Newton como unidad de fuerza

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Entre la multitud de aportaciones que el científico Isaac Newton proporcionó a la humanidad, su ley de la gravitación universal, que marcaría las bases de la mecánica contemporánea, enuncia eso de que la fuerza es mayor si los objetos están próximos, y mientras se van alejando, dicha fuerza pierde una intensidad proporcional al cuadrado de la distancia que los separa. Esta célebre e imprescindible teoría, trata una de las cuatro fuerzas fundamentales observadas dentro de la naturaleza, y su propia unidad de fuerza recibe comúnmente el nombre de newton, en honor al trabajo y la extraordinaria aportación a la física del astronomo y matemático inglés. El newton se define como la fuerza necesaria para proporcionar una aceleración de 1 m/s2 a un objeto de 1 kg de masa. Estoy seguro que el QB junior de la universidad de Auburn, Cameron Newton, hubiese sido de gran fuente de inspiración para el propio científico de haber coincidido ambos en el tiempo. No hay masa muscular (250 libras) y aceleración en todo el universo college football que explique con mayor exactitud este fenómeno. Las teorías de Isaac Newton se aplican en toda su magnitud cada vez que el quarterback decide arrancar desde el pocket. En esos instantes sería muy interesante conocer la fuerza que se aplica sobre el objeto (en este caso, un defensor) cuando Newton alcanza el impacto (podría ser materia de investigación para la propia universidad), ya que no hay defensa en todo el FBS que sea capaz de reducir su efectividad en campo abierto. Después de una semana muy complicada y polémica, donde recibiría graves acusaciones de haber vendido su reclutamiento e incluso se divulgarían informaciones donde su padre podría confirmar definitivamente la inculpación, la universidad de Auburn no confirmó su concurso, en el decisivo encuentro por la Oesta ante Georgia, hasta los instantes iniciales al kickoff, alimentando la potencial posibilidad de un upset de los Bulldogs en The Plains sin el astro sobre el campo. Pero finalmente Cam no sería inactivado por la institución y el máximo contendiente al Heisman Trophy respondería en el primer drive de todo el partido, rompiendo con facilidad sobre el lado derecho y lanzándose sobre el pylon después de derribar a dos defensores para anotar con una carrera de 31 yardas, tras aplicar varios centenares de newtons de fuerza sobre el impacto en la endzone, ya que, como todos sabemos, newton es la propia unidad de fuerza. Todo parecía apuntar a un nuevo recital de Newton después de un primer drive relámpago y una atmósfera entregada al quarterback natural de College Park (Georgia) con un característico We Are Cam-ily” de la sección de estudiantes, pero entonces aparecerían el QB Aaron Murray y el estelar WR AJ Green. De sobra es conocido el potencial y el poderoso brazo de Murray, pero el quarterback freshman sorprendería por su significativo progreso desde septiembre. Murray (15/28 para 273 yardas y 3 TD) mostraría madurez, carácter y compostura dentro del pocket y el resto lo pondría el espectacular wide-out AJ Green (9 recepciones para 164 yardas y 2 TD), quien se ayudaría ligeramente de su brazo para ganar separación y bajar sin oposición un lanzamiento de 31 yardas que igualaba el encuentro. En la siguiente posesión, un lanzamiento de Newton sobre el centro sería incontrolado por su objetivo aéreo, cayendo mansamente sobre los brazos del safety Bacarri Rambo, quien interceptaba el lanzamiento para que a continuación, con un sencillo PA, Murray conectase 9 yardas para TD con el FB Shaun Chapas, completamente abierto sobre la endzone. Nuevamente AJ Green batía a su marca para conseguir una nueva recepción para TD de 40 yardas y enmudecer Jordan-Hare Stadium con un deficit de 21-7 sobre el marcador en el primer cuarto, hasta que volvería Newton al rescate, como particular unidad de fuerza en The Plains. Newton lideraría el drive terrestre para ejecutar el hand-off desde el shotgun sobre el RB Onterio McCalebb, quien anotaba con una carrera corta de 4 yardas, y encontraría sobre el centro de la endzone al TE Philip Lutzenkirchen en un lanzamiento de 18 yardas, que igualaba el encuentro antes del descanso, a pesar del admirable esfuerzo del front-seven de UGA en controlar a Newton. Como anteriormente apuntaba, estoy seguro que muchos coordinadores defensivos gratificarían que las leyes de Isaac explicasen su poderío, pero que, sobre todo, rebelasen la contrafuerza a aplicar sobre el punto de ataque para detenerle, la defensa de los Bulldogs hizo lo imposible por contenerle, pero sencillamente no hay contrafuerza que le detenga. Nada más arrancar la segunda parte, Gene Chizik destaparía su agresivo gameplan y los Tigers sorprendían a los dawgs con un onside-kick recuperado y que a la postre significaría para los locales la recuperación del liderazgo sobre el marcador, después de que nuevamente McCalebb anotase con una carrera corta exterior. En ese mismo instante. quien suscribe sólo recitaría dos palabras; “se acabó”, pero entonces el shootout hacía acto de presencia en The Plains. Murray bombardería la secundaria Tiger y el RB Washaun Ealey igualaba nuevamente el encuentro con una poderosa acción terrestre de 7 yardas. El problema es que la defensa del DC Todd Grantham dijo basta (Auburn sólo ejecutó 2 punts), y los Tigers romperían “el saque” en la siguiente posesión de UGA sobre su yarda 11, forzando el FG de 28 yardas del PK Blair Walsh. Newton, a pesar de la terrorífica presión y escrutinio de los medios (el reputado analista del estado de Alabama, Paul Finebaum, apuntó que no recordaba semana igual), no fallaría, mostrándose perfecto por enésima semana consecutiva (12/15 para 148 yardas, 2 TD y 1 INT, además de 30 carreras para 151 yardas y 2 TD), en una actuación de otra época y convirtiéndose en el primer jugador de toda la historia de la SEC en lanzar para 2.000 yardas y correr para otras 1.000 en una misma temporada, devolviendo a Auburn a la final de conferencia en Atlanta, por primera vez desde la temporada perfecta del 2004. (R: 31-49)

