SB XLVI: Plato frío sin venganza

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En cuanto se conoció el «match up» de la cuadragesimosexta, a nadie escapaba que era una magnífica ocasión para la venganza de unos New England Patriots (15-4), a quienes todavía les duele la derrota más amarga de su historia, en la SB XLII, precisamente frente a los New York Giants (13-7).

 

Cuatro años después, la nación patriota no ha podido saborear el frío plato de la venganza. En lugar de vendetta, tuvieron eso que se llama «si no quieres taza, toma taza y media». Volvieron a probar la remontada del rival, cimentada en una recepción acrobática, y una impotencia final frente al pass rush de los neoyorkinos.

 

Pero el partido sí que fue un plato frío, muy lejos de la Super Bowl de hace cuatro años. No fue un partido malo. Técnica y tácticamente fue muy bueno. Los planteamientos de los entrenadores fueron muy trabajados y la ejecución de los jugadores estuvo bien. Pero faltó pasión y emoción, a pesar de que el partido no estuvo resuelto hasta que el balón del último Hail Mary se estrelló en el suelo. Faltaron jugadas espectaculares, sólo la increible recepción de Mario Manningham merece tal apelativo, y fue el primer pase profundo completado en el partido. Faltaron costosos turnovers (salvo un pick a Tom Brady, tampoco demasiado determinante) y explosivas jugadas defensivas. Hasta faltaron jugadas polémicas. John Parry y su equipo hicieron un buen trabajo, acertando en todas sus resoluciones, con algun pass interference perdonado a cada equipo, con buen criterio. Por ser frío, hasta el TD de la victoria fue el más ridículo de la historia.

 

Hasta el marco del encuentro fue frío. No existe un estadio moderno más feo que el Lucas Oil Stadium, una especie de granero gigante en la campiña de Indiana. En resumen, no fue el mejor espectáculo del año. Y eso que era la 1ª Super Bowl que enfrentaba a dos previos ganadores del MVP, la única vez en la que ambos QB han sumado más de 10.000 yardas aéreas en la temporada regular. Eso sí, no le faltó un ápice de interés.

 

Espectáculo y frialdad aparte, ambos equipos se dejaron la piel en el partido y al final ganó el mejor. Los Giants han sido el mejor equipo de la liga en postemporada. No es nada fácil borrar a los Falcons, demoler a los Campeones en Lambeau Field, sobrevivir al castigo de San Francisco y volver a repetir la misma Super Bowl frente a los Pats.

 

Tom Coughlin hizo un plateamiento muy conservador, parece que confiaba en la fórmula «no cometer errores + un buen drive final de Eli Manning» para llevarse otro Lombardi Trophy. Biil Belichick hizo mejor sus deberes y planteó un gran partido, con un juego de pase rápido, «dink & dunk», que anulaba el pass rush de los Giants mientras le hacía daño en la zona de cobertura de los LB. En el otro sentido del juego, su defensa evitó los big plays y los puntos en el marcador.

 

Al de la sudadera gris no le falto mucho para llevarse el gato al agua con ese planteamiento. Se quedó tal vez a un drop de Wes Welker de levantar el Lombardi. Pero al final Coughlin tenía razón. Tuvo la fortuna de su parte, después de que pudieran recuperar sendos fumbles de Ahmad BradshawHakeem Nicks, y de que le anularan otro, recuperado por los Pats, por un absurdo 12 hombres en el campo, justo antes del TD de Victor Cruz, pero él sabía que en el clutch el mejor QB sobre el turf era Manning y no Brady. El #12 tuvo la oportunidad de liderar la victoria, pero acabó completando 7 de los últimos 18 pases que lanzó. El pequeño de los Manning firmó su 7ª remontada esta temporada y entró en ese pequeño coto de QB que han ganado múltiples Super Bowls y MVPs en el Super Domingo, donde residen Bart Starr, Terry Bradshaw, Joe Montana y el propio Brady.

 

Voy a analizar el partido en tres fases, marcadas por los tres parciales que se dieron en el marcador.

