Equipo All-Pro NFLhispano.com 2012

 

 

El penúltimo y más reciente modelo de «cachalotito» samoano irrumpe en nuestro equipo con la tierna delicadeza de un elefante desbocado. O algo parecido es lo que deben experimentar los jugadores rivales cuando ven como esta impresionante mole se abalanza sobre ellos y les golpea de manera inmisericorde. En su tercera temporada Mike Iupati ha confirmado las expectativas que le hicieron un primera ronda del draft y junto a Joe Staley, Johnathan Goodwin, Alex Boone y Anthony Davis ha conformado la mejor línea ofensiva de la liga, directa responsable del despertar ofensivo de los mineros. Detrás de cada una de las impresionantes galopadas de Marshawn Lynch está la labor anónima de su OL, representada en nuestro equipo por su flamante center. Pero Max Unger no sólo aparece por ser uno de los directos responsables de las cifras de «Beast Mode». Pocos centers hay tan dominantes en la liga a la hora de abrir huecos para la carrera y su desempeño en la protección del QB es también sobresaliente. Si a eso añadimos su tenacidad, entrega y su contagioso espíritu guerrilero que han convertido a la línea de los Seahawks en una pesadilla constante para sus rivales, queda más que clara la justicia de su elección. Es imposible ver un partido de los Ravens y no acabar reparando en este jugador. Su juego es tan dominante que acaba por llamar la atención, cosa realmente extraordinaria tratándose de un guard. ¡Pero es que vaya pedazo de guard! A la hora de correr no tiene problemas para anclar en la línea de scrimmage a cualquier DT rival o para salir en pull y machacar sin miramientos a cuanto LB, S o CB ose interponerse en su camino. Y si Marshall Yanda resulta excelente en el juego de carrera otro tanto puede decirse de su protección en el de pase en las que se convierte en un agujero negro que absorbe al jugador rival hasta hacerlo desparecer.

 

Más de dos años sin conceder un sack hablan por si solos de su excepcional tarea como protector del lado ciego de Matt Schaub, y las apabullantes cifras de Arian Foster son también un claro indicativo de su excelencia como run blocker. Puede que la línea ofensiva de los Texans no haya brillado con tanta intensidad como la temporada pasada, pero en eso no hay nada que achacar a este excepcional jugador, Duane Brown, que poco a poco, de manera tan callada como constante ha ido puliendo su juego hasta convertirse en uno de los mejores left tackles de la competición. Cuatro operaciones en el cuello y un año de inactividad no han sido obstáculo para que Peyton Manning firmase otra temporada digna de su leyenda. Más de cuatro mil quinientas yardas de pase, treinta y siete touchdowns, un rating por encima de los 105 puntos y el mismo dominio de siempre sobre el terreno de juego, llevando a su equipo al #1 de la AFC. Si no llega a ser por el uniforme de los Broncos y la pérdida de potencia que han experimentado sus lanzamientos cualquiera lo habría confundido con su mejor versión en su época con los Colts. ¡Casi nada! Después de tres decepcionantes temporadas el talentoso jugador procedente de la Universidad de Alabama por fin ha podido demostrar todas sus habilidades sobre el emparrillado. Formando dupla con el excepcional novato Kevin Zeitler, Andre Smith ha sido un jugador completamente desequilibrante en la magnífica OL de los Bengals. Su poderío en el juego de carrera ha sido espectacular «engullendo» a los defensores rivales como si tal cosa y en el juego de pase ha cumplido el expediente con nota. Mucho cuidado al lado derecho de la OL de Cincinatti en los próximos años.

 

No es ningún secreto que en NFLhispano nos gustan los fullbacks de toda la vida. Esos maravillosos lead blockers de siempre, más anchos que largos, con sus cuellos de búfalo, brazos como jamones, piernas como robles y sus corazas desproporcionadas. Esos jugadores que cuando por extrañas circunstancias reciben el balón, demuestran una torpeza entrañable y cuya única estrategia de avance es el célebre: «A mí el pelotón que los arrollo». Esos jugadores que cuando realmente disfrutan es cuando tienen que abrir camino para sus más afamados compañeros y se emplean a esas oscuras y poco reconocidas labores con gusto y entusiasmo. Los típicos jugadores que disfrutan más golpeando a un rival para que su compañero anote un touchdown que anotándolo ellos… Teniendo en cuenta estos gustos es muy lógico que nuestro fullback All Pro sea de nuevo Vonta Leach. Nunca faltan actuaciones espectaculares a lo largo de la temporada de la NFL pero no creemos que pequemos de exagerados si calificamos de histórico lo que ha hecho este año Adrian Peterson. Nueve míseras yardas le han separado de batir el mítico récord de yardas terrestres en una sola temporada pero a pesar de eso todos aquellos que hemos tenido la suerte de presenciar a Peterson este año lo recordaremos durante el resto de nuestras vidas. No sólo por lo que ha hecho si no por como lo ha hecho. Sobreponiéndose a una gravísima lesión en un tiempo récord y echándose a la espalda el ataque de su equipo ante la completa inoperancia de su quarterback. Una exhibición imperial de potencia, visión, velocidad, determinación, contundencia, instintos, aceleración como hacía muchos años no se veía en la competición. Un verdadero lujo poder disfrutar de las evoluciones de este asombroso jugador.

