Go Busters!

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Parafraseando la célebre y pegadiza melodía de la exitosa serie de los ochenta, esta semana sería decisiva en las futuras aspiraciones de los principales BCS-Busters del propio ranking BCS y estos no fallaron. Más que no fallar, tanto Boise State (de la conferencia WAC) como TCU (de la conferencia MT-West), lo que realmente hicieron fue arrasar, además de mantener intactas sus respectivas aspiraciones como contendientes al campeonato nacional, aunque para ello todavía sigan dependiendo imperiosamente del desliz (es así de simple) de Oregon o Auburn en lo más alto del ranking. Ambos squads arrancaron la temporada con las máximas expectativas desde lo alto de los rankings y a ambos se les ha exigido la perfección y mayor cantidad de style-points que a nadie. Los dos no se han detenido ni un instante en sus exuberantes carreras por el crystal-ball y con dos piedras restantes para finalizar sus respectivas temporadas con matricula de honor (San Diego State los Frogs y Nevada los Broncos), posiblemente tanto Boise State como TCU hayan definitivamente convencido a varios votantes para robar sus votos en beneficio de otros peligrosos contrincantes con una sola derrota y de conferencias automáticas. La victoria más impresionante e influyente sería la d e los Horned Frogs (No.3) en Salt Lake City ante los imbatidos Utah Utes (No.5) en el showdo wn más relevante de toda la historia de la conferencia MT-West y (para muchos) el evento deportivo más importante de Utah desde las olimpiadas de invierno del 2002 (etiquetado como the battle of unbeatens). TCU dominaría total y completamente desde el primer minuto a un rival que simplemente demostró que su propaganda debe de perdurar desde el No.2 absoluto del BCS y la victoria en la Sugar Bowl ante Alabama en el 2009 e incluso la Fiesta Bowl del 2005 ante Pittsburgh. En ese caso, pocos entienden entonces el catastrófico bloqueo de los Utes ante su propio público con 46.522 almas en el blackout y ante la extremada importancia de este showdown. Los Frogs simplemente les trataron como un juguete desde el primer minuto, dominando el reloj durante un 65% del tiempo total (39:06 minutos sobre 20:54) y destruyéndoles en cada estadística imaginable; primeros downs (23-11), yardas de carrera (177-51) o conversiones en terceros downs (66,7% a 23). Simplemente la actuación de los pupilos del head-coach Gary Petterson fue insultante e impresionante, teniendo en cuenta que Utah encadenaba una longeva racha de 21 victorias consecutivas en su propio estadio. La tarde para Jordan Wynn sería miserable con TCU dominando e intimidando con suficiencia sobre la línea de scrimmage, y el QB sophomore comenzaría con un 5 de 12 para 42 yardas, junto con un sack y fumble del end Wayne Daniels, para comenzar la segunda parte con un lanzamiento corto interceptado y retornado 57 yardas hasta su propia yarda 4 por Tanner Brock. En ambas acciones, los Frogs aprovecharían para anotar respectivamente con un lanzamiento de 26 yardas en el trickery del WR Jeremy Kerley sobre Bart Johnson y con una carrera de 4 yardas del RB Ed Wesley. Durante el resto del partido, la tónica se guiaría sobre un Jordan Wynn sobrelanzando constantemente sus objetivos aéreos, además de sufrir un par de fumbles. En sólo la primera parte, TCU superaría a Utah en 328-72 yardas totales, con únicamente 5 primeros downs de los Utes durante este periodo, para un cómodo parcial de 23-0 a favor visitante. Finalmente, Utah evitaría el primer shutout en su propio estadio desde 1967 después de que el RB Matt Asiata consiguiese una recepción de 19 yardas en el último cuarto (aún así, sería la peor derrota del programa ante su parroquia desde 1989). Muchos apuntaron que el partido podría encontrarse sobre el juego del QB Andy Dalton (21/26 para 355 yardas y 3 TD) y el QB senior respondería con una actuación mecánica, plasmando sencillez y eficacía en cada una de sus ejecuciones sobre apariencias de cuatro y cinco receptores abiertos y sus 39 victorias son el número más elevado entre todos los quarterbacks activos de la nación. De cualquier modo, TCU simplemente manteniéndose imbatido podría dirigirse a la Rose Bowl, cuya comisión se vería obligada a olvidar su tradición Pac-10 vs Big-10 y elegir al conjunto más alto de conferencia no automática sobre el No.2 de la conferencia Pac-10 o otras posibilidades at-large, como propio oponente del campeón de la Big-Ten. (R: 47-7)

