incorpore como analista a la ESPN, ardo en deseos de verlo esos trajes de mafioso rapero de mas que de dudoso gusto con calcetines de colores imposibles con los que  los suele acompañar.

Toca hablar del final de un ciclo, del final de uno de los equipos que como bien apuntó su Head Coach cuando recogió el Vince Lombardi “ni fue bonito, tampoco fue fácil, pero fue nuestro estilo”, hablamos del estilo de los Baltimore Ravens.  Un equipo que seguramente no enamore a aquellos que se han acostumbrado a que el football sean partidos de video consola, pero que practican el football como se debe de practicar, sin florituras pero sí muy práctico. Tan práctico que quitando a los New York Giants pocos equipos pueden presumir de tener su currículo en los últimos años, y cuando uno está tanto años arriba en una liga tan dura y cambiante como en la NFL es que algo estás haciendo muy bien. No será bonito, pero desde luego muchos equipos cambiarían lo que ha hecho este equipo en este último lustro por su historial, no en vano llegar 5 años de manera consecutiva a los playoffs es algo que está al alcance de solo grandes equipos, pero no solo llegar, sino avanzar en ellos.

Todo apunta a que hemos podido asistir al canto del cisne, al final de un ciclo de una generación extraordinaria de jugadores que sin ser los mejores en sus puestos sí han conseguido formar uno de los bloques mas graníticos y fiables que ha conocido la NFL en los últimos años.

Una de las costumbres mas habituales que hay en el mundo de la NFL es que una vez que termine una temporada ya se empieza a pensar y programar la siguiente. A pesar de lo corta de una temporada en cuanto se acabe para un equipo su Front Office y Staff Técnico ya empieza a pensar en la próxima, la única diferencia es cuando empieza ese momento. Así por ejemplo no habían empezado los playoffs de la temporada 2012 y hasta 7 equipos habían prescindido de sus Head Coach, mas tarde se añadirían los Jacksonville Jaguars que no echaron a su entrenador en lo que ya se conoce como Black Monday.

Hubo equipos que esa misma semana ya habían resuelto quien sería su nuevo Head Coach para la próxima temporada, el caso mas extremo fueron los Kansas City Chiefs que no tardaron ni 5 días en contratar a Andy Reid, que el mismo domingo había sido despedido en Philadelphia. Otros equipos tuvieron que esperar mas tiempo, bien por que sus candidatos aún estaban jugando en post temporada, bien porque no daban con el entrenador adecuado, Philadelphia tras marear a la prensa durante un buen rato por fin anunció que contrataba a Chip Kelly, el famoso entrenador de la Universidad de Oregon que tiene el reto de intentar trasladar a la NFL un sistema de juego que triunfa en la NCAA.

Otros equipos que decidieron seguir con sus actuales Head Coach realizaron cambios para cubrir bajas o despidos, el caso mas notable el de Jason Garrett en Dallas al que su general manager y propietario del equipo, Jerry Jones, le ha puesto a sus órdenes todo un staff técnico nuevo que a juicio de muchos no hace otra cosa que anticipar el regreso de Jon Gruden a nada que las cosas en Big D no funcionen como le gustaría a Jones.

Los equipos que se clasifican para los playoffs suelen tardar mas en empezar a planificar su nueva temporada, hasta que no quedan eliminados de la post temporada no saben exactamente que deben hacer. Ayer, pocas horas de que empezara la Superbowl se hacía saber que el gran favorito en las apuestas para la temporada que viene son los Denver Broncos. A esta noticia hay que darle el valor que tiene, ninguno, por delante queda toda una agencia libre, un draft y una pretemporada antes siquiera de que la pelota empiece a volar en el fino aire de Denver. Los últimos equipos que empiezan a planificar su próxima temporada son evidentemente los que juegan la Superbowl, ellos no saben a lo que se enfrentarán hasta que termine el gran partido, ellos empiezan siempre mas tarde.

