Divisionales: Best Weekend Ever

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Nuestro filósofo del football, Miguel Angel, aludía al manido tópico de «mejor fin de semana de fútbol» cuando presentaba la mal llamada ronda de Playoff Divisionales en nuestro Foro. Pero los tópicos muchas veces se sustentan en una base de razón, y este fin de semana lo pudimos comprobar. Cuando enfrentas a los 8 mejores equipos de la NFL en 4 partidos sucesivos tienes muchas posibilidades de disfrutar. Y así lo hicimos este fin de semana, no sólo el mejor del año, sino probablemente el mejor de la historia de la liga, por lo menos de los que yo recuerdo.

Fueron unas 14 horas de football. Suficientes para generar separaciones matrimoniales o exámenes suspendidos (esperemos que todo se quede en unos «morros» y en algún aprobado raspado). Catorce horas de las que no sobró casi ninguna, sólo la última, debido al bajo rendimiento de los Texans y al cansancio acumulado. Catorce horas en las que tuvimos una doble prórroga, remontadas espectaculares, grandes ataques, grandes defensas, excepcionales equipos especiales, FG decisivos, actuaciones personales de récord, Hail Marys, jugadas imposibles… ¡hasta tuvimos un onside kick final de un equipo que iba ganando!

Todo empezó en el Mile High. Los Denver Broncos (13-4) se presentaban como favoritos con una racha de 11 victorias consecutivas, con Peyton Manning dirigiendo el ataque, con una gran defensa liderada por jugadores como Von Miller, Elvis Dumervil y Champ Bailey, jugando en casa como #1 de la AFC, y además adelantándose en el marcador con Trindon Holliday retornando 90 yardas para TD (récord de la NFL en postemporada) el primer punt de la tarde.

Los Baltimore Ravens (12-6) llegaban tras una emocional victoria en el último partido de Ray Lewis en The Bank, pero no se conformaban sólo con eso. Empezaron a rascar en la impoulta fachada de los Broncos y empezaron a asomar algunas grietas. En la racha de victorias no habían tenido en realidad a ningún adversario serio. Manning no juega tan cómodo frente a la defensa de los Ravens y menos en un tiempo tan gélido como el de Denver (con sensación térmica de hasta -20º C), que le obligaba a llevar guantes. El pass rush no podía con la OL rival. Bailey comenzaba a dar síntomas de edad, superado por la velocidad de Torrey Smith.

Así los Ravens respondieron de inmediato, con Smith quemando a Bailey en un TD de 59 yardas, e incluso se adelantaron con un pick six de Corey Graham. Así fue todo el partido, con los equipos empatando a 7, a 14, a 21, a 28 y a 35, empatando en todos los cuartos, incluso en el 1º de la prórroga.

Manning, tras la intercepción, tiró del equipo, lanzando pasaes de TD a su socio Brandon Stockley, a Knowshon Moreno (cuya ausencia en la 2ª mitad notó) y a Demaryus Thomas, pero a medida que avanzaba el partido la defensa le presionaba más y su precisión iba disminuyendo, cometiendo errores como el del fumble. Manning llevaba un récord de 2-7 jugando a la intemperie en enero y parece que no acertó a la hora de fichar por los Broncos. El frio parece que le afecta aún más a su lesión y sus pases fueron cortos, y en bastantes ocasiones flojos. El juego de carrera tampoco era efectivo, pero los locales echaron mano de los equipos especiales para mantener el pulso con los Ravens, ya que Holliday volvió a anotar en el retorno del kickoff de la 2ª mitad, convirtiéndose en el 1º jugador de la NFL en anotar retornos de punt y kickoff en un partido de playoffs.

La cobertura de los equipos especiales fue el único borrón de los de John Harbaugh. La defensa recuperó su tono de competición con Ray Lewis sumando 17 placajes en otro «último partido que no fue», Terrell Suggs sumó otros 10 y dos sacks, Danell Ellerbe estuvo omnipresente y Graham puso el broche, como veremos más adelante.

Pero por encima de todos destacó el eterno sospechoso, Joe Flacco, que firmó el partido de su vida, su 7ª victoria en 5 temporadas consecutivas en playoffs. Magníficamente protegido por su OL, ni Miller ni Dumervil le tocaron hasta la prórroga, y quemó a la secundaria local a base de certeros lanzamientos profundos. Completó poco más de la mitad de los pases que lanzó, pero sumó 331 yardas y 3 TD. Ayudado por Ray Rice, que sumó 131 yardas y un TD en 30 acarreos, fueron contestando a todas las anotaciones de los Broncos, sin perder la cara al partido en ningún instante, crucial no sólo en los TD sino en jugadas como un «3ª y 13» en su propia yarda 3 en la prórroga. Los Ravens apilaron 479 yardas ofensivas frente a la teórica 2ª mejor defensa de la liga, tal vez no fue tan mala la idea de traer a Jim Caldwell hace poco más de un mes.

