Vivo y coleando

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Para los actuales campeones nacionales, el viaje a Fayetteville suponía todo un punto de inflexión en su temporada, ya que se figuraba como un test muy crítico para su joven secundaria frente a la Pass-Happy Offense de Bobby Petrino, liderada por el monstruoso QB Ryan Mallet (25/38 para 357 yardas, 1 TD y 3 INT), uno de los mejores (sino el mejor) de su gremio. Y el arranque de este partido por la división oeste de la SEC, no pudo dejar en mayor evidencia las carencias de la joven defensa Crimson Tide. Constantes desajustes, coberturas rotas y errores en fundamentos provocaban que Mallet encontrase grandes agujeros en la secundaria y conectase con su cuerpo de receptores con suma sencillez. En solamente dos jugadas nada más arrancar el partido, con contundentes lanzamientos de 31 y 43 yardas de Mallet sobre Jarius Wright y Ronnie Wingo respectivamente, conseguían poner por delante a Arkansas entre la excitante y ruidosa atmósfera de Fayetteville con 76.808 almas (récord del programa). Pero en solamente su segundo balón de todo el partido, el actual Heisman Trophy, el RB Mark Ingram (24 carreras para 157 yardas y 2 TD) cortaba de sentido con electricidad, lanzaba un stiff-arm sobre Ramon Broadway y se escapaba 54 yardas para TD, mandando callar el Razorback Stadium. Parecía que el game-plan de BAMA estaría claro con sus dos caballos de batalla en Ingram y Richardson comandando el ataque, pero dentro del objetivo general de construir un ataque explosivo por parte de Nick Saban, el QB Greg McElroy (18/26 para 194 yardas, 1 TD y 2 INT) se vería interceptado en la endzone tras una pobre lectura y después de un drive de 11 jugadas y 76 yardas. Más tarde, volvería a ser interceptado en un error de QB de instituto. Los Crimson Tide llegaban atemorizados con la potencial debilidad de su secundaria, pero, sin embargo, quienes no respondían era sorprendentemente su ataque. Los tackles James Carpenter y DJ Fluker sufrieron mucho ante los rápidos ends de los Hogs y McElroy mostraba signos de perder su confianza tras los errores (curiosamente llegaba a este encuentro como líder del país en eficiencia de pase). Alabama había dado demasiadas oportunidades al ataque de Arkansas, y finalmente volvían a anotar en otro fugaz drive (menos de dos minutos) de Mallet, rematado por él mismo con un QB-sneak. Pero en la segunda parte todo cambiaría, la defensa de BAMA daría un paso al frente en su madurez y Mallet se mostraría asfixiado e incomodo por una defensa con el copyright de Saban. Curiosamente, Mallet conectaría 8 de 12 lanzamientos sobre el blitz de la defensa de BAMA, pero sus tres intercepciones llegarían, en cambio, sin ninguna presión extra. The Tide reducía diferencias con un poderoso screen-play de 20 yardas de Trent Richardson a manos de McElroy, pero nuevamente desaprovecharían su mejor drive ofensivo de toda la tarde-noche (15 jugadas, 67 yardas y más de 8 minutos) con un play-calling muy discutible cerca de la yarda 10 de los Hogs, que obligaría a The Tide a conformarse con un FG de 36 yardas de Jeremy Shelley. Pero entonces aparecería la defensa de BAMA, como siempre desde que Saban pisase The Capstone. Mallet buscaría un envío alto sobre el post-route de Greg Childs sin aparente peligrosidad, pero tal vez no fue consciente de que a su espalda se encontraba el safety Robert Lester, quien interceptó mansamente el lanzamiento hasta la yarda 12 de Arky, donde Mark Ingram adelantaría por primera vez en todo el partido a los Crimson Tide con una carrera corta de 1 yarda. Mallet buscaría el comeback con algo más de tres minutos, pero el end Damion Square conseguiría desequilibrarle mínimamente en el pocket y, buscando deshacerse de su lanzamiento, su envío se quedaría demasiado corto, siendo interceptado por el joven CB Dre Kirkpatrick (quien sufriría bastante ante los rápidos y escurridizos receptores rivales) antes de salirse por la banda en una fantástica muestra de sus ball-skills. Alabama consigue abrir con victoria su temporada en la SEC por decimonoveno año consecutivo, mientras que su defensa sólo permitiría 3 puntos en toda la segunda parte ante un ataque aéreo del calibre de Arkansas, dejando claro el carácter y orgullo heredado dentro de un grupo extremadamente talentoso. (R: 24-20)

