Cleveland Browns 2.0: la historia continúa

Abuelo bodeguero, hijo caballero y nieto pordiosero

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Cuando las cosas no salen bien, no salen bien...

La NFL se auto define a sí misma como la única liga del mundo donde todos y cada uno de los equipos tienen las mismas posibilidades de proclamarse campeones. La liga que dirigió Joe Carr primero, Bert Bell después, y que Pete Rozelle hizo grande, ha buscado desde el primer día la paridad entre sus miembros, todos los equipos son contendientes, no hay equipos pequeños que dan la sorpresa y equipos grandes que se comen el pastel casi todos los años. Solo así se explica que el equipo de la ciudad más pequeña de las 30 que tienen franquicia NFL sea la que más títulos posee, los Green Bay Packers con 13 campeonatos. Los que más se aproxima son los Chicago Bears con nuevo títulos seguido de los Cleveland Browns y New York Giants con ocho cada uno de ellos.

Mientras que los Green Bay Packers Packers son el símbolo del triunfo hay equipos que eran, el símbolo del fracaso. El caso más claro de los primeros tiempos fueron los Pittsburgh Steelers. Todo lo que intentaba el equipo de los Rooney salía mal, pero no sólo salía mal, sino que era motivo de bochorno y escarnio. Los Steelers estaban tan abonados al fracaso que incluso su intento de crear unas “cheerleaders”, las “Steelerettes”, fracasaron, desde entonces abandonaron la idea y nunca más la retomaron. Hasta el nombramiento de Chuck Noll el equipo de la ciudad del acero no salió del agujero en el que estuvo hundido durante décadas.

Las ampliaciones de la NFL primero, y la fusión con la AFL después, trajeron nuevos equipos que tomaron el lugar que hasta entonces habían monopolizado los Steelers. En la NFL pre-fusión nacieron los New Orleans Saints, el equipo que vino a ocupar el lugar de los Steelers, mientras que Minnesota Vikings y Dallas Cowboys se caracterizaron por ser equipos ganadores. En la otra liga, la AFL, no se podía hablar de un perdedor o fracasado, aquella liga se caracterizó desde el primer día por las ganas de ganar de todos sus equipos, aunque una vez que se integraron en la NFL algunas parece que se contagiaron de los Saints, casos de Buffalo Bills, Cincinnati Bengals, New England Patriots o San Diego Chargers entre otros.

Con las ligas ya fusionadas nació el equipo que lleva escrito la palabra “fracaso”, los Tampa Bay Buccaneers. El equipo entrenado por John McKay acabaría 0-14 su primera temporada, y en su segundo año enlazó otras 12 derrotas consecutivas para firmar un 0-26, la mayor racha de derrotas de la NFL.

Desde aquella temporada 1976 varios equipos han firmado temporadas con una sola victoria, entre ellos New Orleans Saints, Dallas Cowboys, New England Patriots, Miami Dolphins o Carolina Panthers. Solo un equipo tuvo un registro peor, los Detroit Lions de 2008, que acabarían con el récord más deshonroso de la historia de este deporte, 0-16. Lo sorprendente del récord de los Lions es que ganaron sus cuatro partidos de pretemporada para luego enlazar 16 derrotas consecutivas. En todo caso seamos justos, tantos Detroit Lions y Tampa Bay Buccaneers, son los únicos equipos en no ganar un solo partidos de temporada regular en la era de la Super Bowl, existen otros equipos con marcas similares. Los Dallas Cowboys de 1960, su primer año de existencia, acabaron con un triste 0-10-1, ese empate les valió para no firmar todo derrotas. Un caso parecido es el de los Baltimore Colts de 1982, ese año la temporada regular se vio recortada por una huelga de jugadores, de allí que el equipo de Robert Irsay firmara un 0-8-1, otro empate le salvó la cara.

Para récords peores nos tenemos que remontar a la década de los años 40, años en que los Cardinals empezaron a forjar su leyenda de eternos perdedores. En 1943, cuando aún estaban en Chicago, firmaron un penoso 0-10. Pero no les debió parecer suficiente, en 1944 se fusionaron con los Pittsburgh Steelers, para crear los conocidos como “Card-Pitts” (juego de palabras que significaba carpet, alfombra en inglés) equipo que firmó un no menos lamentable 0-10. El año anterior, 1942, los Detroit Lions firmaron otra penosa temporada con idéntica marca, 0-10, único equipo que tiene dos registros de cero victorias en una temporada. Otros equipos ya desaparecidos tampoco ganaron un solo partido, aunque en su caso son equipos que suspendieron operaciones en plena temporada, algo muy habitual en los primeros años de existencia de la NFL, donde equipos nacían y desaparecían de un año para otro, incluso en plena temporada.