Como en todos los partidos épicos, el final nos dejó varias jugadas para el recuerdo. Los Broncos tenían el partido en su mano cuando Flacco falló un pase en 4º down a poco más de tres minutos para el final. Parecía el final, pero gracias al conservadurismo de John Fox el tranquilo QB volvió a tener un balón en su yarda 23 a un minuto para el final. Entonces vino la «—» (habrá que ponerle nombre a la jugada). Flacco lanzó un profundo pase desde su yarda 30 a un Jacoby Jones que atrapó el balón por detrás de toda la defensa, de su marcador Tony Carter y del safety Rahim Morris, que inexplicablemente dejó al receptor a su espalda. Un TD increíble, e imperdonable para la secundaria de los Broncos, que empataba de nuevo el partido.

La prórroga se alargó hasta un 2º cuarto, y en ella Manning se sumó al «club de Morris» lanzando un pase que nunca debió haber lanzado y que de nuevo Graham interceptó, dejando a los Ravens en una inmejorable situación para que el rookie Justin Tucker decidiera la suerte del partido con un FG de 47 yardas. Después de lo de Billy Cundiff hace un año, Harbaugh ha encontrado una mina en este chaval, que ha convertido 31 de los 34 FG que ha chutado en su 1ª temporada como profesional.

Se puede culpar de la derrota a Morris, también a Manning, o al pass rush que no estuvo a la altura, pero el ultraconservadurismo de Fox merece reprobación aparte. Fox tuvo dos oportunidades para jugar por la victoria, pero prefirió jugar a no perder, a que perdieran los rivales. Primero tuvo una oportunidad para sentenciar el partido buscando un 1º down que liquidaba el partido en un «3ª y 7», pero prefirió una carrerita para perder tiempo y esperar que el partido lo perdiera Flacco. Pero peor fue lo de después. Tras el empate, tenía 31 segundos y dos tiempos muertos para buscar el FG range. No necesitaba hacer 80 yardas, le podían bastar con 45, pero mando arrodillar a Manning. Para eso no hacía falta fichar al mejor QB de la agencia libre. El domingo los Falcons y los Texans antes del descanso le demostraron a Fox lo que se puede hacer en 30 segundos. Fox, simplemente, es un incompetente.

Para terminar con el partido, destacar un detalle de Manning, quien a pesar de lo mal que lo debía estar pasando por la derrota, fue a felicitar y a despedir a Lewis al vestuario de los Ravens tras la ducha. Esperó pacientemente a que el #52 terminara una entrevista con NFL Network, y departió con él unos minutos en el último día en que eran rivales. Elegancia en la derrota y respeto mutuo entre dos de los mejores jugadores de la NFL en estos últimos 15 años.

CAMINO DEL RE-MATCH

Los Ravens volverán a Foxboro para enfrentarse a los New England Patriots (13-4) en una Final de Conferencia que no se repetía en la AFC desde un Houston Oliers @ Steelers en 1978 y 79.

El partido que cerraba el fin de semana fue el menos épico, debido al bajo rendimiento de los Houston Texans (13-5) en esta postemporada, pero eso no resta méritos a una victoria de los de Bill Belichick muy sólida y meritoria, teniendo en cuenta además que a lo largo del partido fue perdiendo a jugadores importantes como Rob Gronkowski (que se volvió a romper el antebrazo y será baja para el resto de la postemporada) y Danny Woodhead, el chico para todo.

Pero Tom Brady enseguida encontró alternativas en su fast tempo offense, y además de a Wes Welker (8 recepciones, 131 yardas) y Aaron Hernandez (6, 85), descubrió a un sorprendente Shane Vereen, RB que corrió rutas como un WR atrapando 5 pases para 83 yardas y 2 TD, además de correr para 41 yardas y otro TD. Vereen llevaba sólo 5 TD en su corta carrera, y el domingo por la noche sumó tres.

De esta manera, otra impecable actuación de Brady (25/40, 344 yardas, 3 TD) lo catapultó a su 17ª victoria en postemporada, superando a su ídolo de juventud Joe Montana, ahí es nada.