 

9-0 TOC, TOC, SOMOS LOS GIANTS

Por 1ª vez en 15 años el representante de la AFC ganó el sorteo. Curiosa estadística que contraviene la Ley de las Probabilidades. A Belichick le gusta recibir en la 2ª mitad y el 1º drive fue para los Giants.

 

No se puede decir que los Pats empezaran el partido dormidos, fue la concatenación de dos buenos drives de los Giants, junto con el Safety en la 1ª jugada ofensiva de los Pats, la que hizo que en los primeros 11 minutos y medio del partido los Giants realizaran 19 snaps para 108 yardas y 7 puntos, frente al sólo snap de Brady para -6 yardas y -2 puntos.

 

Pero lo que sí se puede decir es que los Giants hicieron un gran comienzo de partido, en los tres ámbitos del juego. En ataque Manning estableció un nuevo récord de la Super Bowl completando sus 9 primeros pases en sus dos primeros drives, para 77 yardas y un TD. No buscó la yugular de la secundaria de los Pats, sino que tomó lo que ésta le ofrecía, y movió el balón a base de pases cortos y de un productivo juego de carrera. Los corredores (Bradshaw, Brandon Jacobs y también D.J. Ware) sumaron 40 yardas en 8 acarreos ya en los dos primeros drives.

 

En el otro sentido del juego la presión de Justin Tuck forzó el Safety de Brady en la 1ª jugada de la defensa. No era una mala manera de empezar. Y hasta en los equipos especiales estuvieron finos. Steve Weatherford chutó el 1º de sus 4 punts (tres de ellos dentro de la 10), sentando las bases del Safety clavando el balón en la yarda 6.

 

El partido no podía empezar mejor para los Giants, a la vez que se ponía cuesta arriba para los Pats.

 

0-17 TIRANDO DE OFICIO

Muchos equipos podían bajar los brazos después de un inicio así, o podrían mandar al garete su gameplan y ponerse en [mode pánico: on]. Pero era la 5ª Super Bowl del tándem Belichick-Brady y otra cosa no sé si tendrán, pero oficio les sobra a ambos.

 

Con un magnífico gameplan, Brady comenzó a mover las cadenas con su típico «dink & dunk» a base de pases cortos y rápidos, buscado el área de cobertura de los linebackers, y anulando de esta manera el peligroso pass rush de los Giants.

 

El juego de carrera no funcionó (62 yardas totales para los RB), pero a pesar de la «ausencia» de Rob Gonkowski (estaba tan claro que iba a jugar como que iba a estar muy limitado) Brady encontró la manera de enlazar 3 de 4 drives anotadores (2 TD y un FG) a base de pases a Aaron Hernandez (8, recepciones, 67 yardas, TD), Welker (7, 60), Deion Branch (3,45) o Danny Woodhead (4, 42, TD). Chad Ochocinco atrapó un balón para 21 yardas. Con un TD en toda la temporada, no se puede decir que el fichaje estrella de la offseason haya salido muy rentable.

 

En el otro sentido del juego también estaban los Pats más espabilados. Con los safeties profundos, la defensa permitía yardas, tanto de carrera como con pases cortos, pero evitaba big plays y anotaciones, conteniendo a la peligrosa terna de receptores de los Giants.

 

Brady enlazó dos largos drives para TD justo antes del descanso y después de la reanudación. El típico break que le gusta a Belichick, y de repente los Pats se vieron arriba en el marcador por dos anotaciones. En el primero igualó el récord de la NFL con un drive de 96 yardas, que en realidad fue de 98 por una salida falsa. También batió en este periodo el récord de pases consecutivos completados (16), cuyo titular era su ídolo de juventud, Joe Montana. Fue un Tom Brady en estado puro.

 

La defensa neoyorkina daba muestras de desesperación. No consegían llegar a Brady, no conseguían frenar a los Pats y el partido parecía decantarse claramente a favor de los de azul.