 

Pittsburgh se complica el título de la Big-East en East Hartford


Después de consecutivas victorias en la Big-East ante Syracuse, Rutgers y Louisville, los pupilos del head-coach Dave Wannstedt se habían descubierto como el máximo favorito y el squad más sólido (con dos partidos de diferencia) de toda una pobre conferencia donde, a día de hoy (jueves noche) nadie es elegible para la post-temporada. Sin embargo, Pittsburgh sería sorprendida por una UConn que dos semanas atrás ya despachó en su propio estadio en la prórroga a otro potencial favorito como West Virginia, sumando cada uno de sus 5 encuentros en Rentschler Field como victorias (sus cuatro derrotas han llegado siempre lejos de East Hartford). Los Panthers arrancarían con inmejorable inercia la noche con el QB Zach Frazer sufriendo una intercepción del CB Jarred Holley en solamente la primera jugada de todo el partido, en su intento de desprenderse de la posesión después de un flea-flicker ante la presión en el pocket, y el estelar RB Dion Lewis (13 carreras para 77 yardas y 2 TD) conseguiría un explosivo big-play de 31 yardas saliendo del backfield, que finalizaría con una anotación terrestre de 4 yardas, pareciendo marcar el ritmo en favor visitante, pero inmediatamente el RB Jordan Todman (37 carreras para 222 yardas) evitaría que Pitt construyese cualquier tipo prematuro de momentum, y Frazer conectaba en el crossing-pattern con el WR Kashif Moore en un TD de 36 yardas que igualaba la contienda. Pittsburgh entonces sufriría la inconsistencia y las pobre decisiones de su QB Tino Sunseri, quien encajaría intercepciones de Jerome Junior (yarda 9 de UConn) y Dwayne Gratz (yarda 14 de UConn), deteniendo drives profundos y amenazadores sobre Connecticut, mientras que los propios Huskies controlarían momentamente el marcador con un FG de 46 yardas del PK Dave Teggart. En la segunda parte, Sunseri seguiría mostrando sus penurias e incapacidad para superar la defensa local (2 tres-y-fuera consecutivos en tantas posesiones), hasta que un prácticamente inédito WR Jonathan Baldwin ganaba su primer big-play aéreo sobre la secundaria local con una recepción de 42 yardas que permitía que Dion Lewis adelantase a Pitt sobre el marcador con una carrera corta de 1 yarda. Con el retorno del estelar end Greg Romeus a los terrenos de juego, Brandon Lindsey llegaría desde el lado opuesto deteniendo a Zach Frazer por detrás de la línea de scrimmage con un sack (forzando además un fumble recuperado por el TE de UConn Ryan Griffin) y aparecería el RB backup Ray Graham (16 carreras para 75 yardas y 1 TD) para adelantar a Pitt 21-13 sobre el marcador, en un instante que parecía volver a marcar el control de los Panthers sobre el encuentro, hasta que Nick Williams retornase 95 yardas para TD en la siguiente acción de UConn, situando la diferencia sobre el marcador en un solo punto con todo el último cuarto restante. Ray Graham cometería la acción decisiva de todo el encuentro cometiendo un fumble en el intento de retorno tras el FG de 25 yardas de Teggart, que recuperaba Robbie Frey en la yarda 21 de Pitt. Inmediatamente, Zach Frazer (9/20 para 100 yardas, 2 TD y 1 INT) conectaría 14 yardas para TD con el WR Isiah Moore adelantando 30-21 a Connecticut. Con poco más de 4 minutos, Jon Baldwin anotaba una con una acción aérea de 20 yardas, pero los Panthers (quienes hasta el pasado jueves permitían por debajo de 94 yardas terrestres) simplemente fueron incapaces de detener a Jordan Todman, quien se situaría como el No.3 en la lista histórica del programa en yardas terrestres totales. (R: 28-30)

 

