Florida State, realidad y mito de la percepción

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Probablemente sea prematuro asegurar que Florida State esté de vuelta con la misma convicción y avidez con la que Brent Musburger insistió durante los últimos instantes del último cuarto. Cierto es que los ‘Noles no fallaron en un encuentro decisivo por hacerse con el control de la Atlantic ante su máximo rival divisional y que los pupilos de Jimbo Fisher consiguieron revertir una situación adversa que Clemson pareció tener bajo control con un juego preciso, efectivo y directo.

Florida State contestó con urgencia y celeridad con dos touchdowns en instantes críticos donde los Tigers pudieron fraguar su liderazgo con 14 y 10 puntos favorables en el tercer cuarto (poco más de minuto y medio, y menos de un minuto, respectivamente, en ambas vertiginosas respuestas), después del big-play de 52 yardas para TD de Adrian Ellington tras el trickery con Sammy Watkins y del field-goal profundo de 50 yardas del place-kicker Chandler Catanzaro. Seguramente estos Seminoles no impongan su ley con el tirano género de antaño, sin embargo, los ‘Noles subieron una marcha y cerraron los dos últimos cuartos como un auténtico Ferrari, ganando la batalla sobre la línea de scrimmage, sepultando el juego terrestre visitante e incomodando cada uno de los ataques que Clemson dispuso durante este periodo.

No fue la misma unidad defensiva que destruyó a rivales vulgares durante las tres primeras semanas (Clemson anotó 5 de los primeros 7 drives), incluso apenas pudimos disfrutar en su máximo apogeo de la popular dupla de ends integrada por Werner y Carradine, pero hay que tener en cuenta el vasto talento ofensivo de los pupilos de Dabbo Swinney. Clemson es uno de los ataques más explosivos y verticales del país, donde incluso Chad Morris puede presumir de ser el coordinador más lucrado de toda la nación, sin embargo, parecieron preparados para combatir 40 minutos en lugar de la hora estipulada. Además, su defensa es un tanto sospechosa, después de permitir 19 puntos a la anémica Auburn, 27 ante Ball State, y observar atónitos como los backs Chris Thompson y James Wilder o el fullback híbrido Lonnie Pryor, volaban en la dirección opuesta.

De cualquier modo, entre la plétora de armas ofensivas servidas por los ‘Noles, EJ Manuel consigue emerger como el alma del programa. El quarterback senior mostró su presencia, control y liderazgo, lanzando para 380 yardas (récord de su carrera) con habituales dump-off, cuidando las posesiones (sin turnovers) y creando peligro por tierra (102 yardas) con acciones de QB Lead. Si continúa progresando gradualmente y madurando sus aptitudes como game-manager (como se vislumbra), Florida State tiene asegurada con creces la demarcación más crítica y quién sabe si incluso un futuro contendiente al Heisman como uno de sus “alumnos” más avanzados.

Ahora, es un tanto delicado subirse al tren de los Seminoles después de la extensa lista de fiascos por estar a la altura del talento de sus poderosos rosters estos últimos años. FSU ha naufragado en su intento por conquistar la conferencia ACC las seis últimas temporadas, pero su calendario y circunstancias, hacen factible que la historia pudiera verse revertida. No serán “underdogs” de aquí al final de la temporada y hasta el habitual complicado viaje a Blacksburg en Noviembre, los ‘Noles prácticamente apenas encontrarán competición en su camino por contender al crystal-ball.

Pero la pregunta es ¿Son estos Seminoles alternativa real para desafiar la supremacía de la SEC?

Mientras buscamos una respuesta, vamos allá con mis reflexiones personales de la cuarta semana:

Los Irish progresan adecuadamente. Siguen avanzando con pequeños pasos en su objetivo por devolver el programa a la relevancia. Es un aspecto que subrayé la anterior semana y que Brian Kelly está cuidando con detalle; mantener la calma y proteger las posesiones tras una conservadora orientación ofensiva. Intentó serenar y redirigir mentalmente a Everett Golson, pero sencillamente el chico no está preparado (su segunda intercepción es absurda). Es un secreto a voces y los Irish necesitan alguien que gestione con eficiencia y seguridad el ataque. Aún está por ver que Tommy Rees sea la respuesta, incluso después de un alto acierto de completaciones y no entregar el balón al rival (además, Kelly aseguró que Golson seguirá siendo el titular). Será necesario comprobar cómo responde ante Stanford el 13 de Octubre, pero está claro que Notre Dame urge de un signal-caller que comprenda y aproveche la ventaja de disponer de una defensa capaz de controlar el partido.

