Green Bay Packers

1565

Estadísticas 2011:

Ataque
Media
NFL
Puntos Anotados
35,0
Yardas Totales
405,1
Yd. de Carrera
97,4
27º
Yd. de Pase
307,8
Defensa
Media
NFL
Puntos Encajados
22,4
19º
Yardas Totales Permitidas
411,6
32º
Yd. de Carrera Permitidas
111,8
14º

Yd. de Pase Permitidas

299,8
32º

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ALTAS
Cedric Benson RB
Jeff Saturday C
Anthony Hargrove DE
Philip Merling DE
Daniel Muir DT
BAJAS
Matt Flynn QB
Scott Wells RB
Patrick Lee CB
Ryan Grant RB
Nick Collins S
Chad Clifton OT

Draft 2012:

Ronda Jugador Pos College
1-(28) Nick Perry DE USC
2-(51) Jarel Worthy DT Michigan State
2-(62) Casey Hayward DB Vanderbilt
4-(132) Mike Daniels DT Iowa
4-(133) Jerron McMillian SS Maine
5-(163) Terrell Manning OLB North Carolina State
7-(241) Andrew Datko OT Florida State
7-(243) B.J. Coleman QB Tennessee-Chattanooga

 

 

Tras alzarse con la Superbowl hace dos temporadas, la pasada campaña supuso una decepción inmensa para los Green Bay Packers. Si bien el equipo dio un recital ofensivo durante la regular season finalizando al borde de la temporada perfecta con un 15-1, la eliminación a las primeras de cambio frente a los vigentes campeones, los New York Giants, fue un duro varapalo.

 

Mucha de esta culpa recae sobre la defensa, que durante la mayor parte de la temporada rozó el ridículo completo. A pesar de que el ataque sacaba adelante al equipo partido tras partido y evitaba el escándalo, era cuestión de tiempo que el equipo se derrumbara el día que el ataque no estuviese al 120% y así fue finalmente. Offense wins games, Defense wins championships.

 

Ted Thompson ha tomado nota y se ha centrado este año tanto en el draft como en la agencia libre a reforzar mucho el equipo defensivamente para darle armas a Dom Capers, quien esta vez no tendrá excusas.

 

MVP ATAQUEMVP ATAQUE:Aaron Rodgers. Intentará devolver al equipo a lo más alto para quitarse el mal sabor de boca de terminar de MVP indiscutible, un rating estratosférico y un balance de 15-1, pero una derrota en playoffs a las primeras de cambio.

El ataque el año pasado fue sencillamente demoledor. Prácticamente por sí solo sacó adelante la mayoría de los encuentros, con unos números sensacionales: 35 puntos por partido (líderes de la NFL), 6.6 yardas por jugada, 405 yardas por partido (3º de la NFL), 76 penalizaciones nada más (2º mejor de la NFL), +24 en turnover margin (en parte por la excelente labor del QB), 307 yardas de pase por partido (3º), etc. Para este año no ha habido grandes cambios —la excepción como pronto veremos ha sido la incorporación de Cedric Benson— y por tanto se intuye de nuevo un ataque igual de aplastante.

 

Al frente de esta máquina tan bien engrasada se encuentra el flamante MVP de la liga, Aaron Rodgers, cuyos números rozaron la perfección en todos los aspectos: 122.5 de rating (un rating brutal, apoteósico, con 12 puntos de diferencia sobre el siguiente, Brees; además, batió el récord de partidos consecutivos por encima de 100.0); 68.3% de pases completados, solamente por detrás de Brees; 4643 yardas sin llegar a jugar siquiera el último partido; 9.2 yardas por pase (líder de la NFL); 45 TDs y solamente 6 intercepciones, muy muy lejos de las 14 que lanzó el único jugador con más TDs que él . Y todo ello siendo el 6º jugador de la NFL que más sacks recibe, que se dice pronto (los 5 que están por encima, tienen ratings comprendidos entre 65 y 90), lo cual ensalza aún más los números abrumadores de Rodgers. Se espera igualmente que este año no sea menos. Es un jugador que ha tenido que superar un sinfín de adversidades desde que fue drafteado, y que poco a poco se ha ganado la admiración, el respeto y el reconocimiento de amigos y rivales a partes iguales, un líder entre los líderes que apunta ya a futuro Hall of Famer, a poco que continúe su carrera sobre lo que ha construido.