Persa es el azote de la Big-Ten e Iowa ve esfumar sus posibilidades


Desde la sorprendente derrota en Evanston ante Purdue el 9 de Octubre, los Wildcats no eran especialmente un conjunto llamado a asaltar la conferencia o a copar las posiciones más destacadas del ranking BCS y su propia conferencia, pero los pupilos del head-coach Pat Fitzgerald, en cambio, han demostrado ser toda una auténtica pesadilla para los principales contendientes al título de la conferencia Big-Ten. Michigan State puede dar cuenta de ello, en un encuentro que lo salvarían sobre el límite, sin embargo, los pupilos de Kirk Ferentz sufrirían peor suerte. El QB Dan Persa (32/43 para 318 yardas, 2 TD y 1 INT) controlaría con su habilidad atlética y juego escurridizo los tempos del partido, mientras que la disciplinada y solidaría defensa de Northwestern secaría literalmente al RB Adam Robinson (22 carreras para 108 yardas) y convertiría en miserable la tarde para el QB Ricky Stanzi (23/41 para 270 yardas, 2 TD y 1 INT), reduciendo en cuotas mediocres el ataque de los Hawkeyes (únicamente cuatro primeros downs en toda la primera parte). El TD terrestre de 2 yardas de Dan Persa, después de un drive de 11 jugadas y 62 yardas capitalizado por el QB natural de Pennsylvania, marcaría la diferencia sobre el luminoso, aunque la defensa de los Hawkeyes mantendría vivo a su squad con dirección a la segunda parte, a pesar de su frustrante producción ofensiva. En la segunda parte, Stanzi encontraría al wide-out Marvin McNutt, quien adelantaría por primera vez a los visitantes con una recepción de 5 yardas y nuevamente, Stanzi conectaría en el post-pattern sobre un completamente abierto Derrell Johnson-Koulianos en un lanzamiento para TD de 70 yardas, que parecía dejar en franquicia el partido con dirección al último cuarto y manteniendo con la negativa línea de Northwestern, después de desperdiciar ventajas de al menos 7 puntos en segundas partes ante Penn State, Michigan State y Purdue esta temporada. Entonces el safety Brian Peters interceptaría un pobre lanzamiento profundo junto a la goal-line de Stanzi (solamente su cuarta intercepción de todo el año) en una acción que marcaría el punto de inflexión del encuentro y los locales aprovecharían el takeaway para que Dan Persa construyese un fantástico drive de 85 yardas y 13 jugadas, finalizado con un genial touch-pass de Persa sobre el WR Jeremy Ebert en el fondo de la endzone, que reducía la diferencia en solamente 3 puntos con algo más de 6 minutos. La defensa local volvería a limitar el juego aéreo de Stanzi forzando el punt de Ryan Donahue y Persa volvería a ingeniar otro espectacular drive de 11 jugadas y 91 yardas, que finalizaría con un lanzamiento sobre su backfoot y con el estelar end Adrian Clayborn sobre su cara, conectando 20 yardas en la endzone sobre el WR Demetrius Fields en su primera anotación aérea de todo el año. La peligrosa acción le costaría a Persa romperse el tendón de Aquiles que le enviaría directamente al quirófano y acabaría con su temporada. Con 26 segundos restantes, Iowa alcanzaría la yarda 39 local después de que Marvin McNutt bajase con un fantástica recepción un lanzamiento de 23 yardas con varios defensores sobre su espalda, pero Vince Brown llegaría a Stanzi con un sack y Brian Peters y Hunter Bates rechazarían un desesperado lanzamiento sobre la endzone, permitiendo que Northwestern consiga su quinta victoria en los 6 últimos enfrentamientos entre ambos programas. Sin ir muy lejos, los Wildcats arruinarían las posibilidades de campeonato nacional de los Hawkeyes la temporada pasada, después de arrancar con un record de 9-0. (R: 17-21)

 