 

Un terrorífico front-seven lleva en volandas a los ‘Canes

 

A pesar de que varios analistas señalaron en el calendario este viaje a Pennsylvania como “muy complicado” para los Hurricanes, muchos realmente lo adivinábamos como miserable para el novato QB Tino Sunseri. El front-seven de los ‘Canes (especialmente su línea defensiva) reúne talento, profundidad y juventud como muy pocos en todo el país. Se demostró durante instantes ante Ohio State en Columbus (exactamente hasta que Jacory Harris y sus receptores decidieron tirar el partido), plantando cara físicamente sobre la línea de scrimmage a la poderosa y experimentada línea ofensiva de los Buckeyes. Pittsburgh necesitaría de la mejor versión del estelar RB Dion Lewis para poder amenazar de algún modo con el play-action, pero Miami sellaría el edge, deteniendo constantemente por detrás de la línea de scrimmage a Lewis (12 carreras para 41 yardas), quien se golpearía literalmente contra una pared. El front-seven de los ‘Canes confundiría a Sunseri con constantes y agresivos zone-blitzes, recibiendo 5 sacks, además de 9 placajes para pérdida de yardas (lideran la nación en este apartado). Los Panthers cayeron fácilmente en la trampa que buscaba Miami; ser unidimensionales, pero realmente el front-seven liderado por el WLB Sean Spence (9 placajes, 2 para pérdida de yardas y 1.5 sacks) fue demasiado atlético, fuerte y rápido para el sospechoso interior de la línea ofensiva de Pitt. Miami forzaría 6 tres-y-fuera en las primeras 7 posesiones de Pittsburgh, además de permitir solamente 11 primeros downs y conseguir 3 turnovers (en un punto, Miami lideraría 12-0 en primeros downs, 161-1 en yardas de pase y 204-22 en yardas totales). Realmente, ese apartado del juego no tuvo demasiada más historia, el resto lo puso Jacory Harris con dos drives eficientes e instantáneos ofensivamente. El primero finalizado con una carrera corta del RB Damien Berry, después de 10 jugadas y 80 yardas nada más arrancar el partido y el segundo en los primeros instantes de la segunda parte, tras encontrar en la endzone a Leonard Henkerson en un lanzamiento de 19 yardas. Sin embargo, alguien debería explicar a Harris que con tal defensa dominante sobre su espalda, no es necesario que fuerce sus posesiones. Nuevamente, Jacory Harris sería interceptado en dos ocasiones, después de obcecarse demasiado en sus lanzamientos y no en sus objetivos intencionados. Con esa defensa, una gestión más eficaz del ataque por su parte se agradecería en Coral Gables, y eso que esta vez su cuerpo de receptores estuvo a la altura de las expectativas con eficaces comebacks y hooks (el grupo fue muy criticado después de la derrota en Columbus). El único viaje a la redzone de Miami por parte de Pitt llegaría en los instantes finales del tercer cuarto (en parte por un roughing-the-passer del SLB Ramon Buchanan), pero los Panthers sólo conseguirían reducir la distancia en dos anotaciones con un FG de 27 yardas. En la siguiente posesión forzarían un inmediato tres-y-fuera después de que el end Jabaal Sheard apunto estuviese de “cargarse” a Harris con un contundente sack (a pesar de la baja de Greg Romeus, consiguieron poner mucha presión sobre Harris), pero cuando Pitt pudo conseguir cierto momentum en el partido (en su única oportunidad en toda la noche), Cameron Saddler provocaría un fumble en su intento de retorno del punt recuperado por Miami. (R: 3-31)

 

Texas se bloquea y no encuentra respuesta

 

