Cuanto antes pase lo malo, mejor. Ya que tenemos que jugar un partido en jueves, en prime-time, que nos sienta tan mal como una mala resaca, cuanto más pronto nos lo quitemos de encima, tanto mejor. Al menos, ya que la NFL obliga a esta “semana corta”, el partido se jugará nuevamente en casa, por lo que los jugadores no perderán de entrenar como consecuencia de los desplazamientos. Es sólo la segunda jornada, pero ya llegan las urgencias. Tanto Houston como nosotros teníamos apuntado en nuestra lista mental de victorias que ganaríamos el partido inaugural. Ninguno de los dos lo hicimos, así que plantarnos en la tercera jornada con un 0-2 puede empezar a tambalear las aspiraciones que legítimamente tenían ambos al inicio de temporada para alcanzar playoffs.
El enfrentamiento con los Texans, pese a que sólo es el 11º entre ambas franquicias, se está convirtiendo en especial. En la memoria de todos, las dos derrotas que nos infligieron en sendos partidos consecutivos de wildcard en su estadio en las temporadas 2011 y 2012, pero también la visita que nos hicieron en 2015 que nos cortó la racha de imbatibilidad. El balance en temporada regular es favorable a ellos por 4 a 6, y no les ganamos en casa desde 2005, siendo el último enfrentamiento el del año pasado que acabó con Bullock mandando fuera un field-goal en el último segundo que hubiera supuesto la victoria (infructuosa, así que casi mejor, porque nos permitió escoger más arriba en el draft).
De todas las cosas que no me gustan del partido de los jueves, una de ellas es la de vestir a los jugadores de mamarracho por la iniciativa “color rush”. Nosotros no salimos mal parados con nuestro uniforme de tigre albino, pero este año además suman a la moda la de modificar el diseño del casco, con los colores que habéis podido ver en la foto de acceso a esta entrada. El nuestro tendrá los colores invertidos (rayas anaranjadas sobre fondo negro), mientras que serán los tejanos quienes lleven su casco naranja, con el logotipo habitual sobreimpreso.
Una locura. Como lo es que Dalton tenga que redimir su penosa actuación (duramente criticada por los aficionados) contra el equipo de su corazón, el equipo de su ciudad, los Texans. Buen día también para que Bullock se redima ante uno de sus ex-equipos. Y por supuesto, que vuelva Jonathan Joseph a un estadio donde sí tiene que pagar por el Gatorade.
Obviamente, en el recuerdo los recientes huracanes que han azotado el sureste de los Estados Unidos, en especial, el Harvey sobre la zona de Houston. La noche, para lo que es Cincinnati, bien, recordemos que aún es verano. Entre 15 y 20 graditos, bastante humedad, suave viento variable y cielo nublado con muy ligera probabilidad de lluvia.
El encuentro lo arbitrará Cletus “Clete” Blakeman, abogado de Omaha, quien esperemos que al menos haya aprendido ya a voltear la moneda cuando la tira al aire. Su balance contra nosotros es de 4 victorias y 3 derrotas, la última de ellas el año pasado en Baltimore. Fue también quien pitó el Houston-Cincinnati de playoffs de la temporada 2011. La cantidad de penalizaciones señalizadas está en la media de la liga, y también son muy igualados sus porcentajes de victorias locales y visitantes. No podemos acusar una tendencia en su trabajo, y esto no es mala cosa.
Como corresponde a un Thursday Night Football, se disputa a las 2:30 de la madrugada del jueves al viernes (en España), así que un servidor lo verá, si acaso, al día siguiente, ya que esta gente no se merece trasnochar.
En ataque 
De nuevo, toda la presión sobre la línea ofensiva. Pero tanto la rival, por los peligrosos pass-rushers tejanos comandados por J.J.Watt, y secundado por los Mercilus, Clowney, etc., como a la que se someterá desde la grada y los medios tras su desastrosa hecatombe del pasado domingo. El único cambio que se prevé es el obligado por lesión de Hopkins (en su lugar saldrá probablemente T.J. Johnson, pero con Alexander nunca se sabe). Ogbuehi, Bodine y Fisher siguen contando con la confianza del staff y la religiosidad de Dalton para creer en los milagros.
Aquí debería acabar el análisis. Sin OL, no hay nada. Pero habéis venido en busca de ladrillo y no os puedo decepcionar. No debería extrañarnos ver un partido malo de Dalton, ya hemos visto algunos. Incluso, muy malos. Pero es raro que encadene dos consecutivos. No digo que se vaya a salir (de hecho, sus prestaciones contra Houston siempre han sido más que mediocres), pero quiero pensar que cuidará con mayor diligencia la posesión del oval, evitando lanzamientos comprometidos o verse acorralado en su propio pocket. Antes el balón a la grada que en manos de defensores rivales. La táctica debe ser la del final del partido contra Baltimore: ataque no huddle para evitar que se refresquen, pase rápido a rutas con ventaja para que el receptor gane yardas tras la recepción, y si la defensa se viene muy arriba, jugadas de screen para castigar su ambición.
