Un Clásico para enmarcar

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Haz lo que puedas, con lo que tengas, y donde estés”. Theodore Roosevelt.

 

He de confesar que el formato de los Wildcards de la NFL nunca me ha entusiasmado demasiado. Siempre he sido más partidario de un sistema más duro de entrar en la postemporada, un sistema como el que tiene la MLB, donde sólo pasan los campeones divisionales y una plaza de wildcard, lo que encarece mucho entrar en playoffs, un sitio al que sólo deberían llegar los mejores. Mi sistema ideal con el actual formato de 2 Conferencias divididas en 4 divisiones sería uno donde entrasen los 4 campeones divisionales y una sola plaza de wildcard entre aquel no campéon con mejor récord. El campeón con peor record divisional jugaría la ronda de wildcard con el equipo con mejor récord no campeón y donde no habría factor campo para el campeón, el equipo con mejor record juega en casa, y el que gane entra en la ronda de divisionales para enfrentarse al equipo con mejor record de su conferencia. Descansarían por tanto los 3 campeones con mejor record, resumiendo, solo habría dos partidos de wildcards y no los actuales 4 partidos, de esa forma dejaríamos reservado en exclusiva para la ronda de los Divisionales 4 partidos, lo que se conoce como el mejor fin de semana del año.

 

Pero la NFL es ante todo y sobre todo un inmenso negocio y el actual formato de wildcards se hizo para poder sacar aún más dinero de las TV, a más partidos de playoffs, más dinero para la liga. En todo caso lo que sí parece que tenemos garantizado es que el actual formato de playoffs no se va a ampliar. En temporadas en que se quedan fuera de los playoffs equipos con record de 11-5 ó 10-6 se pide ampliar el formato, curiosamente nadie pide reducirlos en temporadas en que entran equipos con record de 9-7 u 8-8, o como la temporada pasado donde Seattle ganó su división con un record de 7-9. Ampliar el número de equipos en playoffs sería abaratar considerablemente la postemporada, como ocurre con la NBA o la NHL. La reciente renovación de los derechos de TV de momento parece descartar la ampliación de la misma.

 

Este año los Wildcards iban bastantes planos, los equipos que se suponía que tenían que ganar ganaban y más o menos transcurría de acuerdo al guión previsto, es más que dudoso que nadie se pudiera hacer millonario en Las Vegas. Se podía decir tranquilamente que no había sorpresas en esta ronda. Los partidos no habían sido grandes partidos, ninguno especialmente digno de mención, si acaso que en el duelo entre New Orleans y Detroit Lions se batió un nuevo record, como no, de yardas en pases aéreos como no podía ser de otra forma. Sí hubo en todos ellos igualdad en la primera parte, pero todos los marcadores se rompieron y a partir de ese momento el equipo que ejercía de local ganaba con relativa comodidad, los Houston Texans ganaban cómodamente a unos Cincinnati Bengals, los New Orleans Saints le acabarían por hacer un roto a la inofensiva defensa de Detroit y en New York los Atlanta Falcons se quedaron una vez más pequeños cuando se trata de jugar en los playoffs.

 

Solamente quedaba por cerrar el partido de Denver, el que por otra parte tenía el más claro favorito. Nadie apostaba por los jóvenes e inexpertos Denver Broncos frente a los veteranos y curtidos en mil batallas Pittsburgh Steelers. Estos últimos no eran campeones divisionales y no tenían el Bye por tener el factor desempate perdido ante los Baltimore Ravens. Los Broncos eran campeones divisionales de la devaluada AFC West con un record de 8-8 y empatado con Oakland y San Diego, en caso de empate eran los campeones, Oakland no supo ganar su último partido.