CLEVELAND BROWNS

Todos estos registros podrían palidecer esta temporada si los Cleveland Browns siguen emperrados en superarse cada semana. La histórica franquicia de Ohio solamente guarda el legado de su glorioso pasado, ni tan siquiera es el mismo equipo, en el mejor de los casos son los Cleveland Browns 2.0. La histórica franquicia emigró el siglo pasado a Baltimore para convertirse en los actuales Ravens. Estos Cleveland Browns 2.0. son un equipo completamente nuevo, que partió de cero como una franquicia en expansión y al que dejaron como guardianes de un legado que llevan más de una década dilapidando, pisando, manchando, humillando, ensuciando,.. Se me acaban los calificativos con los que este chiste malo de franquicia pulula por la NFL.

Estos Cleveland Browns 2.0 son los indignos herederos de los Cleveland Browns 1.0, el equipo de Paul Brown, Otto Graham, Marion Motley, Jim Brown, Bernie Kosar, Marty Schottenheimer, etc…Son unos impostores, son ese hijo bastardo que hereda un trono al que no estaban llamados pero que ocupan ante la falta de otros descendientes, son herederos por defecto. Son ese hijo que hereda un negocio fabuloso solo para dilapidarlo y verse en la más absoluta ruina unos años después. En España incluso tenemos un refrán para la ocasión, “Abuelo bodeguero, hijo caballero y nieto pordiosero”.

Los Cleveland Browns 2.0 se han empeñado, y a fuerza que lo están consiguiendo, en borrar todo el legado que heredaron. Cuando Art Modell decide abandonar Cleveland y llevarse la franquicia a Baltimore, una revolución popular en la ciudad hace hincar la rodilla a la toda poderosa NFL. Esta acuerda con la ciudad mantener el nombre, palmarés y todo el legado de los Browns para una nueva franquicia u otra que se recolocara en la ciudad.

Los Cleveland Browns 1.0 se marchan con todo lo demás: infraestructura, jugadores, staff técnico, front office, todo menos su nombre y palmarés. Esa franquicia tenía entre otros a Bill Belichick, que sería despedido poco después, pero más importante, tenían a un miembro del Front Office que empezaba a ganarse un nombre, Ozzie Newsome, una leyenda de los Cleveland Browns. En su primer año en Baltimore, cuando el equipo ni siquiera tenía nombre, Newsome elige dos jugadores en el draft que marcarán historia, el primero el LT Jonathan Ogden, y el segundo, el MLB Ray Lewis. Aquel equipo, los Cleveland Browns 1.0, no tardarían demasiado en hacerse notar, en el año 2000, parapetados detrás de una de las mejores defensas que ha conocido la liga, ganaban la Super Bowl. En la temporada 2014 repetirían hazaña, esta vez con Lewis en su última temporada en activo. No sólo los Cleveland Browns 1.0, ahora conocidos como Baltimore Ravens, ganaban dos anillos, algo que cuando estaban en Cleveland se les escapaba siempre, sino que la franquicia se consolidaba entre las mejores de la NFL.

Entre tanto los nuevos Cleveland Browns, los 2.0, son la peor franquicia de la NFL. Su actual record es de 87 victorias frente a 193 derrotas, un porcentaje de 0.311, un registro aun peor que los de los Cardinals, 0.385 y Buccaneers, 0.427. Los Browns 2.0 solamente tienen dos temporadas con récord positivo, 2002 y 2007, años en que terminaron con sendos récords de 9-7 y 10-6. La temporada 2002 es la única ocasión en que alcanzaron los playoffs, fueron derrotados por los Pittsburgh Steelers en un memorable partido, seguramente el único partido que merezca tal calificativo para estos Browns.

Los Cleveland Browns 2.0 se han caracterizado por hacer todo, o casi todo, mal. No se conforman con empeorar cada año, siempre acaban haciendo parecer a los predecesores mejores que quienes les suceden. La primera gran decisión de los Browns debía ser el draft de expansión, de allí debía salir una parte fundamental de su roster el primer año. Los 30 equipos de la NFL enviaron una lista con cinco jugadores de sus plantillas que quedaban a disposición de los Browns, si estos elegían un jugador de un equipo, ese equipo inmediatamente podía retirar de la lista de cuatro restantes al que quisieran. Los Browns eligieron a un total de 32 jugadores siendo el nombre más destacado el Center Jeff Pyne, jugador que apenas duró dos años en el equipo antes de ser cortado. Los restantes 31 seleccionados, dense un repaso a la lista, si son capaces de identificar a uno recibirán un premio.