Los Texans no se creyeron nunca capaces de derrotar a los Pats. Mejoraron los registros del partido de la temporada regular, pero sólo consiguieron maquillar un poco el resultado con un rush antes del descanso y en el 4º cuarto, ya en los minutos de la basura. Vimos poco a Arian Foster (aunque acabó sumado 29 toques para 153 yardas y 2 TD), y  Matt Schaub sólo se desmelenó cuando el partido estaba perdido, después de que fuera interceptado por Rob Ninkovich en un drive importante. En defensa tampoco supieron ofrecer resistencia al rápido ataque de Brady, y J.J. Watt no fue un factor.

Seguro que la Final de Conferencia con los Ravens es más reñida. Los Pats han ganado dos de los últimos tres duelos, pero el del año pasado tiene un gran asterisco. Esta vez no está Cundiff, no está Lee Evans, y en los duelos Flacco – Brady sorpendentemente el de Baltimore gana por 7 TD a 2. Por otro lado, los Pats tienen un récord de 7-1 en finales de conferncia, 5-1 en la Era Belichick – Brady.

Por último un dato que puede preocupar a los Pats. En 2007 parecían imparables, pero un dato demoledor pesaba sobre ellos. Ningún QB que hubiera liderado la liga en la temporada regular en yardas de pase acabó ganando la Super Bowl.  Brady lo fue y tampoco ganó el anillo. Este año tienen otro dato como una espada de Damocles. Los Pats han sumado la 3ª mayor anotación total en la historia de la liga, pero ni el 1º en este apartado, ni el 2º, ni el 4º, ni el 5º, ni el 6º, ni el 7º ganaron luego el partido con números romanos.

GONZALEZ LO LOGRÓ, POR FIN

Mike Smith y Matt Ryan tenían un «mono en la espalda», desde que llegaron de la mano del General Manager Thomas Dimitroff habían brillado en temporada regular pero no habían logrado una victoria en los playoffs. Los tres partidos disputados en este pasado lustro se habían saldado con tres derrotas.

Pero si lo de Smith y Ryan era un mono, lo de Tony Gonzalez era un gorila, como el propio jugador señaló. Uno de los mejores TE de la historia de la NFL podía retirarse el domingo tras batir infinidad de récords en sus 17 temporadas, camino del Hall of Fame en su 1º año de eligibilidad, y sin haber ganado un partido de postemporada. Ni en sus 12 años con los Chiefs, ni con Dimitroff en los Atlanta Falcons (14-3).

Estoy seguro de que salvo los seguidores de los Seattle Seahawks (12-6), la mayoría de los aficionados de la NFL se alegaron de que precisamente una recepción de Gonzalez, de 19 yardas, permitió que Matt Bryant resolviera un espectacular partido con un FG de 47 yardas.

Pero el duelo tuvo mucho más. Sigueindo la estela de los partidos del sábado fue otro «instant classic«. Los Seahawks empezaron flojos, como en Washington, dejando hacer a un Ryan agresivo, que lanzaba pases espectaculares casi imposibles, a la vez que eran sorprendidos por escapadas de Jacquizz Rodgers y Michael Turner. Entre el ataque de los Falcons, el ya demasiado habitual fumble de Marshawn Lynch, y la mala gestión del reloj en el último drive del 2º cuarto, los de Pete Carroll se fueron de vacío al descanso, 20 puntos abajo en el marcador.

¿Partido sentenciado? Not so fast, my friend, teniendo a Russell Wilson enfrente todo es posible. Nadie descartaba un colapso de los Falcons en la 2ª mitad y bien es cierto que éste se produjo. Los Seahawks anotaron 4 TD en sus 5 drives de la 2ª mitad. Wilson pasaba (24/36, 385 yardas, 2 TD, pick) y corria (7 acarreos, 60 yardas, TD), y la defensa, a pesar de la ausencia de Chris Clemons, secaba en el 4º cuarto a Ryan, con otra espectacular intercepción de Earl Thomas calcada a la de la semana pasada.

Al final, tras el último punt de los Falcons a 3 minutos del final, Wilson tenía un drive para una remontada para la historia. Y al final, como esperaban unos y temían otros, ésta se produjo. El rookie jugó como un veterano y Lynch anotaba el que parecía el TD de la victoria por los pelos, al filo del fumble.

¿He dicho TD de la victoria? Not so fast, my friend. Ryan tenía 25 segundos y dos tiempos muertos para llegar a FG range. Ya lo hizo contra Chicago en su temporada de rookie. Pase de 22 yardas a Harry Douglas, tiempo muerto. Pase de 19 a Gonzalez, tiempo muerto. FG y victoria para la historia.