 

Adrian Peterson no pudo batir el récord de Erick Dickerson pero Megatrón no tuvo ningún problema a la hora de destrozar el récord de yardas de recepción en una temporada que ostentaba Jerry Rice. Si All Day es un punto y aparte entre los corredores, Calvin Johnson vive en un planeta diferente del resto de sus compañeros de posición. Su increíble combinación de tamaño, velocidad y agilidad se sale de todo lo que habíamos conocido, pero es que además Johnson añade a la ecuación unas manos prodigiosas, una capacidad impresionante para buscar todos los balones y una magnífica predisposición para trabajar sin descanso para mejorar. Una combinación de factores que le hacen prácticamente imparable. Una lástima que el rendimiento de los Lions no haya estado a la altura de este excepcional jugador. En una época de tight ends super atléticos que más parecen receptores que otra cosa resulta refrescante encontrarnos con jugadores como Jason Witten, un jugador que responde punto por punto a la definición clásica de la posición. Para empezar no le hace ningún asco a la hora de bloquear, tarea para la que está más que capacitado, y a la que se entrega con gusto y dedicación. Y en cuanto a sus habilidades como receptor, cierto es que no supone una gran amenaza vertical, pero sabe como moverse, siempre encuentra el punto débil en la cobertura y le ofrece a su quarterback Tony Romo, un blanco grande y fiable para seguir moviendo las cadenas con pases sencillos y rápidos con vitola de 1º down. Ciento diez recepciones son la prueba palpable de su excelencia en este terreno. Lo dicho, un tight end de los de toda la vida. El estelar reencuentro entre el polémico receptor y el no menos polémico Jay Cutler ha sido uno de los puntos más brillantes de la temporada de los Bears. Muy pronto se pudo comprobar que la magnífica química que ambos jugadores demostraron en su periplo con los Broncos no había perdido ni un ápice de su magia y los resultados obtenidos por esta conexión han servido para colocar al receptor en nuestro equipo All Pro. Unos resultados incluso demasiado exitosos puesto que Brandon Marshall se convirtió de inmediato en el objetivo preferente de su quarterback hasta el punto de acaparar prácticamente al completo el juego de pase de su ataque. Y a pesar del exceso de atención defensiva que suponía esa dependencia, Marshall no ha tenido problemas para seguir amasando cifras de escándalo.

 

 

Si, ya sabemos que Aldon Smith oficialmente juega como OLB pero si algo ha quedado claro en los dos años que lleva este jugador en la liga es que lo suyo es cazar QB sin desmayo, razón por la que le hemos alineado como DE en nuestro equipo All-Pro. Después de una muy exitosa temporada de debut como pass rusher posicional el jugador procedente de Missouri ha demostrado tener muy pocos problemas para adaptarse a su nuevo papel como titular a tiempo completo. Ha cumplido con su cometido a la hora de detener la carrera y caer en cobertura pero además su efectividad como pass rusher apenas si se ha resentido. 19,5 sacks son la clara prueba de su brillantez en este apartado de juego y sus veintitrés años nos hacen pensar en que lo mejor aún está por llegar. ¡Qué miedo! Si buscan la definición de mosca cojonera en internet debería aparecer la imagen de este jugador. Una auténtica pesadilla para los jugadores de la línea ofensiva rival. Su explosividad y agilidad le convierten en un verdadero peligro para los quarterbacks rivales pero es su intensidad lo que verdaderamente nos llama la atención de este jugador. A pesar de resultar relativamente liviano para su posición aguanta en el punto de ataque con una fiereza y determinación impresionantes y a la hora de asaltar el backfield contrario su frenética actividad sólo es comparable a su demoledor primer paso. Cada offensive tackle sabe que cuando tiene enfrente a este jugador no se puede tomar ni un solo snap de respiro. Con Cameron Wake enfrente no hay tregua y el menor descuido se paga.