 

Y hacia años que no se veía un partido como éste. Si la memoria no me falla el último gran partido de wildcards que se ha vivido en los últimos años fue un NY Giants @ San Francisco 49ers en el año 2003. Ese mismo día, 5 de enero del 2003, en el partido de wildcard de la AFC se jugó otro no menos célebre encuentro entre Cleveland Browns y Pittsburgh Steelers, en la que se considera la mejor jornada de wildcards de la historia. En aquel partido, el de San Francisco, un magnifico ataque liderado por Kerry Collins aplastaba a la defensa de los 49ers en San Francisco en la primera parte. En la segunda parte el ataque de los mineros despertaba de la mano del QB Jeff García y del WR Terrell Owens, el ataque de los Giants desapareció súbitamente y los 49ers fueron remontando con una grada que les empujaba más y más. El final del partido fue dramático, épico, uno de esos finales que uno recuerda años después, los Giants pudieron ganar con un FG, Trey Junkin, falló en el snap, como años mas tarde repetiría Tony Romo en otro partido de wildcards, intentaron un pase adelantado y volaron las banderas amarillas, hubo al menos dos penalizaciones y los árbitros mal interpretaron el reglamento, dijeron que el pase fue a un jugador inelegible, que luego resultó que sí era ilegible porque se había declarado como tal, aunque estaba en zona ilegal, pero en todo caso hubo una falta de la defensa de los 49ers, tras la reunión de árbitros dieron el partido por finalizado. El partido no acabó allí, al día siguiente el “long snaper” de los NY Giants abandonaba el football y la propia NFL por medio de Mike Pereira, el ahora analista de la cadena FOX en cuestiones arbitrales, entonces Vicepresidente de la NFL y jefe de los árbitros tuvo que reconocer que los árbitros mal interpretaron el reglamento, con lo que los Giants debieron haber tenido una nueva oportunidad para ejecutar una jugada mas, o dicho de otra forma, otro FG.

 

Aquel partido fue la segunda mayor remontada en la historia de unos playoffs, el récord lo continúa detentando uno de los partidos clásicos de la historia de los playoffs y de la NFL, la remontada de los Buffalo Bills a los entonces Houston Oilers de Warren Moon. Los Bills remontarían un 28-3 tras su QB suplente Frank Reich, que ese día suplía al lesionado Jim Kelly. Reich también ostenta el récord de mayor remontada en la historia de las Bowls universitarias. Estos mismos dos equipos, uno áun como Buffalo y los Oilers ya como Tennessee Titans participaron de otro momento memorable de la ronda de wildcards al ser los mismos equipos que estuvieron en el Music City Miracle, aquella famosa jugada donde los árbitros nunca pudieron determinar si el pase de Frank Wycheck a Kevin Dyson fue lateral o no, el caso es que en la revisión de la jugada ante la duda lo dieron por bueno y los Titans avanzarían en los playoffs. Aquel partido le costó el puesto al entrenador de equipos especiales de los Bills, aunque la polémica estuvo con Wade Phillips, entonces entrenador de los Bills, nadie terminó de entender por qué ese día sacó de QB a Rob Johnson en lugar de a Doug Flutie, que había empezado la temporada como suplente pero que tras una lesión de Johnson se hizo con el puesto y la titularidad.

 

El partido del domingo en Denver merece estar entre los mejores partidos de la historia de los wildcards por su dramatismo y por la épica, es un partido que tuvo de todo, sangre, sudor, golpes brutales y legales hasta para Roger Goddel y los árbitros, errores garrafales de jugadores y árbitros, lesiones graves, parones, jugadores que dieron todo lo que tenían y seguramente alguno fue mas allá de los límites recomendables, algún día nos deberían de decir que le metieron en el tobillo a Big Ben para que se pudiera mover en la segunda parte. Un partido muy alejado de los fuegos de artificio y bailecitos de salón en que se han convertido muchos partidos, en resumidas cuentas, un partido jugado por personas y por jugadores que el domingo jugaron un partido de football. Partidos como los de Denver son los que hacen la NFL lo que es y son las que le han hecho tan grande, seguramente no fue bonito ni perfecto, pero sí dramático y con tintes de épica, y emociontante. No había dos QB diseccionando las secundarias con la precisión de un cirujano, más bien lo contrario, estaba un QB que recuerda a los QB de los años 40 y 50 por su alarmante falta de precisión y otro que estaba muy mermardo físicamente.