Por primera vez en un tiempo que parece “eterno”, la nueva UCLA de Rick Neuheisel conseguiría ese big-time upset con copyright ante una powerhouse fuera del Oeste, que permite a este histórico programa recuperar la atención de los medios y cierto respeto en el país (su primera victoria fuera de casa ante un oponente ranqueado desde el 2001), y además después de un comienzo de temporada bastante pobre con sonrojantes derrotas ante Kansas State o el shotout de la segunda semana ante Stanford en Pasadena. Los Bruins, inmersos en una profunda reconstrucción (en éste el tercer año de Neuheisel al frente del programa), parecen haber encontrado un estilo de juego sobre el que apoyarse, con un eficiente juego de carrera (264 yardas ante la entonces segunda mejor defensa contra la carrera del país) y una defensa oportunista y con capacidad para forzar continuos errores. Realmente cuesta creer como Texas permitió un upset en el Memorial Stadium con el QB rival, Kevin Prince, generando la miserable cifra de 27 yardas aéreas, pero lo más triste fue comprobar como los ‘Horns nunca encontraron respuesta ni capacidad para evitar este upset en todo un auténtico mar de turnovers (4 supusieron 13 puntos de los Bruins). En posiblemente la peor derrota en casa de toda la era Mack Brown en Austin, el ataque no funciona; el juego terrestre se sigue mostrando missing (85 yardas totales) y el juego aéreo se bloquearía ante una defensa de los Bruins que incomodó constantemente al QB Garret Gilbert (30/45 para 264 yardas, 1 TD y 1 INT) y que eliminaría todas las rutas profundas de los wide-outs de los Longhorns. Curtis Brown cometería un terrible fumble en el intento de retorno de punt dentro de su propia yarda 4, donde Prince conectaría con el WR Ricky Marvray en un lanzamiento corto de 1 yarda, situando a UCLA por delante del marcador en el segundo cuarto. Un fumble del RB DJ Monroe sería capitalizado con un FG lejano de 49 yardas del fantástico PK Kai Forbarth, ampliando la diferencia en 10 puntos, y en el tercer cuarto los Bruins se harían con el control del partido, después de un drive de 80 yardas (76 terrestres), que permitirían al RB Johnathan Franklin anotar con una carrera interior de 11 yardas. La sentencia llegaría en un fantástico zone-read play de Prince, quien leería correctamente al left-end y aprovechando el bloqueo de su RB sobre el defensive-back, se escaparía 38 yardas por tierra sin ser tocado hasta la endzone. (R: 34-12)

 

Texas falló pero no así los Sooners, que sobreviven

 

Con tan sólo unos días para el clásico entre los clásicos, el célebre Red River Shootout entre Texas y Oklahoma en Dallas, los Sooners conseguirían sobrevivir en su visita al Paul Brown Stadium (sede habitual de los Cincinnati Bengals) en una salida que no se intuía tan complicada como meses atrás, cuando Brian Kelly estaba al frente de los Bearcats (hay que recordar que son los actuales campeones de la Big-East), sin embargo, el único error en toda la tarde del QB Landry Jones apunto estuvo de costar a OU el partido. Nada nuevo en estos imprevisibles Sooners, capaces de lo mejor y de lo peor. La única intercepción de Landry Jones en manos del WLB JK Schaffer sobre la yarda 30 de Cincy, sería aprovechada por Zach Collaros para conectar 36 yardas con DJ Woods y dejar a los Bearcats en tan sólo 2 puntos, con menos de 10 minutos para finalizar el encuentro. Jones (36/51 para 370 yardas, 2 TD y 1 INT) lideraría la clásica no-huddle offense de Oklahoma, ejecutándola tan rápido que la línea defensiva de Cincy apenas disponía de tiempo real para alinearse antes del snap y su actuación fue fantástica, con 13 lanzamientos consecutivos en dos drives para TD en los primeros compases del partido. Oklahoma conseguiría evitar la remontada de Cincinnati (4 turnovers de Cincy), en parte por un fumble recuperado gracias al sack del end Pryce Macon e inmediatamente un fumble crítico en la yarda 5 de Cincy en el intento de retorno de punt del WR DJ Woods, donde Jones conectaría 5 yardas para TD con el RB Trey Millard, con poco más de 4 minutos sobre el reloj. El estelar WR Ryan Broyles conseguiría su séptimo partido consecutivo por encima de las 100 yardas de recepción (y su undécimo con al menos 7 recepciones), además de recuperar el onside-kick definitivo que sellaría la victoria después de que los Bearcats anotarían con 58 segundos sobre el reloj. A pesar del incomodo y no demasiado espectacular camino hasta el momento, los Sooners se encuentra 4-0 por primera vez en dos años. (R: 31-29)

 

Los Rebels encuentran el camino

 