 

Boise State (No.4 del ranking BCS) tampoco se quedaría lejos con su actuación, pero todo el hype y propaganda de Salt Lake City acabaría perjudicando su propia publicidad, a pesar de que las derrotas de Alabama e irónicamente Utah fuesen muy beneficiosas. Hawaii, quien batió en la isla a Nevada (máximo rival de BSU en la WAC) tres semanas atrás, es un rival peligroso y con capacidad suficiente como para recibir consideración dentro del Top25, y los Broncos simplemente los destruyeron en el blue-turf de Idaho. Con 737 yardas totales (récord del programa), incluyendo una actuación de calibre Heisman por parte de Kellen Moore guiando la no-huddle offense (30/37 con un 81% para 507 yardas, 3 TD y 2 INT, en un instante de la primera parte completaría 19 consecutivos) y una defensa que detendría el mejor ataque aéreo de todo el país con un total de 7 sacks y con el QB Bryant Moniz lanzando para 127 yardas (cuando promediaba 360 en una racha de 6 victorias consecutivas), Boise State demostraría que merece tanta consideración como sus homónimos BCS-Busters, Horned Frogs, en su contención al crystal-ball. Los Broncos, simplemente están haciendo todo lo que se les pidió, después de arrancar la temporada como No.3 del AP Poll y No.5 del Coaches’ Poll. Les requirieron vencer a Virginia Tech en Washington DC en la primera semana, y cumplieron ante un equipo que se está destapando como el gallo de la conferencia ACC. También les pidieron pasar por encima de Oregon State y se desharían sin demasiadas complicaciones. Por último, les exigirían arrasar a todos los inferiores rivales de su polémico calendario, y el conjunto que más cerca estuvo (fuera de los dos BCS) sería Louisiana Tech después de perder 49-20, pero al descanso los Broncos los despacharían 28-7 y 49-13 antes de que los Bulldogs anotasen en una carrera de 25 yardas con 44 segundos sobre el reloj. Boise State ha vencido en sus 6 encuentros ante rivales no-BCS por una puntuación combinada de 306-47 (un promedio de 51-8), mientras que TCU lo ha hecho en un total de ocho encuentros por un promedio de 42-7. Como antes aventuraba, muchos argumentarán que el calendario de los Broncos es irrisorio, pero los de Idaho presentan el No.58 más complicado de toda América (igualado con Wisconsin), mientras que TCU es el No.61 u Oregon el No.80 en strength of schedule. Desde finales del 2007, Boise State presenta un registro de 34-1, con 22 victorias consecutivas (récord actual del país) después de su récord perfecto de 14-0 en el 2009 tras vencer a TCU en la Fiesta Bowl y los Broncos simplemente han mostrado todo lo que se les suponía y se esperaba de ellos, pero en el caso de que algunos de los de arriba pinchen, TCU sencillamente tiene la delantera sobre Boise State en esta carrera. Todo un órdago en mi particular go busters! (R: 7-42)

 

Virginia Tech se hace con el control absoluto en el Atlántico

 