 

El partido empezó con el guión previsto, los Steelers dominaban la posesión y Denver en sus posesiones no hacía nada, de seguir así su jugador más activo terminaría por ser el punter. Pero cuando menos lo esperábamos todos en el segundo cuarto el partido se rompió a favor de Denver, recuerdo que mandé un SMS poco antes a un amigo donde le decía que si esto no mejoraba me iba para la cama. Pero de repente llegó el primer pase largo del hasta entonces completamente inoperante Tim Tebow, y seguido llegaba un TD largo de pase, y luego un TD de carrera al mas puro estilo Tebow, con un par, unas vez más el QB más heterodoxo de la liga la liaba en un estadio al borde la locura colectiva.

 

No me canso de repetir que Tebow como QB no me gusta. Sí me parece una excelente persona, un gran deportista y alguien que supera sus limitaciones con un trabajo descomunal, un claro ejemplo de esa cita de un desconocido entrenador de baloncesto, Tim Notke y que luego popularizaría Kevin Durant, el alero de Oklahoma City, “El trabajo duro gana al talento cuando el talento no trabaja duro”. De Tim Tebow no sé si es un QB que es un buen corredor, si es un RB que hace pases, o es un híbrido entre ambos, lo que sí recuerdo es que dije que Tebow no estaba preparado para la NFL, aunque después me he visto obligado a rectificar, la que no estaba preparada era la NFL para Tebow. ¿Qué otra explicación se puede encontrar a que el equipo mas serio de la NFL y con una línea de continuidad más que acreditada pierda totalmente la compostura como lo hicieron ayer los Pittsburgh Steelers? De lo que estoy seguro es que no fue un castigo divino, ni el karma ni ningúno de esos recursos esotéricos, sino simplemente un tremendo error, primero de Dick LeBeau, y después de Mike Tomlin, no se llegaron siquiera a plantear que Tebow les pudiera vencer por el aire, y lo acabarían pagando muy caro.

 

La defensa de los Steelers, que no había permitido que ningún ataque le hiciera mas de 300 yardas en toda la temporada, la mejor defensa contra el pase, era literalmente quemada por Tim Tebow, que a modo de curiosidad lanzó exactamente 316 yardas de pase, y la parte favorita de la Biblia de Tebow es curiosamente el Evangelio de San Juan, 3:16. Los Steelers pensaron que Tebow ni se plantearía el pasar y hasta un QB tan limitado técnicamente como Tebow es capaz de hacer lecturas sencillas, y su encima se lo pones fácil como lo hizo LeBeau, lo acabas pagando. Los Steelers pecaron de arrogantes y soberbios, pensaron que Tebow correría y correría, ejercería la “option” y sólo en caso de emergencia pasaría, pero Mike McCoy diseño un gran game plan ofensivo, sobre todo diseño jugadas de engaño donde claramente el ataque enseña carrera, la defensa reacciona y de repento Tebow sorprende. La jugada con la terminó la prórroga es un claro ejemplo de ello, esa misma jugada los Broncos la habían utilizado para jugadas de carrera, la defensa de los Steelers subió a los safeties y a Tebow le quedó una jugada de pase sencilla para cualquier QB, aunque tratándose de Tebow la cuestión era si acertaría el pase a Demaryius Thomas, sí lo hizo, se zafó de su defensa, el CB Ike Taylor y se fue corriendo a la endzone en medio del delirio colectivo del Mile High Stadium.

 

Un partido memorable, épico, dramático, un auténtico partido de playoffs y merecedor de estar de entre los mas grandes de la ronda de Wildcards. Si tuviera que calificarlo entre todos yo creo que seguiría estando por detrás del Buffalo @ Houston, éste continúa siendo uno de los clásicos entre los clásicos, pero no tiene nada que envidiar a los que venga por detrás, es solamente cuestión de gustos.