McGloin se desinfla y los Buckeyes ponen la estocada


Después de la histórica victoria 400 del legendario head-coach Joe Paterno, la festiva atmósfera en Happy Valley después de encadenar tres victorias consecutivas en la Big-Ten y el sorprendente impacto del QB walk-on Matt McGloin después de una emocional remontada la semana anterior ante Nortwestern, los Nittany Lions llegaban con la moral por las nubes a The Horseshoe, y así lo demostrarían durante la primera media hora, donde subyugarían a Ohio State. A pesar de llegar con 2,5 touchdowns de underdog, los Lions se mostrarían como el squad más focalizado durante toda la primera parte, con McGloin conectando para 13 de 18 (72%), 141 yardas y 2 pases de TD, después de aliarse con los wide-outs Justin Brown y Derek Moye en lanzamientos de 23 y 6 yardas respectivamente (los primeros lanzamientos para TD que Penn State haya lanzado en Ohio Stadim desde que llegasen a la conferencia en 1993), mientras que desaprovecharían un 4th down dentro de la 20 de los Buckeyes (en lugar de buscar el field-goal), después de que el RB true-freshman Silas Redd fuese detenido contundentemente por detrás de la línea de scrimmage con poco más de un minuto para finalizar la primera parte. El front-seven de PSU contendría con efectividad a Terrelle Pryor (8/13 para 139 yardas, 2 TD y 1 INT), gracias a la disciplina y los grandes fundamentos del grupo defensivo del gurú Tom Bradley, una de las mentes más brillantes del gremio, mientras que la parroquia local despedía a los suyos con atronadores abucheos. Sin embargo, en la segunda parte el partido cambiaría radicalmente con el RB Dan “Boom” Herron (21 para 190 yardas y 1 TD, sus guarismos más altos en toda su carrera) sacando a los Buckeyes de su propia yarda 2 y liderando un drive de 11 jugadas y 96 yardas, que finalizaría él mismo con una carrera straight-ahead de 5 yardas después de los brillantes bloqueos del OC Mike Brewster y el FB Zach Boren, quien se erigió como una de las piezas clave de la victoria. Después de que los Buckeyes redujesen la diferencia en solamente 4 puntos, llegaría la acción que cambiaría el partido. McGloin buscaría al FB Michael Zordich sobre el flat en un lanzamiento aparentemente seguro, pero el CB Devon Torrence (antiguo outfielder de los Houston Astros de la MLB) leería con facilidad el telegrafiado lanzamiento del QB sophomore y se desemparejaría de su cobertura, para buscar el interior, adelantarse sobre Zordich y con una acción de malabarista interceptar el lanzamiento, retornándolo 34 yardas para TD y dando la vuelta al marcador. Pryor experimentaría una actuación muy discreta, pero después de un churro de lanzamiento sobre la goal-line que sería desviado por la doble cobertura de la secundaria de los Lions, el despeje caería mansamente sobre el WR Dane Sanzenbacher, quien aprovechaba su inercia sobre la dirección para anotar un TD de 58 yardas. En la siguiente posesión, Matt McGloin (15/30 en un 50% para 159 yardas, 2 TD y 2 INT) buscaría el deep-out sobre un receptor aparentemente abierto, sin embargo, no contaba con que Travis Howard se encontraba en la misma dirección, y el CB sophomore retornaba el takeaway 30 yardas para TD, sentenciando el encuentro (sexta intercepción retornada para TD en siete encuentros ante PSU). Ohio State completaba un parcial de 35-0 en la remontada, después de aprovechar cada uno de los errores visitantes, y la victoria (record de 9-1) les dirige a un crítico showdown en Iowa City la próxima semana, con el único objetivo de buscar el empate en la conferencia con Michigan State y Wisconsin, mientras que sus opciones de alcanzar la Rose Bowl se mantienen vivas, aunque para ello dependerán de una derrota de los Badgers o la remota posibilidad de ganarse una plaza sobre ellos como BCS at-large. (R: 14-38)

 

