Los problemas de los Patriots

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Tom Brady desolado en el banquillo (AP)
Tom Brady desolado en el banquillo (AP)
Tom Brady desolado en el banquillo (AP)

Kansas City Chiefs 41 – New England Patriots 14. Pocos minutos del final del partido Bill Belichick respondía en rueda de prensa. La pregunta no tardó en llegar. «¿Se plantea una reevaluación en la posición de quarterback?» El veterano entrenador no pudo reprimir un sonrisa. «No».

Esos 27 puntos de diferencia marcan la segunda mayor diferencia encajada como head coach por Belichick y quizás, más allá de los fríos números, sea también la peor de todas las sufridas en su carrera. Su equipo, cuya marca de identidad ha sido siempre la perfecta preparación para afrontar los partidos, se había visto superado en todos los aspectos del juego por el rival. Sólo en la primera mitad los Chiefs ya amasaban más de ¡300 yardas! en la ofensiva.

No. Los problemas de estos Patriots van mucho más allá de su quarterback. No seré yo el que niegue que Brady ha bajado su nivel (ahí esta mi previa sobre el equipo al inicio de la temporada), pero New England está pagando los defectos en la concepción del equipo que este año se han venido en contra a todos los niveles. Vayamos por partes.

OL SOSPECHOSA

Al principio de temporada comentaba que los Pats perdían una pieza muy importante con la retirada de Dante Scarnecchia, entrenador de línea ofensiva y unánimemente considerado como uno de los «gurús» en ese puesto. Scarnecchia fue pieza integral de los tres anillos de campeón cosechados por la franquicia y el máximo responsable de construir OLs como la que permitió a Brady batir todos los récords de pase. Evidentemente su ausencia se ha notado y Dave DeGuglielmo, su sustituto, de momento no ha sabido encontrar soluciones.

La salida de Logan Mankins en pretemporada tampoco ha ayudado. Mankins podría haber perdido un punto pero en el juego terrestre mostraba una agresividad y contundencia fuera de toda duda. Se hacía respetar y era respetado y pocas cosas eran más temidas por un jugador de backfield defensivo que encarar a Mankins saliendo en un «pull» y enfocando a su objetivo a bloquear. Ahora mismo la OL no sólo es un colador en el juego de pase sino que carece de contundencia por vía terrestre y ahí es donde empiezan los verdaderos problemas. Sino hay juego de carrera creíble, no hay juego de «playaction» creíble y si tampoco puedes dar tiempo a tu quarterback para que localice a los receptores y haga sus progresiones… entonces apaga y vámonos.

Ayer New England, en entorno hostil, en el estadio más ruidoso del planeta, alineaba en la offensive line a dos novatos en las posiciones de center y guarda. El primero, Brian Stork llegaba de Florida State con todos los galones pero ayer dejó claro que aun esta verde con algún bloqueo bastante triste (siendo generosos), el segundo, Cameron Fleming, capeo el temporal como pudo . La OL se ve lenta, algo que se apreció ante Kansas en los intentos de carrera exteriores, y es imposible desarrollar o establecer drives sostenibles de ningún tipo. Lo peor de todo quizás sea ver una OL que parece no estar bien entrenada y en la que fundamentos básicos parecen perdidos.

Tras anunciarse las bajas de Aaron Dobson y Kenbrell Thompkins los Patriots se presentaron en Arrowhead con sólo TRES receptores en el roster. Julian Edelman, Danny Amendola y Brandon LaFell. Rob Gronkowski recibió un tratamiento especial con dobles coberturas en ocasiones especiales, los mismo que Edelman. Amendola sigue sin ser factor y Brady entendió que LaFell era su única alternativa ante ese panorama. El «game plan» desde luego no salió como estaba previsto pero, no nos engañemos, la cosa pintaba mal y era difícil que lo hiciera.

DEFENSA SOBREVALORADA

Si algo quedó claro también en Kansas son las lagunas defensivas. Ya han pasado cuatro partidos y ya ha quedado clara que Darrelle Revis ahora mismo es un conerback más.  Un CB al que ayer Alex Smith explotó en numerosas ocasiones.

Por otro lado también se pudo ver que la temida poca profundidad en el puesto de linebacker se hace patente. Más allá de Donta Hightower, Jerrod Mayo y Jamie Collins (que no está teniendo el impacto esperado) New England tiene grandes lagunas. Si a esto le unimos que el puesto de defensive tackle al lado de Vince Wilfork está tomado con alfileres y que Chandler Jones ayer fue victimizado en numerosas ocasiones al no ser capaz de mantener el «edge»por su lado, nos queda un panorama bastante triste.

¿Y AHORA QUE?

En primer lugar no hay que perder la perspectiva. La situación en la que están los Patriots se debe en parte a su propia idiosincrasia. Lo que se ha llamado «Patriot way» no es más que una mentalidad por encima de nombres con la que Bob Kraft ha dirigido los destinos de la franquicia los últimos tres lustros. En su día la salida de veteranos como Lawyer Milloy, Ty Law, Richard Seymour o Deion Branch pensando siempre en el futuro y estabilidad de la franquicia era norma un año si y al otro también. La apuesta por veteranos contrastados pero en momentos comprometidos de su carrera también. Los fichajes de Corey Dillon o Randy Moss salieron bien. Otros como el de Albert Haynesworth fueron un desastre y ahora tocará ver como se califica con el tiempo la llegada de Revis. Lo que es evidente es que, tras cuatro partidos, este año parece que no se ha dado con la tecla.

Dejar a Tom Brady con receptores de circunstancias era lo normal. Parecía que el QB se las podía apañar para sacar las castañas del fuego con las piezas que le dieran. La irrupción de nombres en ofensiva y defensiva cuando menos se esperaba parecía cosa fácil… pero estamos en 2014,  el número 12 ya ha bajado su nivel, es ley de vida, y se encuentra más desprotegido que nunca por la línea ofensiva. El sólo ya no se basta.

Ahora tras la durísima derrota del Monday Night llega la hora de la reflexión. El propio Brady daba en rueda de prensa algunas claves. «Tenemos que centrarnos en las cosas que hacemos bien y empezar a construir desde ahí.» El problema es que el próximo domingo, en el «Sunday Night» el rival serán unos Cincinnati Bengals hambrientos que van a intentar aprovechar la situación para asestar un golpe mortal a uno de sus, a priori, rivales fuertes en la conferencia americana.

No obstante los Pats contarán con dos «refuerzos» a ambos lados del balón. El CB Brandon Browner y el WR Brian Tymms ya han cumplido sus cuatro partidos de sanción. El primero aportará su contundencia y veteranía a la defensa, el segundo, que tan buenas sensaciones diera en pretemporada, aportará profundidad al cuerpo de receptores.

El partido ante Cincinnati puede marcar sin duda la temporada de un equipo acostumbrado a terminar siempre entre los mejores de su conferencia y a tomar por normal el título divisional. En la era Belichick New England ha arrancado en otras tres ocasiones con récord 2-2, en todas ellas se terminó el año en dobles dígitos y en una ocasión, 2003, se ganó la Super Bowl. Este año parece que la soga está puesta en el cuello, ¿fin de una era?

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