Fournette, que se hinchó a yardas la semana pasada contra ellos, es un RB al estilo de Hill, por lo que quizá no sea mala idea darle a Jeremy la posibilidad de percutir contra su defensa. Cuantas más jugadas tenga Dalton el oval en sus manos, peor, así que hay que intentar correr sí o sí. Y si un corredor no funciona, probar con otro antes que abandonarse al pase. Gio pareció muy inspirado; los RBs rookies han demostrado la jornada pasada que pueden hacerlo muy bien, y Mixon es el más talentoso de todos ellos. Igualmente, corriendo por las calles exteriores contendríamos sus ansias de presionar el backfield por allí.
Pese a haber entrenado lunes y martes, no tengo claro que Ross vaya a ser convocado. Yo lo haría. Y es más, en la primera jugada, le mandaría el balón profundo. Lo atrape o no, seguro que daría que pensar a la defensa tejana, y es probable que se replanteen enviar mucha presión. El problema es que Baltimore enseñó cómo jugarnos. Se nos puede presionar con sólo 3 en la línea y dejar el resto en cobertura cortando todas las líneas de pase. Así, en inferioridad, es muy difícil para el QB encontrar a sus receptores, por lo que estos deberán hacer un esfuerzo extra por conseguir desmarcarse. Correr la ruta prefijada está muy bien, pero en ocasiones hay que saber ofrecerse, aportando un extra sin resignarse a que la jugada rota no tiene posibilidades de supervivencia. En especial Core si quiere hacerse un sitio entre los habitualmente convocados. Pero esto también va para todos, Green incluido. Es necesaria una mayor visibilidad de nuestras principales armas para ayudar a Dalton, que bastante tiene con lo suyo…
Un grave problema que arrastramos desde el año pasado (uno más desde la marcha de Jackson, podríamos decir) es la falta de contundencia en la red-zone. De los 29 pases intentados por Dalton, sólo 2 fueron hacia los TE (y ambos los atraparon). Debemos buscar con más ahínco esta superioridad, porque no vamos a tener muchas más.
Como conclusión, la carrera es lo único que nos puede salvar de un nuevo ridículo. Quitar presión a Dalton, manejar el tempo del partido, descansar la defensa (visto lo del domingo, nuestra mejor baza) e intentar avanzar con continuidad para anotar y borrar la sensación de equipo inofensivo que dimos. Lo mejor es que nuestros corredores son buenos, y los Texans, pese a tener una extraordinaria defensa (permitieron menos de 20 puntos de media el año pasado), pueden ser vulnerables ahí.
En defensa 
Dre “pupitas” Kirkpatrick anda medio cojo, y que no esté al 100% puede ser fundamental porque debería ser el encargado de defender a DeAndre Hopkins, su mejor jugador ofensivo. Lo positivo es que recuperamos a Adam Jones, que en un momento dado podría estar al quite. También muy importante recuperar a Shawn Williams, porque necesitamos una presencia intimidante en el centro de la zaga (Fejedelem es un parche temporal que no puede aguantar mucho más), aunque recordemos que sale de una lesión seria que le hizo perderse más de media pretemporada, así que tampoco estará al 100%.
Decía lo de imponernos por el medio porque su QB titular será DeShaun Watson, un QB peligroso corriendo, y ya sabemos lo mal que se nos dan los de este tipo. En cuanto vea un hueco va a arrancar a correr, y debemos estar vivos para cortarle el paso, bien sean los safeties o Vinnie Rey (ya que no confío en Minter para esta labor… bueno, para casi ninguna). Me parecería una disposición inteligente fijarnos por el rabillo del ojo en los movimientos del rookie con una vigilancia específica.
Normalmente, la táctica que suele emplear Guenther cuando se enfrenta a un QB novato es cerrarle las salidas y dejarle que sea él con su brazo quien intente ganar el partido. No siempre sale, pero no me parece del todo mal en este caso concreto. Sin embargo, sería desaprovechar la ocasión de enfrentarnos a una línea ofensiva que muchos catalogan casi tan mala como la nuestra. No creo que juegue Michael Johnson por culpa de la conmoción sufrida, así que debemos hacer de la necesidad, virtud. Su ausencia provocará la titularidad de Willis o Smith (da igual quien sea, rotarán continuamente), dos DE mucho más capacitados para el pass-rush que MJ90. La pinza que pueden hacer con Dunlap, más la presión interior de Atkins, más la aportación por fuera de Lawson (sorprendente líder estadístico de “profootballfocus” en productividad en la presión al QB, provocando 4 “huidas” en sólo 12 snaps “rusheando”) pueden provocar el caos en la ofensiva tejana.
Como conclusión, insistir en que mientras arreglamos los desastres de la ofensiva, debemos hacernos fuertes en defensa. El ataque que ayude lo que pueda alargando sus drives, pero la defensa es la que debe dar un paso adelante. Los Texans cometieron 4 turnovers (uno de ellos retornado para TD), aquí debemos estar activos. Su OL permitió nada menos que 10 sacks de 30 veces que permitieron presión, pocas ocasiones vamos a tener más propicias.