 

12-0 SABEMOS CÓMO HACERLO

Si bien es cierto que Coughlin pecó de conservador, también es cierto que supo gestionar el partido y darle la vuelta al mismo, lo cual no es nada fácil frente a un equipo con tanto oficio como los Pats.

 

En ataque los Giants siguieron moviendo el balón, controlando el reloj (37 minutos de posesión), pero seguían sin llevar el balón hasta la endzone. Manning enlazó dos largos drives rematados por sendos FG de Lawrence Tynes, y un 3º en el que se quedó corto.

 

Quedaban 9 minutos y medio y los Giants seguían por debajo en el marcador a pesar de su dominio en yardas totales y en tiempo de posesión.

 

A continuación llegó el que para mí es el drive determinante del partido. Creo que los Giants son un equipo con más talento que los Pats, a pesar de que estos partían como favoritos en las apuestas. Por ello supongo que Belichick firmaría antes de empezar el partido el entrar en los últimos 5 minutos por delante en el marcador y con posesión de balón. Creo que todo el mundo pensaba que en esa situación el partido era para los Pats. Pero en ese drive perdieron la Super Bowl.

 

Empezando en su yarda 8, fue un largo drive, de casi 6 minutos y 12 jugadas, y probablemente la jugada clave fue el drop de Welker, pero el drive, junto con el anterior y el siguiente, pusieron también en evidencia que Brady ha perdido su instinto letal y su puntería en el juego profundo. Ya en el drive anterior había sido interceptado por Chase Blackburn en un lanzamiento profundo que se le quedó corto, y su crucial pase a Welker tampoco fue todo lo preciso que debiera, aunque Gisele Bundchen no opine lo mismo. Los números de Brady fueron buenos pero no brillantes (27/41, 276 yardas, 2 TD) y pesaron el Safety, el pick y sus últimos 7/18 pases completados. La defensa neoyorkina apretó más y el #12 no pudo emular en efectividad a su ídolo Montana, a quien no pudoa empatar con un eventual 4º título.

 

Pero Coughlin sí que tenía razón si pensaba que en un drvie final Eli iba a sacarle las castañas del fuego. A medida de que Brady se hacía más pequeño, Manning se hacía más grande. Es sin duda alguna, el mejor QB del momento para un two minutes drill. A menos de 4 minutos para el final, en su yarda 12, anunció que iba a por el partido con un increíble y milimétrico pase de 38 yardas a Manningham, que había superado a su par Sterling Moore y esperaba la acometida del safety Patrick Chung.

 

La jugada recordó a todos la recepción de David Tyree, presente el domingo en Indianapolis. Fue, sin lugar a dudas, la jugada del partido. Fue tan espectacular y tuvo la misma importancia que la de Tyree. Pero resultó menos circense y más técnica, una recepción que será inolvidable.

 

El pase no sólo puso las bases del drive de la victoria, sino que restó un crucial tiempo muerto a los Pats, debido al infructuoso challenge de Belichick. Manning sabía que la victoria volvía a estar en su mano y completó cuatro de los 5 pases que lanzó en el drive, consiguiendo un 1º down en la yarda 7 a 1:09 del final.

 

La victoria era para los Giants. Manning cerraba su actuación de MVP con 30 pases completados de 40, para 296 yardas y un TD. Sin errores. Además de en Hicks (10 recepciones, 109 yardas), Manningham (5, 73) y Cruz (4, 25, TD), tuvo que apoyarse en sus RB y en TE de 2ª línea como Bear Pascoe (4, 33). Una actuación para despejar dudas acerca de su calidad.

 

El partido debería haber acabado ahí. Como Belichick había malgastado un tiempo muerto, a los Giants les bastaba con arrodillarse y chutar un FG de 25 yardas para liquidar el partido. Pero entonces vino una jugada de opereta. Coughlin cantó una jugada de carrera en lugar de arrodillarse, no sé si porque no se atrevía a arrodillarse o para ver qué pasaba. Belichick hizo lo que tenía que hacer, dejarle un pasillo a Bradshaw para que anotara. Elli le gritó al RB que se arrodillara y éste frenó pero la inercia lo llevó a anotar un TD «de culo». El TD más absurdo de la historia de la Super Bowl, pero el TD de la victoria, a fin de cuentas.

