Clemson tendrá una nueva oportunidad en la gran final. Tras caer el año pasado en un apretado partido ante Alabama, los Tigers, que se impusieron en la Fiesta Bowl ante #3 Ohio State por 31-0, dispondrán de un segundo intento por el campeonato nacional ante los Crimson Tide.
Los chicos de Dabo Swinney realizaron un partido muy completo a ambos lados del balón. Por un lado la defensa, sensacional, desarboló a una ofensiva de los Buckeyes sin muchas ideas y por otro la ofensiva dirigida por Deshaun Watson, consiguió mover las cadenas con más regularidad.
Mientras que los Tigers sumaron 472 yardas totales Ohio State se quedó en 208. Además los Buckeyes convirtieron únicamente 3 de 14 terceros downs.
En la ofensiva el QB de Clemson (23/36, 259 yardas, 1 TD, 2 ints) fue responsable directo de los tres touchdowns de su equipo y en dos de ellos él mismo fue el encargado de llevar la pelota hasta la endzone (57 yardas por vía terrestre).
Por el bando contrario J.T. Barrett (19/33, 127 yardas, 2 intercepciones) tuvo muchísimos problemas para conectar con sus receptores y la ofensiva de Ohio State nunca logró fluidez a la hora de mover las cadenas. Además, por si esto fuera poco, dos veces que en la primera parte llegaron los de Urban Meyer a distancia de field goal, en ambas ocasiones Tyler Durbin erró la patada a palos.
Ya en el último cuarto Curtis Samuel consiguió desbordar a la defensa de Clemson con una escapada de 64 yardas que llevó el cuero hasta la «redzone» pero la respuesta de los Tigers fue contundente. Tras un sack llegó una intercepción en la endzone que además devolvió el balón hasta la yarda 7 contraria tras penalización en el retorno y poco después Wayne Gallman remataba la faena con un touchdown de carrera.
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