La verdadera hipoteca deportiva

Hay equipos con millones disponibles para gastar e incapaces de poner un equipo competitivo en el campo.

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Joe Flacco en un partido con los Baltimore Ravens

La semana pasaba escribía el artículo más fácil de toda la temporada, corrijo, el más fácil por el tema a tratar, pero donde más te puedes equivocar porque se escribe en base a sensaciones o percepciones. El siguiente artículo por el contrario es el más difícil de todo el año ¿Sobre qué escribo? La semana 1 desde hace tiempo se le conoce como la semana de las sobre reacciones (“Overreaction Monday”), tenemos (todos sin excepción) la tendencia a magnificar lo bueno y a destrozar lo malo. De entre todas las cosas que han sucedido esta primera semana habría que seleccionar un tema, y a hala, a escribir sobre él.

Pero no, no lo voy a hacer. Podríamos decir que Bill Belichick lo ha vuelto a hacer, que Jameis Winston ha lanzado 4 pases de TD, de la brutal paliza, legal e ilegal, que la defensa de Denver propinó a Cam Newton, de los prometedores debuts de varios QB como Carson Wentz, Dak Prescott, Jimmy Garoppolo y Trevor Siemian, de la terrorífica defensa de los Vikings, del retorno de varios lesionados de postín o de la lamentable imagen que dejaron equipos como Los Angeles Rams o Cleveland Browns. La primera semana tiene muchos palos a los que jugar, pero como jugador experimentado del tute subastado o pocha que soy, no me gustan las cartas que me han entrado, por eso jugaré al fallo, suele ser la opción más segura.

¿Y de qué voy a hablar? Pues lo más sencillo, de QB. Cuando no sabes de qué hablar hacerlo de los Dallas Cowboys o de QB es infalible. También lo podría hacer de Chip Kelly, algo que se les  apasiona a mis detractores, pero dejemos que de momento el aprendiz de brujo de la escuela de Gargamel (el malo de los pitufos) haga sus experimentos en la Bahía.

EL CASO DE LOS RAVENS

Estoy mas que seguro que muchos de los que me leen se acordarán de la polémica que hubo en el año 2013 tras ganar la Super Bowl los Baltimore Ravens. Joe Flacco, el que era y es QB del equipo tuvo una post temporada épica que remató con un MVP en la gran final. El QB, que había tenido una temporada regular normal, se puso el traje de Superman en los playoffs y sus grandes actuaciones les empujaron hasta el título. Joe Flacco ese año había tomado una decisión muy importante, rechazó una jugosa oferta de renovación y decidió jugársela buscando el gran contrato. La jugada le salió redonda, consiguió ser el QB mejor pagado de la NFL, por delante del mismísimo Drew Brees, el QB que abrió la espiral inflacionaria de los salarios de los QB.

El contrato de Flacco no tardó demasiado en ser superado, en plena burbuja salarial de los QB. Los contratos de más de 100 millones volaban por los Front Office. Incluso un QB como Tom Brady, del que se decía que se rebajaba el salario en su momento desmontamos la teoría. Ni Brady era tan generoso ni Flacco tan egoísta, tan solo había que entender lo que realmente quieren decir los contratos y no lo que parecían querer decir.

Todo ello no fue óbice para que se desatara una de las teorías más absurdas que los desconocedores de cómo funciona realmente el Salary Cap popularizaron, Joe Flacco “hipotecaba” a los Baltimore Ravens con su contrato. Se llegaron a leer soberanas tonterías como que los Ravens tuvieron que pedir dinero prestado para pagar al QB porque no había liquidez suficiente, qué se negoció una rebaja salarial de los empleados del equipo o qué no había dinero para otras cuestiones menores. Pero la mayor de todas las tonterías que en aquel entonces se pudo leer fue que los Ravens tuvieron que desmantelar la plantilla para que Joe Flacco pudiera seguir en el equipo con su nuevo mega millonario contrato.