Spurrier se lleva la final de «su» The Swamp con la gorra


¡Quién lo diría varios años atrás! South Carolina (No.23) presentaba un pobre bagaje histórico de 4-23-3 ante los Gators, con solamente dos victorias en los últimos 19 enfrentamientos (la segunda victoria ante Florida desde 1939) y un nefasto récord de 0-12 en Gainesville. Sin ir más lejos, su alma-máter, Florida infringiría la peor derrota de toda la carrera del ol’ball coach (56-6), pero los Gamecocks visitarían The Swamp y se alzarían con la división Este en un sábado de otoño cualquiera, bajo una atmósfera y un escenario que antaño provocaba terror y donde muy pocos salían con vida, como el famoso eslogan que el programa muestra con orgullo en el tunel antes de saltar al campo; “The Swamp, where only gators get out alive”. Los Gamecocks se harían con la división Este por primera vez desde que el programa se afiliaría a la conferencia SEC en 1992 y competirán en Atlanta ante Auburn por un título de conferencia desde que en 1969 conseguirían la ACC. En cambio, los Gators perderían su primer encuentro después de 17 partidos ante un rival de división, sumando su tercera derrota consecutiva en The Swamp, algo que no experimentaba el programa desde 1989. Su bagaje ofensivo se resumió solamente al retorno de kickoff para TD de 99 yardas de Andre Debose y el primer cuarto mostraría unos guarismos peores a los de la tumultuosa era de Ron Zook en Gainesville: Los Gators ejecutarían 18 jugadas para 51 yardas (mientras que USC sumaría 44 por encima de las 200), serían incapaces de convertir un sólo tercer down, ejecutando 5 punts y sumando un total de 5 penalizaciones. Sencillamente, Florida sucumbió con su disparatado experimento de tres quarterbacks en John Brantley, Trey Burton y Jordan Reed (conocida como «Threebow” por el hecho de que ambos reúnen características de Tim Tebow) y ritmo de high-tempo-offense, que tantos dividendos le proporcionó al OC Steve Addazio la semana anterior en Nashville ante Vanderbilt. Ante la ineficacia del sistema dual, Addazio volvería a la clásica spreadoption con Brantley (16/31 para 130 yardas y 1 INT) tras el center, pero simplemente el quarterback junior no presenta las características naturales para ser efectivo dentro de éste particular esquema, y la defensa de los Gamecocks camparía a sus anchas en The Swamp. Todo lo que tuvo que hacer USC en ataque fue que Stephen Garcia (15/22 para 156 yardas) cuidase y gestionase con mimo las posesiones, manteniéndose alejado de los turnovers, y anotar en cada una de sus incursiones sobre territorio local. El seguro PK Spencer Lanning sumaría con extrema eficacia FG lejanos de 49, 47 y 41 yardas, y del resto se ocuparía el estelar RB true-freshman Marcus Lattimore (40 carreras para 212 yardas y 3 TD), quien anotaría con una física carrera interior de 7 yardas en una primera parte donde ya sumaría 21 intentos para 83 yardas, desmoralizando a la parroquia local. Lattimore no mostraría atisbo alguno de su golpe ante Arkansas la semana anterior y Steve Spurrier sabía de la trascendencia de su concurso, solicitándole durante la semana una carga de 35 o 40 intentos. El jovencísimo runningback atendería a la llamada de su head-coach en su máxima expresión, y solamente el propio Cameron Newton presenta mejores guarismos terrestres en toda la conferencia. (R: 36-14)