Durante el primer mes (largo) de competición, todo apuntaba a Miami o incluso North Carolina como los dos máximos candidatos a arrebatar a los Yellow Jackets el título de división. Los ‘Canes empezarían fuertes una temporada que se adivinaba como de reflexión en la futura dirección del programa, pero Miami se hundiría al unísono de su QB titular Jacory Harris. Los Tar Heels se encontrarían con una docena de significantes suspensiones en el kickoff-game, pero dos derrotas interconferenciales (ante Miami y Georgia Tech) les alejarían varios pasos de entrar en contención, a pesar de un ilusionante arranque superando este sinfín de adversidades. Y a todo esto, aparecía Virginia Tech, Top10 en pretemporada y máxima candidata al título de la conferencia ACC, sin embargo, los Hokies se estrellarían ante Boise State en Washington y, sobre todo, James Madison del FCS en Lane Stadium en una tarde miserable, e inmediatamente, todo el país dejo de creer en los pupilos de Frank Beamer. La Beamer Ball era historia, Virginia Tech había perdido todo su crédito y parecía abocada a una paupérrima temporada. Desde entonces, la remontada de los Hokies (No.22 del ranking BCS) ha sido impecable con 7 victorias consecutivas (únicos imbatidos en la conferencia ACC con un récord de 5-0) y líderes indiscutibles de su división. Sólo les separa de hacerse con un hueco definitivo en Charlotte, una nueva victoria y otra derrota de los ‘Canes (quienes se verán las caras el 20 de Noviembre en Miami), mientras que Georgia Tech con esta derrota, definitivamente no podrá defender su título de la pasada temporada. Los pupilos del head-coach Paul Johnson anotarían con un TD de carrera del QB Joshua Nesbitt en su primera posesión poniendo el tren de la Triple-Option y el propio Nesbitt conseguiría un big-play de carrera para TD de 71 yardas (igualando a Jonathan Dwyer con 35 TD en la lista histórica del programa después de los 45 de Robert Lavette). El resto simplemente lo controlaría la nueva defensa 3-4 del DC Al Groh (antiguo head-coach durante 8 años en Virginia), quienes interceptarían a Tyrod Taylor (la primera en cuatro partidos) desde su propia yarda 8, después de más de 10 segundos sobre el pocket intentando encontrar alguien abierto sobre la endzone. La defensa de GTU propuso un efectivo QB-contain sobre Taylor, incomodándole, pero irónicamente el quarterback natural de Virginia debió haber insistido más sobre sus fantásticas habilidades como scrambler. Hasta los primeros instantes del último cuarto, Taylor no conseguiría acomodarse y jugar con confianza, después de una carrera de 15 yardas off-tackle para TD del RB David Wilson, quien se convertiría en el hombre del partido. Después de dos runningbacks del talento de Ryan Williams y Darren Evans, David Wilson aparecía un tanto enterrado en el depth-chart, e incluso el propio Frank Beamer pensó en el redshirting en su año sophomore, pero Wilson había llegado a Blacksburg con demasiadas credenciales (No.1 en el estado de Virginia en la clase del 2009 según Rivals.com) como para permitirse el lujo de reservar su concurso. Con Joshua Nesbitt fuera del partido toda la segunda parte después de romperse su antebrazo al intentar un placaje tras lanzar una intercepción, los Hokies conseguirían hacerse con el control del partido (21-14 a favor) después de que Tyrod Taylor (15/25 para 137 yardas, 1 TD y 1 INT) encontrase en la endzone al TE Andre Smith con poco más de seis minutos sobre el reloj, pero GTU, prácticamente inédita ofensivamente durante toda la segunda parte, pondría cara la derrota y el QB backup Tevin Washington encontraba en un lanzamiento de 42 yardas al WR Tyler Melton (en el primer lanzamiento completado de los Yellow Jackets en todo el partido) y después de que el RB Roddy Jones superase un 4th down y 4 yardas con una carrera, Orwin Smith igualaba el encuentro con poco más de 2 minutos después de una carrera de 9 yardas. David Wilson entonces evitaría complicaciones con un eléctrico retorno de 90 yardas para TD, mientras que el CB Rashad Carmichael interceptaría a Tevin Washington en la endzone con 8 segundos sobre el reloj, después de que Georgia Tech consiguiese alcanzar la yarda 16 local, sentenciando la decimoséptima victoria de los Hokies en 22 encuentros de jueves noche bajo ESPN. (R: 21-28)

 

Bama se encuentra con sus fantasmas de la temporada y está fuera

 