El rival 
Como anunciaba antes, lo más destacado es que cambian de QB no por lesión, sino por decisión técnica… tan sólo en la 2ª jornada de competición. El desbarajuste quarterbackeril que tienen en Houston es para hacérselo mirar. Aunque puntualmente pueda funcionarles (nosotros sin ir más lejos hemos sido víctimas del mismo), sin duda lastra las aspiraciones del equipo. Dicho esto, Watson me parece un QB de mucha más enjundia que Savage; ya si está preparado o no, es otro tema, pero su calidad puede contrarrestar su inexperiencia en la NFL.
También hay que señalar en la parte negativa que han puesto en IR a su TE titular Fiedorowicz por una nueva conmoción cerebral. Aunque sea un respiro, porque nos supuso un gran quebradero de cabeza la última vez que nos enfrentamos a ellos, nunca es agradable que un chico se pierda la temporada (y quién sabe si su carrera, porque no es la primera) por estos temas tan desafortunados. Por otra parte, también tienen lesionados a sus otros TE por idéntico motivo, así que llegan con problemas en esta posición, que es muy importante en sus esquemas ofensivos.
Si pretenden proteger al QB, más que confiar en una línea ofensiva que echa mucho de menos al LT Brown que está en huelga, deberían tirar de su caballo de batalla, el corredor Lamar Miller, a quien también habrá que vigilar en situaciones de receptor. El RB novato Foreman apenas tuvo una participación testimonial, pero el partido contra Jaguars, por cómo discurrió, tampoco debe servirnos muy de base. Tienen lesionado al WR Fuller (si recordáis, uno de nuestros objetivos en el draft de 2016), por lo que volverán a sobrecargar el peso del ataque aéreo sobre Hopkins. Me gustaría señalar al RB Ervin, que no sólo es el retornador oficial (y uno bueno) sino que participa mucho en el juego de pase.
Su defensa descansa en el líder J.J. Watt. El DE es quien tira de sus compañeros. Vital por lo tanto mantenerle fuera de la acción, por lo que NUNCA podemos dejarle en asignación individual. El problema es que no está solo, así que las ayudas de RB, FB y TE para contener a los OLB Clowney y Mercilus, o el NT Reader deben estar bien firmes.
Su secundaria también es buena (y peligrosa), así que experimentos los justos. Pese a haber perdido a Bouye, los Joseph, Kevin Johnson, etc., componen una unidad experimentada que conceden muy pocas alegrías. Este año estrenan coordinador defensivo con Mike Vrabel, el recordado LB patriota, quien ya llevaba varios años entrenando a los LBs. Quizá podríamos aprovechar su inexperiencia con formaciones desconcertantes o jugadas de fantasía… ah, no, se me olvidaba que nuestro OC era Zampese.
La clave 
Evitar que nos retransmita Movistar+ porque siempre nos gafa. Como esto será imposible porque escapa a nuestro control, analicemos entonces otras claves que sí estén en nuestra mano.
La primera de ellas, después de un partido de 5 pérdidas de balón, es evidente. Es un enfrentamiento entre dos equipos que la jornada inaugural no llegaron a los 10 puntos (bueno, nosotros, ni siquiera 1) y buenas defensas, así que la lógica prevé un duelo de baja anotación. Por tanto, cualquier detalle que pueda suponer un punto de inflexión en la dinámica general (y un turnover es más que un detalle), será fundamental para el devenir del encuentro.
Otro factor a considerar en juegos tan competidos son los equipos especiales. Si el ataque se atasca, y la defensa no reacciona, el revulsivo debe venir por medio de los retornos. Erickson de momento sólo está para eso, y más le vale empezar pronto a ser productivo. Tenemos en la plantilla muy buenos retornadores en college (Mixon, Ross, Boyd, Bernard), y habría que plantearse dejarnos de remilgos y usarles en esta faceta del juego. No podemos permitirnos desaprovechar ni el más mínimo resquicio para sacar ventaja.
Sabemos que es obligatorio, pero no por eso deja de ser una faena disputar un partido sólo 4 días después del anterior, sin apenas tiempo de prepararlo, recuperarse, ni mucho menos descansar. Pero es lo que hay (y aún es peor para ellos, que son quienes además tienen que viajar), así que la condición física, que a estas alturas tan tempranas del calendario aún no es del todo óptima, adquiere un peso determinante. Fundamentales por tanto las rotaciones que permitan a los jugones llegar frescos a la parte decisiva del partido, que si va por los cauces que se supone, serán los últimos minutos del 4º cuarto.
En definitiva, un partido que llega a ambos equipos con la presión de borrar el cero de su casillero de victorias (más urgente en nuestro caso, porque serían ya 2 derrotas en casa). Terreno abonado para errores y malas decisiones. Hay que mantener la mente fría, evitando distracciones ridículas, y con los 5 sentidos sobre el césped. Dos equipos con malos entrenadores y peores líneas ofensivas, que se llevará el menos malo de los dos. Mi corazón dice que nosotros, mi cabeza que ellos.