 

 

 

 

 

  • Dan Persa es uno de los quarterbacks más infravalorados de todo el país. No es ningún prodigio de la naturaleza, ni físico ni técnico, realmente no está llamado a cambiar el curso de su posición, pero su valentía, intensidad e inteligencia le convierten en el motor y alma de Northwestern, quienes son toda una auténtica pesadilla para las powerhouses de la conferencia Big-Ten. Una verdadera lástima su lesión para el resto de la temporada.

  • Otro jugador muy infravalorado en la Big-Ten es el end senior de Purdue, Ryan Kerrigan. Con unos Boilermakers olvidados bajo un 4-6 y después de cuatro derrotas consecutivas, Kerrigan continúa mostrándose muy efectivo, a pesar de la cultura derrotista instalada alrededor del programa. Kerrigan es un seguro All-American después de tres años como titular en Purdue. Esta semana desmantelaría a la línea ofensiva de Michigan con 10 placajes (solos), 5 para pérdida de yardas, 4 sacks y 2 fumbles forzados.
  • Newton va camino de convertirse en uno de los jugadores más dominantes que personalmente haya visto en otoño. Su respuesta ante Georgia fue impactante para un chico inexperto de 21 años, después de una semana tan complicada. Además de ser un atleta único, su carácter, entusiasmo y personalidad es especial. Sólo hay que contemplar su rol de auténtico líder incluso exaltando y estimulando a sus propios aficionados en los momentos previos al kickoff. Newton ha transformado a Auburn de equipo peligroso en la división Oeste, a un auténtico contendiente por el cetro nacional y no es un tópico, es el jugador más dominante e influyente de la actualidad, sin discusión. Sólo espero que su caso se resuelva positivamente.

  • No paro de encontrar similitudes entre Alabama y Ohio State esta temporada. Son dos conjuntos con toneladas de talento y grandes staffs pero incapaces de dominar como en antaño. Ambos ganaron con suficiencia esta semana y ambos mostraron destellos de su enorme potencial, pero big-plays aislados y errores del rival respectivamente, facilitaron sus contundentes victorias de la presente semana y aún necesitan mostrar su mejor cara sí desean superar retos mucho mayores.

  • Hablando de los Buckeyes, ¡qué infravalorado (fuera de Columbus) está Dan Herron! Gran alarde de explosividad, carácter y poderío, mientras que Terrelle Pryor, la imagen del programa y que anunciaría su retorno la próxima temporada en su último año senior, se diluye como un azucarillo.