Después de derrotas ante Vanderbilt y sorprendentemente Jacksonville State (FCS) en la primera semana (ambas en casa), la situación en Oxford había tocado fondo, y Fresno State tampoco se presagiaba como ese rival débil sobre el que recuperar crédito. Sin ir más lejos, los Bulldogs llegaban desde la WAC como “gallitos” tras aplastar a Cincinnati en la primera semana y liderar el país en sacks (solamente habían permitido un promedio de 272 yardas y 1 TD en las segundas mitades). Pero rápidamente Jeremiah Masoli (8/12 para 153 yardas, 2 TD y 1 INT) espantaría los fantasmas con un big-play de carrera de 56 yardas (Enrique Davis lo finalizará para TD con una carrera straight-ahead de 8 yardas) y un instantáneo lanzamiento (su release fue incontestado por el puss-rush de los Dawgs) de 30 yardas para TD sobre el hombro exterior de Melvin Harris, que daba la vuelta al marcador en apenas 9 minutos, después de que el QB Ryan Colburn conectase plácidamente con Robbie Rouse sobre la espalda de la secundaria de los Rebels. Pero Colburn nunca más volvería a disponer de tiempo en el pocket (5 sacks), con la línea defensiva de Ole Miss penetrando constantemente el backfield, y el runningback-by-committee de los Rebels, encabezado por Brandon Bolden (19 carreras para 228 yardas y 2 TD), amasaría big-play tras otro de carrera (425 sobre las 578 yardas totales). En la segunda parte, Masoli sería interceptado por Phillip Thomas en un pobre lanzamiento y el PK Bryson Rose fallaría un FG cómodo de 31 yardas, apareciendo varios de los errores críticos de miserables semanas anteriores, pero esta vez, los Rebels no se colapsaron. (R: 38-55)

 

Cameron Newton y varios turnovers clave dictaron sentencia

 

Quien suscribe lleva ya varias semanas avisando del potencial y la ascendente progresión de Auburn, quienes inexplicablemente apenas recibieron crédito de los medios nacionales durante la anterior semana (No.17 del AP Poll). Sin embargo, esta jornada era el mejor escenario para mostrar sus cartas, nada menos que ante una South Carolina que también experimentaba una inercia tremendamente positiva. Sin ir más lejos, ambos squads son los más mejorados como auténticos (y muy serios) darkhorses en sus respectivas divisiones de la conferencia SEC. De vuelta en el partido, a pesar de que Cameron Newton conseguiría romper completamente sólo en un big-play de carrera de 54 para TD en un fake de handoff, los Gamecocks aprovecharían varios turnovers para controlar el partido. En la primera ocasión que Garcia y Alshon Jeffery conseguían combinarse, el espectacular receptor natural de Saint Matthews bajaría con elegancia un perfecto lanzamiento de Garcia sobre la esquina de la endzone de 30 yardas para TD, igualando el partido. Un fumble de Mario Fannin y otro de Michael Dyer serían capitalizados por South Carolina con sendos TD, mientras que la pareja Garcia vs Jeffery era un auténtico quebradero de cabeza para la secundaria de los Tigers, quienes debieron sentirse diminutos ante el salto vertical, tamaño y control del cuerpo de Jeffery (8 recepciones para 192 yardas y 2 TD), un constante mismatch para ellos. De todos modos, los pupilos de Gene Chizik conseguirían reducir en un factor inexistente al RB true-freshman Marcus Lattimore (14 carreras