No sólo las elecciones dejaron bastante que desear, sino que lo que dejaron de elegir podría ser igualmente criticable. Es cierto que muchos equipos aprovecharon la ocasión para poner jugadores de los que se querían librar, Reggie White en Green Bay o Daryl Johnston en Dallas, pero de verdad ¿Nos podemos creer que Scott Milanovich era mejor QB que Alex Van Pelt, Todd Bouman, Jay Fiedler, Heath Shuler, Glenn Foley, Gus Frerotte o Kurt Warner? Era mas que conocido que el equipo se iba a hacer con Tim Couch, un draft donde además estaban otros QB como Donovan McNabb y Daunte Culpepper, además de otro célebre “bust” como Akili Smith, pero ¿Scott Milanovich? También los Browns podían haber elegido aquel año a una de las sensaciones de la NCAA, Ricky Williams, el RB por el que Mike Ditka entregaría poco después todas sus elecciones de aquel año y parte del siguiente.

Suma y sigue...
Suma y sigue…

Los años posteriores tampoco les fueron a la zaga. En el año 2000 eligen con la primera elección otro célebre draft bust, el DL Courtney Brown, experiencia que repiten en 2001 con otro DL, Gerard Warren. En 2002 apuestan por un RB, William Green, que tuvo un primer año más o menos decente. En esa temporada 2002 los Browns firman como agente libre al QB Kelly Holcomb, que tras pasar sin pena ni gloria por los Barcelona Dragons, Tampa Bay Buccaneers (cortado para ser reemplazado por Milanovich) e Indianapolis Colts. Kelly Holcomb llega bajo la tutela de Bruce Arians, que también viene de Indianapolis, y muy pronto empieza a superar a Tim Couch, hasta el punto de arrebatarle la titularidad al final de temporada y de ser el único QB de los Cleveland Browns 2.0 en empezar un partido de playoffs, donde lanzó para 429 yardas en un partido memorable que los Browns perdieron con un marcador de 36-33.

En la temporada 2007 se quedaron fuera de playoffs por el factor desempate. Desde entonces todo ha ido de mal en peor, elecciones mal gastadas en los draft, proyectos fracasados, lista interminable de QB, baile constante de entrenadores y Front Office, incluso un cambio de propietario, etc.. En el único sitio donde triunfan los Cleveland Browns es en la ciencia ficción, en la película “Draft Day” de Kevin Costner parecen un equipo respetable. Desde la llegada de estos Cleveland Browns 2.o. todo su bagaje se puede reducir a dos nombres, el excepcional LT Joe Thomas y el Center Alex Mack, que ya no es parte del equipo tras partir como agente libre.

2016

En el año 2016 los Cleveland Browns 2.0, presos de la desesperación y con la negra sombra del fiasco de Johnny Manziel, deciden hacer una nueva apuesta, esta vez parece que revolucionaria. El propietario Jim Haslam decide dar plenos poderes a dos personas no relacionadas con el mundo del football, por una parte al abogado Sashi Brown, y por otra un gran conocido del mundo del béisbol, Paul DePodesta, el licenciado en Harvard al que se considera padre del célebre “Moneyball”, una fórmula de gestionar plantillas deportivas que ha funcionado con relativo éxito en el baseball. Y sí, decimos relativo porque el “Moneyball” como tal no ha ganado aún unas World Series. Los Cleveland Browns han apostado por derribar todo para empezar a construir desde cero, no se puede hablar de reconstrucción. Uno puede reconstruir cuando hay mimbres, pilares o un edifico que merece reconstruir. Igual que hicieron con su actual estadio, que está construido sobre los restos del venerable Municipal Stadium, restos que se usaron para ganar espacio al lago Erie.

Tras hacerse con los servicios de Hue Jackson, coordinador ofensivo de los Cincinnati Bengals y que goza de su segunda oportunidad como Head Coach, el Front Office decide que todos los agentes libres se vayan a la vez que traspasan todo aquel jugador por el que les den elecciones de draft. Salvo Thomas y Josh Gordon, suspendido por la liga, todo está en venta, incluso las selecciones del draft. En los días anteriores al draft el equipo manda su elección, la segunda absoluta, a Philadelphia, que acaban haciéndose con el QB Carson Wentz. Los Cleveland Browns, que se supone habían hecho Due Diligence con los QB, habían tomado la decisión de que Wentz no merecía ser elegido entre los 20 primeros del draft, decisión que vista ahora sorprende y mucho, lo que hace ya cuestionar seriamente este nuevo proyecto.

El primer partido de los Browns es un canto a la ineptitud. Inauguran la temporada contra los Philadelphia Eagle de Wentz, que en su primer partido como profesional ridiculiza al equipo de Cleveland. El equipo además pierde a su primer QB, Robert Griffin, el único fichaje notable de la agencia libre, fichaje más por defecto que por otra cosa, pocos eran los que creían que RG III puede jugar en la NFL. La lesión del QB en todo caso solo sería uno más de la lista, el equipo luego ha visto caer a Josh McCown, Charlie Whitehurst, el novato Cody Kessler y ha acabado jugando de QB el también novato Kevin Hogan, incapaz de superar los cortes de pretemporada. A ratos ha jugado de QB Terrelle Pryor, el reconvertido WR que hoy por hoy es el mejor jugador de la franquicia junto al propio Joe Thomas.