Y es momento para que en South Bend dejen su dilatada historia de lado. Olvídense de Tony Rice, Joe Montana, Rocket Ismail o George Gipp, el resurgir de los Irish llega desde el lado defensivo del balón. El front-seven de Notre Dame (santo y seña de este equipo) convirtió la gélida noche de South Bend en miserable para Denard Robinson, quien asistió a todo un cúmulo de despropósitos ofensivos Maize & Blue, con un total de 6 turnovers (incluyen 4 intercepciones y 1 fumble del propio Robinson). Notre Dame, en cambió, registra un +9 en turnovers tras 4 partidos (insólito el año pasado y con lo que Kelly insiste sabedor de su potencial defensivo). Nadie comprende el intrépido call de Al Borges con el “halfback-toss” que resultaría interceptado en los últimos instantes del primer cuarto y que inició un sinfín de errores ofensivos que dinamitarían las tres primeras incursiones de Michigan en la redzone.

Muy de acuerdo con la valoración de Mark May de ESPN. El gameplan de Michigan y la función de Denard Robinson según el planteamiento de Al Borges, fue pobre y equivocada como se demostró con los constantes gaps disponibles en los extremos de los tackles. Estoy de acuerdo en que Michigan necesita rediseñar su orientación y aprovechar la habilidad atlética de Robinson.

Definitivamente, Manti Te’o es uno de los nombres de la temporada y la imagen que representa el resurgir de los Fighting Irish. Ya señalé la anterior semana el impacto de su figura en este programa, tanto a nivel atlético, académico como institucional. Te’o es la superlativa representación de lo que significa ser un jugador de los Fighting Irish; inteligente, carismático, humilde, trabajador, toda una inspiración para sus compañeros y estudiantes de South Bend (un detallazo la sección agitando los clásicos collares hawaianos). El pasado, presente y futuro del programa. Nunca su decisión de retornar en su año senior tras rechazar la NFL, pareció tan acertada. Su actuación ante Michigan fue un escándalo, placando con decisión, eficiencia y agresividad, provocando el terror en el blitzing sobre el corazón del pocket y con un fantástico radio de acción en cobertura que le permitiría lograr dos intercepciones (3 en 4 partidos, mientras que el año pasado no consiguió ninguna).

Increíble lo desaprovechado que se encuentra Tyler Eifert bajo sus actuales signal-callers. Cierto es que los Wolverines trabajaron muy bien las dobles coberturas sobre su figura, especialmente en situaciones de redzone, pero la cantidad de veces que Eifert se encontró abierto en “seam-routes” fue incalculable. Que rompiera su sequía en dos partidos con una fantástica recepción junto a la banda en el último minuto, certificando la victoria de Notre Dame, habla de su excesiva infrautilización. Los Irish necesitan que Eifert se vea más involucrado moviendo las cadenas y como auténtica válvula de escape. No será por todo lo que Kelly le mueve en el ataque.

El cambio de orientación de juego que se experimenta en el blue-turf de Idaho. Boise State se descubrió a la nación por su trickery y un vertical juego ofensivo, sin embargo, la defensa es sorprendentemente la que está cargando con toda la responsabilidad esta temporada. Ahora uno incluso comprende las quejas por el posible camuflaje de los Broncos con su blue-turf. Es algo que se percibe con mayor intensidad con un planteamiento más arisco. En tres partidos, que incluyen duelos ante Michigan State y BYU, Boise State aún no ha permitido a ninguno de sus oponentes superar los 17 puntos y en el encuentro ante los Cougars del jueves noche, la defensa de los Broncos volvería a ser la unidad gobernadora, creando 5 turnovers y reduciendo el marcador en un 7-6 favorable a los pupilos de Chris Petersen. No solo redujeron a su oponente a 200 yardas, sino que la propia unidad defensiva produjo los únicos puntos locales, después de que el nose-tackle Michael Atkinson retornara una intercepción 36 yardas para touchdown.