para 33 yardas y 2.4 de promedio), quien había sido hasta el momento una de las sensaciones de la temporada (promediaba 111 yardas de carrera). El físico y agresivo front-seven de los Tigers, con puntales como Nick Fairley (uno de los mejores de su gremio), Josh Bynes, Mike Blanc y Antoine Carter en el edge, reducirían a South Carolina en únicamente 79 yardas terrestres, todo un auténtico logro conociendo la naturaleza y filosofía de éste ataque. Con poco más de 6 minutos sobre el reloj para la primera parte, Cameron Newton se echaría el ataque sobre su espalda y reduciría diferencias en el marcador con una carrera corta de 3 yardas, que prácticamente agotaba el tiempo restante y que dejaba una diferencia bastante más manejable con miras a la segunda parte, teniendo en cuenta, además, que los Tigers dispondrían de la primera posesión de la misma. Pero un comúnmente infalible PK Wes Byrum cometería su primer error en un intento de 52 yardas en ese primer drive, aunque el RB true-freshman Michael Dyer (23 carreras para 100 yardas), renacido tras un paupérrima primera parte, junto con Cameron Newton (16/21 para 158 yardas y 2 TD), liderarían un drive mayormente terrestre que devolvía a Auburn el liderazgo sobre el marcador, después de una carrera corta straight-ahead de Newton. Pero la alegría duraría poco en The Plains, el tiempo exacto que necesitó un inconmensurable Alshon Jeffery para escaparse 69 yardas tras una cobertura rota de los Tigers. Garcia (15/21 para 235 yardas y 3 TD) conectaba en el roll-out sobre el big WR Tori Gurley, recuperando nuevamente la ventaja sobre el marcador. Pero entonces la high-tempo offense y el físico de Cameron Newton (25 carreras para 176 yardas y 3 TD) comenzarían a hacer mella sobre la potente defensa de USC (esta vez el game-plan del OC Gus Malzahn sería más acorde al esperado), quienes mostraban ya sus brazos en jarra tras el TD anulado de Newton y consiguiente error en el FG corto de Byrum, comenzado el último cuarto. El habitual juego físico de Chizik comenzaba a ser palpable incluso a ambos lados del balón. Stephen Garcia recibiría un golpe y no protegería la posesión, cometiendo un fumble sobre su propia yarda 26 que permitiría a Auburn rentabilizar la oportunidad con un cómodo lanzamiento para TD en la esquina de la endzone de Newton sobre el TE Philip Lutzenkirchen. Nuevamente en la siguiente posesión, Stephen Garcia dudaría con una lectura en el pocket y el LB Josh Bynes llegaría sobre su espalda, provocando un nuevo fumble tras el sack. La oportunidad tampoco la desaprovecharía Auburn, con Newton conectando 12 yardas para TD con el WR Emory Blake. Sorprendentemente, el head ball coach Steve Spurrier sentaría a Garcia (quien durante más de tres cuartos lideró con extrema eficiencia y autoridad el ataque) dejando toda la responsabilidad sobre el QB freshman Connor Shaw, quien, aunque demostró todo un rocket-arm y desparpajo, sería interceptado en los instantes finales por Josh Bynes y Demond Washington. Shaw ya había dispuesto de minutos, pero nunca en un escenario con tanta responsabilidad como éste. Por segunda semana consecutiva, Auburn volvería a necesitar remontar durante el tercer cuarto, y los pupilos de Chizik continúan curtiendo su mentalidad agresiva. (R: 27-35)