Hue Jackson no consigue reflotar a los Browns
Hue Jackson no consigue reflotar a los Browns

El equipo acumula un récord de 0-7, pero cada partido que pierde consigue superar de manera tragicómica a la anterior derrota. En su segundo partido perdieron de forma surrealista ante sus archienemigos los Cleveland Browns 1.0, a.k.a. Baltimore Ravens. En Miami un kicker inepto fallaba un FG fácil que les hubiera dado la victoria. Tras derrota ante los Washington Redskins no tuvieron una sola opción ante New England en el regreso de Tom Brady de su sanción. Ya entonces empezó a decirse que no hay QB ni plantilla, ni que tener un buen QB fuera a suponer algo, pero que el equipo por lo menos competía. Ante Tennessee Titans, otro equipo en reconstrucción, nueva derrota, pero lo peor estaba por llegar. En la antaño conocida como “Batalla de Ohio” asistían de meros espectadores y eran barridos del mapa por los Cincinnati Bengals. El punto más bajo de la temporada fue el partido ante los New York Jets, estos nunca habían ganado un partido en el que se fueron al descanso de más de 13 puntos abajo en el marcador, 0-69. Hasta que se cruzaron con los Cleveland Browns, que decidieron que la racha no podía seguir 0-70 y vieron como Ryan Fitzpatrick y compañía, otro equipo en caída libre, les ganaba un partido que tenían casi sentenciado.

Mientras los Browns son capaces de inventarse formas más grotescas de perder encuentros la disculpa “oficial” es que el roster es muy malo y que al menos el equipo compite por su Head Coach. Me van a perdonar y como diría Fernando Fernán Gómez “¡ Y UNA MIERDA!”. Este equipo es el símbolo de lo que es un FRACASO escrito con mayúsculas. Eso de tocar fondo para luego coger impulso es solo eso, una disculpa que pretende maquillar una gestión deportiva desastrosa, que ahora pretende escurrir el bulto de lo que es el primer fiasco de este régimen que quieren llamar “Moneyball” y la pregunta es ¿Qué hace Carson Wentz en Philadelphia cuando podía estar vistiendo el uniforme de los Cleveland Browns? Uniforme que por cierto podrían hacer como hicieron los Denver Broncos con su primer uniforme, organizar una hoguera colectiva para pegarlos fuego.

Jackson tiene fama de ser gurú de QB por el trabajo que hizo con Andy Dalton en Cincinnati. Los mas desmemoriados no deberían olvidar el caos deportivo y económico que dejó en Oakland cuando casi manda las cenizas de Al Davis para hacerse con Carson Palmer y que el príncipe acabo saliendo rana. Tuvo tiempo mas que de sobra para ver qué y quién era Carson Wentz, fue a su Pro Day, donde le puso a prueba mojando las pelotas, pero según él y el resto de su staff no valía ser elegido entre los 20 primeros, para acabar eligiendo al WR Corey Coleman, que está pasando completamente desapercibido. En 3ª ronda apostó por Cody Kessler de USC, que a lo mejor funciona, pero ¿Pero si es tan gurú de QB como dejó escapar a Dak Prescott?

Los Cleveland Browns están armados de elecciones de draft para las dos próximas temporadas, es como pretenden construir el equipo, aunque el reciente intercambio que han realizado por el LB Jamie Collins con los New England Patriots cuestiona ese planteamiento. Me resulta muy poco convincente hacerse con los servicios de un jugador para nueve partidos y que se sabe que luego pedirá mas de 100 millones para continuar en el equipo.

Es ahora mismo muy difícil hacerlo peor de lo qué lo están haciendo los Cleveland Browns, una cosa es perder, otra muy diferente hacer el ridículo cada semana y buscar disculpas mas o menos absurdas. Este equipo es hoy por hoy el mayor fracaso que conoce la NFL, como hemos dejado patente los Cleveland Browns 2.0 son la peor franquicia en la casi centenaria NFL y nada indica que ese rumbo vaya a cambiar a corto plazo. Por que mirad, qué me intenten vender que terminar una temporada 0-16 pero se ha competido va a ser que no. En la NFL ganar un partido es durísimo, pero perder 16 partidos es igual de difícil, aunque todo eso palidece a lo que están consiguiendo los Browns 2.0. destrozar el legado que heredaron, ya saben eso de “Abuelo bodeguero, hijo caballero y nieto pordiosero”

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