Es cierto que los Ravens aquella post temporada perdieron jugadores importantes, como también era cierto que aquel era un equipo muy veterano con jugadores cuyos mejores años quedaban atrás. Ray Lewis optó por retirarse y Ed Reed quedó como agente libre. Paul Kruger y Dannell Ellerbe se decidieron por los millones que dos franquicias desesperadas como Cleveland y Miami les pusieron encima de la mesa. Aún así el equipo no se quedó quieto, supieron pescar en las aguas revueltas de Denver y se trajeron a Elvis Dumervil. El General Manager Ozzie Newsome prefería acumular elecciones compensatorias e inyectar savia nueva en una plantilla que había dado señales de haber alcanzado su cima, era hora de renovarse y que mejor momento tras ganar una Super Bowl.

Entonces caló la corriente de opinión que defendía lo descrito, el contrato de Joe Flacco hacia rico a su QB, pero empobrecía a su equipo que no podía fichar pese al caso Dumervil. Los Ravens después de la resaca de la Super Bowl no entraron en los playoffs, argumento que los defensores de la “hipoteca deportiva” utilizaron para reafirmar su teoría. Eso sí, que la temporada siguiente los Ravens tuvieran contra las cuerdas en el duelo de Divisionales  a los eventuales campeones de la Super Bowl, los New England Patriots, es convenientemente olvidado.

Los tres equipos que se han proclamado con posterioridad campeones de la Super Bowl lo hicieron con la misma fórmula, grandes defensas. Se puede hacer una salvedad con el caso de New England, Brady dirigía un gran ataque aquel año, pero a pesar de su gran actuación en la Super Bowl fue una enorme actuación defensiva la que permitió a los Patriots ganar aquel año. Denver incluso pudo subir la apuesta, su espectacular defensa junto a un ataque ramplón y con muy poca ayuda de su QB Peyton Manning, perfeccionó la apuesta, se puede ganar con defensa y con QB que aquel año ganaba cerca de 20 millones al año, como vemos “hipotecando” otras parcelas del equipo.

Lo cierto es que la teoría de la “hipoteca deportiva” del contrato de Joe Flacco tres años después se ha venido completamente abajo. No solo por lo sucedido con los propios Baltimore Ravens, sino que esa teoría ha demostrado solo una cosa, depende de quién sea quien recibe el gran contrato existe o no. Varios hechos han venido a demostrar que la teoría de “hipoteca deportiva” contractual es solo eso, una corriente de opinión con el peso de una pluma de colibrí.

OTROS CASOS

Los Denver Broncos se encontraron en la post temporada 2016 en la misma posición que los Baltimore Ravens con Von Miller, su MVP de la Super Bowl  y mejor jugador en los playoffs terminaba contrato. Ante la imposibilidad de llegar a ningún los Broncos utilizaron la designación de Franchise Tag con el defensa, lo que le cerraba totalmente las puertas de la agencia libre. A pesar de la retirada de Peyton Manning, que liberó muchos millones de espacio salarial, los Broncos dejaron irse en la agencia libre a dos baluartes de su defensa, Malik Jackson y Danny Thevathan. También perdieron a su QB Brock Osweiler, John Elway decidió que no merecía gastarse tanto dinero en un jugador que solo había sido titular unos pocos partidos. El único movimiento destacable fue igualar la oferta que los Miami Dolphins hicieron a C.J. Anderson. Unos meses después, los Broncos alcanzaban un acuerdo con Von Miller que lo hacía el jugador defensivo mejor pagado, superando a Ndamukong Suh y J.J. Watt, hasta ese momento los únicos defensas que ganaban un dinero que parecía solo destinado a QB. ¿Durante ese tiempo oyeron una sola vez la teoría de la “hipoteca deportiva”? ¿A qué no?