 

Habrá teorías para todos los gustos, pero estadísticamente es mucho más seguro chutar un FG de 25 yardas que dejar el balón y 57 segundos a Brady. Por suerte para Bradshaw y Coughlin, ya he hablado de que Brady ha perdido su instinto letal y enfrente tenía a la defensa neoyorkina, personificada por Tuck, quien con otro demoledor sack le recordó que como hace cuatro años, iban a ser una muralla infranqueable. Con todo, después de salvar un 4º down, Brady tuvo la oportunidad de alcanzar la golria con un Hail Mary, pero los Giants estuvieron muy atentos. Gronkowski no estuvo lejos de atrapar el rechace y anotar un probablemente no merecido TD, pero un desenlace así habría servido para hacer hasta una película. Eso sí que sería una venganza servida en un plato frío.

 

 

Ya que los Giants no tienen cheerleaders para celebrar la victoria, los Bucs gustosamente les prestan una, engalanada con el color de los fundadores de la su ciudad, bautizada primero como Nueva Amsterdam. Así de paso reparo el error de no haber invitado a la sección a ninguna bucanera este año, aunque hay que decir que los jugadores de los Bucs tampoco han hecho muchos méritos para ello.

 

Por cierto, 5 de los últimos 7 ganadores de la Super Bowl no tienen cheerleaders. Esto no puede seguir así.

 

Los Giants rubrican un sensacional rush final, con 6 partidos ganados consecutivos «a vida o muerte». Hay que recordar que a mediados de diciembre estaban 7-7. Globalmente fueron mejores que los Pats en el partido. Es cierto que tuvieron la suerte de cara, pero el balón es ovalado y el juego es así. Como en una especie de «tie break» ambos equipos tuvieron un drive para ganar el partido (los Pats incluso dos), pero Brady y los suyos no lo supieron hacer, mientras que Manning y los suyos sí.

 

Brady completó 25 de sus 31 primeros pases, pero sólo 2 de los últimos 10. Manning completó 26 de sus 35 primeros pases y 4 de los últimos 5. Ahí hay una gran diferencia.

 

Los Giants vuelven a demostrar que el football es distinto en la temporada regular y en los playoffs. No vale de nada apilar yardas, puntos y records en la temporada regular, lo que vale es estar en forma en los playoffs, y el equipo que más en forma ha estado han sido los Giants. Es la primera vez que gana la Super Bowl un equipo con menos de 10 victorias en temporada regular.

 

Los Giants, con 4 anillos, se acercan a Cowboys y 49ers. igualan a los Packers, y dejan atrás a los propios Pats, a Redskins y a Raiders.

 

Los Pats terminan una temporada agridulce en un estadio que no se les da nada bien (0-3). Por un lado son subcampeones, pero su temporada nos deja fríos. No han ganado en todo el año a un equipo con récord positivo, salvo a los Ravens, que se derrotaron ellos mismos. La flojera general de la AFC les ha facilitado el camino. Llevaban 10 victorias consecutivas desde su última derrota, precisamente frente a los Giants, pero estos se han convertido en su nueva bestia negra. Por otro lado han sumado su 7ª presencia en el Super Domingo, sólo Steelers y Cowboys los superan, pero su último título empieza a verse lejos, a medida que la ventana de Brady puede comenzar a cerrarse. El tiempo dirá si van para arriba o para abajo.

 

No me queda nada más que felicitar a los seguidores de los Giants y dar ánimos a los seguidores de los 31 equipos restantes. Lo bueno del deporte es que siempre hay una próxima temporada en la que depositar las esperanzas. También me queda agradecer la atención prestada a todos aquellos lectores que han ido más allá de ver la foto de la cheerleader de la semana. Uno a fin de cuentas, junta letras para que otro las lea.

 

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