Los Crimson Tide llegaban a la Saban Bowl, recientemente instaurada como ferviente rivalidad desde el llegada de Nick Saban a The Capstone (antiguo artífice de la construcción de LSU como perenne powerhouse), como uno de los conjuntos con una sola derrota mejor colocados de todo el ranking BCS y con el camino allanado por un potencial segundo campeonato nacional consecutivo del programa. A pesar de lo poquito demostrado a lo largo del año, Alabama (como No.6) contaba con los votantes y con la publicidad de la mayoría de los analistas más prestigiosos de todo el país, quienes de algún modo exculparon su tropiezo en Columbia. Baton Rouge, y más exactamente Death Valley en el estado de Louisiana, era un localización fantástica para comprobar sí esta nueva versión de los Tide estaba llamada a pelear por todo como todos nosotros anticipábamos. Tras finalizar la primera parte, en el game-live de nuestro fantástico foro tuve un pequeño debate con uno de nuestros conforeros más populares sobre los presuntos méritos y la capacidad de Alabama. Todos quienes me seguís, sabéis que soy un fanático ferviente de la universidad, y aunque pueda desprenderse un aroma de intentar justificar a los míos, la realidad es que esta versión Crimson Tide no es ni mucho menos mediocre, pero con esto tampoco quiero constatar que este equipo sea particularmente bueno. No es ninguna ofensa para LSU (una institución a la que siempre he respetado y admirado), merecieron ganar con todas las de la ley el pasado sábado, pero sí los Tide hubiesen respondido a sus expectativas reales, Alabama hubiera ganado sin ningún tipo de dificultad. En la primera parte los Crimson Tide controlarían los tempos del partido y la propia inercia del mismo, pero los pupilos de Saban perderían una oportunidad muy importante de encarrilar la tarde. LSU se mostraría muy pobre ofensivamente (nada nuevo, ranquean No.101 de la nación en ataque total) con solamente 45 yardas en los primeros cinco drives (de las 95 totales en la primera parte), mientras que el Tiger Stadium mostraba una discreta atmósfera impropia de los estándares del programa y su ferviente base de aficionados. Todo pintaba muy a favor de Alabama después de un drive de 11 jugadas y 81 yardas culminado con una física carrera del RB sophomore Trent Richardson (quien a la postre se lesionaría limitando su tiempo de juego en la segunda parte y el equipo le echaría en falta), a pesar de que Greg McElroy (21/34 para 223 yardas, 2 TD y 1 INT) sufriese previamente una intercepción del LB Kelvin Sheppard en un lanzamiento desviado dentro de su propia yarda 35, que sumarían los únicos puntos de los Tigers después de un FG de 45 yardas del PK Josh Jasper. La defensa de Bama se mostraría sólida y seria durante esos instantes de la primera parte, pero en la segunda, todo cambiaría radicalmente. Desde la primera jugada del tercer cuarto hasta la terrible cobertura rota de 47 yardas sobre el WR Rueben Randle (3 recepciones para 125 yardas y 1 TD) con Bama buscando desesperadamente una última oportunidad, LSU ejecutaría un total de 38 jugadas ofensivas y 326 yardas (un promedio de 8.5 yardas), toda una aberración para un grupo tan pobre ofensivamente. La única vez que el punter de los Tigers, Josh Jasper, vería el campo sería para ejecutar un fake que sería definitivo en la victoria de los Bayou Bengals. Después de que Les Miles solicitase tiempo muerto en situación de 4th down y 1 yarda dentro de la 26 de UA, solamente el “Mad-Hatter”, célebre por sus arriesgadas y comprometidas decisiones sobre el límite, podía hacer una cosa parecida. Era una situación evidente y trabarían al supuestamente genial coaching-staff de Alabama sin respuesta ni capacidad de reacción a una acción donde en un reverse, DeAngelo Peterson llevaría el balón hasta la yarda 3 visitante para adelantar a LSU 21-14 con una carrera corta straight-ahead del RB Stevan Ridley (24 para 88 yardas y 1 TD). Por otra parte, Bama sería incapaz de generar ni un sólo turnover ante un ataque tan atroz como el de los Bayou Bengals, con los comúnmente inconsistentes QB Jarret Lee y Jordan Jefferson (10/13 para 141 yardas y 1 TD) tomando snaps tras el center y los turnovers serían un aspecto clave en la derrota después de que LSU subiese 10 puntos sobre el marcador a partir de ellos. Sin ir más lejos, después de la anotación de Ridley, el momentum cambiaría definitivamente con un sack y fumble forzado de Drake Nevis sobre la espalda de McElroy en la yarda 39 de UA, que ampliaría la ventaja en 10 puntos (tras el FG de 39 yardas de Jasper) con algo más de 5 minutos para el final. Precisamente el DT senior Drake Nevis dominaría con contundencia constantemente al center William Vachlos y a cualquiera que se interpusiese sobre su camino, convirtiéndose en el center-piece y la clave absoluta de la defensa de los Tigers. El gran éxito de LSU sobre el juego terrestre de Alabama (102 yardas y un promedio de 3,3) se centraría en la figura de Nevis, uno de los jugadores defensivos más infravalorados de toda la conferencia SEC. Nevis está a un nivel incluso superior al del célebre DT Glenn Dorsey en el 2007, tanto estadísticamente (47 placajes, 11 para pérdidas, 6 sacks, 2 fumbles forzados y 1 INT) como en su valor y liderazgo dentro de la defensa. La línea ofensiva de Alabama nuevamente sería dominada sobre el punto de ataque en el juego terrestre, confirmándose una de mis sospechas que ya apunté en las reflexiones de la Semana 7. Todo el éxito terrestre de Bama llegaría desde el exterior (como por ejemplo, el TD de carrera de 5 yardas de Mark Ingram que situaba a los Tide por delante en el marcador antes del último cuarto) y es un suicidio intentar construir desde esa perspectiva todo un juego terrestre cuando tu rival cuenta con tanta velocidad y agresividad de banda a banda. Por otro lado, todas las miserias defensivas de los Tide llegarían por coberturas rotas y horriblemente ejecutadas. Es incomprensible la cobertura y dejadez en la misma de un jugador del talento del CB Dre Kirkpatrick en el big-play aéreo de 75 yardas para TD de Rueben Randle, como también la paupérrima decisión del CB true-freshman DeMarcus Milliner en buscar la ruta underneath en situación de 3th down y 13 yardas con LSU sintiendo el aliento de Bama en el último intento de remontada (exactamente ahí se acabó el partido). Antes Greg McElroy ingeniaría un drive mayormente aéreo de 74 yardas en poco más de 2 minutos finalizado con un électrico strike de 9 yardas sobre el WR Julio Jones en la endzone (de los pocos que se salvaron de la quema con 10 recepciones para 89 yardas y 1 TD) y que situó a Bama en únicamente 3 puntos y poco más de tres minutos. Este encuentro vino a resumir la temporada de Alabama en solamente 60 minutos; Una actuación plana, comienzo lento, excesivo sufrimiento para establecer el juego terrestre, agujeros en defensa, incapacidad para proveer pass-rush, pobre tackling, constantes problemas para superar terceros downs largos o ineptitud para sentenciar partidos. Ahora Alabama (con un 7-2) necesita que LSU pierda dos veces y que Georgia consiga todo un upset sobre Auburn en The Plains para poder repetir como campeón de la división Oeste, mientras que LSU necesita la derrota de Auburn ante los Dawgs precisamente esta semana, además de ganar su partido ante Ole Miss el 20 de Noviembre y esperar a que irónicamente los Crimson Tide despachen de sus homónimos Tigers en la Iron Bowl del 26N, algo que, ahora mismo, parece utópico sí no mejora sustancialmente su nivel en las próximas dos semanas. Los Crimson Tide, además, perdería su primer partido en la división Oeste desde el 2007, acabando con una racha de 12 encuentros consecutivos saldándose con la victoria. (R: 21-24)