 

Tras la marcha a Seattle de Matt Flynn, el puesto de backup recaerá en los hombros de Graham Harrell, del que se desea que cumpla como sustituto pero que de momento no logra lo que se esperaba de él y el equipo no está tan bien cubierto como el año pasado en el caso de que Rodgers tenga que perderse algún partido. Se habla incluso del posible fichaje de un veterano y el corte de Harrell. Si todo marcha según lo previsto el recién drafteado B.J. Coleman acabará en el practice squad.

 

El juego de carrera de los Packers está resultando poco eficiente, por no decir otra cosa, en los últimos tiempos. Ryan Grant —a pesar de hacer una primera temporada increíblemente buena en su año de debut, y una muy decente a continuación— nunca fue el mismo tras su lesión y ha acabado cortado como se esperaba; mientras, ni James Starks ni Alex Green logran dar un paso al frente, ya sea por lesiones o por falta de cualidades. Por ello Ted Thompson ha decidido dar un empujoncito al juego de carrera y la franquicia ha adquirido al agente libre Cedric Benson, con el que se espera se dé un salto de calidad importante en el juego terrestre y acabe de titular. La decepcionante actuación de Starks durante la preseason está incluso poniendo en duda su permanencia en el equipo en favor de Brandon Saine. John “Kuuuuuuuuhn” volverá casi con toda seguridad a ser el fullback titular, es un jugador muy versátil y bastante capaz en las distancias cortas, con manos aceptables, y posibilidad de jugar también de falso runningback. No parece tener suplente de garantías, aunque por detrás de él estarían Jon Hoese y Nic Cooper, quien puede también correr tras su pasado como RB, pero parece tener pie y medio fuera.

 

Después de su espectacular y sorprendente campaña (15 TDs, sólo por detrás de Calvin Johnson y de Rob Gronkowski en toda la NFL), Jordy Nelson dispone de la privilegiada ocasión de disputarle al veterano Greg Jennings el puesto de “go-to-guy” como receptor estrella. Análogamente, el jugador de segundo año Randall Cobb peleará por ganarles recepciones tanto a los dos primeros como a James Jones, un buen receptor que es capaz de lo mejor y de lo peor al mismo tiempo. Por último, el flamante vencedor del concurso “Dancing with the Stars”, el respetado y queridísimo Donald Driver, intentará tapar la boca de todos los que piensan que está acabado y pedían su corte y cumplir así su promesa de jugar hasta los 40 años como cheesehead o quedarse lo más cerca posible de dicho reto. Podría haber un sexto puesto de WR en el roster final de 53; en ese caso tendrían que pelearlo entre Tory Gurley —quien ya estuvo a punto de lograrlo en la pasada campaña—, Diondre Borel y Jarrett Boykin. El primero parece el mejor posicionado, pero no hay garantía de que los Packers mantengan 6 receptores cuando tengan que reducir la plantilla a los 53 jugadores finales.

 

Para el puesto de TE, se espera que Jermichael Finley mejore con respecto a su decepcionante actuación el año pasado, pues aunque recibió bastante juego dejó caer demasiados balones (aun así, el playmaker logró 8 TDs y más de 700 yardas). Con la lesión de Andrew Quarless, Tom Crabtree parece haberse hecho con el segundo puesto, pero D. J. Williams viene también pisando fuerte. Tampoco convendría descartar a Ryan Taylor.