En cambio, donde no sorprende esta orientación es en Fort Worth. Los nombres cambian, pero los resultados permanecen inalterables. Gary Patterson y su coordinador Dick Bumpas siguen ensamblando grupos toscos, pegajosos y con buenos fundamentos. Los ‘Frogs aún deberán encontrarse con la parte más dura de su calendario en las próximas semanas, pero poco a poco comienzan a coger la forma que desean para encarar los matchups de la Big-XII. A pesar de ser sacudidos por graduaciones y expulsiones, TCU solamente ha permitido 13 puntos este mes de Septiembre y el touchdown de Virginia el pasado sábado, llegó en los minutos de la basura. Empiezan a descubrirse también nuevas estrellas como Joel Hasley, quien complementa a la perfección al linebacker senior Kenny Cain.

Lo del “panoramix” Bill Snyder (como le bauticé con afecto en la segunda semana), tiene la intención de convertirse en algo especial esta temporada. Oklahoma y el coordinador defensivo Mike Stoops, dispusieron de dos largas semanas para prepararse ante Collin Klein y el juego terrestre de los Wildcats, pero aún así, poco importó. John Hubert y Klein formaron todo un double-punch ante los Sooners en Norman, mientras que una incómoda y oportunista defensa puso su granito, en la quintaesencia del copyright de Kansas State, reduciendo a Landry Jones y compañía hasta los últimos instantes. Pocos lugareños hubieran firmado un récord de 4-0 en el primer bye-week y es momento para que en Manhattan se replanteen sus posibilidades. Superando a Kansas el 6 de Octubre, Bill Snyder podría emplazar a sus Wildcats imbatidos en la visita a Morgantown frente a WVU del 20 de Octubre, por lo que los piropos (en forma de ranking) no se harán esperar.

Definitivamente, Oklahoma y hablar de campeonato nacional, no es un buen binomio. Como contendientes a la conferencia Big-XII, los Sooners siempre se muestran como una fuerza perenne, pero cuando entra en conversación el crystal-ball, los pupilos de Bob Stoops se descubren ciertamente sobrevalorados.

Rutgers siempre fue uno de los squads con más talento de la Big-East, pero también acostumbraron a combinar momentos brillantes, con otros no tanto bajo el régimen de Greg Schiano. Esta versión de los Scarlet Knights vuelve a presentar (dentro de su conferencia) potencial élite sobre las trincheras y especialmente en el lado defensivo del balón (en su cómputo). Bajo la nueva dirección de Kyle Flood, Rutgers arrancaría la temporada con victorias sin especial brillo ante Tulane y Howard, sin embargo, con el bye-week a la vista, los de New Jersey sumarían importantes victorias fuera de casa ante South Florida y Arkansas para dispararse en el Top25 con un récord de 4-0. La victoria del sábado pasado en Fayetteville irrumpe como una de las más importantes de la historia de la universidad. La defensa sigue siendo la tarjeta de visita del programa, pero la aparición de los sophomores Jawan Jamison (RB) y Gary Nova (QB), después de infringir cinco touchdowns aéreos a los Hogs, es motivo de entusiasmo en Piscataway.

Arkansas continúa con su particular hundimiento. Hay noticias de Cobi Hamilton (récord de la SEC tras superar las 300 yardas aéreas ante Rutgers) o incluso Tyler Wilson, pero ¿Alguien sabe donde se encuentra Knile Davis? Con poco más de 200 yardas y un promedio de 3 en cuatro partidos, el runningback, llamado a ser uno de los jugadores más dominantes de la SEC y objeto de deseo por los scouts de la NFL, apenas sumaría 17 yardas en 10 intentos terrestres ante los Scarlet Knights.

La división Este de la SEC no se estrecha en una guerra exclusiva entre Florida y Georgia, South Carolina emerge como alternativa seria después de una primera sufrida y ajustada victoria ante Vandy en el opener. Los Gamecocks suman una racha de tres victorias consecutivas con al menos tres touchdowns de diferencia, incluyendo la última visita de una inexperta Missouri, quienes fueron desdibujados. Todo parece alineársele al ol’ball coach Steve Spurrier; el estelar RB Marcus Lattimore muestra signos de salud, la defensa, liderada por los ends Devin Taylor y Jadeveon Clowney, está permitiendo un promedio de 10 puntos por partido, mientras que un aparentemente sereno Connor Shaw establecería una nueva marca de la universidad con 20 completaciones consecutivas (superando el 95% de completaciones, que es otro récord de la institución).