 

Stanford mantiene intactas sus aspiraciones BCS como at-large

 

La previa derrota de Alabama (No.6) en manos de LSU en Baton Rouge, había abierto completamente el escenario BCS y uno de los beneficiados era sin duda la Cardinal de Jim Harbaugh, quienes rendirían cuentas con suficiencia del colapso de la anterior temporada en Tucson ante Arizona y se afianzarían como el No.2 de la conferencia PAC-10, manteniendo vivas sus esperanzas por alcanzar una invitación a la Rose Bowl de Pasadena si superan con éxito las tres últimas semanas y la propia comitiva de la Rose Bowl no se viese obligada a elegir a un equipo de conferencia con clasificación no automática. En su mejor temporada en 40 años, Stanford (No.13) demostró ante Arizona (No.15) porque es uno de los conjuntos más destacados y sólidos de todo el país, a pesar de la abultada derrota en Eugene ante el No.1 Oregon el pasado 2 de Octubre y la Cardinal despacharía con comodidad y contudencia a los Wildcats. Andrew Luck (23/32 en un 72% para 293 yardas y 2 TD), quien una semana más guiaría con maestría y fantástica compostura sobre el pocket a la Cardinal, aprovecharía la extremeda atención de la defensa de Arizona sobre el juego terrestre local (con 8 jugadores sobre el box) y conectaría en la endzone 45 yardas con el WR Chris Owusu (9 recepciones para 165 yardas y 1 TD), quien se convertiría también en un dolor de cabeza para la secundaria de los Wildcats. Sorprendentemente, el grupo defensivo de Mike Stoops mostraría en los instantes iniciales bastante respeto sobre el juego terrestre local, forzando a Luck a lanzar desde el pocket, probablemente intentando forzar desde ese apartado oportunidades para su defensa, sin embargo, Luck presenta conocimientos, intangibles y aptitudes muy desarrolladas para un jugador que aún es redshirt sophomore y desde apartado fue literalmente imposible. En la siguiente posesión, Nick Foles (28/48 para 248 yardas, 1 TD y 1 INT), quien retornaba como QB titular despues de lesionarse la rodilla el 16 de Octubre ante Washington State, dirigiría a Arizona a situación profunda de redzone, pero la defensa local confundiría a la línea ofensiva de los Wildcats con constante movimiento, y el LB Chase Thomas conseguiría el sack además de forzar el intentional-grounding de Foles ante el feroz blitz desde el interior, sacando incluso a Arizona de field-goal range. La defensa de Stanford sorprendería por su mordiente e incansable motor para incomodar a Foles, quien llegaría con el segundo mejor registro de completaciones de todo el país (con más del 72%), y en cambio abandonaría Stanford Stadium con un mero 58% y una intercepción. A partir de entonces, Andrew Luck y la defensa local se harían con el control absoluto del partido, anotando con una carrera de 2 yardas del RB Stepfan Taylor (en un drive de casi 8 minutos, 89 yardas y 14 jugadas) y con otra de 5 del propio runningback sophomore (19 carreras para 82 yardas y 4 TD), llegando al descanso con un cómodo 21-3 a favor. En el primer enfrentamiento de toda la historia entre ambos ranqueados, los Cardinals conseguirían 6 TD y 516 yardas ofensivas ante la defensa más mezquina de toda la conferencia (No.10 de todo el país), y la línea ofensiva de Stanford no permitiría ni un sólo sack sobre Luck ante un grupo que lideraba el campeonato con 27 totales. La defensa de Stanford no permitiría tampoco ni una sola anotación de Arizona hasta que Foles encontraría en un lanzamiento corto a Juron Criner con 5 minutos para finalizar el tercer cuarto y con un 28-10 a favor de los locales, además, Stanford respondería con un drive de 78 yardas finalizado con otra nueva carrera de 1 yarda de Taylor. Es el noveno partido consecutivo de la Cardinal superando los 30 puntos y la segunda semana por encima de los 40 (después de vencer por 41-0 a Washington la semana pasada). (R: 17-42)