Otra costumbre habitual de la NFL es que el equipo que se corona como campeón se postula de forma inmediata para renovar el título o al menos para llegar a la post temporada, en muchas ocasiones se habla del inicio de un ciclo o del nacimiento de una posible dinastía. Ese hubiera sido el caso de haber ganado los San Francisco 49ers la edición número XLVII, es un equipo joven, la mayoría de sus jugadores importantes están bajo contrato para la temporada que viene y siguiente, su Head Coach está mas que consolidado y cuentan con un QB joven y con muchos años por delante.

En principio también debería ser el caso del actual campeón, los Baltimore Ravens, pero sin embargo puede que a este equipo haya tocado a la vez techo y suelo, que sea su mejor y última canción, como el cisne, por muy cuervos que sean. Estos Ravens eran un equipo veterano, cogido con alfileres en muchas parcelas, jugadores de vuelta de todo y con mucho equipaje y bagaje a cuestas, pero sobre todo con la amenaza de que quienes han sido los pilares de la franquicia los últimos años estaban jugando sus últimos partidos, en un caso su último partido como profesional, Ray Lewis como hemos dicho, o en otro caso si estuviera en su lugar, Ed Reed.

Pero aparte de la retirada de estos dos jugadores los Ravens tenían otros muchos problemas que afrontar en cuanto acabara la temporada. El primero y mas importante podría ser resolver la cuestión del contrato de Joe Flacco, que tras sus memorables actuaciones en estos playoffs va a buscar ser uno de los QB mejor pagados de la liga. Como ya dije en mi anterior columna, se equivoca gravemente Joe Flacco si pretende jugar en la misma liga que Drew Brees o Peyton Manning, aunque luzca el mismo número de anillos y MVP que aquellos dos QB, y no sería descabellado llegar a pensar que podría dejar Baltimore si ponemos la cuestión en conjunto.

Los Ravens no solo tienen que afrontar la retirada de Ray Lewis, su líder natural, sino la mas que probable marcha o retirada de Reed, agente libre cuando acabe la temporada. La OL, uno de los pilares del equipo en este tramo final tiene dos jugadores que seguramente anuncien su retirada, el center Matt Birk lleva tanto años jugando a esto que a menudo nos olvidamos de cuanto tiempo lleva un jugador que ha sido un ejemplo de tesón, esfuerzo y méritos ganados a pulso. Tras años de decepciones en Minnesota y quedándose siempre a las puertas de la gloria uno de los jugadores mas duraderos en un puesto tan exigente como el de center ha encontrado por fin su ansiado anillo. Lo mismo se puede decir de Bryant McKinnie, el gigantesco OLT durante año protegiendo el lado ciego de Daunte Culpepper primero y Favre después en Minnesota, que también ha tenido su buena ración de decepciones.

Otro jugador que es otro posible futuro ex Raven es Anquan Boldin, tras años en el desierto de Arizona jugando un papel de secundario tras Larry Fitzgerald el WR se fue a Baltimore para alcanzar el status de estrella. A Anquan Boldin siempre le faltaron las cualidades de los WR tipo “prima donna”, pero nunca le fallaron sus ganas de darlo de todo, sus magníficas manos y una moral a prueba de bombas, nadie como Boldin ha visto escaparse el anillo como se le escapó en aquella Superbowl que jugó con Arizona o en aquellas otras finales de conferencia donde su equipos los Ravens se quedaban siempre un poco cortes o a falta de completar un pase para llegar al Big Sunday.  Anquan Boldin solo pudo asistir impotente ver como a Lee Evans se le escurría el pase que le podía haber llevado a la Superbowl la temporada pasada. A Boldin le pueden quedar quizás un par de años mas a un buen nivel, pero se ha convertido en lo que se suelen convertir muchos veteranos como él, en una incomodidad salarial y la NFL no solo es la National Football League, también es conocida como la No Fun League.