 

Cómoda victoria y piedra fuera del camino

 

Después de la victoria al límite en Washington ante Virginia Tech, la siguiente piedra en el camino de Boise State en una potencial temporada imbatida se encontraba esta semana ante Oregon State en el blue-turf de Idaho. Salvada, el resto del calendario sobre el papel sería muy navegable hasta el 26 de Noviembre en Reno ante Nevada. Sin embargo, la derrota de VTU ante James Madison (del FCS) en Lane Stadium la siguiente semana a la publicitada victoria de los Broncos sobre los Hokies, había causado cierta desconfianza alrededor del país, por lo que una imponente victoria frente a los Beavers sería muy importante de cara a ganarse varios votos. Esa victoria de resplandor no llegó, pero personalmente BSU me sigue pareciendo un conjunto tremendamente sólido y físico, que realmente no consiguió una victoria mucho más abultada por las constantes penalizaciones (un aspecto impropio de los equipos de Chris Petersen) o los errores aislados en cobertura de sus equipos especiales. Sólo hay que comprobar como Austin Pettis entró en el doghouse de Petersen después de su inocente celebración en una anotación ante Wyoming, para entender el grado de disciplina de este squad. Kellen Moore (19/27 para 288 yardas y 3 TD) volvió a experimentar una actuación estelar y su nombre se encuentra entre los grandes favoritos al Heisman. Su elusividad e inteligencia dentro del pocket, junto con su extraordinaria precisión en los lanzamientos de larga distancia, marcaron la diferencia. El WR Titus Young (5 recepciones para 136 yardas y 1 TD) cogió todo lo que Moore lanzó sobre su lado, por muy complicado e improbable que pareciese, batiendo incluso hasta las más que correctas coberturas de la secundaria de los Beavers. El clásico tricky-play de cada sábado llegó en el reverse sobre Austin Pettis, quien conectaría en la endzone 6 yardas sobre el TE Tommy Gallarda en la primera anotación de todo el partido. Mientras tanto, los Beavers sobrevivieron con un fantástico retorno de punt del escurridizo James Rodgers, pero el infravalorado front-seven de BSU liderado por el MLB Byron Hout convertiría la noche en miserable al QB Ryan Katz, quien apenas dispuso de tiempo suficiente en el pocket para armar su poderoso brazo. Para males, en el único drive consistente de toda la primera parte (en 9 jugadas y 52 yardas) sería finalizado con un FG errado de Justin Kahut de 25 yardas. En la segunda parte surgirían todos estos errores, impropios del squad de Petersen (8 penalizaciones totales). Jacquizz Rodgers (limitado a 18 carreras y 46 yardas) aprovechaba dos penalizaciones clave para anotar con una carrera corta de 4 yardas y el TE Joe Halahuni recuperaba un fumble para TD en la endzone después de un pase de 27 yardas sobre Darrell Catchings, quien en su intento por anotar vería como el CB Jamar Taylor le despojaba de la posesión antes de romper el plano de la goal-line. Esta anotación llegaba también precedida de un fumble de Titus Young en el intento de retorno de punt sobre la propia yarda 31 de los Broncos. El RB Doug Martin se encargaría de sellar esta victoria con 119 yardas terrestres en toda la segunda parte, además de tocar el balón en 8 de las 9 jugadas en el definitivo drive de BSU, que se comería del reloj más de siete minutos y dejaría en bandeja el FG de 30 yardas de Kyle Brotzman. Los Broncos sobrepasarían a Oregon State 469 a 237 yardas totales, permitiendo ampliar su racha en el blue-turf de Idaho a 57 encuentros consecutivos sin conocer la derrota en liga regular. (R: 24-37)

 

Sin noticias del ataque en Death Valley

 

Soy de esa opinión que cree que el head-coach Les Miles está desaprovechando toneladas de talento en Baton Rouge y que los Bayou Bengals están jugando muy por debajo de sus expectativas y posibilidades, pero pocos pueden poner en duda el desempeño de su clásica férrea defensa y explosivos equipos especiales. En el segundo cuarto, aparecería el genial CB Patrick Peterson para poner una brecha de 17 puntos de ventaja, después de un eléctrico retorno de punt de 60 yardas para TD (su segundo del año que vale una anotación), y que se estimaría como crucial en la complicada victoria ante West Virginia (No.22 del AP Poll) en el bayou en el clásico Saturday Night de Death Valley. Después de retornar un punt 87 yardas para TD ante North Carolina, conseguir 2 intercepciones ante Mississippi State la anterior semana y además ser responsabilizado del FG bloqueado de 48 yardas ante los Mountaineers en el último cuarto, con 6 puntos de diferencia sobre el luminoso, Peterson está emergiendo como el amo y señor de los Tigers, algo que no es nada nuevo para todos aquellos que le seguimos desde su temporada true-freshman, pero este año su figura se esta elevando a cotas insospechadas, hasta tal punto que se está hablando del Heisman en Baton Rouge. Y en eso consistió la victoria de los Tigers, quienes tuvieron que apoyarse constantemente sobre su defensa y sus equipos especiales para mantenerse imbatidos ante WVU. El QB Jordan Jefferson volvió a sumar por tercer partido consecutivo menos de 100 yardas de pase y ningún TD, además de ser interceptado en dos ocasiones y sacado del partido en varias series durante el último cuarto (algo que empieza a ser bastante habitual en él, siendo incluso abucheado por su propio público en su retorno al campo). La segunda intercepción de Jefferson sobre su propia yarda 15, sirvió para que Geno Smith conectara 13 yardas con el WR Jock Sanders, que dejaría a WVU en tres puntos en el tercer cuarto. El estelar RB Noel Devine (quien sumó al menos 111 yardas en los primeros tres partidos de los Mountaineers) conseguiría solamente 37 en 14 carreras totales, aunque Bill Stewart apuntó a varios problemas en uno de sus pies, mientras que Geno Smith (14 de 29 para 119 yardas y 2 TD) sería presionado constantemente por el front-seven de los Bengals (aunque no recibiría ningún sack). (R: 14-20)

 

 

 

 

 

  • ¿Alguien se ha fijado en el peligro de Miami con tiempo de preparación? 10 días para desmantelar la Triple-Option de GTU el año pasado, 2 semanas el año anterior para destruir a Texas A&M o 12 días esa misma temporada para batir a una entonces poderosa VTU. Para preparar el partido de esta semana ante Pitt dispusieron de 12 días, mientras que los Panthers, en cambio, demostraron todo lo contrario.