 

Los ‘Cocks buscaban sentenciar la Este y se encontrarían con todo un correctivo

 

Los pupilos del ol’ball coach Steve Spurrier buscarían marcar camino en la división Este con el objetivo de adelantar la facturación del billete con vuelo a Atlanta el próximo mes de Diciembre, sin embargo, la Arkansas de Ryan Mallet (No.18 del ranking BCS) mostraría a South Carolina (No.19) cual debe ser el aspecto de un contendiente en la conferencia SEC, dominándoles a ambos lados del balón desde el primer instante del encuentro. El problema para los Hogs es que juegan en la división Oeste (quienes presentan un escándaloso récord de 15-2 ante la división Este este temporada), y donde alcanzar a Auburn es ya toda una auténtica utopía. Ryan Mallet (21/30 para 303 yardas, 1 TD y 1 INT) se volvió a poner el mono de trabajo y nuevamente impartiría todo un clinic desde el pocket, encontrando receptores constantemente (no se notó la baja de Greg Childs, fuera para el resto de la temporada) por detrás de la secundaria de los Gamecocks, quienes simplemente no encontraron respuesta a su poderoso brazo. Los Razorbacks anotarían en 4 de sus 5 posesiones de la primera parte, que se rompería después de que el habitualmente seguro PK Spencer Lanning golpease contra el goal-post izquierdo un intento corto de 29 yardas para igualar el encuentro. Mallet respondería con una fantástica bomba de 57 yardas sobre el WR Jarius Wright y el RB Knile Davis situaría tierra de por medio sobre el marcador con una carrera corta de 2 yardas. Spurrier buscaría romper el saque y un golpe de efecto con un fake en un intento de punt dentro su propia yarda 38 después de ejecutar el snap directo sobre el upback Dalton Wilson, pero los equipos especiales de los Hogs se mostrarían muy atentos y abortarían inmediatamente el intento. Con el turnover on downs en la yarda 38 local, Knile Davis (22 carreras para 110 yardas y 3 TD) aprovecharía un pobre ángulo y tackling del safety local para escaparse sobre la línea izquierda, y manteniendo su equilibro como un funambulista, anotar con una acción terrestre de 21 yardas. Sólo en la primera parte, Mallet ya presentaba 213 yardas aéreas, sin duda, los Gamecocks echaron en falta al CB titular Chris Culliver, quien después de una lesión de hombro ante Tennessee, está fuera por el resto de la temporada. Con dos anotaciones de diferencia sobre el marcador y con Arkansas volviendo a amenazar en sólo la primera posesión de toda la segunda parte, South Carolina conseguiría el break que tanto ansiaba después de una fantástica acción del CB Stephon Gilmore tras desviar un slant y propinar que DeVonte Holloman lo interceptase mansamente sobre la yarda 13 de USC, pero Stephen García (14/29 para 161 yardas, 1 TD y 2 INT) tiraría al traste la valiosa oportunidad después de que el safety Tramain Thomas leyese sus intenciones y se adelantase en su entrega, interceptando el lanzamiento. El resto lo resolvería Knile Davis con un nuevo TD en una carrera corta de 1 yarda. South Carolina sufriría su peor derrota en casa en duelo de sábados noche en 5 años, aunque a pesar del doloroso accidente, los Gamecocks se jugarán la división y su primer potencial entorchado en una pseudo-final de división contra Florida en The Swamp, donde casualmente el programa muestra un paupérrimo registro de 0-12. (R: 41-20)