 

Con respecto a la línea ofensiva, hay sensaciones contrapuestas. La parte derecha es una de las más sólidas de toda la NFL, con Bryan Bulaga muy asentado ya como tackle derecho y Josh Sitton como guard. En el puesto de center se ha optado por cortar a Scott Wells y sustituirlo por el veterano Jeff Saturday, y aunque a priori no debería acusarse el cambio, se la ha notado bastante flojo en preseason. T.J. Lang se mantendrá también como guard izquierdo y a su lado tendríamos la posición de left tackle como la más endeble de todo el ataque de los Green Bay Packers. Actualmente Marshall Newhouse —que a día de hoy tampoco destaca especialmente por su solidez, sino por todo lo contrario— se encuentra medio lesionado, y no existe recambio de garantías si recae de su lesión durante la temporada. Habrá que estar atentos a cómo evoluciona la línea porque debido a las carencias de los QB suplentes lo más importante ahora mismo de cara a las aspiraciones es mantener intacta la salud de Aaron Rodgers. Se especula mucho con el tema de suplentes porque aún hay batalla abierta y no sabemos cuántos jugadores quedarán en el roster final. Dependiendo de las posiciones finales, tendrán que disputarse los puestos entre Evan Dietrich-Smith, Derek Sherrod (actualmente lesionado), el prometedor rookie Andrew Datko, Reggie Wells, etc.

 

MVP DEFENSAMVP DEFENSA: Charles Woodson. Tiene ganas de demostrar que le quedan muchos años encima a buen nivel y que el cambio a la posición de safety no hará sino alargar aún más su exitosa carrera como profesional.

¿Por dónde empezar aquí…? Si se le puede llamar así, la defensa de los Packers el año pasado estuvo inexistente. Desde el partido número 1 hasta el partido número 17. Ya desde el primer día, el 99% de los seguidores nos dimos cuenta de que algo sucedía: el equipo no era el mismo del año anterior, el mismo que dominaba todos los partidos de principio a fin, secaba a los rivales, no permitía primeros downs ni big plays y mantenía en jaque a toda la ofensiva rival. El de este año pasado ha sido en cambio una defensa que roza el esperpento, el ridículo absoluto, nada más y nada menos que la 32º (sí, la PEOR, con mayúsculas) de toda la NFL. Se dice pronto, pero aún hay más. Esta defensa cuenta entre sus logros con ser la peor defensa contra el pase en la historia de la NFL. Ningún equipo, en ninguna temporada, ha cosechado peores números. Es la peor históricamente. Ahí es nada.

 

Si intentamos buscar un culpable, vamos a tener para elegir por todos lados. Una defensa no pasa de ser de lo mejorcito de la NFL de la noche a la mañana. Si te faltan un par de hombres, puede esperarse un bajón, un par de escalones, un fallo aquí y allá, pero no una debacle tan tremendamente absoluta; la defensa fue el hazmerreír de la NFL. Jornada tras jornada, QBs rookies y otros del montón hacían un siete a la secundaria, nadie presionaba y cuando había que placar, los jugadores parecían meros espectadores que dejaban pasar a los rivales y eran quemados y burlados fácilmente, permitiendo big play tras big play, partido tras partido.

 