  • No “style-points” de TCU. Los Frogs necesitarían de todo un “game-changing play” de 83 yardas en un retorno de kickoff de Jeremy Kerley para adelantarse sobre los Mustangs en el tercer cuarto. Además, los constantes errores de Andy Dalton (2 INT) y los mediocres números permitidos en defensa; su mayor número de puntos, yardas totales (361), yardas de carrera (192, permitiendo un reconvertido LB por encima de las 100 yardas) y el menor número de sacks (1) en toda la temporada, no es el mejor modo de ganar votantes en su particular pelea con Boise State como BCS-Busters.

  • La positiva dirección del histórico programa de SMU. La universidad ha apostado muy fuerte por el football, y en su tercera temporada al frente, June Jones mostró a su squad competitivo frente a TCU (ya se comprobó también en la primera semana ante Texas Tech), aunque el tamaño, poderío y profundidad de los Frogs finalmente sería demasiado para los Mustangs.

  • No me bajo del carro, señores. Cameron Newton es la apuesta final que llevan esperando en The Plains desde prácticamente el legendario Bo Jackson, ¡Y cuidado con lo que acabo de soltar por la boca!

  • La ansiedad de Michael Dyer. Muchas consultoras especializadas le graduaron como uno de los 3 mejores RB de toda su clase, y en su intento por demostrar estas credenciales, Dyer no está jugando cómodo, cometiendo constantes errores (como el fumble ante USC). Su inicio de temporada está siendo un tanto decepcionante para este joven talento, pero su fantástica segunda parte ante los Gamecocks puede ser el punto de inflexión que necesite para recuperar la confianza. Muy atentos al potencial tandem que puede formar con Cameron Newton de aquí en adelante.

  • Muy diferente es el caso de otro true-freshman, Marcus Lattimore, a quien se le etiquetaba como el mejor RB de la propia clase de Dyer. No sería, ni de cerca, tan efectivo como en semanas anteriores (33 yardas y 2.4 de promedio), pero personalmente no acabo de comprender porque Steve Spurrier no le dio balones en toda la segunda parte (de sus 14 intentos, 11 fueron en la primera media hora), después de ser la figura sobre la que giró la victoria ante Georgia la anterior semana.

  • Tampoco entiendo ni comparto la decisión de Spurrier de sentar a Garcia en los dos últimos drives con aún posibilidades reales en el partido. Pronto en su carrera, se criticó mucho su dedicación y esfuerzo, pero durante más de tres cuartos, Garcia demostró el porque de las grandes expectativas sobre su figura, liderando con eficiencia y seguridad el ataque de los Gamecocks. Si, cometió dos errores críticos que alterarían el resultado, pero la decisión se me antoja como un retroceso en el proceso por establecerle como el icono principal del programa.

  • Cuando hablamos de un receptor en college, todo el mundo habitualmente señala a Julio Jones, AJ Green, Michael Floyd o Jonathan Baldwin, pero nadie apenas habla sobre Alshon Jeffery. Su recital en The Plains fue de escándalo (8 recepciones, 192 yardas y 2 TD), mostrando su enorme tamaño, gran salto vertical y fantástico control (y uso) de su cuerpo. Ya el año pasado dio grandes muestras de su espectacular talento como true-freshman, pero este año está siendo su confirmación definitiva. Realmente, la generación actual de receptores es espectacular.

  • Es un aviso a Michigan. El tener que poner toda la carne en el asador con Denard Robinson hasta el último instante para salvar la anterior semana ante UMASS, supuso un riesgo importante. Fue en la primera jugada del tercer drive ante Bowling Green (conseguiría 189 yardas totales), pero la rodilla izquierda de Robinson alarmaría a la parroquia Maize & Blue. Aunque finalmente no sería grave, Devin Gardner y Tate Forcier se mostraron como una sólida póliza de seguros.