 

 

 

 


  • El impropio momento para el “NewtonGate”. Con Auburn inmersa en la lucha por el campeonato nacional y Cameron Newton como máximo favorito al Heisman, ESPN y el New York Times informarían sin compasión que un compañero de John Bond (QB de Mississippi State en los 80), quien aseguró representar al propio Newton (se apunta a Kenny Rogers, quien regenta la agencia Elite Football Preparation), reclamaría 180.000 dólares a MSU en su visita oficial ante Ole Miss por asegurarse el compromiso de Newton durante su reclutamiento. Después de Reggie Bush, Josh Luchs, AJ Green, North Carolina y todas las suspensiones relacionadas con el problema de los agentes, este escándalo no podía llegar en peor momento para Auburn. El padre de Cameron, Cecil Newton denegaría cualquier relación, pero existen sospechas acerca de la misteriosa reconstrucción de la iglesia que la familia apoya y Cecil ha confirmado que recibieron una carta de la NCAA interesándose por los registros financieros de esa iglesia donde es pastor. El caso es que ahora todo el mundo, como es lógico, se pregunta como Cameron Newton acabó en Auburn, ya que, según las investigaciones, varias instituciones ofertarían previamente al supuesto representante de Newton (hasta 200.000 dólares). Esta historia sólo acaba de comenzar y verdaderamente me fastidia que se publicite en este instante de la temporada, pero son acusaciones graves y tanto Rogers (inmerso ya en proceso de investigación por la NFLPA) como Auburn deberían aclarar todo este lío. Se apunta a que Auburn tuvo conocimiento de estas acusaciones desde Julio y si es así, nunca debieron alinear a Newton y jugarse la integridad de todo un programa. Veremos que ocurre…

  • Hablando de Cameron Newton, todo lo que haría el genial QB junior sería conseguir 48 puntos y 484 yardas totales sólo en la primera parte (317 yardas de pase, récord personal, y 4 TD, además de un quinto por tierra) ante el FCS Chattanooga, y por cierto, ya es No.3 del país en QB rating con 172,6. Buen ejercicio contra el stress por parte de Cam.

  • En cuanto a sus posibilidades de Heisman, el propio escándalo y la experiencia pasada de la comisión con Reggie Bush teniendo que devolver recientemente su galardón, juegan en su contra. No está definitivamente apartado de la carrera, pero estas acusaciones no pudieron llegar en peor instante. Quién se lo diría dos semanas atrás…

  • Me siguen sorprendiendo las dificultades que sigue encontrando Stanford para reunir una atmósfera y multitud acordes al excelente nivel y salud de su programa de football. Con su precioso estadio, noche de football, las cámaras de ABC y la excitante batalla entre dos Top15 del ranking BCS solamente se anunciarían 43.506 espectadores (una cifra ciertamente generosa, en mi opinión) para un venue que soporta un total de 50.000. Stanford no es una mega-institución con niveles de estudiantes y alumnos a los de CAL o USC (6.900 undergrads respecto a los 25.500 de CAL o los 17.000 de los Trojans), pero parece que el Bay Area no es una gran apasionada del negocio con tantos y tan diversos productos.

  • De cualquier modo, va a ser difícil desbancar a la Cardinal de una bowl BCS con invitación at-large. Probablemente el mejor equipo de América con una derrota.

  • Los graves problemas de Middle Tennessee con los turnovers continuaron el pasado martes en Jonesboro, sufriendo un total de cuatro intercepciones por parte de su QB senior Dwight Dasser, además de perder 3 fumbles. Los Blue Raiders han perdido el football en un total de 28 ocasiones en 8 partidos, liderando la nación en este horrible apartado del juego.

  • Sin quitar ningún mérito a TCU, no es nada sencillo superar una atmósfera tan adversa y además ganar con la gorra un encuentro con tanto hype, pero los Utes dieron lástima con un Jordan Wynn y un squad en general que se mostrarían superados por las circunstancias. Personalmente no me subo al tren de los Horned Frogs, pero es evidente que los pupilos de Gary Patterson tiene asegurada la  delantera sobre Boise State en la particular carrera por Glendale, siempre que los de arriben patinen.