Voy a tratar de analizar bajo mi subjetivo punto de vista a qué se debe este cambio tan radical. En primer lugar, y aunque algunos no estén de acuerdo conmigo, he de decir que para mí el principal motivo —que no el único, por supuesto— de dicho despropósito parte de la falta de pass rush, en concreto de pass rush interior. El equipo optó por no renovar al DE Cullen Jenkins, un jugador capaz de generar pass rush interior incluso jugando con una mano rota. Este jugador por sí mismo y por el pass rush que generaba (siempre acababa cerca del QB rival), hacía mejores también a los que tenía alrededor, y obligaba a la línea ofensiva rival a hacerle dos contra uno de modo que otros jugadores aprovechaban sus emparejamientos individuales para lograr presiones al QB, bien haciendo sacks o bien obligándole a salir y forzándole a un lanzamiento erróneo y precipitado que acababa interceptado o fuera de objetivo, y muchísimos 3 y fuera. Para mí el pincipal responsable de la debacle defensiva quesera no es otro que Ted Thompson, que cometió el mayor y más grave error en su carrera profesional no solo eluyendo totalmente sus responsabilidades defensivas en el draft, sino que se jugó todo a la carta de confiar ciegamente en que Mike Neal (un jugador que no había demostrado nada en la NFL) iba a ser el sustituto de Jenkins. Lo peor no es eso —una apuesta te puede salir bien o mal, y bien es cierto que otras muchíiiisimas veces Thompson acertó y nos ha llevado a la Superbowl con ello, no podemos lapidarle—; lo peor es que renovarle habría sido terriblemente barato. Pero no sólo eso, sino que ciego en su error, no quiso rectificar y ni siquiera cuando todos veíamos los problemas fue capaz de darle a Dom Capers alguien en free agency, u organizar un trade en condiciones. Como resultado, toda la temporada se jugó sin pass rush, llegando a acabar el 3º por la cola de la NFL en sacks (29), lejísimos de los 47 logrados un año anterior. Sin pass rush interior todo lo que el playcall ofensivo rival tenía que hacer era montar dobles y hasta triples coberturas sobre Matthews, y exceptuando alguna penetración de Desmond Bishop, conseguir el bigplay era pan comido.

 

En el juego de equipo por excelencia que es el football americano, no sería justo tampoco creer que ese fue el único motivo y nadie debe librarse de culpa. Más factores influyeron, como es el hecho de la desafortunada lesión de un superclase como fue el gran Nick Collins, varias veces probowler y uno de los líderes defensivos del equipo. Collins cayó gravísimamente lesionado en el primer partido y el equipo nunca se recuperó de ese duro golpe, si bien es cierto que con él en el campo tampoco se veía esa defensa del año anterior. Otra pieza del puzzle fue la bajada espectacular en rendimiento de jugadores que estuvieron muy lejos del nivel esperado por lo mostrado años anteriores, más concretamente jugadores como Sam Shields —que se le veía con miedo de placar e ineficiente y dubitativo en sus coberturas—, Charlie Peprah —casi siempre mal posicionado—, Hawk —que pasó todo el año desapercibido—, Raji —muy fácil de parar sin Jenkins al lado—, e incluso Tramon Williams, que no se recuperó bien de su lesión y parecía la sombra del que fue. En alguno de los casos, podría deberse a una mezcla de falta de motivación tras la Superbowl ganada —culpa de Mike McCarthy, que sería el responsable directo de ello—, y de la huelga que evitó que algunos jugadores jóvenes tuvieran los entrenamientos suficientes en la offseason para mejorar lo que se esperaba, y de nuevo por la falta de pass rush, que hizo que las ofensivas rivales tuvieran todo el tiempo del mundo para pasar a los receptores cuando tras media hora marcados lograban desmarcarse sin nadie cerca o ya cansados y en malas posiciones para placar con garantías y todo lo que ello supone.

 

Tampoco debe librarse de culpa Dom Capers, pues era de esperar una bajada de la defensa, pero como se ha dicho debió encontrar modos alternativos de generar pass rush y, aunque no tuviera la defensa dominante por falta de efectivos o piezas, debe ser también responsable directo del esperpento que vimos durante todo el año. Es por ello que la culpa debe recaer por partes iguales desde el de más arriba, hasta el de más abajo, pasando por todos y cada uno (jugadores, entrenadores, y directivos).

 

Es por ello que este año Ted Thompson ha decidido romper con sus tradiciones, ha efectuado un draft agresivo, drafteando prácticamente a todos los jugadores defensivos, y ha invertido también en fichar a varios jugadores en agencia libre. Esperemos que salga bien; a estas alturas no lo podemos saber, pero al menos es un primer paso en reconocer los errores y tratar de ponerles remedio.

 

En la línea defensiva tendremos de nuevo este año a B. J. Raji como nose tackle, en el centro, y parece ser que su recambio finalmente será el repescado Daniel Muir. El fiasco de Mike Neal se perderá los primeros 4 partidos por sanción, y por ahora los DE titulares parecen ser Ryan Pickett y C.J. Wilson, aunque este último podría perder su puesto si algunos de los suplentes le desbanca; a saber Jerel Worthy (prometedor rookie), Philip Merling, Mike Daniels.