  • ¡Cómo me recuerda esto a algo que escribí hace ya 5 años! Ha nacido nueva estrella en Gainesville el pasado sábado noche. Poco comprensible que los Gators hayan ocultado hasta ahora a éste true-freshman, quien recordó a la mejor versión de Percy Harvin. Trey Burton completaría 42 yardas de pase, correría 5 veces para 40 yardas y 5 anotaciones partiendo desde el shotgun, además de 5 recepciones para 37 yardas y otra anotación. Burton aparece en el depth-chart como QB, y sus 6 touchdowns totales rompen un record de Florida establecido por, curiosamente, Tim Tebow ¿Quién sino?

  • Ya lo avisé la anterior semana, pero vuelvo a destacar una vez más la agresividad con la que ha vuelto Mark Ingram. Después de visitar el quirófano para recuperar su rodilla izquierda antes de arrancar la temporada, el actual Heisman Trophy ha experimentado actuaciones de 151 yardas ante Duke (sólo 9 carreras) y 157 esta semana en la remontada ante Arkansas, con dos anotaciones en ambos partidos. Además de un poderoso y eléctrico runningback, me gustaría destacar su humildad, compañerismo y compromiso, como así demostró durante sus dos semanas fuera de los terrenos de juego. Sin duda, es un chico especial.

  • Y ya que hablamos de Alabama, me gustaría destacar también la segunda parte experimentada por su joven defensa, quienes dieron un paso al frente interceptando a Ryan Mallet en dos ocasiones durante los momentos decisivos del último cuarto y limitando el poderoso ataque de Arkansas en solamente 3 puntos ¿Ha vuelto la sofocante defensa de Nick Saban?

  • El momento Heisman del CB Patrick Peterson después de su retorno de punt para TD de 60 yardas y su pose en la endzone marcando el célebre stiff-arm a lo Desmond Howard. Peterson también sería acreditado con un FG bloqueado clave en el último cuarto y está promediando en sus retornos 28 yardas por punt y 31,7 yardas por kickoff. Es bastante desmesurado hablar del Heisman por ahora, pero con todos los problemas de LSU en ataque, si fuese Les Miles probaría a darle balones, a lo Charles Woodson en Michigan.

  • Nadie habla de él, pero mucho cuidado con la temporada del QB de NC State, Russell Wilson. Conocido mayormente por ser drafteado en cuarta ronda por los Colorado Rockies de la MLB, Wilson (11 TD y sólo 1 INT) es el líder absoluto y máximo responsable del sorprendente 4-0 de la Pack, después de conseguir 384 yardas y 4 TD en el aún más sorprendente upset ante Georgia Tech en Atlanta.

  • La defensa de Virginia Tech. Muchos señalaban a los pupilos de Frank Beamer como el hazme reír de la nación (después de perder ante James Madison en Lane Stadium), pero llegado el momento de la verdad, los Hokies conseguirían todo un shutout en la complicada salida a Chestnut Hill y entran de lleno en la pelea por la conferencia ACC. La “Beamer Ball” ya no es lo que fue, pero nunca puedes subestimarlos.

  • Un símbolo del gran éxito que Stanford está experimentado en la presente temporada, es la forma en la que el RB Owen Marecic anotaría en jugadas consecutivas en South Bend en la abultada victoria ante Notre Dame. Marecic anotaría como FB puro en una situación corta en la goal-line, para interceptar a continuación un lanzamiento como LB, retornándolo 20 yardas para TD. Es la primera vez en cuatro años que un jugador anota tanto en defensa como en ataque en el mismo encuentro.

  • La mediocre forma en la que Tennessee ganaría a UAB en Neyland Stadium. Sólo se salva la espectacular primera jugada de la OT, donde Matt Sims conectaría 25 yardas para TD por encima de la secundaria de los Blazers con el WR Denarius Moore. Pero los Vols serían superados en cualquier categoría, presentando un sorprendente déficit de 544-287 yardas totales. Tal vez la decisión de Lane Kiffin tenga ahora más sentido.

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Israel Llata es natural de Maliaño, una localidad de Santander (Cantabria). Ingeniero informático de profesión y aficionado al fútbol americano desde mediados de los años 90, asombrado por la habilidad atlética del quarterback Steve Young y aquellos exitosos 49ers. En los últimos tiempos centraría su mirada sobre un desconocido pero excitante college football, destapando su corazón como entusiasta aficionado de Alabama, una institución a la que rinde culto. Analiza en su columna semanal la jornada universitaria desde 2007. @israel_lata

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