  • Si, se que ya lo comenté previamente, pero ¡qué poco valorado está Drake Nevis en LSU! Bajo la alargada sombra del DT Glenn Dorsey, Nevis se está mostrando como una fuerza mucho más relevante y efectiva que el antiguo dos veces All-American, quien disfrutó de abundante publicidad durante su año senior.

  • South Carolina recordó al endeble y previsible conjunto de la temporada pasada. La razón es el estado de salud de su estelar RB true-freshman Marcus Lattimore (con un golpe en la rodilla), quien correría ante Arkansas para únicamente 30 yardas en 11 intentos (2.7 de promedio). Fracasaría ante Auburn con 33 yardas en 14 intentos (2.4 de promedio) después de un pobre game-plan de Spurrier y USC perdería. Se lesionaría su rodilla, ausentándose en la segunda parte ante Kentucky y USC acabaría perdiendo, después de una espectacular remontada de los Wildcats. Las 3 derrotas de los Gamecocks siguen el mismo patrón, creo que no hay que ser ningún genio para saber como vencer a South Carolina. Incluso Stephen Garcia es un jugador inversamente opuesto sin su joven runnigback a su espalda.

  • Aún después de la desangelada temporada en Happy Valley, JoePa descrubriría un as en la manga. En detrimento del QB Robert Bolden, Paterno daría la oportunidad al antiguo walk-on Matt McGloin, quien parece haber recibido una beca del programa después de sumar un total de 7 TD y 1 sola INT en una racha de 3 victorias consecutivas. En su primera titularidad de la temporada, McGloin devolvería a JoePa la confianza con una emocional remontada (21 puntos por debajo) ante Northwestern en Beaver Stadium. La propia remontada se tradujo como nada menos que la victoria número 400 en la legendaria y eterna carrera de Joe Paterno (el primero de un major college en alcanzar tal registro). Como es evidente, ya se ha anunciado la titularidad de McGloin en The Horseshoe esta semana.

  • El explosivo ataque de Oklahoma State. Por segunda ocasión esta temporada, los Cowboys reescribirían nuevamente los registros de Stillwater en ataque total, consiguiendo 725 yardas totales ante Baylor, quienes llegaban a éste showdown como el hot-team de la conferencia Big-XII. El QB Brandon Weeden lideraría el bombardeo con 435 yardas de pase, record absoluto del programa, además de conectar en 13 ocasiones diferentes con el máximo favorito al Biletnikoff Award (mejor receptor de toda la nación), Justin Blackmon (173 yardas aéreas). Los Boys (No.10 del BCS) solamente han sufrido una derrota (ante Nebraska en su propio estadio) y recibirán a una decepcionante Oklahoma en Stillwater al final del mes para cerrar la presente temporada.

  • Muchos apuntaban a los Mustangs de June Jones como legítimos contendientes a la división Oeste de la conferencia USA y la postemporada, pero SMU están decepcionando (record de 5-5) después de caer derrotados por tercera ocasión en los cuatro últimos partidos y sus opciones dentro de la división se esfuman. Pero lo que más sorprende son los problemas del célebre y exitoso ataque de June Jones, quienes están sufriendo todo tipo de dilemas en la endzone, anotando solamente 14 puntos (los registros más pobres de la temporada) ante una UTEP que llegaba de perder tres partidos consecutivos y bajo una defensa mediocre.

  • La imagen que siempre ha defendido y precursado el célebre analista Phil Steele parece que un año más vuelve a esclarecerse. Su teoría se basa en el one-plus-game, una pseudo final-four en el mes de Enero entre el Top4 del ranking BCS. Con esta estrategia, TCU (ante Auburn) y Boise State (ante Oregon) disfrutarían de la oportunidad que tanto merecen. Solamente Stanford (como el mejor squad con una derrota, en mi opinión) se quedaría fuera, pero la Cardinal ya dispuso de su oportunidad en Eugene el pasado 2 de Octubre y no la aprovecharon.

  • En un denominador común de la temporada, los ataques han destrozado a las defensas a lo largo de la misma. Sin ir más lejos, los números que se observaron el pasado sábado fueron literalmente absurdos. Nevada (No.25 del BCS) conseguiría 844 yardas en la victoria 63-17 sobre Idaho, mientras que la academia Navy sumaría la aberración de 76 puntos ante East Carolina (los guarismos más altos desde 1919). Eso sin olvidar el shootout en Ann Arbor entre Michigan e Illinois, que finalizaría con la victoria Wolverine en la prórroga 67-65, un marcador que incluso supera los tres últimos enfrentamientos de baloncesto entre ambas universidades.

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