Von Miller
Von Miller en la última Super Bowl

Esto no acaba aquí, otro jugador que conseguía renovar su contrato esta post temporada era Andrew Luck. El QB conseguía ser el jugador mejor pagado de la NFL, por primera vez se superaba la cifra de 87 millones garantizados en un contrato con un montante total de más de 122,97 millones. Mientras que Luck conseguía ser millonario, la defensa de los Colts invertía poco en mejorar la que ya era una de las peores defensas de la NFL, por no hablar de poco dinero que invertían en mejorar una OL que es hoy por hoy el peor enemigo de Andrew Luck, incluso más que J.J. Watt, Jadeveon Clowney o Malik Jackson, defensas con los que el QB se verá las caras al menos un par de veces. ¿Durante ese tiempo oyeron una sola vez la teoría de la “hipoteca deportiva”? ¿A qué no?

Los New Orleans Saints ganaron la Super Bowl en 2010, desde entonces intentan repetir la gesta tras el talento de Drew Brees. Lo más lejos que han llegado los Saints desde entonces es a la ronda de los Divisionales, cada temporada el sueño u objetivo de repetir la gesta se aleja mas y mas. Los Saints han atravesado graves problemas salariales, no sólo el peso del contrato de Brees es una parte del problema, sino el dinero absurdo que han lanzado a jugadores como Jairus Byrd o Junior Gallete. Cada año la defensa de los Saints ha bajado aún más a los infiernos. El año pasado dijeron basta y echaron al sobre valorado Rob Ryan, que tras sus monumentales broncas con Sean Payton en la banda ha pagado los platos rotos de una defensa inepta. En post temporada la gerencia de los Saints fue incapaz de renegociar el contrato de Drew Brees, más de 30 millones de espacio salarial. ¿Durante ese tiempo oyeron una sola vez la teoría de la “hipoteca deportiva”? ¿A qué no?

Los Indianapolis Colts y New Orleans Saints exhibieron en la primera jornada de la nueva temporada una pobreza de recursos defensivos como hacía tiempo que no se veía en la NFL. Ambos equipos tuvieron la fortuna que Cleveland Browns y Los Angeles Rams dejaron perplejos a todos con sendos ejercicios de ineptitud e incapacidad deportiva impropias de una franquicia profesional.

Andrew Luck y Drew Brees
Andrew Luck y Drew Brees

Los Saints perdieron un partido donde los Oakland Raiders se permitieron la licencia de ir a por los 2 puntos extras tras anotar un TD para ponerse por delante en el marcador faltando unos segundos, Michael Crabtree hizo bueno el pase de Derek Carr sin oposición alguna. Poco antes los Oakland Raiders recorrieron en menos de 4 minutos el campo de lado a lado. Los Colts no le fueron a la zaga, tras remontar un partido que tenían casi perdido anotaron faltando algo menos de un minuto. Ese fue su error, tiempo más que suficiente para que los Detroit Lions y Matthew Stafford se recorrieran el campo e incluso se permitieron el garrafal error de no salir fuera del campo en una acción que hubiera parado el reloj. Tuvieron que quemar su último tiempo libre para poder ejecutar el Field Goal que les daría la victoria.

No podemos enmarcar la lamentable actuación de ambas defensas en eso que llaman “Overreaction Monday”. Las defensas tanto de Colts como de Saints llevan demasiado tiempo siendo lamentables, rozando la incompetencia deportiva, incluso en el caso de Chuck Pagano, ex coordinador defensivo, la negligencia. Sin embargo nadie habla de que los contratos de sus QB sean una hipoteca para sus equipos ¿Sabéis porque nadie lo hace? Porque la teoría de la “hipoteca deportiva” no existe.

Los contratos de sus QB no son una losa, sino la losa es culpa de una gerencia deportiva que no sabe construir un equipo competitivo. ¿Y por qué el caso Joe Flacco sí era una hipoteca deportiva y no lo es en los casos de Drew Brees y Andrew Luck? Por una sencilla razón, Joe Flacco no cae bien. En esta NFL moderna las únicas hipotecas deportivas que existen son las que los Front Office de los equipos crean con su propia incompetencia, hay equipos con millones y millones disponibles para gastar a espuertas e incapaces de poner un equipo competitivo en el campo.

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