¿He dicho victoria? Not so fast, my friend. Smith se precipitó a la hora de pedir tiempo muerto y dejó 8 segundos a los Seahawks. En el nerviosismo general reinante, el punter Matt Bosher (que se encarga de los kickoffs) confundió un squib kick con un onside kick y dejó el balón en medio campo. Wilson tuvo una última oportunidad con un Hail Mary, pero esta vez no hubo «pick -6», Julio Jones atrapó el balón en la endzone y el partido no tuvo más contratiempos. Las lágrimas de Gonzalez, la primera vez que llora por una victoria, fueron el colofón del encuentro.

Los Falcons recibirán a los San Francisco 49ers (12-4-1) en la Final de Conferencia de la NFC, bastante liberados de la presión. Los 49ers regresan por 2ª temporada consecutiva, tras otro gran partido en Divisionales, como la temporada pasada, con la intención de rematar esta vez su billete para una Super Bowl largamente esperada. Aunque sólo sea para tener la oportunidad de ver de nuevo a las Gold Rush.

La mayoría de los analistas veían a los Green Bay Packers (12-6) como favoritos, una vez que habían recuperado a hombres como Clay Matthews y Charles Woodson en defensa y a Greg Jennings en ataque, a la vez que Aaron Rodgers alcanzaba un momento óptimo de forma a la hora de la verdad.

La historia está además en contra de los QB que debutan en los playoffs, como era el caso de Colin Kaepernick, quien apenas llevaba 7 titularidades a sus espladas, bastantes menos que las de los tres QB rookies que han debutado en los playoffs esta temporada. Y desde luego en nada ayuda que tu 2º pase en el partido, apenas transcurridos dos minutos del mismo, sea interceptado y retornado para TD por la defensa rival.

Esto hace todavía más increible y espectacular la actuación del que podía ser pitcher de los Chicago Cubs. Kaepernick movió bien el balón el resto del partido, completando 17/31 pases para 263 yardas y 2 TD, pero además volvió loca a la defensa de los Packers con su zone read jugando desde la formación pistol. El QB llegó a correr hasta en 16 ocasiones viendo que la defensa no le asignaba ningún «spy«, sumando 181 yardas y dos TD en largas escapadas de 20 y 56 yardas. Ningún QB ha corrido tanto en ningún partido en la historia de la NFL. 444 yardas totales, 4 TD, no está mal para un debut.

El sensacional partido del QB no debe eclipsar el buen juego del resto del equipo. Frank Gore sumó otras 119 yardas de carrera y un TD, además de sumar otras 43 yardas en una recepción. Michael Crabtree volvió a liderar a los receptores y a mostrar su dulce momento de juego atrapando 9 pases para 119 yardas y los 2 TD aéreos. Todo ello sustentado en una impecable actuación de la OL en su conjunto y de Joe Staley en particular, quien anuló por completo a Matthews jugando sólo con un brazo. La OL amasó 579 yardas ofensivas, récord de los 49ers en postemporada (y ha habido grandes ataques en la historia de los mineros), y sólo encajó un tardío sack. No hace falta decir que la defensa de los Packers no estuvo a la altura de las circunstancias.

La defensa minera también jugó a un gran nivel. Salvo una escapada de DuJuan Harris para TD, el juego de carrera no fue factor, mientras que el juego aéreo de Rodgers estuvo bastante controlado. A-Rod dirigió un par de buenos drives, sustentados es pases perfectos y mantuvo a su equipo en la 1ª mitad, pero en la 2ª mitad la defensa fue más resolutiva y apenas permitió un FG en los 4 primeros drives de los Packers, cuando el partido quedó sentenciado.

Los 49ers jugaron bien en los tres aspectos del juego, porque también brillaron en la cobertura de las patadas. Es cierto que estuvieron afortunados en el muff de Jeremy Ross al inicio del 2º cuarto, pero fue un premio para el gunner C.J. Spillman, que siempre llega el primero y que también logró un prefecto placaje a Randall Cobb en el 3º cuarto.

En resumen, fue un buen sábado para la familia Harbaugh. A ver si se les da mejor que la temporada pasada la ronda de finales de conferencia. Los 49ers intentarán romper en Atlanta su racha de 5 derrotas consecutivas en postemporada cuando juegan como visitantes (1993 NFC Championship @ Dallas, 1996 Divisional @ Green Bay, 1998 Divisional @ Atlanta, 2001 Wild Card @ Green Bay, 2002 Divisional @ Tampa Bay).

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