 

A la hora de analizar actuaciones individuales esta temporada sólo la brutal exhibición de Adrian Peterson puede compararse con lo que ha hecho J.J. Watt este año. Sin palabras nos quedamos a la hora de catalogar la increíble sensación de poderío y el brutal despliegue que ha efectuado el jugador de los Texans. Ya fuese alineado como defensive end en las formaciones de 3-4 o como defensive tackle en los frentes con cuatro defensores, Watt se ha pasado por el arco del triunfo cualquier consideración lógica y se ha marcado unas actuaciones más propias de un libro de ciencia ficción o de un videojuego. Nunca antes se había podido presenciar una fuerza de la naturaleza semejante arrasar la línea de scrimmage a base de una combinación tan brutal de potencia, fuerza, aceleración, técnica y determinación. Verle jugar era una invitación permanente a abrir los ojos como platos y echarnos las manos a la cabeza ante la barbaridad de jugadas que ha protagonizado. La temporada pasada supuso un punto de inflexión en la carrera de este jugador que empezó a llamar poderosamente la atención de los más avispados analistas de NFLhispano y este año ha servido para confirmar las expectativas. Un año más tarde podemos afirmar sin ruborizarnos lo que en su momento ya intuíamos, que Geno Atkins es el mejor defensive tackle «puro» de la NFL. Su explosividad en la línea de scrimmage le convierten en un temible pass rusher interior pero a diferencia de los grandes especialistas en la persecución del quarterback, Atkins brilla con igual intensidad a la hora de detener la carrera. Sabe perfectamente cuando toca atacar el backfield sin contemplaciones y cuando toca sacrificarse para frenar los bloqueos y además tiene fuerza y técnica de sobra para deshacerse de los rivales y realizar una gran cantidad de placajes. Su presencia en el centro de la excelente línea defensiva de los Bengals es una de las claves de los recientes éxitos del equipo de Cincinatti.

 

Otro jugador que nos deja «ojipláticos» con su rendimiento sobre el terreno de juego y su capacidad para resultar completamente desequilibrante en una posición tan poco llamativa como la de OLB en la 4-3 de los Broncos. Claro que la cosa tiene su truco y el planteamiento defensivo del equipo de las rocosas da bastante libertad a Von Miller para que aproveche sus excepcionales condiciones atléticas para atacar el backfield en la mayoría de las jugadas, tarea en la que es capaz de firmar acciones inverosímiles ya sea cazando al QB rival a velocidad absurda o reventando al RB cuando éste apenas si ha recibido el handoff. Y por si fuera poco cuando tiene que limitarse a contener bloqueadores en las carreras exteriores no desmerece en absoluto y otro tanto podemos decir de sus habilidades a la hora de encargarse de la cobertura. Realmente nos cuesta mucho trabajo encontrar a un jugador tan determinante jugando en esa posición. Para los ojos menos expertos en el análisis de la defensa minera puede que Patrick Willis haya perdido protagonismo en detrimento de NaVorro Bowman pero nada más lejos de la realidad. En el reparto de funciones entre los dos linebackers interiores Willis se ha quedado con las labores menos brillantes y sacrificadas lo que deja vía libre a su compañero para amasar una mayor cantidad de estadísticas y de parabienes. Sin embargo el desempeño de Willis en estas tareas más oscuras resulta no sólo fundamental, también es de lo más brillante y para colmo ha presentado una regularidad en su rendimiento a lo largo de la temporada muy superior a la de su compañero de fatigas. Así, si bien el año pasado podíamos decir sin miedo a equivocarnos que Bowman fue el mejor ILB de la liga, este año y a pesar de las apariencias Willis ha vuelto a recuperar su cetro como indiscutible mejor linebacker de la competición. La verdad es que discutir sobre quién es mejor en esta pareja es algo tan absurdo como irrelevante. Ambos son dos jugadores magníficos y ambos son la verdadera clave para entender el éxito de la defensa de San Francisco. Su contundencia y efectividad a la hora de derribar a los corredores permite que los Niners alineen de manera prácticamente permanente una línea defensiva extremadamente ligera sin que los rivales puedan abusar del juego de carrera y su excelencia en la cobertura permite que los safeties jueguen tan profundos que rara vez salen en el plano de televisión. Entre Patrick Willis y NaVorro Bowman no sólo acaban con todos los intentos de carrera, ya sea derribando al portador del balón o absorbiendo bloqueadores si no que además son capaces de cubrir con máxima efectividad las zonas intermedias del campo negando el juego de pase corto hacia los tight ends y corredores rivales.