En defensa a las ya conocidas bajas de Ray Lewis y Ed Reed seguro que se añadirán otros nombres o en su defecto alguna de las actuales estrellas de los Ravens tendrán que renegociar sus emolumentos. Terrell Suggs regresó de una lesión devastadora cuando nadie pensaba que lo podría hacer, pero es un veterano que nadie sabe a ciencia cierta que puede pasar con él. Los únicos que parecen seguros ahora mismo son Haloti Ngata y una de las revelaciones de la temporada, Paul Kruger. La defensa de los Ravens va a tener que empezar casi de cero, nunca hay reemplazo fácil para una leyenda, como para encontrarla para dos leyendas.

Yo hasta me cuestionó si el equipo no es mejor que suelte lastre y empiece una reconstrucción en toda regla. Tiene aún jugadores tremendamente válidos y a los que les quedan años por delante, pero a nadie nos extrañaría si este equipo la temporada que viene no entra siquiera en los playoffs, o incluso yendo mas lejos, termina en última posición en la durísima AFC North con unos Bengals que se supone con mas experiencia y unos Browns que el año pasado ya debieron de ganar mas partidos que los que dice su record. Por no olvidar Pittsburgh, otro equipo que está en una encrucijada parecida a la de Baltimore, el equipo necesita renovarse.

Ozzie Newsome, el GM, primero con Art Modell, y después de Steve Bisciotti, ha dejado mas que señales de su tremenda calidad como GM, tanto en la elección de jugadores vía draft como en la contratación de agentes libres sin volverse loco ni tirar la casa por la ventana. Los Ravens en estos años han conseguido algo, tener una identidad como equipo y un estilo muy determinado, no cualquier jugador por bueno que sea valdría para este equipo donde las florituras brillan por su ausencia, donde no siempre las cosas se hacen de forma bonita, pero sí muy práctica y con claros resultados que ofrecer a su aficionado, un aficionado que entiende el football como lo han entendido los Ravens en estos últimos años.

Antes de empezar esta temporada tenía a estos Ravens como mis favoritos junto con los Texans para representar a la AFC en la Superbowl. Ya el año pasado se quedaron a un absurdo drop de Lee Evans de estar allí, el equipo era básicamente el mismo sin la presencia de Chuck Pagano como coordinador defensivo, pero el arroz se les estaba empezando a pasar, corrían el riesgo de perder su última oportunidad. Durante el primer tramo de temporada parecían el mejor equipo de la AFC junto con los Houston Texans, pero en el último mes de competición se vinieron abajo, sobre toda tras las lesiones de varios de sus jugadores defensivos, especialmente Ray Lewis.

Nadie apostaba por ellos, salvo ellos mismo, y a fe que lo han probado. Sabían de sobra que era seguramente la última oportunidad que tenían para ganar el Vince Lombardi y lo han hecho de la manera mas difícil, eliminando de manera sucesiva a Peyton Manning y Tom Brady, algo que hasta la fecha solo habían logrado los excéntricos NY Jets de Rex Ryan de la era Pre Tebow.

Ahora la gran preguntar que se plantean en Baltimore es que camino tomara la franquicia. De momento su primer trabajo es buscar a un jugador que no solo reemplace a Ray Lewis, algo imposible, sino que sea el santo y seña de la franquicia. Joe Flacco no debería asumir esa responsabilidad, como tampoco Ray Rice, sino que Ozzie Newsome va a tener mucho trabajo por delante tratando de buscar esas piezas que permitan a los Ravens regresar a la élite. Desde luego tienen una inmejorable oportunidad para renovar y empezar un nuevo proyecto, incluso sin Joe Flacco de por medio si decide descolgarse con unas peticiones fuera de lugar.

Y con esta columna también llega el fin de un ciclo,  el de esta temporada y empieza mi particular travesía en el desierto. De momento me retiro a mis cuarteles de invierno, durante este último mes aprovechando el cambio €uro – Dólar he hecho un importante acopio de material, sobre todo libros, mas de 2.000 páginas me esperan en los próximos meses. Salvo que ocurra algo noticiable es momento de dejar paso a nuestros expertos en el Draft, especialmente a Urko Calavia sin cuyo trabajo esto sería imposible, como casi todos ya saben en cuestiones de football universitario soy un completo ignorante.

Hasta luego.

 

 

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