 

 

  • Una de las cosas que más me ha llamado la atención de estos playoffs es la falta de fundamentos técnicos de muchos jugadores, y cuando hablamos de fundamentos técnicos hablamos de aquello que Vince Lombardi una vez dijo que era el football, correr y placar. El número de placajes sencillos que se han fallado en esta ronda de wildcards roza lo preocupante, he visto fallar placajes que yo creo que en mis tiempos mozos no hubiera fallado. El primero fue de Chris Crocker de Cincinnati Bengals, no contento con haber fallado una intercepción clara que pudo haber cambiado el partido, en el TD final de Arian Foster resulta del todo incomprensible que Crocker no intentara hacer un tackle al RB. En el segundo partido la defensa de los Lions debería volver entera al High School a aprender fundamentos y a ejecutar un tackle, vale que no puedas detener a un Drew Brees inspirado y que no falla un pase, además como se suele decir no existe defensa contra el pase perfecto, pero cuando los Saints usaban la carrera o las famosas carreras tras un pase, nadie en la defensa de los Lions era capaz de parar al atacante. Así era comprensible el ataque de furia de Jim Schartz en la banda con toda su defensa, fallaron en lo más elemental.

 

  • Como es habitual tras finalizar la temporada ha empezado la caza y captura de entrenadores para la temporada que viene. La pieza mas cotizada es Jeff Fisher y dos equipos son los que pujan por sus servicios. Por una parte St. Louis, que le ofrece un QB franquicia joven y con mucha proyección además de poder en la confección de la plantilla, y por otra parte los Miami Dolphins, que ofrecen mucho dinero, repercusión nacional y una plantilla que hoy por hoy es mejor que la que tiene St. Louis. Eso sí, Fisher estaría bajo las órdenes de Jeff Ireland y los Dolphins no tienen un QB franquicia y salvo que Stephen Ross haga algo en el draft o la agencia libre no parece que la cosa tenga solución a corto plazo.

 

  • El único equipo que ha encontrado Head Coach para la temporada que viene son los Kansas City Chiefs, que han hecho lo mas sencillo, remover la etiqueta de interino a Romeo Crennel y renovarlo, que así tendrá su segunda oportunidad en la NFL para poder entrenar a un equipo, algo que ya le ocurrió a su mentor, Bill Belichick, que antes de triunfar en New England, pegó la espantada en NY, donde no llegó siquiera a entrenar y fracasó estrepitosamente en Cleveland, la misma ciudad y equipo donde fracaso el propio Belichick. La elección de Crennel ha sido muy bien acogida en la ciudad y en el equipo, Crennel no es un entrenador mediático ni venderá muchas portadas, pero sí es un tipo que allí donde ha estado se ha ganado el respeto y admiración de casi todos. En Kansas además le van a dejar trabajar y cuenta con buenos cimientos para reflotar el equipo, algo de lo que nunca dispuso en Cleveland.

 

  • Indianapolis continúa siendo un polvorín. Si la semana pasada empezaron echando a los Polian de manera fulminante, esta semana su propietario, un habitual en las redes sociales, ha dejado caer varias cosas. La primera y más importante, que él sigue siendo leal a Peyton Manning, con el que de momento parece que ha acordado retrasar su opción por lo que no se puede descartar que los Colts puedan realizar un trade por su elección del draft, y que a juicio de los expertos ya tiene precio, tres primeras rondas y dos segundas rondas. ¿Picará alguien? Si Jim Irsay lo hace me creo que sí, los Miami Dolphins, Stephen Ross ha dicho que hará lo posible e imposible por contratar un QB.

 

HABLANDO DE LOS DIVISIONALES

Al igual que la semana pasado toca decir algo de los Divisionales, que esperemos hagan honor a su apelativo, el mejor fin de semana del año para un aficionado al football, en mi caso personal cuando sale el calendario dejo reservado este fin de semana libre de cualquier clase de compromiso, es el fin de semana más sagrado del año.