 

Un jugador ejemplar que ha hecho de la inteligencia, la profesionalidad y la intensa preparación de los partidos su pasaporte para triunfar en una liga en la que sus cualidades físicas casi siempre le hacen competir en inferioridad. No es el CB más rápido ni más ágil, pero Charles Tillman suple esas carencias con un superlativo espíritu competitivo, una tenacidad a prueba de bomba e incontables horas de estudio y preparación para estar siempre listo. No es de extrañar que brille deteniendo la carrera, en la cobertura zonal o a la hora de provocar fumbles, aspectos de juego más vinculados con el sacrificio, la preparación y la inteligencia, que con las condiciones físicas como la cobertura individual. Es alto, es fuerte, es rápido, es físico, es listo, es un estudioso obsesivo de los rivales, es un sobrado, es un bocas, es un chulazo… Es un tío tan macarra que no sólo sobresale, si no que marca la pauta de la defensa más dura, expeditiva, marrullera y adorable de la National Football Leaque. Es Richard Sherman. Es Optimus Prime. Es un cornerback sensacional, capaz de enfrentarse en uno contra uno a cualquier receptor de la liga, pegarse a él como si fuera una lapa, pegarle lo que no está en los escritos y además tener tiempo de defender la carrera como el mejor de los linebackers y comerle el tarro a todo bicho viviente con sus constantes desplantes y marrullerías. Es imposible no rendirse ante un personaje así.

 

Por 2º año consecutivo el soberbio safety de los Chargers, Eric Weddle, se ha colado en nuestro equipo All Pro y lo ha hecho a pesar del muy discreto rendimiento de su equipo, lo que habla a las mil maravillas del su excelso nivel. No será el safety más intimidante de la liga ni el que consiga más intercepciones o big plays, pero siempre está donde tiene que estar y cumple con su trabajo a la perfección. Su lectura del juego es prodigiosa y raramente es engañado por los ataques rivales, tiene velocidad y agilidad suficientes para acudir al balón con suficiente rapidez y detiene al rival con solvencia y seguridad. A pesar de su discreción no puede pasarnos desapercibido que estamos ante el mejor safety de la actualidad y como tal lo reconocemos. Es alto como un linebacker, pesa como un linebacker, esta mazas como un linebacker, defiende la carrera como un linebacker, pega como un linebacker, tiene actitud de linebacker y sin embargo uno lo ve moverse por el campo y acudir a todo velocidad a todas partes y se da cuenta de que Kam Chancellor es un safety extraordinario. Su contundencia y seguridad a la hora de detener la carrera marcan un punto y aparte con el resto de safeties de la liga y en cobertura cumple el expediente de manera notable. Y además añade un punto de exuberancia física en el desempeño de su trabajo realmente espectacular. Estamos ante un jugador en vías de extinción, un auténtico y genuino «killer safety» de los de toda la vida. ¿Como no íbamos a incluirlo en nuestro equipo?

 

 

La temporada 2012/2013 también será recordada por la irrupción de una nueva camada de kickers que han tomado la liga por asalto a base de convertir patadas de más de cincuenta yardas con una facilidad inusitada e insultante. Entre esta magnífica generación que también cuenta con Greg «The Leg»Zeuerlein y Justin Tucker, los miembros del jurado se han decantado por el sensacional kicker de los Vikings, Blair Walsh, y su estratosférico cien por cien de efectividad en patadas de más de cincuenta yardas. Los límites del field goal range han saltado por los aires con estos muchachos. Un año más el fenomenal punter de los mineros ha acaparado la mayoría de los votos y lo ha hecho a pesar de que sus equipos de cobertura le han dejado vendido en demasiadas ocasiones. A pesar de eso Andy Lee ha mantenido un excelente promedio en sus patadas, 48,1 yardas netas por punt, y ha vuelto a mostrar una gran efectividad a la hora de «clavar» a los rivales bien pegados a su propia end zone, en ocasiones en momentos cruciales del juego. Todo un seguro de vida para el equipo de la Bahía y una de las claves en su estilo de juego. Tras abandonar los Texans por la puerta de atrás merced a su catastrófica actuación en los pasados divisionales contra precisamente los Ravens, Jacoby Jones fue rápidamente incorporado a la disciplina del equipo de Baltimore con el fin de revitalizar los equipos de retorno. Y a fe que ha cumplido con su cometido. Los tres TD de retorno conseguidos a lo largo de la temporada no son suficientes para medir el impacto de este jugador que ha conseguido buenas posiciones de campo para su ataque con una gran regularidad y con un providencial sentido de la oportunidad.