  • Las dificultades de Oregon en Berkeley. Cliff Harris retornaría un punt 64 yardas para TD (su cuarto de la temporada) y Shane Vereen sufriría un fumble sobre la 29 de Cal que Darron Thomas lo aprovecharía para conectar in-stride en el crossing-pattern sobre Jeff Maehl. Ese fue el pobre bagaje ofensivo de los Ducks, pero los pupilos de Chip Kelly encontraron el modo de resistir mediante una defensa que anularía al ataque local durante los últimos 55 minutos. Oregon incluso se sobrepondría a un FG de 24 yardas errado en el último cuarto por el PK Giorgia Tavecchio, quien había anotado sin problemas el anterior intento pero que, sin embargo, sería anulado por marcar un paso adelante antes del snap, en un error gravísimo. Como todo contendiente en los últimos años, los Ducks se encontraron contra la pared, pero supieron como adaptarse para sobrevivir.

  • La inteligente acción del RB Anthony Wilkerson para dejarse caer antes de entrar en la endzone y permitir que el reloj se agotase, después de la sufrida visita de Stanford ante Arizona State en Tempe. El ataque liderado por Andrew Luck se mostraría inefectivo, algo inusual para la Cardinal.

  • Arkansas debería maldecir jugar en la conferencia Oeste. Los Razorbacks no paran de progresar y evolucionar en la sombra con un Ryan Mallet espectacular. Como demostraron en Columbia ante el reciente campeón del Este, los Hogs deberían ser contendientes en cualquier otra división y conferencia.

  • Ya apunté la anterior semana que la impactante actuación de los Horned Frogs ante Utah debería medirse con mayor cautela. Sin intención alguna de devaluar a San Diego State, quienes han caído ante la mínima fuera de casa frente a BYU y Missouri (sus entonces únicas dos derrotas) y son uno de los squads de “perfil bajo” con mayor peligro de todo el oeste, la paupérrima actuación de los Utes en South Bend ante Notre Dame (incluso Kyle Whittingham hablaría de “ineptitud en ataque”) vuelve a alimentar mi desconfianza en los ‘Frogs como el máximo candidato al título entre todos los BCS-Buster. Mi intención no es intentar desacreditar a los pupilos de Gary Patterson, ni señalarles como un conjunto sospechoso, sino que Boise State debería encontrarse por encima de ellos en el ranking BCS. Así de sencillo.

  • El estado actual de Wisconsin como el reinante de la conferencia Big-Ten y máximo aspirante a una invitación para la Rose Bowl. Sin el actual jugador ofensivo del año de la conferencia en el RB John Clay (después de un esguince en su rodilla derecha ante Purdue), los Badgers conseguirían 294 yardas y 144 de los runningbacks Montee Ball y James White respectivamente detrás de una línea ofensiva impresionante, para sumar 83 puntos ante Indiana que igualan el mayor registro en un encuentro de la Big-Ten desde que Ohio State lo estableciese en 1950. Sin ir más lejos, es la misma puntuación que conseguiría el programa de baloncesto justamente ante los Hoosiers. Hay quien asegura que la mascota Bucky sumaría 573 flexiones durante el transcurso del partido, sin duda una tarde con mucho curro en Madison para la simpática mascota.

  • Me gusta mucho más la versión actual de Oklahoma State con el tridente Brandon Weeden, Kendall Hunter y Justin Blackmon, que la última exitosa generación y con mayor publicidad de Dez Bryant y Zac Robinson. Weeden continúa progresando como el pocket-passer del presente del programa (tiene 27 años después de probar en las minor-leagues con los NY Yankees de la MLB) y Blackmon (líder en yardas y TD aéreos del país) haría un traje a la secundaria de los ‘Horns con 9 recepciones para 145 yardas. Independientemente de su mérito (los Longhors presentan un pobre record de 4-6), esta generación puede presumir además de una victoria frente a Texas en Austin.