 

Abrirá la jornada único partido que se jugará en la Costa Oeste. Los Saints rinden visitan a los San Francisco 49ers, equipo que no juega un partido de playoffs en su vetusto estadio desde el año 2003. Sobre el papel los New Orleans Saints son los grandes favoritos, su ataque parece imparable y Drew Brees acierta cuanto pase se proponga, lo que es noticia es cuando no completa un pase. Pero hay un factor que seguro que a los Saints no les hace ninguna gracia, nunca han ganado un partido de playoffs al aire libre, han jugado cuatro partidos y los han perdido todos, el más reciente la hecatombe que vivieron en Seattle, donde un equipo con record negativo los eliminó. Y tampoco ayudará mucho que desde hace casi un mes que los Saints no saben lo que es jugar al aire libre y en césped natural, que se quiera o no ralentiza el juego. Los 49ers han hecho una gran temporada, pero no es el primer equipo que hace una gran temporada regular para caer a las primeras de cambio en los playoffs y en contra de los de la Bahia juega la inexperiencia de todo el equipo, desde los jugadores hasta los entrenadores. Los 49ers saben que su única oportunidad pasa por una defensa numantina que contenga al explosivo ataque de los Saints y que puedan imponer su poderoso juego terrestre, eso significara que Brees estará en la banda.

 

El Denver Broncos @ New England Patriots es un partido que ha subido enteros y seguramente batirá records de audiencia. Si ya en temporada despertó un enorme interés la repetición de aquel duelo, en post temporada es aún mayor, sobre todo tras la prodigiosa actuación de Tim Tebow en la ronda de wildcards. Tebow estaba en la cresta de la ola cuando llegaron los Patriots y por un momento parecía que podían ganar el partido, pero los de Belichick cuentan con muchos recursos y son un equipo muy labrado en batallas y acabaron ganando con mas facilidad que la que parecía indicar el marcador. Aquel partido supuso un frenazo en el fenómeno Tebow, aquella actuación y las dos que vendrían después fueron sus peores momentos del año, por eso nadie confiaba en él para la post temporada. De nuevo el fenómeno Tebow está en la cresta de la ola y los Patriots pueden ser de nuevo los encargados de bajarlos a la tierra, lo que es seguro es que aunque la defensa de Belichick es la peor defensa contra el pase no le va a dar las facilidades que le dieron los Steelers a los Broncos. Al igual que en el caso de los 49ers la defensa de los Broncos deberá hacer un gran trabajo para intentar frenar al explosivo ataque de los Patriots comandado por Tom Brady, aunque un factor a tener en cuenta será el tiempo, en Foxboro no suele hacer precisamente buen tiempo en las noches de enero.

 

El domingo los Baltimore Ravens reciben a los Houston Texans en un partido que puede ser mucho mas igualado de lo que muchos esperan. Los Texans practican un football muy sencillo, juego de carrera y defensa agresiva, muy parecida a la fórmula de los Ravens, la diferencia puede estar en dos puntos, los de Baltimore son un equipo muy curtido en batallas donde muchos de sus jugadores están en la cuesta abajo de sus carrreras, y en el puesto del QB, Joe Flacco seguramente nunca va a estar entre los mejores QB de la liga, pero desde que aterrizó en Baltimore es un asiduo a los playoffs y tiene mucha mas experiencia que el rookie T.J. Yates, al que puede quedarle algo grande el partido.

 

Cierran los Divisionales un partido que muchos creen una reedición de los playoffs del año 2008. En aquel año los NY Giants llegaban desde la ronda de wildcards a Lambeau Field y contra todo pronóstico ganaban en una gélida noche a los Packers en el que terminó siendo el último partido como Packer de Brett Favre. Aquellos Giants, también entrenados por Tom Coughlin, se pasaban en un pass rush brutal y un poderoso juego terrestre, los que ahora visitan Green Bay tienen de nuevo un pass rush brutal pero su juego terrestre no es tan potente, aunque lo compensan de sobra con un Eli Manning mucho más maduro y que cuenta con los WR menos valorados de la liga pero que son un peligro constante, más contra una defensa tan mala como la de Green Bay, mala pero muy oportunista, siempre se sacan algo de la chistera. En todo caso el partido va a estar en manos de Aaron Rodgers, el QB que ha hecho una temporada de ensueño y que salvo el día de Kansas City no ha bajado el pistón desde la temporada pasada y que va a contar con su ataque al 100%.

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