 

Como linebackers exteriores, la superestrella Clay Matthews tiene motivos para estar contento a pesar de ser relegado al lado derecho, y ello es debido a la incorporación vía draft de Nick Perry, del que se esperan grandes cosas aunque habrá que tener paciencia con su adaptación de DE a OLB para poder jugar en la 3-4; parte del éxito de la 3-4 depende de la capacidad de los linebackers para defender en cobertura, y Perry está algo flojo en ese aspecto por exceso de peso. Los suplentes se espera que sean Erik Walden y la sorpresa de los entrenamientos y preseason, Dezman Moses, que se ha ganado con trabajo un puesto en el equipo. Mientras Frank Zombo continúa lesionado, Brad Jones y quizá Vic So’oto podrían pelear un último puesto en función del número de linebackers que haya en el roster final. Por el centro como linebackers interiores y tras la grave lesión de Desmond Bishop (el único junto a Matthews y Woodson que mantuvo el tipo defensivamente el año pasado), jugarán A.J. Hawk y D.J. Smith, que en su segundo año parece haber mejorado a pasos agigantados, no en vano muchos esperan ansiosamente verle sobre el terreno de juego como titular. Los suplentes serán Robert Francois (actualmente lesionado), Jamari Lattimore (jugador versátil que podría jugar por fuera, aunque su posición más natural es la interior), Terrell Manning y el mencionado Brad Jones, al que le sucede lo inverso que a Lattimore (su posición natural es la exterior).

 

Por último, tras la lesión de Nick Collins y el recién cortado Charlie Peprah —que el año pasado no fue ni la sombra de lo que fue hace dos años—, en la secundaria tenemos el cambio más importante. El veteranísimo Charles Woodson hará compañía a Morgan Burnett como pareja de safety. Está por ver si es un cambio acertado o desacertado, pero para los que se alarmen hay que decir que el cambio no es tan drástico como parece, ya que Dom Capers emplea la 3-4 base en pocos snaps durante los partidos, y abusa bastante más de nickel y otras formaciones en las que Woodson jugará de CB como nos tiene acostumbrados. M.D. Jennings, Jerron McMillian y Anthony Levine deberán pelear por los puestos de suplencia, y es casi seguro que todo se decidirá en el último partido de preseason. Como cornerbacks, Tramon Williams aparece como el único con el puesto titular garantizado a pesar de su decepcionante campaña, mientras que el otro se lo rifarán entre el a veces amado y más veces odiado playmaker #24 —Jarrett Bush—, Davon House, Sammy Shields y Casey Hayward.

 

Mason Crosby, y Tim Masthay se mantienen como kicker y punter sin oposición, completando el trío con el long snaper Brett Favre… esto… Brett Goode, en lo que viene siendo ya un trío inamovible y sólido.

 

Como retornadores, Randall Cobb se afianza como el principal, aunque dependiendo le podrían dar relevos gente como Diondre Borel si logra contra todo pronóstico hacerse un hueco en los 53, o incluso Jordy Nelson o Tramon Williams, cosa que por su posición de titulares no sería deseable desde un punto de vista racional.

 

  • Aaron Rodgers, MVP de la liga e indiscutible líder y número uno, un seguro de vida.
  • Cuerpo de receptores de lo mejor de la liga una vez más, y con suplentes de lujo.
  • Defensa reforzada en todas y cada una de las línes y con ganas de recuperarse del varapalo de la temporada pasada.
DOWN
  • Juego de carrera muy pobre, que busca recuperarse con la incorporación de Cedric Benson.
  • Agujero grande en el puesto de left tackle, y muy poca profundidad en la línea ofensiva en caso de lesión.
  • Inexistencia absoluta de un recambio para Aaron Rodgers.
  • Incógnita en los puestos de cornerback, con la excepción de Tramon Williams.

 

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