  • La desangelada y pobre imagen de los Gators en The Swamp no es acorde a la magnitud y los estándares de excelencia de este programa. Con las toneladas de talento almacenadas durante estos años y la excepcional capacidad de Urban Meyer, es inexplicable la miseria e ineptitud que inunda a este programa desde la graduación de Tim Tebow. Tampoco comprendo la dirección del ataque con John Brantley, en esta línea pueden acabar con la carrera de un chico con significante talento como pocket-passer.

  • La euforia actual entre las academias militares. Su institución más sólida en los últimos años, Navy, vencería a Central Michigan alzándose con un fantástico record de 7-3, mientras que la victoria por 45-28 de Army sobre Kent State, permite que las tres academias militares (con Air Force) se encuentren elegibles para disputar las bowls por primera vez en toda la historia. El timing es perfecto después de que este éxito se consiguiese tras el día de los veteranos en América, además del old-fashioned showdown de este fin de semana de los Black Nights ante Notre Dame en el estadio de los New York Yankees de baseball, como en antaño.

  • Sin noticias de Denard Robinson. Un clásico de estas líneas durante la primera parte de la temporada y quien muchos consideraron un prematuro front-runner por el Heisman, se encuentra completamente missing. Una semana atrás, experimentaría 2 intercepciones y observaría desde la banda como Tate Forcier lideraba a los Wolverines en la triple prórroga ante Illinois y esta semana se mostraría muy inseguro ante los Boilermakers con un total de 4 takeaways.

  • Una semana después de fallar un fieldgoal ganador de 40 yardas “wide-right” ante North Carolina en Tallahessee, el PK Dustin Hopkins se resarciría anotando uno de 55 yardas (e incluso pudo llegar desde la 65) con el reloj a cero para batir a Clemson y mantener a los ‘Noles en lo más alto de la división atlántica en la conferencia ACC, a pesar de no disponer de su QB titular Christian Ponder. En su lugar, el highly-touted recruit EJ Manuel correría para 71 yardas y lanzaría para 210, incluyendo una completación de 18 yardas sobre el estelar WR Rodney Smith, que permitiría a Hopkins ganar el partido y celebrarlo por todo lo alto.

  • Mike Sherman ha reinventado a Texas A&M con el antiguo WR Ryan Tannehill como su QB titular. Después de comenzar la temporada con un record de 3-3, los Aggies se encuentran actualmente con un 7-3 y como No.18 del ranking BCS, tras remontar un 30-14 sobre Baylor, gracias a los tres TD terrestres en la segunda parte y el cuarto partido por encima de las 100 yardas del RB Cyrus Gray. Los Aggies encadenan su mayor racha victoriosa en la Big-XII en cuatro años. El problema es que los pupilos de Sherman llegan tarde para ganar la división Sur.

  • Los pobres e insignificantes thursday-night games de la temporada. Aún recuerdo los electrizantes años de la Big-East con las batallas entre Louisville, Rutgers y West Virginia (una conferencia ahora sumergida en la más absoluta mediocridad), o las últimas temporadas de la alocada conferencia ACC. Esta semana es el ejemplo más representativo con UCLA visitando a Washington, donde sólo los “lockerianos” mostraran interés en él, o Alabama recibiendo a la novedosa Georgia State (en el FCS desde 2008) de Bill Curry. Infumable es la palabra.

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Israel Llata
Israel Llata es natural de Maliaño, una localidad de Santander (Cantabria). Ingeniero informático de profesión y aficionado al fútbol americano desde mediados de los años 90, asombrado por la habilidad atlética del quarterback Steve Young y aquellos exitosos 49ers. En los últimos tiempos centraría su mirada sobre un desconocido pero excitante college football, destapando su corazón como entusiasta aficionado de Alabama, una institución a la que rinde culto. Analiza en su columna semanal la jornada universitaria desde 2007. @israel_lata

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