Parece oficial, los Beavers no son fruto de una tarde inspirada. En sólo su segundo partido de la temporada (tras posponer el opener ante Nicholls), Oregon State visitaría la Rose Bowl en Pasadena, demoliendo el perfecto y esperanzador arranque de UCLA. Los pupilos de Mike Riley ya han conseguido colocar dos upsets ante ambos equipos ranqueados en el momento del enfrentamiento, después de vencer a Wisconsin en Corvallis hace dos semanas. Este prematuro éxito recae sobre el progreso de la defensa de Mark Banker, quienes se han mostrado explosivos sobre los flancos y especialmente rocosos frente al juego terrestre rival. Esta semana redujeron al líder terrestre del país, Johnathan Franklin, 135 yardas por debajo de su promedio.

La efectividad de los Bruins en terceros downs (28%) es estrambótica (115 del país). UCLA se consideraba destinada a una temporada de inflexión tras el esperanzador cambio de régimen con Jim Mora, sin embargo, las defensas oponentes son conscientes que, sobrecargando el box en un objetivo por detener a Johnathan Franklin y forzando situaciones profundas de tercer down, Brett Hundley será incapaz de incomodarles. Tal vez fuera sugerente un cambio de orientación.

Iowa es el fiel reflejo de la mísera actuación de la Big-Ten en el mes de Septiembre, después de ser incapaces de superar a Central Michigan en Kinnick Stadium, quienes curiosamente fueron humillados por Michigan State 41-7 hace tan sólo dos semanas. La tradicional rocosa defensa de los Hawkeyes, permitiría los 9 puntos decisivos en los últimos 45 segundos (recuperaron su segundo intento de onside-kick), mientras que apenas fueron capaces de escapar de Northern Illinois, además de caer en manos de Iowa State. El régimen de Kirk Ferentz continúa instalado en un estado de bipolaridad perenne.

Probablemente en The Plains proclamen de victorias morales, como la de este sábado noche en Jordan-Hare ante la No.2 absoluta, LSU, sin embargo, Auburn (ahora con un récord de 1-3), ha sufrido tres derrotas antes del 1 de Octubre por primera vez en toda la historia de la institución. Este catastrófico arranque incluye una L por un margen de 18 puntos ante Mississippi State y el cuasi desastre en casa ante Louisiana-Monroe. El ataque simplemente es horrible y los Tigers han entrado en una dinámica de entregar el balón al rival en forma de constantes turnovers. Fuera del end Corey Lemonier, pocos jugadores están jugando al estándar acostumbrado por este programa.

Que nadie se escandalice ahora por la evasión con vida de los Bayou Bengals en Auburn. Es su opener en la conferencia SEC, un ambiente hostil, un quarterback novicio ante un contexto adverso, etc. (el local en estas series presenta un récord de 11-1). Siempre hay un cúmulo de circunstancias donde al final del día, lo más importante es conseguir la victoria, no importa el pretexto. Algo así experimentó LSU este pasado sábado (351-183 yardas de diferencia) y que nadie dude que estarán preparados para el showdown de Noviembre ante Alabama en Baton Rouge.

Matt Barkley no conseguiría reivindicarse en la victoria 27-9 ante CAL, después de una actuación miserable y frustrante en Palo Alto ante Stanford. Con Barkley instalado en la posición No.51 en eficiencia de pase de todo el país (dos picks por segunda semana consecutiva), sus opciones de Heisman pendiendo de un hilo y la siempre imperiosa necesidad por adquirir quarterbacks en la NFL, comienzan a emerger las habituales cuestiones acerca de su decisión por regresar.

Una vez prometedores y relucientes en la Big-East, los Bulls parecen ahora retroceder de forma vertiginosa en su intento por progresar como joven programa. En este momento del año (y tras una temporada completa), Skip Holtz suma un récord de 3-9, mientras que la situación se agravaría con la derrota en el último segundo del pasado sábado ante Ball State de la conferencia MAC.

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